María Salomé Rangel1,2 y Alejandro Tagliafico1,2
2National Marine Science Centre, Southern Cross University, New South Wales, Australia.
Resumen
La creciente importancia comercial de los moluscos de la familia Pinnidae genera la necesidad de conocer el estado de sus poblaciones. En el oriente de Venezuela, existen pesquerías artesanales dirigidas a la captura de Atrina seminuda y Pinna car- nea. Por esta razón, este trabajo tiene por objetivo generar información sobre la distribución, densidad, longitudes y áreas de crianza de estas especies en los alrede- dores de la Isla de Cubagua. Mediante buceo autónomo se evaluaron 52 estaciones alrededor de la isla, utilizando cuatro transectas aleatorias de 50 m2 cada una, para un total de 200 m2 de sustrato analizado por estación. La densidad promedio de
A. seminuda (0,01 ± 0,03 org/m2; n=113) indica que es una especie poco abundante respecto a zonas explotadas y otras especies afines del Caribe. Sus longitudes os- cilaron entre 1,2 - 24 cm de ancho máximo (Amáx), con promedio de 10,7 ± 3,1cm Amáx
(≈17,6 cm LT). Considerando la longitud de madurez sugerida para la especie, un 97
% de los organismos se encontraban maduros, observándose una posible área de crianza al noreste de la isla. P. carnea resultó ser aún menos abundante (0,003 ± 0,07 org/m2, n=32), con densidades menores que especies señaladas en riesgo. Sus longi- tudes oscilaron entre 2,9-17,4 cm Amáx, con promedio de 7,6 ± 3,2 cm Amáx (≈25,2 cm
LT). La longitud mínima de madurez reportada revela que el 53 % de los ejemplares
se encontraban maduros. Se ubicaron once posibles áreas de crianza para la especie al noroeste, suroeste y sureste de Cubagua. El presente trabajo aporta el primer mapa de distribución, densidades y datos biológicos para estas especies en la isla de Cubagua, los cuales pueden contribuir con su manejo.
Palabras clave: Cucharon; rompe-chinchorro; Isla Cubagua; moluscos; Mar Caribe.
Fecha de recibido: 08-03-2015 Fecha de Aceptado: 25-07-2016
Abstract
The increasing commercial importance of the Pinnidae family makes necessary to know the status of their stocks. Atrina seminuda and Pinna carnea are principal tar- gets of some fisheries in the eastern Venezuelan coast. For this reason, we studied the distribution, densities, length frequency and nursery areas of these species around Cubagua Island. By using SCUBA diving, we evaluated 52 stations surroun- ding the island, with random transects of 50m2 each, for a total of 200m2 of substra- te analyzed per station. The average density of living organisms of A. seminuda (0,01
± 0,03 org/m2; n=113) indicates that it is a rare species compared to adjacent areas under exploitation and to other related Caribbean species. The maximum width len- gth (WL) ranged between 1,2-24cm, with an average of 10,7 ± 3,1cm WL (≈17,6 cm of total length). Previously reported length at maturity reveals that 97 % of living orga- nisms were mature, and a possible nursery area at the northeast of the island was found. P. carnea was even less abundant (0,003 ± 0,07 org/m2; n=32), with densities lower than some species considered at risk. Maximum width size ranged between 2,9-17,4cm, with an average of 7,6 ± 3,2cm (≈25,2cmTL). Considering the minimum length at maturity reported, 53% of P. carnea found in the area were mature. We identified 11 nursery areas distributed at northwest, southwest and southeast of Cubagua Island. This work contributes with the first map of distribution, density es- timations, and biological data for these species in Cubagua Island, which could help with the management of the species.
Key words: half-naked pen shell; amber pen shell; Cubagua Island; mollusks; Caribbean Sea.
Los bivalvos de la Familia Pinnidae se caracterizan por presentar valvas cunei- formes alargadas, con longitudes que pueden superar 60 cm de longitud total (LT) en especies como Pinna nobilis (Zavodnik et al. 1991, Richardson et al. 1999). Estos moluscos, aunque tienen etapas larvarias meroplanctónicas, habitan enterrados en el fondo marino el resto de sus vidas (Ahumada-Sempoal 1998). El músculo de mayor tamaño que sujeta las valvas es de gran interés para el consumo humano (Ahumada-Sempoal 1998, Gómez 1999, Lodeiros et al. 1999). En Venezuela, las es- pecies Atrina seminuda y Pinna carnea son comercializadas como vieiras, término que originalmente corresponde, según Martín et al. (2000), al nombre utilizado para especies de mayor valor comercial de la familia Pectinidae.
Atrina seminuda, es conocida en el oriente venezolano como “cucharón” o “rompechinchorro”, habita en aguas cálidas y templadas, desde Carolina del Norte hasta Argentina, donde suele enterrarse parcial o totalmente en la arena y
fango (Lasta et al. 1998, Gómez 1999, Lodeiros et al. 1999). La concha es triangu- lar, en forma de abanico, con el borde posterior expandido, presenta de 10 a 20 hileras radiales con proyecciones espinosas tubulares ligeramente curvadas, ná- car interno no dividido y una coloración grisácea a púrpura oscuro (Gómez 1999, Lodeiros et al. 1999).
Pinna carnea o “Papo e’ la reina”, se distribuye en el Atlántico Occidental desde el sur de Florida y Bermudas hasta Brasil (Lodeiros et al. 1999), donde habita co- múnmente semienterrada (deja por fuera unos 10-15 cm de concha) en sustratos con arena coralina fina y fondos areno-fangosos de aguas de poca profundidad, hasta unos 20 m (Gómez 1999, Narváez et al. 2000). Las conchas son estrechas y frágiles, de color variable, oscilando de pardo a rosado naranja, y presentan en- tre 8 y 10 costillas radiales pronunciadas con proyecciones espinosas (Lodeiros et al. 1999). Este bivalvo es considerado una especie de gran tamaño, reportándose longitudes de 30 cm (Lodeiros et al. 1999), aunque en el nororiente de Venezuela, puede alcanzar hasta 40,9 cm (Narváez et al. 2000).
En Venezuela, la familia Pinnidae ha sido objeto de pocos estudios; sin em- bargo, tanto A. seminuda como Pinna carnea han sido objeto de descripciones generales, e incluidas en diversos listados de moluscos en zonas como el Parque Nacional Mochima, Golfo de Cariaco, Estado Nueva Esparta y Archipiélago de los Frailes (Gómez 1999, Lodeiros et al. 1999, Prieto et al. 2003, 2005, Jiménez et al. 2005, Gassman et al. 2007). Recientemente, se ha estudiado el ciclo reproductivo de Atrina seminuda (Freites et al. 2010), y se realizó una evaluación de su población y pesquería en zonas aledañas a la isla de Coche y norte de la Península de Araya (Rangel 2011, Rangel et al. 2016).
Adicionalmente, se han efectuado ensayos para el cultivo de Pinna carnea, pero se ha sugerido que es poco rentable para la acuicultura, porque la gametogénesis tiene influencia negativa en el crecimiento del músculo, única porción del orga- nismo que resulta de interés comercial (Narváez et al. 2000); no obstante, su alta sobrevivencia permite considerarla para el cultivo simultáneo con otras especies de moluscos (Lodeiros y Freites 2008).
Estos bivalvos son actualmente explotados comercialmente en zonas aledañas a la isla de Coche y costas de Chacopata, representando para algunos pescadores artesanales de la zona, su ingreso principal o complementario (Gómez 1999, Lo- deiros et al. 1999, Rangel 2011). La pesca está dirigida principalmente a la captura de A. seminuda, y esporádicamente se consiguen ejemplares de P. carnea. Particu- larmente para el año 2008, esta última especie representó apenas un 0,04% de las capturas en la isla de Coche (Rangel 2011).
En aguas circundantes a Cubagua, aunque existe actividad pesquera artesanal dirigida a moluscos bivalvos y gasterópodos (Cervigón 1997, Rangel y Tagliafico 2015), no se han reportado capturas sustanciales de Pinnidae. El presente trabajo tiene por objetivo generar información sobre la distribución, abundancia y estruc-
tura de longitudes de A. seminuda y P. carnea en los alrededores de la isla de Cu- bagua (Venezuela) para contribuir con información de línea-base que contribuya a futuros planes de manejo y aprovechamiento del recurso.
La isla de Cubagua se encuentra ubicada en la región nororiental de Venezuela sobre la plataforma continental, entre los paralelos 10°47’-10°51’ N y 64°08’-64°14’ O; a una distancia aproximada de 8 Km al sur de la isla de Margarita (Punta de Piedras) y a unos 20 Km al norte de la Península de Araya. Tiene una superficie de
22.438 Km2 con una longitud aproximada de costa de 25 Km (Cervigón 1997).
La zona costera de la isla de Cubagua fue dividida en estaciones o celdas ima- ginarias de 1 Km2, hasta una profundidad máxima de 18 m, para un total de 52 estaciones de muestreo que cubrieron todos los alrededores de la isla. Mensual- mente, desde enero hasta diciembre de 2008, se eligieron al azar sin repetición, entre cuatro y cinco estaciones, las cuales fueron reconocidas y delimitadas usan- do el sistema de posicionamiento global (GPS). Dentro de cada estación, y utili- zando un equipo de buceo autónomo, se realizaron un total de cuatro réplicas de transectas de 10 m de largo x 5 m de ancho (50 m2 cada una), totalizando un área de 200 m2 por estación.
En cada transecta se contaron los ejemplares vivos y muertos de A. seminuda y
P. carnea, para calcular las densidades de organismos/m2 (org/m2). Los individuos muertos fueron incluidos para generar información sobre las mortalidades de es- tas especies, y realizar comparaciones entre las densidades promedios de orga- nismos vivos y muertos a profundidades mayores y menores de 6 m, profundidad máxima sugerida en pesquerías que capturan estas especies a través del buceo libre a pulmón (Rangel 2011).
Las características del fondo (ocupado por ambas especies) predominante en cada transecta, fue categorizado de manera visual y cualitativa en los siguientes sustratos: arena, ostrales (Pinctada imbricata), parches coralinos, parches de octo- coral, praderas de fanerógamas (Thalassia testudinum) y algas en descomposición. La relación entre la abundancia de especies (org/m2) según el tipo de fondo, se examinó utilizando un análisis de varianza desbalanceado de un factor con seis niveles de substrato.
Para evitar sacrificar los organismos analizados, los ejemplares fueron medidos in situ con un vernier (1 mm de precisión) y se les determinó el ancho máximo (Amáx), o longitud antero-posterior, de la porción expuesta de los organismos en- terrados en el fondo. Posteriormente, con el fin de generar datos comparables
con otros estudios donde sólo se reporta la longitud total (LT) o dorso-ventral, la longitud Amáx obtenida en campo fue transformada a LT, utilizando las fórmulas su-
geridas por Rangel (2011) para A. seminuda (Lt = 4.8683*A 0.5418, R2= 0.79, N=451)
y P. carnea (Lt = 2.844* A
1.0749, R2= 0.94, N=16).
máx
máx
Para ambas especies, los organismos inmaduros fueron reconocidos tomando como referencia la longitud media de madurez sexual para A. seminuda (4 cm de Amáx) y la longitud mínima de madurez registrada para P. carnea en la región no- roriental (7 cm de Amáx) (Rangel 2011). Luego, en función de las proporciones de individuos maduros e inmaduros por estación, se determinaron posibles áreas de crianza cuando la proporción de inmaduros superó el 50 % del total de organismos encontrados por estación.
ˆ
Para determinar el tipo de distribución de los organismos en el área de estudio, se estimó el cociente entre la varianza y la media de la densidad de organismos de cada especie por separado. Una vez descartado el patrón de distribución unifor- me (ya que el cociente entre la varianza y la media de la densidad de organismos fue mayor a 1, lo que corresponde a una distribución agregada), se determinaron las frecuencias de aparición de organismos por transectas, y las frecuencias espe- radas para una distribución binomial negativa (asociada a distribuciones agrega- das), usando un estimado preliminar de k (parámetro que describe la medida de agregación de los organismos, y expresa que hay mayor intensidad de agregación cuando se encuentran valores cercanos a cero) mediante las fórmulas sugerida por Elliot (1977). Los mapas de distribución y abundancia de los organismos vivos de ambas especies, se realizaron utilizando el programa de sistema de información geográfico ArcView.
Se evaluaron 208 transectas, totalizando un área de 10 400 m2 de sustrato ana- lizado alrededor de toda la isla de Cubagua. Las estaciones evaluadas presentaron profundidades que oscilaron entre 1,6 y 18 m, con un promedio de 8 ± 4,1 m. Se identificaron seis tipos de sustratos con las siguientes características principales: arena (n=26), Thalassia testudinum (n=10), ostras (n=8), parches de coral (n=3), al- gas en descomposición (n=3) y parches de octocoral (n=2) (Fig. 1). El sustrato ocu- pado por algas en descomposición, aunque no suele ser frecuente, especialmente por su transitoriedad en el tiempo y espacio, mostró una marcada ocupación de estas algas en todo el lecho marino de la estación.
Figura 1.Tipos de sustratos ocupados por Atrina seminuda y Pinna carnea en la isla de Cubagua, Venezuela. Sustratos: arena, ostrales de Pinctada imbricata, parches coralinos, parches de octocoral, praderas de fanerógamas de Thalassia testudinum y algas en descomposición.
ˆ
Se registraron 113 organismos vivos y 179 muertos de Atrina seminuda, en el 52 % de las estaciones muestreadas, aunque los organismos vivos estuvieron pre- sentes sólo en el 35 % de dichas estaciones. La mayor densidad de bivalvos vivos se detectó al sur y sureste de la isla (Fig.2). El parámetro de agregación k fue 0,21, lo que implica una fuerte agregación de los organismos en el fondo marino.
Figura 2. Densidad (organismos por metro cuadrado, Org/m2) de A. seminuda en las estaciones muestreadas en la isla de Cubagua, Venezuela.
ˆ
Para Pinna carnea se observaron 32 organismos vivos y 37 muertos; presentes sólo en el 42 % en las estaciones muestreadas (organismos vivos en 21 % de las estaciones, mientras que los muertos en 31 %). La mayor densidad de individuos vivos se registró en el este y oeste de la isla de Cubagua (Fig. 3). El parámetro de agregación k fue 0,35, lo que implica una mayor dispersión de los organismos en el espacio, comparado con A. seminuda.
Figura 3. Densidad (organismos por metro cuadrado, Org/m2) y áreas de crianza de
P. carnea en las estaciones muestreadas en la isla de Cubagua, Venezuela.
Para A. seminuda no se encontraron diferencias significativas en las densida- des por tipo de sustrato (ANOVA, F(5;46)= 0,22; P= 0,95); sin embargo, las mayores densidades se observaron en fondos arenosos y praderas de Thalassia testudinum. En contraste, P. carnea mostró diferencias significativas entre las densidades de
organismos vivos (F(5;46)= 2,498; P = 0,044) por tipo de sustrato, con densidades en arena y fondos de algas en descomposición significativamente inferiores, y mayo- res en fondos de T. testudinum y ostrales (Fig. 4).
0,035
Densidad promedio (organismos/m2)
0,030
0,025
Atrina seminuda
Vivos
Muertos
0,020
0,015
0,010
0,005
0,000
AD A O PC PO Th
0,025
Pinna carnea
Densidad promedio (organismos/m2)
0,020
0,015
0,010
0,005
0,000
AD A O PC PO Th
Tipo de sustrato
Figura 4. Densidad promedio (org/m2) de A. seminuda y P. carnea por tipo de sustrato predominante en las estaciones de muestreo alrededor de la Isla de Cubagua, Venezuela. AD: Algas en descomposición; A: arena; O: ostrales de
P. imbricata; PC: parches coralinos; PO: parche de octocoral; Th: praderas de fanerógamas de T. testudinum.
El intervalo de longitudes observado para organismos vivos de A. seminuda se ubicó entre 2,5 y 24 cm de ancho máximo (Amáx); mientras que para los muertos varió entre 1,2 y 23 cm de Amáx. Considerando la longitud media de madurez sexual (4,1 cm de Amáx) reportada para la especie (Rangel 2011); el 97% de organismos vivos encontrados corresponden a ejemplares maduros (Fig. 5), y se registró sólo un área de crianza al noreste de la isla (Fig. 2).
La longitud promedio de organismos vivos (11,3 ± 3,4 cm de Amáx; equivalente a una LT de 18,1 cm) (media ± DE) fue significativamente superior a la de organismos muertos (10,4 ± 2,8 cm de Amáx, equivalente a una LT de 17.3 cm) (ANOVA, F(1;369)= 6,9; P=0,009). No se encontraron diferencias significativas entre las longitudes por tipo de sustrato (F(5;14)=2,79; P=0,06), así como entre las longitudes entre profundi- dades menores y mayores a 6 m (F(1;18)=0,32; P=0,58).
Para Pinna carnea, el intervalo de longitudes observado de los organismos vivos se ubicó entre 2,9 y 17,4 cm de Amáx, mientras que para los muertos varió entre 3,8 y 13,9 cm de Amáx Usando como referencia la longitud mínima de madurez (7 cm de Amáx) reportada para la especie por Rangel (2011), el 53% de ejemplares vivos de
carnea encontrados en el área de estudio corresponden a organismos maduros
(Fig. 5). Si se considera este mismo criterio de madurez, se identificaron 11 posibles áreas de crianza distribuidas al noroeste, suroeste y sureste de Cubagua, donde más del 50 % del total de organismos eran juveniles (Fig. 3). La longitud promedio de organismos vivos (8± 3,6 cm de Amáx, equivalente a una LT de 26.5 cm) no fue significativamente diferente que la de organismos muertos (7,2 ± 2,7 cm de Amáx, equivalente a una LT de 23.7 cm), (F(1;67)= 1,096; P= 0,299).
Además, para Pinna carnea no se encontraron diferencias significativas en las tallas promedio por tipo de sustrato (F(5;16)=2,29; P=0,095). Las tallas promedios de organismos vivos fueron significativamente mayores a profundidades de menos de 6m (F(1;20)=6.437; P=0,02).
80
Atrina seminuda
Vivos Muertos
60
Frecuencia (%)
40
20
0
0 5 10 15 20 25 30
80
Pinna carnea
60
Frecuencia (%)
40
20
0
0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20
Ancho máximo (cm)
Figura 5. Estructura de longitud de tallas de Atrina seminuda y Pinna carnea en la isla de Cubagua. La flecha indica la talla de madurez sexual reportada para el noro- riente de Venezuela.
ˆ
Los géneros Atrina y Pinna, usualmente existen como metapoblaciones, com- puestas de pequeños grupos o parches de individuos en bahías y zonas laguna- res con influencia marina (García-Cubas y Reguero 1995, Hanafi et al. 2008). En el área de estudio, A. seminuda y P. carnea mostraron este patrón de distribución por parches, con fuertes grados de agregación ( k = 0,21 y 0,35 para A. seminuda y P. carnea, respectivamente); sin embargo, los organismos de A. seminuda se encon-
ˆ
traron menos agregados que en áreas vecinas como la isla de Coche y Morro de Chacopata ( k = 0,14), donde existe una actividad pesquera dirigida a esta especie (Rangel 2011). Estas diferencias podrían estar reflejando la presencia de condicio- nes relativamente menos favorables en Cubagua, que podrían explicar el menor grado de agregación y menores densidades observadas, con respecto a otras re- giones cercanas. De hecho, ha sido sugerido por Katsanevakis (2005), que la agre-
gación de estos organismos en su ambiente, suele responder más a propiedades del hábitat, que a un comportamiento gregario. En general, la distribución de los bivalvos parece estar fuertemente influida por factores como la consistencia del sustrato, energía de las corrientes, mareas, salinidad y abundancia de nutrientes (Garrison et al. 2007). Particularmente, la familia Pinnidae suele preferir sustratos arenosos, a los cuales pueden fijarse de manera más firme (García-March et al. 2002, Centoducati et al. 2007, Katsanevakis 2007).
Algunas especies de la familia Pinnidae muestran preferencia por praderas de fanerógamas marinas (Richardson et al. 1999, García-March et al. 2002, Aucoin y Himmelman 2011), debido a que pueden presentar cierta protección frente a de- predadores, al crecer entre los rizomas y hojas de estas plantas marinas; además, el intrincado esparcimiento de los rizomas puede servir como una base estable para su fijación (Centoducati et al. 2007); aunque la presencia de fanerógamos no es una condición restrictiva para la presencia de estas especies (Katsanevakis 2005), como lo evidencian los resultados de este trabajo y otros en el nororiente venezolano (Rangel 2011).
Altas tasas de sedimentación han sido previamente reportadas en la isla de Cubagua (Rodríguez et al. 2009); en este sentido, los fondos fangosos, podrían influir de manera negativa en el patrón de distribución del recurso, debido a la fácil re-suspensión de sedimentos ante mareas y oleajes, lo que podría provocar el colapso de la capacidad filtradora de estos organismos, así como una base más inestable para su fijación al sustrato. Al respecto, es conocida la generación de importantes oleajes después del paso de Ferrys de gran calado que transportan pasajeros y vehículos entre la isla de Margarita y el continente.
De igual manera, en aquellas estaciones con fondos de algas en descomposi- ción sólo fueron registrados organismos muertos, lo que permite presumir que efectivamente la excesiva presencia de materia orgánica suspendida y la re-sus- pensión de sedimentos por corrientes y mareas podrían representar factores li- mitantes para la sobrevivencia de estas especies, especialmente porque puede
ocurrir asfixia mecánica por obstrucción de sus sifones, al tratarse de organismos filtradores. Sin embargo, la ocurrencia de estos episodios de descomposición de algas es probablemente transitoria, lo que implica que las poblaciones de estas especies podrían re-establecerse en el tiempo en dichas localidades.
Para P. nobilis, especie considerada en riesgo en el Mediterráneo, se han repor- tado densidades entre 0,01 y 0,1 org/m2 (García-March 2005), o incluso, más bajas entre 0,0004-0,003 org/m2 (Richardson et al. 1999), siendo las principales causas de sus bajas abundancias la pesca intensiva, destrucción de huevos y larvas por con- taminación química, así como la destrucción de praderas de fanerógamas marinas por intervención antropogénica (Vicente 1990, Zavodnik et al. 1991, García-March 2005). P. carnea también presenta una densidad promedio baja (0,003 ± 0,007 org/ m2), por lo que podría considerarse bastante escasa en la zona de estudio. En con- traste, en la República Dominicana se han reportado densidades superiores (0,012 y 0,076 org/m2) (Aucoin y Himmelman 2011).
En Florida, A. rigida se encuentra en densidades que oscilan entre 0,1 y 10 org/m2 (Munguia 2007), mientras que A. seminuda en los alrededores de la isla de Coche y Chacopata, exhibió una densidad promedio de 0,53 ± 1,06 org/m2 (Rangel 2011); superior a las densidades calculadas para la isla de Cubagua (0,01 ± 0,03 org/m2).
En el caso de A. seminuda, destaca la escasa proporción de organismos inmadu- ros encontrados. Este resultado puede sugerir una subestimación de los individuos juveniles durante el muestreo, por la dificultad de ubicar organismos de pequeño tamaño, sobre todo en fondos como praderas de fanerógamas. Sin embargo, du- rante los muestreos se observó un organismo menor a 2 cm de Amáx en zonas de
arena, lugar donde los organismos suelen están más expuestos y en teoría son
más fáciles de ubicar.
En general, se considera que los reclutas de especies bentónicas son muy frágiles, y hay indicadores de que la mortalidad disminuye con la edad, ya que a medida que los organismos tienen mayor tamaño, son menos vulnerables a depredadores (Katsanevakis 2007).
En algunas regiones, la mortalidad, el crecimiento, el efecto barrera de la ter- moclina en la dispersión de larvas, así como reclutamientos irregulares, han con- tribuido a una distribución desigual de longitudes dependiente de la profundidad, con zonas someras dominadas por organismos juveniles (ya que la presión de pes- ca suele provocar la extracción de los ejemplares de mayor tamaño), y con zonas profundas dominadas por ejemplares que crecen lentamente, pero que alcanzan mayores longitudes (Katsanevakis 2005, García-March et al. 2007, Rangel 2011).
En Cubagua, P. carnea mostró un patrón inverso, con organismos de mayores longitudes en zonas de profundidades menores a 6 m. En contraste, A. seminu- da mostró longitudes promedio similares en zonas mayores y menores de 6m de profundidad, lo que podría estar corroborando que estas especies todavía no son
objeto de explotación pesquera dirigida en la zona. Sin embargo, previamente se ha reportado la presencia de grupos de pescadores artesanales que realizan una extracción oportunista y multi-específica de moluscos gasterópodos y holoturias a pulmón (Tagliafico et al. 2011, 2012, Rangel y Tagliafico 2015). Para estos pesca- dores, la extracción de especies de la familia Pinnidae podría ser sólo ocasional, ya que para lograr la extracción efectiva de estas especies se requiere de imple- mentos especiales como una cabilla curvada y afilada (Gómez 1999, Rangel 2011), los cuales no han sido observados hasta el momento entre los pescadores que frecuentan la isla de Cubagua.
Por otro lado, la pesca de arrastre artesanal para la extracción de madreperla (Pinctada imbricata) y pepitona (Arca zebra), se ha venido realizando intensivamen- te en los alrededores de la isla de Cubagua (Cervigón 1997, 1998, Romero et al. 1999, Romero 2003), y puede ser considerada un factor antropogénico que podría estar afectando el reclutamiento de estas especies. Al respecto, Hernández-Ávila et al. (2012, 2013) han detectado que las disminuciones en las densidades de los bancos de moluscos poseen efectos directos en las comunidades bentónicas asociadas.
seminuda y P. carnea son bivalvos relativamente poco abundantes en la isla de Cubagua, con mayor predominancia en el oeste, sur, sureste y este de la isla. Para ambas especies se registró una elevada proporción de organismos maduros (53 % para P. carnea y 97 % para A. seminuda), lo que parece ser concomitante con la inexistencia de pesquerías dirigidas a su captura.
Aunque las densidades de ambas especies para la isla de Cubagua son inferio- res a las reportadas en otras zonas del nororiente venezolano y del Caribe, podría resultar crucial para la conservación de estos bivalvos en el área de estudio, la pro- tección de praderas de fanerógamas marinas, fondos de arena y bancos de ostras en todos los alrededores de la isla de Cubagua, lugares donde se observaron las mayores densidades.
Tomando en cuenta la sobreexplotación de los recursos pesqueros venezola- nos (Mendoza 2015), la biodiversidad, valor histórico, cultural, paleontológico y geológico de la isla de Cubagua (Otte 1977, Cervigón 1997, 1998, Romero et al. 1999, Ramírez 2001, MacKenzie et al. 2003, Ancieta 2005, Hernández-Ávila et al. 2007, 2013, Landau et al. 2008), así como la disminución de numerosas especies de valor comercial y ecológico a causa de la sobrepesca y el deterioro de las aguas circundantes a la isla (Gómez 2000, Parra y Ruiz 2003, Romero 2003, MacKenzie et al. 2003, Pascual 2007, Barrios et al. 2007, Rodríguez y Cróquer 2008, Rodríguez et al. 2009, Tagliafico et al. 2011, 2012), se sugiere la creación de un Área Marina Protegida que permita la recuperación y protección de la biodiversidad y recursos pesqueros asociados a la Isla de Cubagua. Esto último resulta especialmente prio- ritario al considerar que de los 900.000 Km2 que ocupa el ambiente marino del país (MARN 2000), según Miloslavich et al. (2003) tan sólo unos 5.470 Km2 (0,6 %) son Área Marina Protegida.
A Néstor Rago, por su valiosa colaboración durante los muestreos. A Alexander Marcano y Alexis Zabala, por el apoyo brindado en el transporte a la isla de Cuba- gua y las estaciones de muestreo. A Jesús Rosas y a todo el personal que labora en la estación Científica “Fernando Cervigón” UDO-Isla de Cubagua, por todo el apo- yo logístico. Se agradece a Régulo López padre e hijo, por toda la ayuda brindada, y a Provita y fondo IEA por cofinanciar indirectamente el proyecto.
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Vol.50 Nº 2___________
Esta revista fue editada en formato digital y publicada en agosto de 2016, por el Fondo Editorial Serbiluz, Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela
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