Estrés agudo generado por manipulación recurrente de donadoras / Garay-Peña y cols. __________________________________________
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INTRODUCCIÓN
El estrés es un evento o condición externa que ejerce presión sobre
un sistema biológico. La respuesta del organismo puede ser aguda o
crónica [1], la forma aguda dura horas y es impulsada por reguladores
homeostáticos del sistema neuro–endócrino, y la forma crónica
persiste por semanas y es regentada por reguladores homeoréticos
del sistema endócrino, ambas respuestas implican alteraciones en
el balance energético y metabólico [2].
El manejo rutinario del ganado bovino (Bos taurus) requiere de una
interacción humano–animal [3], que muchas veces provoca estrés
y por consiguiente, cambios comportamentales y siológicos que
conllevan a la disminución del bienestar animal [4]. Una actividad que
ha tomado auge en las ganaderías es la superovulación (SOV), técnica de
reproducción asistida que implica manipulación contínua de la donadora.
En los protocolos de SOV es común utilizar la hormona folículo–
estimulante (FSH), hormona que impulsa el crecimiento y desarrollo
de varios folículos secundarios hasta el estadio de dominancia [5],
proporcionando mayor número de ovocitos listos para ser fecundados
[6]. Sin embargo, la vida media de la FSH (5 horas –h–) crea la necesidad
de administrar esta hormona cada 12 h, por 4 días consecutivos [7],
principio que obliga a trasladar a la vaca donante mínimo 8 veces al
corral de sujeción, manejo excesivo que es responsable de incrementar
la tensión y provocar estrés en la donadora [8].
Ante situaciones de estrés agudo, se incrementa los niveles
de cortisol y se activa la glicólisis hepática, la gluconeogénesis y
aumenta el catabolismo de las proteínas libres [9]; por lo tanto, la
concentración del cortisol y los niveles de glucosa en sangre pueden
ser marcadores que ayuden a determinar el grado de estrés generado
por la manipulación de la donadora [10].
Además, como respuesta al proceso de estrés el sistema simpático
suprarrenal libera catecolaminas como respuesta neuro–endocrina
[11]. Estas catecolaminas son las encargadas de aumentar la frecuencia
cardiaca, provocar vasoconstricción periférica, aumentar la glicemia,
generar hiperventilación y aumentar el volumen sanguíneo, factores
directos que pueden ser utilizados para medir el efecto del estrés [12].
Por lo antes expuesto, en varios estudios se ha buscado reducir el
número de aplicaciones de FSH dentro de protocolos de SOV mediante
la administración intramuscular o subcutánea de esta gonadotropina
disuelta en agentes de liberación lenta como la polivinilpirrolidona [13]
e hidróxido de aluminio en gel (AH–gel) en bovinos [14], o la utilización
de la vía epidural, la cual permite una eliminación más lenta de la FSH
gracias a la capa de grasa que cubre el conducto vertebral [15]. Sin
embargo, la información disponible sobre la respuesta del organismo
ante esta reducción de manipulación dentro de los programas de SOV
en bovinos es contradictoria. Por lo tanto, el estudio buscó determinar
la respuesta neuro–endócrina observada en donadoras al reducir
el número de aplicaciones de FSH como factor de superovulación.
MATERIALES Y MÉTODOS
Animales y granja
Se seleccionaron 8 vacas multíparas de genotipo Holstein mestizo,
de la granja experimental de Nero, de la Universidad de Cuenca,
ubicada a 3.100 metros sobre el nivel del mar (msnm), en el trópico alto
del Ecuador. Las vacas fueron divididas al azar en dos tratamientos
(T): T1=Epidural–EP (n=4) y T2=Intramuscular–IM (n=4). Los animales
presentaron pesos similares de 541,5 ± 55,93 y 547,5 ± 43,84 kg,
respectivamente, condición corporal (CC) de 2,9 ± 0,08 (T1) y 2,8 ± 0,06
(T2) en escala de 1–5, de acuerdo a lo determinado por Hoedemaker
y col. [16]. Edad media de 6,6 ± 0,81 (T1) y 6,5 ± 0,64 años (T2), y una
producción láctea promedio 19,3 ± 0,66 (T1) y 19,2 ± 0,64 kg (T2) .
Se realizó un diagnóstico ecográfico (Aloka, ProSound 2®,
Tokyo–Japón) del aparato reproductivo de los animales previo al
experimento. Las vacas seleccionadas fueron determinadas cíclicas,
con una morfología cervical adecuada que permita el paso del catéter
de recolección (determinado al pasar la sonda de lavado en cada
donante, a través de su cérvix), y la ausencia de patologías en el tracto
reproductivo [17]. Durante la realización del estudio se tuvo presente
la normativa del código sanitario para animales terrestres, capítulo
7,8: “Utilización de animales en la investigación y educación”, de la
Organización Mundial de Sanidad Animal [18].
Diseño experimental
La investigación fue de tipo experimental, y se valoró el efecto de
la manipulación de la donadora sobre la concentración plasmática
de cortisol en los días 4; 5; 6 y 7 de dos protocolos de SOV, donde T1
recibió una dosis de 200 mg de FSH vía EP el día 4 del protocolo a
las 06h00. A los animales de T2 se administró 300 mg de FSH vía IM
repartidos en dosis decrecientes 2 veces al día, durante los 4 días de
tratamiento; además, se determinó los niveles de glucosa en sangre
y se evaluaron la frecuencia cardiaca (FC) y la frecuencia respiratoria
(FR) el día 4 de los protocolos de SOV.
Análisis estadístico
Los datos fueron procesados en Excel y analizados en el programa
estadístico SPSS versión 25®. Se realizaron estadígrafos principales
de todas las variables. La normalidad fue determinada con la prueba
de Kolmogórov–Smirnov. Las concentraciones de cortisol, niveles
de glucosa, frecuencia cardiaca y respiratoria, fueron evaluadas
mediante la prueba t de Student.
Protocolo epidural (T1)
Las donadoras del protocolo epidural recibieron el día 0 a las 06h00
un dispositivo intravaginal de liberación de progesterona (CIDR®; 1,38
g de progesterona; Zoetis, Quito, Ecuador) + 2 mg de benzoato de
estradiol (BE; Gonadiol®; Zoetis, Quito, Ecuador), por vía IM, y 50 mg
de progesterona inyectable (Progesterona®; ERMA, Quito, Ecuador).
En la mañana (06h00) del día 4 los animales recibieron 200 mg de
FSH (Folltropin–V®, Vetoquinol, Québec, Canada) diluidos en 5 mL de
solución salina estéril por vía EP (dosis única), entre la última vértebra
sacra y la primera coccígea [19]. El día 6 en la mañana (06h00) y en la
tarde (18h00) se aplicó una dosis de 25 mg de dinoprost trometamina
(Lutalyse®, Zoetis, Lima, Perú). El día 7 en la mañana se retiró el implante
de progesterona. Al día siguiente (día 8), a las 06h00 se colocó un parche
detector de celo (EstrotectTM, EUA) y en la tarde se aplicaron 0,25 mg
de gonadorelina (GnRH®, MSD, Nueva York, EUA). El día 9 en la mañana
se realizó la primera IA y en la tarde la segunda IA, la colecta de los
embriones se ejecutó en el día 16 del protocolo (FIG. 1).
Protocolo intramuscular de SOV (T2)
Los 4 animales en T2 recibieron 300 mg de FSH repartidas en 8
dosis decrecientes en los días 4; 5; 6 y 7 del protocolo de SOV. El
día 0 (06h00) se colocó un dispositivo intravaginal de liberación de
progesterona (CIDR®; 1,38 g de progesterona; Zoetis, Quito, Ecuador) +