cultural, que llevaría a la imposición de costumbres y creencias, modos de vida, ajenas utilizando
las banderas del desarrollo económico, la libertad y la democracia para su cometido. El proceso de
coloniaje significó, como se ha señalado:
…uno de los procesos más brutales de subalternización que han vivido los seres
humanos sobre la faz de la tierra. Los conquistadores no solo impusieron su propia
visión de mundo, sino que desestructuraron y aniquilaron civilizaciones cuya riqueza
material y espiritual aún no han sido sopesados en su totalidad (Solano, 2015:118).
Igualmente, como lo expresado Fanon (2018), “No le bastó al colono limitar físicamente el
espacio del colonizado; el colono hace del colonizado la quinta esencia del mal. El colonizador
desfigura y deforma el imaginario del colonizado” (Fanon, 2018:35-36).
Lo antes expuesto, manifiesta como se reconstruyó una nueva realidad producto de la
subalternización, destrucción e invisibilización de una sociedad e instauración de nuevas
instituciones políticas, científica, educativas, religiosa y económica que accionado mecanismos y
prácticas de dominación busco someter a dicha sociedad incluso naturalizándolas maneras de ver
el mundo, redefiniendo las categorías y conceptos tales como: democracia, progreso, sociedad,
familia, sujeto, perpetuando de esta manera el colonialismo y fortaleciendo desde estas
instituciones inclusive la educativa el pensar como colonial. Al realizar un abordaje histórico sobre
las formas de dominación queda entendida la colonización como algo que va más allá de un
momento histórico sino como un proceso que se mantiene arraigado a los intereses hegemónicos.
La categoría modernidad y el pensamiento moderno occidental
La categoría modernidad, debe ser entendida más allá de un simplemente concepto de lo
novedoso, sino con una categoría que desde lo social, político, económico, histórico y científico se
concibe como un proyecto civilizatorio europeo, que se enmarca en las ideas de industrialización
y progreso de la sociedad. Así como también, aquellas que, desde la revolución burguesa de 1789,
es decir, a finales del siglo XVIII, se orientaba a la tesis de superación de formas incongruentes a