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concepto es un sinsentido, cuando estas ideas inevitable-
mente tienen que estar plasmadas en un medio tangible para
poder ser protegidas?
A continuación se abordará el pensamiento de Wi-
lliam W. Fisher, quien es profesor de la Universidad de Har-
vard, especializado en propiedad intelectual. En su ensayo
titulado “Filosofía de la propiedad intelectual”, Fisher cita 4
teorías con razonamientos que justican la idea de propie-
dad privada: La teoría utilitarista, la que tiene como n lle-
var el bienestar social a su máxima expresión; la teoría del
trabajo de John Locke, la cual se expandirá más adelante;
la teoría de la personalidad, la cual argumenta que la pro-
piedad intelectual es esencial para el desarrollo personal y
expresión personal del individuo, siguiendo el pensamiento
de Immanuel Kant y Georg Hegel; y en último lugar, la teoría
de planicación social, la cual sostiene que la propiedad inte-
lectual debe ser vital en el modelado de una cultura atractiva
y justa, que promueva los valores democráticos.
Fisher en el ensayo previamente mencionado, con-
densa en 6 ideas la teoría del trabajo de John Locke, las cua-
les se citarán en las siguientes líneas:
“(1) La “razón natural” nos dice que los hombres tie-
nen “derecho a su preservación”, y la única forma practica-
ble en la que pueden sostenerse es apropiándose
individualmente de los materiales necesarios para
proporcionarles alimento y refugio.
(2) La obligación religiosa refuerza la proposición an-
terior. Dios no solo dio la tierra al hombre en común, sino que
le “ordenó” “someterla”, es decir, “mejorarla para el benecio
de la vida”, lo cual el hombre solo puede hacer trabajando en
ella y apropiándose de los frutos de ese trabajo.
(3) Las intuiciones sobre la autopropriedad apuntan
en la misma dirección. Cada persona claramente tiene “una
propiedad en su propia persona”, incluyendo el “trabajo de
su cuerpo y la obra de sus manos”. Parece natural que cual-
quier cosa con la que mezcle ese trabajo también le perte-
nezca a él.
(4) El valor moral del trabajo refuerza la idea anterior.
Dios dio el mundo a “los industriosos y racionales, ... no a la
fantasía o codicia de los pendencieros y contenciosos”. Por
lo tanto, es apropiado que los primeros adquieran, a través
de su trabajo, el título de propiedad sobre aquello en lo que
trabajan.
(5) Un sentido de proporcionalidad y justicia también
gura en la indagación. La mayor parte del valor de las co-
sas útiles para los hombres no deriva del valor de las ma-
terias primas de las que están hechas, sino del trabajo que
se invierte en ellas. Por lo tanto, no es “tan extraño” que, al
determinar si la propiedad debe asignarse al trabajador o a
la comunidad, la “propiedad individual del trabajo pueda su-
perar la comunidad de la tierra.”
(6) Finalmente, Locke se basa a lo largo del capítulo
en un conjunto de imágenes literarias de transformación pro-
ductiva. Al trabajar en tierra sin reclamar u otros recursos, el
trabajador los cambia de salvajes a domésticos, de crudos
a cultivados, de caóticos a ordenados, de sin sentido a con
propósito. La evidente deseabilidad de esa transformación
apoya una recompensa para el trabajador.”4
Estás seis ideas contienen elementos clave a la hora
de dar respuesta al problema que se ha planteado previa-
mente: ¿Quiere decir esto que la propiedad intelectual como
concepto es un sinsentido, cuando estas ideas inevitable-
mente tienen que estar plasmadas en un medio tangible para
poder ser protegidas?
Si bien la idea de la propiedad intelectual no deja de
estar abierta a debate, particularmente en el contexto del
comunicador visual, y viendo a las ideas como una fuente
inagotable de recursos para transformar y generar ideas nue-
vas y distintas a partir de las anteriores, se puede decir que
la propiedad intelectual tiene tanto la función de proteger al
que genera una idea, enfocándose en especial en la idea en
sí, protegida por la extensión tangible de la misma, y también
motivando a otros a obtener benecios y protección a partir
de su trabajo, basado en ideas previas pertenecientes a ter-
ceros; en pocas palabras, un renamiento constante de di-
chas ideas, lo que se ejemplicará en gura 4, la cual mues-
tra una hamburguesa tradicional como la idea original, y el
uso de lechuga en lugar de pan, como innovación, haciendo
la idea sucientemente diferente, pero sin duda siendo deri-
vada de la misma.
También es importante destacar que Fisher reconoce
que existe un contraste entre la idea de Locke de “un dere-
cho natural, no solo a los frutos que uno produce sino tam-
bién a la tierra misma”, y la idea de que cuando una persona
mezcla su trabajo intelectual con una idea existente, esta
persona tiene derechos de propiedad con el material original
que esa persona a generado, y no a la idea con la que esta
comenzó.