Revista de Ciencias Humanas y Sociales. FEC-LUZ
El segundo criterio de clasificación se refiere a las denominadas
evaluaciones externas, en las cuales quien evalúa no forma parte del
órgano que diseña y/o gestiona la política, pues este tipo de evaluación es
llevada a cabo por evaluadores externos, ad hoc, especialmente
designados para su realización, o también, por organismos
gubernamentales autónomos, creados para ejercer la competencia
específica de evaluación en forma vinculante.
El tercer criterio de clasificación responde al sentido material, vale
decir, al contenido mismo de la evaluación, cuando el objeto de la
evaluación recae en el diseño y/o formulación de la política, denominada
evaluación de diseño bien sea, con enfoque en los planes de gobierno,
y/o de los programas contenidos en la ley de presupuesto. Esta
evaluación, también puede ser llevada a cabo por un organismo especial
creado para esa competencia, o por el organismo mismo responsable del
diseño, tal como se explicó anteriormente.
El cuarto criterio, se denomina evaluación de contenido y se centra en
diagnosticar la coherencia interna entre el problema, los objetivos,
población objetivo, población potencial y propósito del programa. Así
como, las metas y resultados que se esperan alcanzar, la relación entre
propósito y componentes diseñados. En definitiva, este tipo de sistema
de evaluación se enfoca en el diseño en sí de la política y, finalmente,
establece la esencia misma de la intervención pública y, en consecuencia,
su incidencia en el ciclo de política pública evaluada ex ante. No obstante,
dentro de este tipo de evaluación, también, se encuentra un subtipo de
evaluación, distinguida a partir del contenido evaluativo, vale decir,
responde al sector que evalúa, es el caso de las evaluaciones de
presupuesto, de planeación o de gestión y/o desempeño de la
organización pública (Cunill-Grau, 2009).
El quinto criterio de clasificación, se le denomina evaluación
intermedia (ex dure), y se refiere a evaluaciones que se enfocan en el
análisis del desempeño de un programa, proyecto o plan. Da cuenta de la
racionalidad y coherencia de los objetivos de la política, programa o
proyecto, durante su gestión misma. Estas evaluaciones se enfocan en
identificar variaciones, hallazgos, brechas, o distanciamientos entre el
programa originalmente diseñado y, lo que se está implementando. Este
tipo de evaluación intermedia o de proceso, tiene como propósito
mejorar el desempeño de los programas, durante su ejecución misma, o
también llamado déficit de implementación (Lahera, 2005) que, al fin de