Desarrollo fetal de las cobayas / Garay y cols. ______________________________________________________________________________________
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INTRODUCCIÓN
El cuy (Cavia porcellus) es un roedor doméstico de gran importancia
en América del Sur, forma parte integral de las tradiciones culturales
que perduran hasta la fecha [1]. Se considera una especie de relevancia
económica, debido a su gran prolicidad y su pronta madurez sexual,
siendo esta a los dos meses de edad [2]. Adicional a estas características
productivas, la similitud morfológica placentaria, permite que el cobayo
fuese empleado como un biomodelo en investigaciones cientícas [3].
Al ser considerado un modelo biológico de experimentación, se
han realizado diferentes investigaciones, que han permitido denir
el comportamiento reproductivo de la hembra, como son: a) ciclo
estral de 16,1 ± 0,2 días (d) en promedio, [4] y b) tipo de ovulación no
estacional espontánea (3,14 ovulaciones por ciclo) [5]. En las últimas
décadas, los estudios enfocados a la gestación de la cobaya han
tomado una gran relevancia, principalmente debido al tipo de placenta
hemocorial discoide que posee [6], y posterior a ello se han enfocado
en el desarrollo fetal, con el propósito de obtener mayor cantidad de
crías vivas al n del proceso. En roedores de importancia zootécnica
como la coneja se han implementado planes de selección genética
que han mejorado considerablemente el número de crías por hembra
gestante; sin embargo, se ha observado grandes desigualdades en
los pesos de los gazapos de la misma camada, que repercuten en su
viabilidad, en la correcta homeostasis de la hembra y nalmente, en
las tasas de reposición y benecios de la explotación [7].
Estudios demuestran que el posicionamiento de los fetos en el
útero de roedores como la coneja y la rata depende de la raza, la
nutrición y el tamaño de los cuernos uterinos, llegando a observar
que los fetos con mayor peso y diámetro se localizan en los extremos
ováricos del cuerno uterino, mientras que los fetos de menor peso
y diámetro se encuentran en la parte distal y en posición medial del
cuerno uterino [8]. Por consiguiente, se considera que la cobaya al
ser un roedor similar a la coneja va a tener un comportamiento similar
a ésta en cuanto al tamaño y peso de los fetos distribuidos en los dos
cuernos uterinos. Sin embargo, en el caso de la cobaya, consideramos
que esta información no está disponible y debe ser analizada para
desarrollar herramientas útiles en los planes de mejoramiento
genético de esta especie. Además, es fundamental investigar el papel
de la progesterona en la cobaya, ya que esta hormona es esencial
para el mantenimiento de la gestación en otras especies de interés
zootécnico [4]. Por ejemplo, en la cobaya, se observa un cambio en
la producción de progesterona debido a la transición de la fase lútea
a la placentaria antes de la mitad de la gestación [9]. No obstante,
la información sobre la concentración de progesterona durante la
gestación es limitada, lo que subraya la necesidad de profundizar en
el conocimiento de los niveles de esta hormona en momentos clave
del proceso gestacional en esta especie.
En el presente trabajo se comparó las características morfométricas
macroscópicas post mortem de las unidades materno fetales
dentro de cada cuerno uterino y entre cuernos uterinos (derecho e
izquierdo); así como, su relación con la concentración de progesterona
plasmática en los d 15, 20, 25, 30 y 35 de gestación de la cobaya.
MATERIALES Y MÉTODOS
Animales y granja
La investigación se realizó en la provincia del Azuay, cantón
Cuenca, parroquia Santa Ana, en una granja comercial ubicada a
una altitud de 3.500 metros sobre el nivel del mar. Se emplearon
20 cobayas de línea peruana, peso medio de 964,5 ± 33,99 g, edad
entre 4-6 meses y condición corporal de 2,6 ± 0,11 en la escala de 1 a 5
según lo descrito por Ara y cols. [10]. El empadre fue realizado con 10
machos, pesos vivo medio de 1180,3 ± 84,50 g, edad entre 8-10 meses
y fertilidad comprobada en registros de la granja, manteniendo una
relación macho hembra de 1:1. Las cobayas fueron alojadas en jaulas
separadas de 0,5 m de largo por 0,5 m de ancho y 0,5 m de alto, según
recomendaciones emitidas por Vivas y Carballo [11]. Los animales
fueron alimentados por una mezcla forrajera compuesta de 70 % de
Ray grass (Lolium multiorum) y 20 % de Alfalfa (Medicago sativa),
según recomendación de Benítez y cols. [12], más 10 % de balanceado
comercial que contenía proteína cruda al 18 % y agua ad libitum.
La investigación fue descriptiva, en primera instancia se evaluó
post mortem la ubicación de la implantación de los embriones dentro
de un mismo cuerno uterino y luego se relacionó con el cuerno
uterino opuesto. En un segundo momento se valoró los cambios
morfométricos de la unidad materno fetal en cinco momentos
diferentes dentro de los primeros 35 d de gestación de la cobaya
(d 15, 20, 25, 30 y 35). Finalmente, se determinó la concentración
de progesterona en suero sanguíneo en los cinco momentos
antes descritos.
Pre experimento
Las cobayas pasaron un periodo de adaptación de 15 d al sistema
de manejo y alimentación. A continuación, se aplicó un protocolo de
sincronización del celo con la administración de 0,22 mg·kg
-1
de peso
vivo de progesterona (P4) oral (Altrenogest®) por 15 d consecutivos,
según lo descrito por Garay y cols. [13]. Al día siguiente de haber
nalizado el protocolo de sincronización del celo (d 16) se inició el
monitoreo de la apertura de la membrana vaginal (AMV) cada 24 horas
(7:00 am) durante 5 d consecutivos. El día que se observó una AMV
del 50 %, se determinó como día del celo y se procedió a introducir un
macho en la jaula en una relación 1:1 durante 24 horas. Transcurrido
este tiempo se realizó citología vaginal para determinar la presencia
de espermatozoides y de haber estos se consideró que la cobaya
recibió 24 h antes monta efectiva (día cero de la gestación). A partir
de este instante se determinaron 5 momentos de seguimiento de
evaluación: 15, 20, 25, 30 y 35 d de gestación.
Experimento
Eutanasia y toma de muestras de sangre
Cuatro cobayas fueron eutanasiadas de cada grupo en cada
momento de evaluación d 15, 20, 25, 30 y 35, siguiendo metodología
de Santos y cols. [14], para lo cual se aplicó pentobarbital sódico en
dosis de 120-150 mg·kg
-1
vía intraperitoneal [15]. En el proceso se tuvo
presente la Norma Ocial Mexicana NOM-033-ZOO-1995, Sacricio
Humanitario de Animales Domésticos y Silvestres (Humane Slaughter
Association, 2015) [16]. A continuación, se tomaron muestras de
sangre (5 mL) en tubos Vacutainer tapa roja de la vena yugular, luego
las muestras fueron centrifugadas (Micro 200, Alemania) a 3.000 G
por 10 min para obtener el suero, el cual fue almacenado a -20°C
hasta su procesamiento.
La determinación de la concentración de progesterona se realizó
mediante un Kit de Elisa Multi Species (Innovative Research®, México),
según la metodología descrita por Grégoire y cols. [17], con ello se
estableció las curvas de comportamiento hormonal.