Barrios, L.; Arrieta, X. Revista de Filosofía, Vol. 42, Nº112, 2025-2, (Abr-Jun) pp. 77-83 83
Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela. ISSN: 0798-1171 / e-ISSN: 2477-9598
cierre de una unidad, o como parte de una evaluación formativa centrada en la
argumentación.
Otra propuesta es recuperar la historia y la evolución del pensamiento matemático
como parte del proceso de enseñanza. Mostrar que conceptos como el número irracional o
el infinito fueron en su momento profundamente debatidos, ayuda a los estudiantes a
entender que el conocimiento matemático también ha sido construido desde el conflicto, la
creatividad y la intuición. De igual manera, rescatar las biografías de hombres y mujeres,
como Carl Friedrich Gauss, conocido como el príncipe de las matemáticas, y Maryam
Mirzakhani, primera mujer en recibir la Medalla Fields, quienes, desde distintos contextos,
desafíos y motivaciones, han aportado al saber matemático su genio creativo. Todo esto
favorece una visión más humana y accesible de esta ciencia.
Asimismo, puede fomentarse el uso de metodologías dialógicas, como el aprendizaje
basado en preguntas filosóficas, las comunidades de indagación o el debate matemático.
Estas estrategias no requieren tecnología avanzada ni recursos costosos: solo un espacio de
escucha, respeto y pensamiento conjunto. La clave está en invitar al estudiante a construir
sentido y no solo a ejecutar procesos.
Es importante también repensar el rol docente: el profesor no como transmisor de
verdades, sino como mediador de interrogantes, como guía que acompaña la búsqueda y no
solo la corrección. Para ello, es necesario fortalecer su formación filosófica y epistemológica,
brindándole herramientas para animar la reflexión crítica en el aula sin temor a perder el
control de los contenidos.
Finalmente, se propone reivindicar el aula como un espacio de sentido. Un lugar
donde, más allá de los números y fórmulas, se pueda hablar del orden, de la verdad, del
infinito, de la belleza y temas profundamente humanos que las matemáticas también
contienen. En ese sentido, la filosofía de esta ciencia se convierte en un puente pedagógico:
une el rigor del pensamiento matemático con la profundidad de las grandes preguntas de la
vida.