Revista de Ciencias Humanas y Sociales
© 2022. Universidad del Zulia
ISSN 1012-1587/ ISSNe: 2477-9385
Depósito legal pp. 198402ZU45
Portada: Dándole
Artista: Rodrigo Pirela
Medidas: 25 x 30 cm
Técnica: Acrílico sobre tela
Año: 2012
Año 38, Especial No. 29 (2022): 380-395
ISSN 1012-1587/ISSNe: 2477-9385
DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.7498949
Recibido: 09-08-2022 •Aceptado: 21-09-2022
La perspectiva de género en el análisis organizacional:
argumentos y retos
Aydé Cadena-López
Universidad Autónoma de la Ciudad de México, México
ORCID: https://orcid.org/0000-0001-6387-5873
aydecadena@uacm.edu.mx
Lorena Litai Ramos-Luna
Universidad Autónoma Metropolitana, México
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-9561-5889
lorena.litai@xanum.uam.mx
Resumen
El objetivo es analizar los argumentos y retos de la incorporación
de la perspectiva de género al análisis crítico realizado desde los estudios
organizacionales. El principal aporte consiste en destacar la importancia
de profundizar el desarrollo de la perspectiva de género en el estudio
organizacional, ya que permite identificar las estructuras de dominación y
segregación que, a partir de la convencionalidad del género, se han
instituido en las organizaciones. Se concluye que, si bien el desarrollo de
la perspectiva de género en el análisis organizacional resulta pertinente,
ésta no es tarea sencilla ya que presenta diversos retos para el campo.
Palabras clave: Estudios organizacionales; Perspectiva de género;
Feminismo; Estudios críticos; Estudios de la mujer.
The gender perspective in organizational analysis:
arguments and challenges
Abstract
The objective is to analyze the arguments and challenges of gender
mainstreaming in the critical analysis carried out from organizational
studies. The main contribution is to highlight the importance of
deepening the development of the gender perspective in the
organizational study, since it allows identifying structures of domination
and segregation that, based on gender conventions, have been established
in the organizations. Se concluye que, si bien el desarrollo de la
perspectiva de género en el análisis organizacional resulta pertinente, ésta
no es tarea sencilla ya que presenta diversos retos para el campo.
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Keywords: Organizational studies; Gender perspective; Feminism;
Critical studies; Women’s studies.
1. INTRODUCCIÓN
Los Estudios Organizacionales (EO en adelante) ostentan una
gran relevancia en el ámbito del análisis organizacional debido a su gran
difusión en espacios académicos internacionales. Este campo busca
ampliar el conocimiento sobre la naturaleza compleja de las
organizaciones, las dinámicas sociales que la integran y la interrelación de
los contextos en los que operan (GONZALES-MIRANDA y
RAMÍREZ, 2017). GONZÁLEZ-MIRANDA y ROJAS-ROJAS (2020)
documentan que los EO tienen su origen a partir de la consolidación del
Grupo Europeo de Estudios Organizacionales (EGOS), y es en este
punto donde se configuran desde una postura crítica, esto al romper y
distanciarse de la ortodoxia funcional y positivista, dando paso al análisis
organizacional desde una visión inacabada e inclusiva.
No obstante, ante los cambios que hemos enfrentado en los
últimos años causados por una epidemia que ha transformado las
dinámicas sociales, económicas y políticas; un mundo digitalizado que
permite las conexiones en tiempo real con distintos actores; colectivos
levantando la voz para hacer visibles situaciones como la desigualdad
social, la discriminación y las injusticias, por mencionar algunos, es
momento de repensar el carácter crítico de los EO, sobre todo
considerando la importancia que tienen al expandirse y consolidarse en
América Latina, un territorio en el que las organizaciones y las personas
que las integran enfrentan situaciones de incertidumbre, violencia,
desigualdad, acceso desigual a servicios educativos y de salud, entre otros.
En el caso de los EO y los estudios de género, FERNÁNDEZ y
PÁRAMO (2017), reconocen que muchos de los estudios y teorías sobre
las organizaciones, han sido elaborados por hombres que ocupan una
posición dominante, lo que ha hecho que las representaciones sobre las
organizaciones como objeto de estudio sean incompletas, por lo que
resulta de importancia deconstruir los aspectos dominantes para dar paso
a otras miradas que recuperen los debates actuales del feminismo
contemporáneo y los estudios de género.
De esta manera, el presente documento tiene como objetivo
analizar los argumentos y retos de la incorporación de la perspectiva de
género al análisis crítico y alternativo que se realiza desde los estudios
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organizacionales. Para ello, en el siguiente apartado se recuperan los
principales fundamentos de la perspectiva de género y sus aportaciones,
donde se destaca que dicha perspectiva permite cuestionar las estructuras
de dominación basadas en la heteronorma, así como los estereotipos que
se han construido socialmente.
Después se introduce a los Estudios Críticos Organizacionales,
recuperando la tradición latinoamericana de la escuela brasileña y la
mexicana, para posicionar la perspectiva crítica en ambas.
Posteriormente, se plantean los principales argumentos para incorporar la
perspectiva de género en los EO desde una postura crítica. Al final, el
trabajo concluye con la identificación de algunos retos que presenta la
incorporación de la perspectiva de género al campo de los EO.
2. LA PERSPECTIVA DE GÉNERO Y SUS PRINCIPALES
APORTACIONES
La perspectiva de género nace a raíz de los estudios feministas y
del impulso que estos tienen, especialmente, a partir de la década de los
setenta. Dicha perspectiva se fundamenta en los principios de liberación
de la mujer ante las condiciones de desigualdad, dominación y violencia
que han reproducido las estructuras sociales sustentadas en una cultura
patriarcal y una marcada asignación de roles con base en la concepción
binaria del género. El movimiento feminista que inicia desde los siglos
XVI y XVII con la Ilustración francesa y que se ha consolidado a lo largo
de la historia, a partir de cuatro olas analíticas; ha sentado las bases
prácticas, teóricas, filosóficas y epistemológicas que impulsaron el
surgimiento de los estudios de género (VARELA, 2019).
En los estudios feministas, el género es retomado como una
categoría analítica que permite comprender y explicar las relaciones de
dominación y poder que el hombre ha ejercido históricamente sobre la
mujer. Se parte de la premisa de que el género es una construcción social
que legítima una marcada asignación de roles dependiendo del cuerpo
biológico, las diferencias sexuales, la concepción sobre lo femenino y lo
masculino entre otros (CONWAY et al., 2013). A partir de la relevancia
que los estudios feministas recobraron en la escena política de los setenta,
especialmente con la petición que la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) realizó a los diferentes países sobre incorporar a sus
gobiernos políticas que promovieran la participación activa de las mujeres
en el ámbito público-administrativo (TREBISACCE, 2016).
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Dicho acontecimiento fue el resultado de varias luchas que el
movimiento feminista había emprendido a lo largo de la historia, por
ejemplo, la lucha por los derechos políticos como votar o por el
reconocimiento de los derechos sexuales con la despenalización del
aborto. Ante el cambio de condiciones sociales, políticas y económicas
que trajo la apertura hacia la participación de la mujer en el ámbito
público-gubernamental; se volvió necesario incorporar y desarrollar lentes
analíticos que pudieran explicar las implicaciones, demandas y
problemáticas derivadas de dicha participación (TREBISACCE, 2016).
Así, comienzan a surgir estudios que, retomando el enfoque crítico
del feminismo especialmente en cuanto a la categoría del género, analizan
a éste como un fenómeno cultural que otorga sentido a las diferencias
socialmente establecidas entre hombres y mujeres; es decir, que justifica
ciertas conductas y comportamientos a partir de una división binaria
sustentada en las diferencias biológico-sexuales (CONWAY et al., 2013).
En ese sentido, POYATOS (2019) afirma que el término perspectiva de
género se había mencionado por primera vez desde 1975 con el discurso
de la ONU sobre la importancia de igualdad de las mujeres y su
participación en el desarrollo de las naciones.
Sin embargo, fue hasta 1995 cuando el concepto de perspectiva de
género se consolida en la conferencia que la misma organización brinda
en la Conferencia de Beijing. En ésta se habló sobre el concepto de
género y la necesidad de hacer efectivos los derechos humanos para las
mujeres. De ese modo, surgió la perspectiva de género como un enfoque
crítico que visibilizó, con base en los estudios feministas de la época, las
situaciones de injusticia a las que son sometidas las mujeres. Con el
tiempo y los cambios experimentados en el contexto, también
comenzaron a desarrollarse estudios sobre la desigualdad e inequidad que
experimentan otras formas de expresión de la identidad sexual;
abordando temas como la homosexualidad y la transexualidad.
De esa forma, la perspectiva de género se configura como un
enfoque crítico que se integra a partir de estudios, luchas sociales y
aportes disciplinares; los cuales buscan visibilizar la injusticia histórica a la
cual se ha sometido a las mujeres, pero también la diversidad de
expresiones en torno al género, el sexo, el cuerpo y la identidad. En ese
sentido, MONTALVO (2020) asegura que la perspectiva de género
representa una crítica a los principios sociales, económicos y políticos que
han legitimado la subordinación y segregación de las mujeres con relación
a los hombres.
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A ello, PÉRES-DÍAZ (2016) agrega que esta perspectiva también
se ocupa de dar cabida a las diferentes expresiones no convencionales, a
partir de aportes como las teorías queer y el cuerpo cyborg, desde las
cuales se han desarrollado importantes estudios sobre la discriminación
que han sufrido quienes no siguen los parámetros convencionales del
género binario; al mismo tiempo, dichas teorías ofrecen aportes
explicativos que buscan contribuir a erradicar la carga negativa que
socialmente se ha atribuido a la otredad, con la intención de apoyar el
cumplimiento de sus derechos humanos.
Ambos aportes destacan los diferentes contextos y necesidades
que tienen los seres humanos, ante lo cual cuestionan las reglas, etiquetas
y estructuras que estereotipan a las personas de acuerdo con sus
características biológicas, sociales, económicas, entre otras. Incluso
cuestionan las etiquetas que definen a la propia comunidad LGBTTIQ+,
en tanto que argumentan que, así como las condiciones de posibilidad no
son las mismas para todas las personas heterosexuales, tampoco lo son
los homosexuales, transexuales, asexuales, etc. (BARKER y SCHEELE,
2020).
De ese modo y con base en dichos aportes, la perspectiva de
género no sólo cuestiona las estructuras de dominación basadas en la
heteronorma, sino también los estereotipos que se conforman en torno a
la sexualidad, la discapacidad, la raza, la identidad, entre otros. Así, la
perspectiva de género se conforma como un lente analítico de amplio
alcance que, de acuerdo con BARKER y SCHEELE (2020), puede
materializarse en varios sentidos: como movimiento activista, como
campo de estudio o como enfoque teórico.
3. LOS ESTUDIOS ORGANIZACIONALES Y SU ENFOQUE
CRÍTICO
Recientemente, desde las escuelas brasileña y mexicana de los EO,
se emprende una reflexión sobre el campo para repensar su sentido
crítico. Desde sus orígenes, los EO son conceptualizados como una serie
de conversaciones provenientes de los estudiosos del campo que buscan
profundizar en los paradigmas, métodos y supuestos sobre las
organizaciones desde distintas aristas (CLEGG y HARDY, 1996). Este
origen sustentado en el diálogo, ha buscado cuestionar de forma crítica la
propuesta tanto de la Administración como de la Teoría de la
Organización (TO), incorporando distintas corrientes de pensamiento
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para analizar los fenómenos organizacionales, diferentes variables de
análisis y una mirada crítica a las diversas racionalidades en la
comprensión de los fenómenos sociales (GONZALES-MIRANDA y
RAMÍREZ, 2017).
En América Latina continuamente se establece el diálogo respecto
de los EO, de modo que se busca configurar una visión propia del
campo, que incluya las formas organizacionales propias de la región, y
con ello superar las barreras del idioma propias de los textos
fundacionales. Aunque el desarrollo del campo es heterogéneo, y las
posturas de los distintos académicos tienen diferentes tintes, cada vez
tiene una presencia mayoritaria dentro de las escuelas de administración y
aquellos espacios enfocados a las ciencias sociales Son representativas las
escuelas de Brasil, Colombia y México (GONZALES-MIRANDA y
RAMÍREZ, 2017).
Ahora bien, recuperando los diálogos sobre una perspectiva crítica
de los EO, desde la escuela brasileña, la tradición del pensamiento crítico
incorpora las vertientes en primer lugar, de la teoría crítica y el marxismo,
donde la reflexión se orienta a temas como la explotación del trabajo, las
luchas sociales y la crítica a la economía política del poder y la
organización por mencionar algunas; en segundo lugar, se encuentran los
trabajos que incorporan los Critical Management Studies (CMS); y por
último, en tercer lugar, el análisis crítico desde el posestructuralismo y el
posmodernismo, desde donde se visibilizan temáticas como la estética, el
género, sexualidad, espacio, tiempo, identidad, cultura, entre otras
(GONZALES-MIRANDA y RAMÍREZ, 2017).
En el camino hacia la consolidación de los Estudios Críticos
Organizacionales (ECO), es representativo el trabajo de MISOCZKY
(2017), en el cual se problematiza la crítica en los EO. Para la autora es
importante recuperar las teorías propias de la tradición original del
pensamiento social latinoamericano que antecede a los estudios
poscoloniales. Así, MISOCZKY (2017) señala que la crítica en los EO
consiste en:
Contraponer la versión “positiva” de crítica que se hace
desde el interior del management sin cuestionarlo en su
esencia y en su función para la reproducción de las
estructuras sociales que constantemente generan víctimas,
una crítica ética y ontológica. Lo que se debe hacer en
diálogo con la tradición de pensamiento social crítico
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latinoamericana, desde la filosofía hasta la administración,
incluyendo el conocimiento producido en la organización
de las luchas sociales. En el diálogo con nuestra propia y
muy fértil historia de pensamiento y de acción tenemos la
posibilidad de definir la crítica de la que hablamos cuando
decimos crítica en los EO, o mejor cuando decimos EO
latinoamericanos críticos (p. 147).
En México, los EO se inician a partir de la puesta en marcha del
Posgrado en Estudios Organizacionales en la Universidad Autónoma
Metropolitana Unidad Iztapalapa, espacio donde continuamente se ha
desarrollado la investigación privilegiando la consolidación de redes. La
postura crítica resalta al adherir aspectos propios de los EO en su
corriente europea para contraponer la postura a la TO estadounidense,
incorporando una mirada comprensiva de la realidad organizacional
(GONZALES-MIRANDA y RAMÍREZ, 2017).
Recientemente, Luis Montaño y David Arellano han iniciado la
discusión respecto del sentido crítico de los EO, inauguran el seminario
de Estudios Críticos Organizacionales con una participación nutrida de
estudiantes y académicos, quienes, desde sus intereses investigativos, han
abordado temas como: organización y descolonización, impacto del
discurso feminista en las organizaciones digitales, tecnologías disruptivas,
liderazgo en los estudios críticos, intervención en las organizaciones,
ecologismo, por mencionar algunas.
En este sentido, ARELLANO (2022), en el conversatorio
“Estudios Críticos Organizacionales” llevado a cabo en la Universidad de
Xalapa, explica que la crítica permite introducir en el análisis de las
organizaciones agendas que no son visibilizadas, tales como las injusticias,
el desastre ecológico, las desigualdades sociales, la dominación, la
explotación laboral, los efectos del capitalismo en las personas y las
organizaciones, entre otros.
Ante ello, ARELLANO (2022) plantea las siguientes
interrogantes: ¿Qué ha escondido la agenda modernista de las
organizaciones? ¿Qué sucede si hay otras formas de conocimiento
organizacional? ¿Qué tipo de organizaciones han sido minimizadas por el
proyecto de la modernidad universal y unívoca? Este punto nos permite
en este documento, plantear la posibilidad de acercarnos desde los ECO
a los estudios de género, incorporando a partir de ellos, temáticas que no
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han sido ampliamente exploradas como, por ejemplo, las teorías queer y
el cuerpo cyborg (RAMOS y CADENA, 2022).
Por último, para GONZALES-MIRANDA y ROJAS-ROJAS
(2020), los EO se han caracterizado desde su aparición por ser críticos
“resistiendo la mirada objetiva del enriquecimiento sin límites del
capitalismo y aquellos referentes simbólicos que se cuecen con el
hiperindividualismo banal y el ultraliberalismo que ha poroseado fronteras e
identidades nacionales” (p. 3). Entonces, para GONZALES-MIRANDA
y ROJAS-ROJAS (2020), la crítica consiste en:
Conocer y reconocer conversaciones previas sobre un
determinado tema, ya que toda crítica virtuosa exige estar
informado. El pensar crítico requiere reflexiones maduras y
atrevidas que trasciendan las modas y se interpone sobre el
statu quo. Cultivar la actitud crítica implica un acto de
rebeldía que pasa por procesos de pensamiento que
derrumban ídolos y narcisismos institucionalizados. Esto
permite una construcción de conocimiento y un aporte a lo
que aún no se ha dicho (p. 8).
Desde sus orígenes, los EO ostentan un sentido crítico para
contraponerse a la visión tanto de la administración, buscando construir
conocimiento sobre las organizaciones de manera que se pudiesen
incorporar distintas perspectivas teórico-metodológicas, dejando el
camino abierto para generar conversaciones sobre formas
organizacionales emergentes, fenómenos sociales y transformaciones en
el entorno, deben reconocerse cuatro aspectos. El primero, para la
integración de una visión propia de América Latina, debe incorporarse
como señala MISOCZKY (2017), la tradición del pensamiento crítico
latinoamericano, sus proyectos y luchas.
El segundo aspecto, siguiendo a ARELLANO (2022), es que
pudieran existir otras formas de hacer conocimiento sobre las
organizaciones, fuera de los esquemas planteados en los años de
existencia de los EO; también hay formas organizacionales que no han
sido exploradas lo suficiente y forman parte de nuestra realidad regional.
El tercer punto a destacar es que hay corrientes que requieren analizarse
desde los aspectos epistemológicos para repensar su esencia crítica, lejos
del funcionalismo (GONZALEZ- MIRANDA Y ROJAS-ROJAS, 2020).
El cuarto aspecto es sobre aquello que debe ser visibilizado y que no ha
sido ampliamente cuestionado en el estudio organizacional
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(ARELLANO, 2022). A continuación, se presentan algunos argumentos
sobre la importancia de la incorporación de la perspectiva de género a los
EO.
4. ARGUMENTOS PARA INCORPORAR LA PERSPECTIVA
DE GÉNERO EN LOS EO
Si bien la perspectiva de género ha estado presente en los EO
desde el surgimiento del campo, el desarrollo de trabajos donde el género
sea tratado de manera central no ha sido suficiente (CALÁS y
SMIRCICH, 2017). La incorporación de esta perspectiva al estudio
organizacional, argumentan CALÁS y SMIRCICH (2017), permite
identificar las relaciones y dinámicas establecidas a partir del género o del
sexo dentro de las organizaciones. Además, permite comprender y
cuestionar cómo aquellas promueven la dominación de hombres sobre
mujeres y la segregación de quienes no se ajustan a los parámetros
convencionales.
A ello, FERNÁNDEZ y PÁRAMO (2017) agregan que la
perspectiva de género puede aportar al análisis de las organizaciones, a
partir de teorías que permitan visualizar a los actores que han sido
segregados por no adecuarse a los parámetros convencionales. Para las
autoras, esto resulta pertinente principalmente en contextos como
América Latina, caracterizados por la riqueza de la diversidad, pero
también por una profunda desigualdad y segregación.
Desde los años noventa CALÁS y SMIRCICH (1996)
argumentaron la necesidad de incorporar la perspectiva de género al
estudio de las organizaciones, para profundizar el rol de la mujer en las
organizaciones y las situaciones de desigualdad que en ellas
experimentaba. Esta perspectiva, añaden ALVESSON y BILLING
(2009), permite analizar dimensiones de los fenómenos organizacionales
que han sido poco estudiadas desde otras perspectivas. Sin embargo, la
perspectiva organizacional (CONTRERAS y DE LA ROSA, 2013)
también puede contribuir a los estudios de género, en tanto que ofrece
diversas corrientes con aportes teóricos que ofrecen una explicación
crítica sobre cómo se conforman las estructuras organizacionales y
patrones de comportamiento que sustentan las relaciones de dominación
y segregación entre los integrantes.
Así lo argumentan CADENA y RAMOS (2022), ofreciendo una
serie de ítems donde ambas perspectivas pueden complementarse para un
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análisis organizacional o de género. Entre ellos se encuentran: la
configuración de las relaciones de dominación y poder de hombres
sobre mujeres en las organizaciones; el género y la asignación de roles
como base de la cultura organizacional y de los símbolos o
significados que dan sentido a la estructura de explotación en
determinadas organizaciones; y el género como una lógica
institucional que “funciona como un conjunto objetivo de referencias
que estructuran la percepción individual y simbólica de la vida social”
(p. 424).
Aunado a ello, CADENA y RAMOS (2022) destacan la
conformación de la familia, el patriarcado y el machismo como
instituciones que han legitimado las estructuras organizacionales
modernas; el género, el sexo y el amor como mitos que han sido
socialmente racionalizados y que han dado sentido a la subyugación
femenina en organizaciones como la familia; las teorías queer y los
estudios sobre nuevas masculinidades como herramientas teórico
analíticas para la deconstrucción de la concepción binaria del género
que prevalece en diversas organizaciones, especialmente de los países
en desarrollo como México.
En ese sentido, la perspectiva de género resulta necesaria en los
EO en tanto que permite visualizar al ser humano, más allá de los
roles impuestos socialmente u organizacionalmente; también ayuda a
comprenderlo desde la diversidad de sus expresiones y la complejidad
de los contextos organizacionales donde se desarrolla (RAMOS y
CADENA, 2022). Con ello, se impulsa fuertemente la consideración
de temáticas tan importantes en el contexto actual como la diversidad
sexual y la discapacidad; el abordaje de dichos temas contribuye a los
estudios realizados desde la antropología de las organizaciones, donde
el ser humano es comprendido en el contexto de la organización
como un ser biológico, psicológico y social, cuya identidad es
expresada a partir de sus comportamientos (CHANLAT, 1994, 1998).
Además del reconocimiento de la otredad, expresado en el
análisis de la diversidad, la perspectiva de género promueve en los EO
una crítica sustentada en la ética de la justicia (BURGOS, 2021); la
cual no sólo permita explicar las diferentes estructuras
organizacionales y su contexto, sino que también ayude a, como bien
argumenta MISOCZKY (2017), generar una empatía con las luchas
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sociales que en ellas se emprenden para erradicar la injusticia y lograr
el cumplimiento de los derechos.
5. A MANERA DE CONCLUSIÓN: RETOS DE LA
PERSPECTIVA DE GÉNERO EN LOS EO
Como se ha revisado a lo largo del documento, el concepto de
género hace alusión al conjunto de creencias, aspectos simbólicos y
atribuciones que se asocian a las características biológicas. Así, a través de
la perspectiva de género, es posible analizar de forma crítica cómo se
construyen las relaciones personales, grupales y colectivas en distintos
ámbitos teniendo en cuenta los aspectos simbólicos que intervienen en la
forma en que la sociedad institucionaliza las diferencias, reconociendo así
las desigualdades, subordinación y relaciones de poder asimétricas.
Aquella perspectiva puede incorporarse a distintos marcos teóricos
conceptuales y metodológicos, para abordar el objeto de estudio desde
una arista crítica que permite el reconocimiento de aquello que no se
atiene a la categoría dominante del género. Desde esta óptica, resulta
pertinente su incorporación al análisis organizacional, especialmente al
realizado desde los EO, ya que éste es un campo identificado por su
enfoque crítico y alternativo al estudio convencional.
La pertinencia de la perspectiva de género en los EO consiste en
que aquella mantiene un enfoque crítico que hace suyas las luchas sociales
y que es llevado a la academia en distintos aportes teóricos y
metodológicos que han buscado exponer la desigualdad que viven día a
día las mujeres en un sistema patriarcal y las personas que no siguen los
convencionalismos de la heteronorma. Ante ello, con la perspectiva de
género se puede dar voz a la diversidad de expresiones sobre conceptos
como género, sexo, cuerpo e identidad y romper con los esquemas
históricos de dominación hetero patriarcal y binarios.
Por otro lado, se ha apuntado que en los EO se muestra un
sentido crítico, al separarse de la visión funcionalista clásica de la
organización y optar por una visión integrativa de diferentes corrientes y
perspectivas que recuperan los fenómenos sociales, los aspectos
simbólicos y las diferentes lógicas que componen a la organización. De
igual manera, se postula que recientemente se ha buscado repensar dicho
carácter crítico, en el sentido de que se integren aquellos aspectos que
han sido invisibilizados, así como los aspectos epistemológicos sobre los
cuáles se construye el conocimiento en el campo, de igual manera, este
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sentido crítico permite abordar la multiplicidad de formas
organizacionales que conforman en panorama en América Latina.
Por último, se plantea que la integración de ambos campos de
estudio tiene múltiples posibilidades analíticas en el sentido de situarse.
Desde los Estudios Críticos Organizacionales, se busca no sólo una
visión utópica, sino una en la que se expongan las estructuras de
dominación en las organizaciones y las desigualdades e injusticias que han
permeado a su componente social, lo anterior trasciende la mera
comprensión y lleva a otro camino las futuras conversaciones en el
campo.
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Revista de Ciencias Humanas y Sociales. FEC-LUZ
BIODATA DE AUTORAS
Aydé Cadena López. Doctora y maestra en Estudios Organizacionales
por la Universidad Autónoma Metropolitana. Licenciada en Ciencia
Política y Administración Urbana por la Universidad Autónoma de la
Ciudad de México. Realizó un posdoctorado en economía solidaria e
innovación social en la UPIICSA del Instituto Politécnico Nacional. Ha
impartido cursos de licenciatura y posgrado en universidades públicas y
privadas, ha sido ponente en diversos congresos, publicado artículos
indexados y capítulos de libro. Es candidata en el Sistema Nacional de
Investigadores y sus principales líneas de investigación son: estudios
organizacionales, instituciones de educación superior, innovación social y
análisis de políticas públicas. Actualmente es profesora de la licenciatura
en Ciencia Política y Administración Urbana de la Universidad
Autónoma de la Ciudad de México.
Lorena Litai Ramos Luna. Doctora y maestra en Estudios
Organizacionales por la Universidad Autónoma Metropolitana.
Licenciada en Administración por la Universidad Autónoma
Metropolitana, Unidad Iztapalapa. Ha impartido cursos de licenciatura y
posgrado en universidades públicas y privadas, ha sido ponente en
diversos congresos, publicado artículos indexados y capítulos de libro. Es
candidata en el Sistema Nacional de Investigadores y sus principales
líneas de investigación son: estudios organizacionales. educación superior,
política educativa y lógicas institucionales. Actualmente es profesora-
investigadora de tiempo completo adscrita a la Licenciatura en
Administración del Departamento de Economía de la Universidad
Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa. Área de Investigación:
Organización y Sociedad.
UNIVERSIDAD
DEL ZULIA
Revista de Ciencias Humanas y Sociales
Año 38, Especial N° 29 (2022)
Esta revista fue editada en formato digital por el personal de la Oficina de
Publicaciones Científicas de la Facultad Experimental de Ciencias, Universidad del
Zulia. Maracaibo - Venezuela
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www.serbi.luz.edu.ve
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