QUÓRUM ACADÉMICO
Vol. 21 Nº 2, Julio - Diciembre 2024. Pp. 43-85
Universidad del Zulia
Carlos Pineda1
El propósito de este artículo es examinar los elementos visuales y narrativos del largometraje «Hereditary» (2018) para comprender cómo se manifiesta lo siniestro en este filme. Para ello, se establece un marco teórico fundamentado en las teorías de reconocidos semiólogos como Roland Barthes (1982), Algirdas Julien Greimas (1983) y Umberto Eco (1988). La combinación de estos elementos contribuye a evocar una experiencia sensorial y emocional que toca los miedos más profundos del espectador. Además, el análisis se adentra en la estructura narrativa, dividiendo la obra en tres actos, y examina la evolución de los personajes, así como los temas centrales como los traumas familiares, el ocultismo y el destino oscuro ineludible.
Recibido: Septiembre 2024 – Aceptado: Octubre 2024
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3.0 Unported.
Semiotic analysis of the representation of the sinister in
the feature film «Hereditary» (2018)
The purpose of this article is to analyze the cinematic and filmic codes that underpin the representation of the sinister in the film «Hereditary» (2018). To this end, a theoretical framework based on the theories of renowned semiologists such as Roland Barthes (1982), Algirdas Julien Greimas (1983), and Umberto Eco (1988) is established. The methodology used in this study is qualitative, with a phenomenological and hermeneutic approach. The technique used was observation and content analysis applied to a corpus composed of the film "«Hereditary»" (2018). As the main finding, it was possible to determine, through the identification and analysis of cinematic and filmic codes, how the atmosphere of the sinister is constructed in this film.
Keywords: Semiotics, sinister, film.
La semiótica cinematográfica ofrece un marco valioso para comprender cómo los elementos narrativos, visuales y sonoros se entrelazan para crear significados en el cine. A través del análisis de los códigos fílmicos y cinematográficos, se puede apreciar cómo se puede estructurar audiovisualmente un filme para activar las reacciones más viscerales del espectador en torno a un determinado filme.
En este contexto, el concepto de «lo siniestro» emerge como un aspecto fundamental en la creación de atmósferas perturbadoras en el cine. La transformación de lo familiar en algo extraño y amenazante desafía las percepciones de conceptos que, inicialmente, parecen seguros, pero luego se convierten en entornos espeluznantes que reflejan las luchas internas de los personajes y sus traumas.
Cada elemento de una película de terror, desde la representación de las entidades malévolas hasta la organización de los espacios, puede examinarse por su habilidad para provocar y jugar con las emociones del espectador.
Esto proporciona una perspectiva singular sobre los miedos más profundos de la mente humana.
Según Sulbarán Piñeiro, Cruzco González y Cortés Urdaneta (2023), los códigos cinematográficos y los códigos fílmicos son sistemas de reglas y convenciones que organizan los elementos del film y permiten al espectador interpretarlos. Estos códigos abarcan diversos aspectos, desde la composición de la imagen hasta el montaje y la narrativa.
Los códigos cinematográficos son todos aquellos elementos alusivos a la técnica de generación de imágenes en el film (Cruzco, 2023):
Iluminación: Se refiere al estilo de iluminación utilizado en la película, que puede tener connotaciones específicas asociadas. Ésta puede crear atmósferas y simbolismos, variando según los personajes, situaciones y acontecimientos en la trama.
Encuadres: Los encuadres se refieren a los tipos de planos y angulaciones utilizados en la película. Cada tipo de plano y angulación conlleva connotaciones específicas y puede estar relacionado con los personajes, acciones y acontecimientos de la historia.
Color: La paleta de colores predominante en la película y la psicología del color son aspectos importantes de los códigos cinematográficos. Los colores empleados pueden tener connotaciones simbólicas y estar relacionados con los personajes, acciones y atmósferas de la trama.
Figuras convencionalizadas: Se refiere a los arquetipos culturales presentes en la película y las connotaciones asociadas a estas figuras. La relación entre las figuras detectadas y las intenciones comunicativas del director también es relevante en el análisis de este tipo de código.
Maquillaje y vestuario: El estilo de vestuario y maquillaje utilizado en la película está asociado con la naturaleza de los personajes y sus roles en la historia. Es así como la relación entre el vestuario y el color, así como los ambientes en los que interactúan los personajes, también es importante para el estudio de esta unidad de codificación.
Ambientes: La relación entre los ambientes mostrados en la película y los personajes que interactúan en ellos es un aspecto clave de los códigos cinematográficos, dado que los ambientes pueden reflejar conflictos, emociones y características de los personajes.
Sonido: La identificación de géneros musicales, efectos sonoros y atmósferas sirve a la construcción de connotaciones para las escenas, personajes y acontecimientos. Allí radica la importancia del estudio de este tip de códigos que, paradójicamente, es uno de los menos abordados dentro de la semiótica del cine.
Los códigos fílmicos son todos aquellos elementos alusivos a la narrativa que ayudan a construir el discurso y el relato del film (Cruzco, 2023):
Narración: Se refiere al tipo de narración utilizado en la película, que puede ser fuerte (esquema básico lineal en tres actos), débil (elementos narrativos pocos desarrollados o confusos) o antinarración (estructura narrativa no lineal con saltos temporales). La narración estructura la historia y guía al espectador a través de los eventos.
Personajes: Incluye la caracterización física, social y psicológica de los personajes en la película. En este aspecto, se analiza cómo se relacionan las apariencias físicas con las personalidades de los actantes y sus roles en la historia.
Procesos: Se refiere a los cambios y evoluciones que experimentan los personajes a lo largo de la película, ya sea que se trate de un proceso de mejora o degradación en su condición a lo largo de la trama.
Leit motiv: Son los indicadores recurrentes a lo largo de la película que señalan características del género o mensajes que el director desea transmitir. Los leit motiv ayudan a reforzar temas y emociones a lo largo de la historia y están estrechamente vinculados con la premisa del realizador y el tema de la obra.
Análisis del conflicto: Se desglosan los roles actanciales presentes en la película y se analiza cómo se establece y desarrolla el conflicto. En este proceso, se identifican los temas representados en la película y la ideología subyacente en la obra.
Premisa y temas: Es la proposición que involucra al personaje principal, el conflicto y el desenlace; es decir, es aquello que el autor quiere decir con su obra (Sulbarán, 2002).
En el cine de terror, lo siniestro se manifiesta a través de una variedad de elementos que provocan una respuesta emocional intensa en el espectador. Estos incluyen la tensión, la anticipación, el sobresalto y el horror visceral. La tensión se construye mediante el uso de elementos como la narración, la música, el sonido ambiental y la edición para crear un sentido de inquietud y malestar en el espectador. La anticipación se genera a través de la sugerencia de peligro inminente, utilizando técnicas como el encuadre, la iluminación y el ritmo narrativo para mantener al espectador en vilo. El sobresalto se logra mediante momentos de shock repentino, como saltos de edición y apariciones sorpresa, diseñados para provocar una reacción física instantánea en el público. El horror visceral se manifiesta a través de imágenes impactantes y perturbadoras, que desafían las expectativas y provocan una profunda sensación de malestar en el espectador.
Fuente: Sulbarán, Cortez y Cruzco (2023)
En conjunto, estos códigos fílmicos y cinematográficos trabajan en armonía para construir una narrativa visual y emocionalmente impactante, encapsulando la esencia de lo siniestro. La combinación de elementos visuales, auditivos y narrativos crea una experiencia cinematográfica inmersiva que cautiva al espectador y lo sumerge en un mundo inquietante,
donde fuerzas oscuras y traumas se entrelazan para dar vida a los más profundos temores del ser humano.
En semiótica cinematográfica, el concepto de «lo siniestro» (en alemán: das unheimliche) es un término central que proviene del psicoanálisis, particularmente, de Freud (1919). Este concepto refiere a la sensación inquietante que surge cuando algo familiar se vuelve extrañamente perturbador. Se asocia con lo reprimido que vuelve a la consciencia, generando un malestar difícil de identificar, pero intensamente presente
En el contexto cinematográfico, lo siniestro se activa cuando las imágenes, los personajes o los espacios, que el espectador percibe como cotidianos o conocidos, adquieren un carácter inquietante. A través de la puesta en escena, la narrativa y los elementos visuales, lo siniestro genera una disonancia entre lo que parece familiar y lo que revela su carácter amenazante o perturbador (López y Pérez, 2021). Las características clave de lo siniestro en el cine son:
Lo familiar convertido en extraño: El cine utiliza lo cotidiano y lo transforma en algo inquietante, como puede ser una casa normal que esconde secretos, una persona ordinaria con comportamientos inquietantes o entornos aparentemente comunes que ocultan una amenaza. La tensión proviene de la ruptura de la confianza que el espectador deposita en la normalidad.
El doble o el doppelgänger: Freud (1919) vincula lo siniestro con la aparición del «doble» (en alemán: doppelgänger), una figura que, aunque similar al protagonista, representa una amenaza o una versión distorsionada de sí mismo. En el cine, esto puede manifestarse a través de personajes que parecen duplicados, seres idénticos con una diferencia inquietante o situaciones en las que el «yo» se enfrenta a una versión distorsionada de sí mismo.
Repetición perturbadora: Otro aspecto del concepto freudiano de lo siniestro es la repetición de eventos o detalles. En el cine, la repetición de elementos, diálogos o acciones puede crear una sensación de
inevitabilidad y destino que evoca lo reprimido, como si el tiempo o los eventos se estuvieran cerrando sobre los personajes.
La presencia de lo no muerto: Lo siniestro también se asocia con la aparición de aquello que está en el umbral entre la vida y la muerte. Personajes espectrales, fantasmas o seres que parecen muertos, pero no lo están completamente. Esto refuerza la idea de lo reprimido que regresa de formas inesperadas y amenazantes.
El espacio y lo ominoso: En el cine, el espacio juega un rol crucial en la creación de lo siniestro. Espacios como casas antiguas, mansiones, calles vacías o ambientes desolados que, inicialmente parecen seguros, pueden convertirse en lugares de peligro oculto, donde lo no visible o lo secreto perturba el orden habitual.
Lo siniestro en el cine de terror es una herramienta para explorar los límites de la percepción e imaginación humana, desafiando al público a enfrentarse a sus miedos más profundos y a lo desconocido. A través de la representación de lo siniestro en la pantalla, se invita al espectador a adentrarse en un mundo oscuro y perturbador, donde la realidad se mezcla con la fantasía y lo irracional.
«Hereditary» (2018) («El legado del diablo» en Latinoamérica), ópera prima del director Ari Aster, es un inquietante descenso al horror psicológico que explora los temas de duelo, herencia familiar y cultos satánicos. La historia gira en torno a una familia que se ve sumida en un espiral de terror tras la muerte de su abuela (Infante, 2024).
Aster, a través de una narrativa meticulosamente construida y una atmósfera opresiva, logra crear una experiencia cinematográfica profundamente perturbadora que desafía las convenciones del género. Su estreno en el Festival de Sundance, en 2018, la posicionó como una de las películas de terror más importantes de los últimos años, recibiendo aclamación tanto de la crítica especializada como del público.
«Hereditary» (2018) transciende los clichés del género de terror para sumergir al espectador en una densa atmósfera de inquietud y discordia. A través de una meticulosa construcción narrativa, el largometraje entrelaza lo
siniestro con lo sobrenatural, explorando temas universales como el duelo, la culpa y la herencia familiar. El resultado es una experiencia cinematográfica que perturba tanto a nivel emocional como intelectual, invitando a una reflexión profunda sobre la naturaleza del horror y la fragilidad de la psique humana (Infante, 2024).
El uso de la luz en el cine es un elemento fundamental para la creación de atmósferas y la construcción del significado. Cuando se trata de generar atmósferas siniestras, la luz desempeña un papel crucial en la producción de sensaciones de miedo, inquietud o peligro (Acevedo, 2021). En términos de semiótica cinematográfica, la iluminación se convierte en un signo que, en interacción con otros elementos visuales y sonoros, contribuye a la producción de un sentido específico dentro del discurso fílmico (Barthes, 1982).
En «Hereditary» (2018), los estilos de iluminación desempeñan un papel clave en la construcción de la atmósfera y el desarrollo de los temas de la película, sobre todo a través de la manipulación de la luz para influir en la percepción psicológica y emocional del espectador, además de profundizar en las complejidades emocionales y psicológicas de los personajes.
Uno de los rasgos más distintivos de la película es su uso frecuente de iluminación tenue y la creación de sombras profundas. Esta técnica se asocia tradicionalmente con el cine de terror y suspenso, y en «Hereditary» (2018) se utiliza para generar una sensación sombría y tenebrosa.
Fuente: «Hereditary» (2018)
Las sombras no solo ocultan partes de la imagen, sino que también sugieren la presencia de lo desconocido, tanto a nivel físico como emocional. La oscuridad que rodea a los personajes simboliza su aislamiento y la opacidad de las fuerzas que están más allá de su control, como la herencia familiar y lo sobrenatural.
Otro tipo de iluminación que destaca a lo largo del filme, es la iluminación natural, especialmente, en los interiores domésticos. Esto ancla las escenas en una realidad tangible, lo que resalta la brutalidad de los eventos que ocurren en ese espacio. La luz diurna, en lugar de ser reconfortante, se convierte en un marco que revela la fragilidad de las relaciones familiares y permite que los horrores se filtren en la vida diaria, haciendo que lo ordinario se vuelva perturbador.
Fuente: «Hereditary» (2018)
En ciertas escenas, la iluminación adopta patrones irregulares o intermitentes, lo cual amplifica la sensación de caos e incertidumbre. Este recurso no solo sirve como señal de la inestabilidad mental de los personajes, sino que también alude a fuerzas externas y disruptivas que se filtran en sus vidas. La luz titilante puede interpretarse como una metáfora visual de la fractura entre la realidad y lo sobrenatural, lo consciente y lo inconsciente.
Fuente: «Hereditary» (2018)
Finalmente, la película también emplea el contraste lumínico para establecer tensiones visuales que reflejan la dualidad central de la narrativa: la vida familiar, aparentemente, normal contra las fuerzas oscuras que
amenazan con destrozarla. Las escenas más familiares, a menudo, están bañadas en una luz suave y uniforme, mientras que los momentos de tensión o revelación tienen un contraste marcado entre luz y sombra, lo que simboliza el conflicto entre lo visible (lo que los personajes creen entender) y lo oculto (la verdad profunda que se despliega).
En «Hereditary» (2018), la atmósfera siniestra juega un papel fundamental en la creación de una experiencia psicológica intensa, y la iluminación es esencial para lograr ese efecto. La película explora temas como el destino, la muerte, el trauma generacional, y lo sobrenatural, y todo esto se refleja en las atmósferas que el filme construye a través del uso simbólico de la luz.
Una de las atmósferas predominantes es la sensación de opresión, creada por la poca iluminación u oscura con sombras densas. A lo largo del filme, los personajes parecen estar encerrados, no solo físicamente en la casa, sino también emocionalmente en el legado de su familia. Las sombras, a menudo alargadas o dominantes, simbolizan las fuerzas invisibles que controlan a los personajes.
Este juego entre luz y sombra connota la dualidad entre lo visible y lo oculto: lo que los personajes pueden percibir contra lo que es verdaderamente amenazante. La oscuridad omnipresente refleja la idea de que el pasado y las decisiones familiares pesan sobre ellos, como un destino sombrío que acecha en las sombras, esperando manifestarse.
Muchas escenas clave tienen una iluminación tenue o difusa, creando una atmósfera de vulnerabilidad y fragilidad. A menudo, la luz no viene de fuentes artificiales, sino que parece filtrarse de manera natural a través de ventanas o lámparas suaves, lo que sugiere un mundo que es, en la superficie, normal. Sin embargo, esta normalidad está siempre al borde del colapso.
Muchas escenas clave tienen una iluminación tenue o difusa, creando una atmósfera de vulnerabilidad y fragilidad. A menudo, la luz no viene de fuentes artificiales, sino que parece filtrarse de manera natural a través de ventanas o lámparas suaves, lo que sugiere un mundo que es, en la superficie, normal. Sin embargo, esta normalidad está siempre al borde del colapso.
Figura 5. Iluminación tenue y difusa (natural y artificial)
Fuente: «Hereditary»(2018)
Este uso de la luz tenue connota el frágil equilibrio emocional y psicológico de la familia, en la que las tensiones subyacentes, como el dolor no procesado y los secretos familiares, están a punto de aflorar. La iluminación suave, en lugar de ser acogedora, provoca una sensación de inquietud, como si la aparente calma pudiera romperse en cualquier momento (Cluet, 2019).
En algunos momentos, la atmósfera está marcada por una división visual entre la luz y la sombra, lo que refleja la dicotomía entre el control y el caos. Esta técnica se emplea, por ejemplo, en las escenas en las que los personajes luchan por mantener una apariencia de normalidad frente al colapso inminente de su vida familiar. El contraste lumínico sugiere que, aunque intenten mantener el control, hay fuerzas oscuras que acechan y que inevitablemente desestabilizarán ese orden (Cluet, 2019).
Esta dicotomía sugiere la lucha interna de los personajes entre el deseo de entender y superar sus circunstancias y el hecho de que están atrapados en una realidad que escapa a su control. Las sombras y la oscuridad representan lo irracional, lo sobrenatural y lo trágico, mientras que las áreas iluminadas denotan un esfuerzo por aferrarse a lo racional y lo conocido.
Hacia el final de la película, la iluminación adquiere un carácter más surrealista y simbólico. En las escenas donde los personajes se enfrentan directamente a las fuerzas sobrenaturales que los han manipulado todo el tiempo, la luz toma un tono casi místico o ritualista. Los juegos de luces en tonos cálidos, con un fuerte contraste con las sombras, sugieren la revelación final de la verdad (Cluet, 2019).
Figura 6.- Contrastes lumínicos
Fuente: «Hereditary»(2018)
En la escena final, la atmósfera creada por la iluminación simboliza la culminación del destino ineludible de los personajes. Las connotaciones de estas atmósferas lumínicas son de fatalismo, de que todo ha estado predeterminado desde el principio, y que los personajes son meras marionetas de fuerzas mayores. La luz, en estos momentos, se convierte en un vehículo para manifestar lo sobrenatural como algo tanto aterrador como inevitable.
En «Hereditary» (2018), la iluminación no solo moldea la atmósfera general de la película, sino que también juega un papel clave en la caracterización visual de cada personaje, reflejando su estado emocional, psicológico y sus dinámicas dentro de la narrativa. A través de diferentes estilos de iluminación, el filme refuerza el aislamiento, el sufrimiento o la influencia de lo sobrenatural sobre cada uno de los miembros de la familia:
Annie: la madre atormentada.
La iluminación alrededor de Annie tiende a reflejar su estado emocional fragmentado y su progresiva desconexión con la realidad. En sus escenas, predominan los siguientes estilos:
Luz dura y focalizada: Annie a menudo aparece con iluminación dura y directa en su rostro, que resalta sus emociones intensas, sus expresiones de dolor y angustia. Esta luz, frecuentemente acompañada de sombras pronunciadas, simboliza la división interna entre su deseo de mantener el control y la realidad del colapso mental que está sufriendo. Las sombras profundas a menudo cortan parte de su rostro, reflejando su creciente fractura psicológica y la influencia del pasado familiar sobre su identidad.
Oscuridad: A medida que la historia avanza y Annie se sumerge en el misterio sobrenatural y su propia culpa, su entorno se vuelve más
oscuro, y las sombras se cierran alrededor de ella. La falta de luz suave y natural refleja su incapacidad de encontrar alivio emocional, haciendo que su entorno sea tan opresivo como sus pensamientos internos. La oscuridad en la que Annie se encuentra inmersa simboliza también el poder de las fuerzas invisibles que la rodean.
Luz difusa: En escenas de introspección, particularmente cuando Annie está sola y procesando su dolor o su trauma, la iluminación tiende a suavizarse. Este tipo de iluminación refleja su vulnerabilidad y el peso emocional que lleva consigo, pero también la idea de que sus propios miedos y traumas son más profundos de lo que puede manejar conscientemente.
(a)
(b)
Figura 7.- Luz dura focalizada (a), oscuridad (b), luz difusa (c)
(c)
Fuente: «Hereditary» (2018)
Peter: la culpa y la influencia externa.
Peter, el hijo adolescente, experimenta una transformación a lo largo de la película, y la iluminación que lo rodea cambia para reflejar su creciente vulnerabilidad frente a las fuerzas sobrenaturales.
Sombras y luz tenue: Peter es frecuentemente mostrado en habitaciones poco iluminadas o con luz tenue, lo que simboliza su desconexión emocional con su familia y la sensación de estar «a oscuras» con respecto a lo que realmente está ocurriendo. Las sombras que lo rodean
sugieren que hay algo oscuro sobre él, aunque al principio se trate más de una culpa psicológica que de una influencia sobrenatural.
Iluminación directa y dura: En las escenas finales, donde Peter queda completamente expuesto a las fuerzas sobrenaturales que han estado manipulando su destino, la iluminación se vuelve más dura y directa. Esto sugiere la inevitabilidad de su papel en la tragedia que ha envuelto a su familia y la revelación de su verdadera conexión con las fuerzas que lo rodean. La luz intensa lo coloca en el centro de la atención, subrayando que ha sido «iluminado» en el sentido trágico de la revelación final de su destino.
(a)
(b)
(c)
Fuente: «Hereditary» (2018)
Charlie: el enigma y la conexión con lo sobrenatural.
Charlie es, desde el principio, asociada con lo extraño y lo inquietante, y la iluminación en torno a ella refuerza su naturaleza enigmática y su conexión con el elemento sobrenatural.
Iluminación suave: En muchas de las escenas iniciales de Charlie, la luz es suave pero fría, lo que genera una sensación de incomodidad. No hay una amenaza directa en la forma en que está iluminada, pero la luz tenue y las sombras sutiles a su alrededor connotan que hay algo fuera de lugar, algo que no encaja en su personalidad o su papel dentro de la familia.
Fuente: «Hereditary» (2018)
Steve: la racionalidad que se desvanece.
Steve, el padre de la familia, es el personaje que intenta mantener una postura racional y lógica frente a los eventos que suceden a su alrededor. Sin embargo, la iluminación que lo rodea muestra su creciente impotencia y aislamiento.
Iluminación natural o fría: Steve es, a menudo, mostrado con iluminación natural, lo que sugiere su intento de mantenerse anclado en la realidad y su rechazo a la irracionalidad y al caos emocional que rodea a su esposa y sus hijos. La luz natural simboliza su deseo de proteger a su familia y resolver los problemas de manera lógica y racional.
Oscuridad creciente: A medida que los eventos sobrenaturales se intensifican y su control sobre la situación disminuye, Steve comienza a aparecer en entornos más oscuros, a menudo, envuelto en sombras. La oscuridad alrededor de él simboliza no solo la influencia de las fuerzas sobrenaturales, sino también su aislamiento emocional dentro de la familia. No puede controlar lo que sucede ni salvar a su familia, y la luz disminuida refleja esta impotencia.
Fuente: «Hereditary» (2018)
Joan: la amenaza oculta.
Joan juega un papel crucial como una figura, aparentemente, amable que luego se revela como parte central de los eventos sobrenaturales que manipulan a la familia Graham. La iluminación que se utiliza en torno a Joan refleja su doble naturaleza: una mezcla de confort engañoso y peligro encubierto.
Iluminación suave: La iluminación que rodea a Joan al principio es suave, pero con algunas sombras. En sus encuentros con Annie, la luz es agradable, lo que connota cercanía y confort. Este tipo de iluminación genera una atmósfera de confianza y seguridad en torno a Joan, haciendo que parezca una figura reconfortante, casi maternal. La luz suave y bien distribuida simboliza la fachada que Joan presenta como alguien genuinamente preocupado por ayudar a Annie a superar su duelo. Sin embargo, las sombras que genera esta luz suave indica que esta cordialidad inicial es engañosa, ya que en realidad está preparando el terreno para involucrarla en rituales ocultos.
Luz cálida difusa: A medida que Joan introduce a Annie en los rituales espiritistas, la iluminación en las escenas con Joan sigue siendo suave, pero adquiere un tono más cálido y difuso. Esto sugiere que, aunque Joan sigue siendo una figura aparentemente confiable, hay una creciente sensación de misterio e inquietud en torno a ella. Esta luz difusa alrededor de Joan simboliza su rol de guía hacia lo sobrenatural, atrayendo a Annie hacia algo desconocido y potencialmente peligroso. La suavidad de la luz refleja la sutileza con la que Joan manipula a Annie, llevándola gradualmente hacia una realidad que escapa de su comprensión.
Luz dura y fría: Cuando se revela que Joan forma parte de una secta oculta con intenciones malévolas, la iluminación cambia drásticamente. En sus apariciones más adelante, Joan se ve envuelta en luz dura y fría, lo que subraya la amenaza y el peligro revelado que representa, aparte de demostrar que esa actitud «comprensiva» o esos sentimientos que transmitía «confort» o «consuelo», han desaparecido para presentar a un ser desalmado que sólo le interesa que el ritual en el que se ha involucrado la familia Graham, sea ejecutado.
(a)
(b)
(c)
Fuente: «Hereditary» (2018)
En «Hereditary» (2018), se emplea la iluminación como un recurso semiótico clave para recrear lo siniestro, manipulando la luz para expresar tensiones emocionales, psicológicas y sobrenaturales. La iluminación tenue y las sombras profundas simbolizan el aislamiento y el poder incontrolable del pasado familiar, mientras que la luz natural, lejos de ser reconfortante, desestabiliza lo cotidiano al revelar horrores en la vida diaria. El contraste entre luz y sombra marca momentos de revelación emocional, reflejando la lucha interna de los personajes entre la racionalidad y las fuerzas oscuras que los rodean. Así, la luz se convierte en un signo de significados profundos que refuerza los temas del trauma generacional y el destino ineludible.
En «Hereditary» (2018) los tipos de planos empleados son clave para desarrollar una narrativa visual que intensifica el terror psicológico. Los predominantes son planos generales, planos medios y planos de detalles que subrayan temas como la fragilidad familiar, el trauma, y el oculto control del destino.
En el filme, los planos generales suelen enmarcar las escenas con una perspectiva distanciada que muestra a los personajes tanto en el exterior como en el interior, convirtiendo todo lo que les rodea en un personaje
más (Vilchez, 2017). Estos planos connotan la sensación de pequeñez y vulnerabilidad de los personajes frente a fuerzas invisibles que parecieran observarlos desde una distancia omnisciente. Esta técnica también ayuda a establecer el aislamiento de la familia y su incapacidad para escapar del destino que les rodea. El uso repetido de planos generales de la casa, desde el exterior, refuerza la sensación de que todo está predestinado, como si la casa fuese una especie de prisión.
Fuente: «Hereditary» (2018)
Los planos medios, que encuadran a los personajes desde la cintura o el pecho hacia arriba, se emplean con frecuencia en las interacciones familiares cotidianas. Sin embargo, lo interesante en «Hereditary» (2018) es cómo estos planos no sólo funcionan como un recurso narrativo convencional, sino que también transmiten una creciente sensación de incomodidad. Este tipo de plano, a menudo, se siente claustrofóbico, ya que, a pesar de enmarcar solo una porción del entorno, la atmósfera cargada de la escena hace que el espacio parezca comprimirse alrededor de los personajes. Es particularmente notable en escenas de discusión, donde los planos medios refuerzan el carácter asfixiante de las dinámicas familiares.
Fuente: «Hereditary» (2018)
El plano medio cuando es cerrado (desde el pecho) se emplea para capturar las expresiones faciales de los personajes en momentos de intensa emoción o revelación. Estos planos, especialmente en los rostros de Annie y Peter, permiten que el espectador se sumerja en la angustia, el dolor o el terror que experimentan. Las expresiones faciales se convierten en un vehículo para transmitir el trauma intergeneracional, destacando las tensiones internas que consumen a los personajes. Las connotaciones de este tipo de plano en
«Hereditary» (2018) giran en torno a la intensidad emocional y la pérdida de control, ya que el rostro es el único elemento visible, obligando al espectador a confrontar el sufrimiento o el miedo de manera directa.
Fuente: «Hereditary» (2018)
«Hereditary» (2018) también se distingue por el uso de planos detalle en objetos simbólicos. Las miniaturas que Annie crea son una parte crucial de la narrativa, y los planos detalle de estas maquetas no solo aportan una sensación de control (ella recrea escenas de su vida), sino también de impotencia, ya que estos objetos parecen representar a la familia como meros peones de fuerzas externas. El uso de planos detalle en estos momentos connota tanto obsesión como el destino inescapable, mostrando cómo las vidas de los personajes están siendo manipuladas y observadas al detalle.
Los diferentes tipos de planos cinematográficos en «Hereditary» (2018) construyen una atmósfera de lo siniestro al intensificar el terror psicológico y el sentimiento de fatalidad. Los planos generales crean una sensación de aislamiento y vulnerabilidad, mostrando a los personajes atrapados en un entorno que parece vigilarlos, mientras que los planos medios generan incomodidad en las interacciones familiares. Los planos medio cerrados destacan la pérdida de control emocional al centrar la atención en el rostro de los personajes, confrontando al espectador con su angustia. Finalmente, los planos de detalle de objetos simbólicos como las miniaturas de Annie
refuerzan la idea del destino ineludible, subrayando el control ilusorio sobre sus vidas.
«Hereditary» (2018) presenta un complejo entramado semiótico a través del uso de los colores, los cuales actúan no sólo como elementos decorativos sino como símbolos estructurales que enriquecen la narrativa visual y refuerzan las temáticas subyacentes. La interacción constante entre los tonos ocre, azul, rojo, verde y amarillo construye una red semiótica compleja que guía al espectador en la comprensión de los eventos que acontecen en pantalla, enmarcando la tragedia familiar dentro de un contexto visual profundamente simbólico.
Desde el inicio del filme, se utiliza una paleta cromática para establecer los ejes de tensión entre lo sobrenatural y lo real. El demonio Paimon (entidad sobrenatural y latente en el entorno de la familia Graham) es asociado principalmente con tonos ocre, mientras que Charlie es representada por el color naranja. Esta diferenciación se apoya en una teoría cromática básica: tanto el ocre como el naranja son colores contiguos en el círculo cromático RGB (Delgado y otros, 2021), lo que sugiere una proximidad conceptual entre el demonio y su huésped. Sin embargo, al no ser Charlie el huésped definitivo de Paimon, el naranja se presenta como una variación del ocre, lo que denota una disonancia entre ambos.
A lo largo del film, el uso de colores complementarios refuerza las dicotomías inherentes a la historia. El azul, complementario del ocre y el naranja, se presenta como una representación de lo «real» en contraposición con lo sobrenatural. En diversas escenas, los personajes que aún no han sido consumidos por la influencia demoníaca son vinculados con el azul, como es el caso de Steve, quien a lo largo del metraje se presenta como el personaje más sujeto en la realidad.
(a)
(b)
(c)
Fuente: «Hereditary» (2018)
El rojo, un color tradicionalmente asociado con el peligro y la violencia (Gómez, 2020), aparece de manera recurrente en momentos clave, señalando una inminente amenaza o transformación. Asimismo, el verde se vincula con el renacimiento (Gómez, 2020), particularmente con la resurrección del demonio Paimon, cuya liberación de Charlie y posterior ingreso en el cuerpo de Peter está claramente marcado por la aparición recurrente de tonos verdes a su alrededor.
El amarillo, asociado explícitamente con Paimon, simboliza su presencia y su creciente influencia sobre los personajes. Este color se ve intensificado en escenas que presagian eventos clave, como cuando Annie encuentra el libro amarillo sobre espiritismo y la posterior transformación de Peter en el recipiente final del demonio. La progresión de la influencia de Paimon se refuerza visualmente mediante el aumento de la saturación del amarillo en las escenas donde los personajes pierden contacto con la realidad.
Fuente: «Hereditary» (2018)
Otro elemento a destacar es la maqueta de la casa de Annie, la cual funciona como una metáfora de la manipulación tanto física como psicológica que los personajes sufren a lo largo de la trama. La inclusión de los colores ocre y azul en los escenarios en miniatura resalta la omnipresencia de Paimon, incluso en los espacios más íntimos y controlados de los personajes. La maqueta se convierte así en un microcosmos de la narrativa mayor, donde las vidas de los personajes son movidas como si fuesen piezas en un tablero de ajedrez por una fuerza superior.
Fuente: «Hereditary» (2018)
El uso del color en «Hereditary» (2018), construye lo siniestro mediante una compleja trama semiótica que articula la tensión entre lo real y lo sobrenatural. El ocre, asociado con Paimon, y el naranja, vinculado a Charlie, sugieren una proximidad entre el demonio y su huésped, mientras que el azul simboliza la realidad, contrastando con la influencia demoníaca. El rojo marca momentos de peligro y transformación, el verde simboliza el renacimiento corrupto de Paimon, y el amarillo intensifica su presencia. Esta paleta cromática no solo enriquece la atmósfera, sino que visualiza el progresivo desmoronamiento de los personajes en un mundo dominado por lo inhumano.
En «Hereditary» (2018), los arquetipos culturales presentes juegan un rol fundamental para articular una narrativa que profundiza en los miedos primordiales, la herencia maldita y las dinámicas familiares disfuncionales (Roblero, 2015). Desde la perspectiva de la semiótica cinematográfica, se puede identificar y analizar algunos de estos arquetipos con base en su simbolismo cultural y psicológico.
La madre terrible: Este es un arquetipo que conjuga lo fértil y lo devorador, recordando los miedos ancestrales a una maternidad sofocante o castradora (Roblero, 2015). Está representado tanto por Ellen (la abuela) como por Annie. Como en muchas narrativas de horror, invierte el rol de la madre: en lugar de nutrir y proteger, se convierte en una fuente de peligro y destrucción.
Annie, por otro lado, es una figura ambigua que encarna tanto aspectos protectores como destructivos de la maternidad. Su relación con sus hijos refleja el dilema de la madre que, aunque quiera proteger, también puede ser un canal de herencia maligna, algo que puede vincularse con el concepto de herencia generacional de traumas.
El héroe caído o el elegido trágico: Peter, el hijo adolescente, encarna un arquetipo de «el elegido», pero distorsionado. En lugar de una narrativa de superación o redención, Peter se ve atrapado en un destino que no puede evitar. El arquetipo del héroe tradicional en las culturas occidentales está marcado por un viaje de crecimiento y madurez, donde se enfrenta a desafíos que lo transforman en una figura trascendente (Roblero, 2015). En «Hereditary» (2018), este viaje heroico se invierte: Peter se convierte en un mero instrumento del plan macabro de fuerzas ancestrales.
Este arquetipo resuena con la noción trágica del destino ineludible, donde los personajes son arrastrados por fuerzas mayores, algo que remite a las tragedias griegas, donde los héroes no pueden evitar su destino predeterminado, lo cual añade una capa culturalmente rica de fatalismo (Roblero, 2015).
El demonio/trickster: El demonio Paimon, que es central en la narrativa oculta de la película, representa un arquetipo antiguo que se puede asociar tanto con el «demonio» como con el «trickster» (en español: «embaucador») de las culturas míticas. En la película, Paimon no es sólo una entidad maligna, sino también un símbolo de fuerzas ocultas e incomprensibles que manipulan la realidad. Este arquetipo del demonio desafía las nociones tradicionales de la moralidad y subraya la vulnerabilidad de los humanos frente a lo desconocido (Roblero, 2015).
El trickster, por otro lado, es una figura cultural que engaña, juega con las normas y trastoca el orden (Roblero, 2015). Aunque menos evidente, Paimon también encarna este papel, ya que su influencia y control se revelan lentamente, engañando tanto a los personajes como al espectador sobre la verdadera naturaleza de la realidad en la película.
El sacrificio: Charlie representa un arquetipo de sacrificio, no sólo en un sentido literal, sino también simbólico. En diversas culturas, la figura del «niño sacrificado» es común, ya sea para aplacar dioses, para sellar pactos o como una forma de asegurar la continuidad de un linaje (Roblero, 2015). En «Hereditary» (2018), su muerte es el catalizador de los eventos que desatan el plan oculto de la familia y conecta con tradiciones donde el sacrificio es necesario para acceder a un poder mayor.
Este arquetipo del sacrificio también se vincula a la idea de la muerte y el renacimiento, donde la eliminación de una vida (o de un ser) permite la manifestación de otro poder, lo que culturalmente conecta con ritos de pasaje y transformación (Roblero, 2015).
La casa como arquetipo del inconsciente colectivo: Finalmente, la casa, un elemento central en la película, no es simplemente un espacio físico. Desde una perspectiva arquetípica, la casa se vincula con el «inconsciente colectivo», un lugar donde residen los secretos familiares, las tradiciones ocultas y los traumas no resueltos. En
«Hereditary» (2018), la casa alberga no sólo a la familia, sino a las fuerzas que los dominan. La estructura física y simbólica del hogar, con su ático y sótano, refleja la profundidad del inconsciente y los
aspectos reprimidos de la psique familiar. Como muchos arquetipos arquitectónicos en el cine de terror, la casa representa el refugio convertido en prisión, un lugar donde los horrores internos salen a la superficie (Roblero, 2015).
Estos arquetipos en «Hereditary» (2018) no sólo contribuyen a la narrativa, sino que construyen una estructura simbólica que encarna lo siniestro en múltiples niveles: lo familiar que se vuelve amenazante, la inversión de roles tradicionales, el destino ineludible, y la revelación de fuerzas ocultas. A través de estos arquetipos, la película articula un horror que no sólo es visual o narrativo, sino profundamente psicológico, conectando al espectador con miedos universales.
El vestuario en «Hereditary» (2018) juega un papel crucial en la construcción de significados y en la amplificación de las tensiones psicológicas y emocionales que atraviesan los personajes. En términos de semiótica cinematográfica, el vestuario no es, simplemente, una elección estética: es un signo cargado de connotaciones que se inscribe dentro del sistema simbólico de la película (Calderón, 2009).
El vestuario de los personajes principales se caracteriza por su aparente simplicidad y cotidianidad. Las prendas que visten Annie, Steve y sus hijos parecen comunes y mundanas. Esto genera una sensación de normalidad que contrasta con los eventos sobrenaturales y trágicos que ocurren en la película. La neutralidad del vestuario se convierte en un signo de engaño: lo familiar y ordinario enmascara un subtexto de desintegración psicológica y hereditaria. De acuerdo con la teoría de los signos de Barthes (1982), se puede decir que el «significado denotativo» es un vestuario común, pero el
«significado connotativo» revela que bajo la superficie cotidiana subyace una herencia trágica e inevitable.
El uso de colores en el vestuario refuerza las dinámicas psicológicas entre los personajes. Los tonos apagados y terrosos predominan, evocando un entorno de opresión y melancolía. Annie, por ejemplo, a menudo viste ropa de tonos fríos, grises y azules, lo que refuerza su aislamiento emocional y la desconexión con su familia. Según la teoría semiótica de Greimas
(1983), estos colores funcionan como «actantes» que refuerzan su papel en la narrativa como una figura ambivalente: creadora (artista) y destructora (madre).
Hacia el final de la película, se introduce un cambio radical en el vestuario, especialmente con la revelación del culto. Aquí, las túnicas blancas que visten los miembros del culto tienen una connotación claramente ritual y sacra. El color blanco, comúnmente asociado con la pureza, se resignifica en el contexto del filme: no se trata de pureza moral, sino de una «pureza» en términos de devoción y lealtad a una causa macabra. El blanco se convierte en un signo del fatalismo inherente a la trama, sugiriendo que el destino de los personajes estaba sellado desde el principio, reflejando lo insoslayable de la herencia familiar y la imposición de fuerzas externas. En términos semióticos, el vestuario ritual es un «significante» que nos habla del retorno a lo ancestral y lo predeterminado.
Otro aspecto que se revela a lo largo de la película, es que el vestuario de los personajes refleja una progresiva despersonalización. Esto es especialmente evidente en el personaje de Annie, cuyo vestuario se vuelve menos individualizado y más uniforme en las etapas finales. Al igual que el sistema semiótico de Eco (1986), donde cada elemento del vestuario puede ser interpretado dentro de un «código cultural», la gradual uniformidad en el vestuario de Annie señala su pérdida de control sobre su propia identidad y agencia, siendo subsumida por fuerzas más grandes.
Con respecto al maquillaje, en «Hereditary» (2018) su uso juega un papel crucial tanto en la creación de atmósfera como en la construcción de los personajes. El maquillaje en el cine no es solo un elemento estético, sino un signo que comunica significados culturales, psicológicos y simbólicos (Ramírez, 2021).
En esta película, el maquillaje está cargado de significados que refuerzan temas centrales como el trauma familiar, la herencia psicológica y lo oculto. Cada uno de los personajes principales presenta un uso del maquillaje que revela algo más profundo sobre su estado emocional o su relación con las fuerzas invisibles que actúan sobre ellos.
Annie, madre de la familia, en varias escenas muestra un rostro marcado por la fatiga y el desgaste emocional. El maquillaje aquí, al no intentar embellecer sino resaltar su agotamiento, se convierte en un signo visual de
su creciente deterioro psicológico. A nivel connotativo, este desgaste no solo es personal, sino que simboliza el peso de la herencia maldita que carga la familia. El maquillaje sencillo y casi naturalista subraya la autenticidad de su sufrimiento, sugiriendo que el terror que experimenta no es solo mental, sino profundamente físico.
Charlie, la hija, tiene un aspecto peculiar e inquietante, que es amplificado por su maquillaje. Sus rasgos faciales acentuados mediante un maquillaje pálido y apagado contribuyen a generar una sensación de alienación. Semióticamente, este maquillaje puede verse como un signo de su desconexión del mundo y de su rol como un portal hacia algo más allá de lo humano. Su apariencia refuerza la idea de que no solo es diferente, sino que está marcada por fuerzas externas. El maquillaje aquí funciona como un signo del destino trágico que la acecha.
Fuente: «Hereditary» (2018)
El maquillaje de Peter juega un papel crucial en la representación de su deterioro físico y mental a lo largo de la película, actuando como un signo semiótico de su progresiva vulnerabilidad y la pérdida de control sobre su cuerpo y mente.
Al inicio de la película, el maquillaje de Peter es prácticamente invisible, lo que le otorga una apariencia juvenil y ordinaria, acorde con su papel de adolescente típico. Sin embargo, a medida que los eventos sobrenaturales y familiares se intensifican, su maquillaje comienza a reflejar los cambios drásticos en su estado emocional y físico.
En el transcurso del filme, el maquillaje de Peter se transforma para sugerir estrés y agotamiento. El uso de sombras bajo sus ojos y la palidez creciente de su piel son signos claros de su incapacidad para lidiar con los eventos traumáticos que ocurren a su alrededor. Estos detalles visuales no
sólo lo muestran exhausto, sino también cada vez más vulnerable a las influencias externas, tanto familiares como sobrenaturales.
Fuente: «Hereditary» (2018)
En escenas clave, después de haber experimentado momentos de intenso terror o dolor, el maquillaje de Peter resalta las consecuencias físicas. Las heridas y contusiones en su rostro, acentuadas mediante maquillaje, subrayan el costo que tiene para él el enfrentamiento con lo sobrenatural. Estas marcas son signos semióticos del castigo físico que acompaña su sufrimiento emocional, tomando en cuenta que en «Hereditary» (2018) lo mental y lo físico están profundamente entrelazados.
En la culminación de la película, el maquillaje de Peter se torna aún más significativo. Mientras es poseído por el espíritu de Paimon, su apariencia física sufre cambios sutiles pero impactantes. La palidez de su piel, los ojos enrojecidos y su rostro demacrado señalan la pérdida de su identidad y el dominio total de una fuerza externa sobre su cuerpo. El maquillaje en esta fase no sólo connota fatiga o angustia, sino que se convierte en un signo de la posesión misma. Es el marcador visual del control que el culto y las fuerzas ocultas ejercen sobre él.
Fuente: «Hereditary» (2018)
Aquí, el maquillaje adquiere una dimensión ritualista, vinculando a Peter con los elementos esotéricos de la narrativa. El deterioro visible de su rostro, el cual deja de pertenecerle, semióticamente sugiere que su cuerpo ya no es suyo, sino un vehículo para una entidad externa. Esto resuena con la tradición cinematográfica de representar la posesión a través de un maquillaje que «despersonaliza» al personaje, haciéndolo parecer más extraño y ajeno (Ramírez, 2021).
En «Hereditary» (2018), el vestuario y el maquillaje juegan un papel crucial en la creación de una atmósfera siniestra, actuando como signos semióticos que revelan la desintegración psicológica y la influencia de fuerzas ocultas sobre los personajes. El vestuario cotidiano y neutral, con tonos apagados, contrasta con los eventos sobrenaturales, sugiriendo una maldad sobrenatural subyacente con un destino inevitable. El maquillaje, por su parte, resalta el deterioro emocional y físico de los personajes, como el agotamiento de Annie, la alienación de Charlie y la progresiva posesión de Peter, subrayando la pérdida de identidad y control bajo la influencia de fuerzas oscuras.
En el análisis semiótico cinematográfico, el espacio escenográfico es un componente esencial para construir el significado en un film, y cuando se trata de generar una sensación de lo siniestro, su función es aún más relevante, ya que «personifica» las emociones de los actantes. Al respecto, Morin (1956), explica que las películas atribuyen características humanas a los espacios escenográficos, como si fueran seres vivos con emociones y capacidad de acción. Esto sucede porque el ser humano proyecta sus propias experiencias y sentimientos en ese entorno. El espacio escénico se convierte así en un reflejo de la psiquis y un lugar de encuentro entre lo real y lo imaginario.
En el caso de «Hereditary» (2018), los espacios exteriores, como el bosque y las carreteras, son fundamentales para articular la conexión entre lo «natural y lo sobrenatural». A diferencia de los interiores, que son opresivos y cerrados, los exteriores suelen ser abiertos, pero están asociados a lo incontrolable y lo desconocido. El bosque, en particular, connota lo irracional y lo oculto en muchas tradiciones culturales (Miranda, 1997), y en
la película sirve como el espacio donde los poderes sobrenaturales y el culto secreto operan fuera del control racional de los personajes.
A pesar de la apertura de estos espacios exteriores, no hay sensación de libertad. De hecho, las escenas clave que ocurren fuera de la casa, como el accidente en la carretera o los rituales en el bosque, refuerzan la idea de que el exterior también está contaminado por fuerzas malévolas. Así, tanto el interior como el exterior están marcados por lo inevitable, lo predestinado, subrayando que no hay escape posible de la maldición que afecta a la familia.
El «exterior» representa lo primitivo y lo caótico, pero no ofrece una alternativa al agobio del interior. Más bien, actúa como una expansión del mismo horror, donde las reglas del mundo natural se entrelazan con lo sobrenatural y lo irracional.
Con respecto a los espacios interiores, estos están cargados de connotaciones simbólicas (especialmente, el hogar de la familia Graham). Visualmente, la casa está estructurada casi como una «maqueta», esto se enfatiza con la afición de Annie a construir dioramas. Este espacio cerrado sugiere la idea de que los personajes son meros objetos controlados por fuerzas invisibles. En este caso, el hogar se convierte en una «trampa genealógica» de la familia, donde los individuos no tienen verdadera autonomía. La disposición de los espacios interiores genera una sensación de opresión y claustrofobia, acentuando que todo lo que sucede en el hogar está marcado por la tragedia y la fatalidad.
El «interior» refleja lo familiar, pero también lo más íntimo y personal, donde los personajes intentan mantener control sobre sus vidas. Sin embargo, el control es una ilusión, y lo que parecía ser un refugio se revela como un espacio de vulnerabilidad extrema.
En «Hereditary» (2018), el espacio escenográfico es clave para generar lo siniestro, ya que tanto los interiores como los exteriores comunican significados profundos. El hogar, simboliza la falta de autonomía de los personajes, atrapados por una maldición genealógica que los somete a fuerzas invisibles. Este espacio, que debería ser de seguridad, se convierte en una trampa opresiva, amplificando la sensación de fatalidad. A su vez, los exteriores, aunque abiertos, refuerzan lo incontrolable y lo sobrenatural, conectando lo familiar con lo irracional y mostrando que no hay escape del destino trágico que los rodea.
En «Hereditary» (2018), los elementos sonoros son fundamentales para la construcción del terror y la atmósfera siniestra que caracteriza a la película. La semiótica cinematográfica nos permite analizar cómo estos elementos sonoros, incluyendo la música, los efectos de sonido y el silencio, contribuyen a la narrativa y a la experiencia emocional del espectador.
La banda sonora utiliza una combinación de música diegética y no diegética para crear una sensación de inminente peligro. La música, en su mayoría cónsona y minimalista, se incorpora a lo largo de la película, aumentando la tensión en momentos clave. Este uso de acordes y tonalidades poco convencionales genera incomodidad y desasosiego, alineándose con los temas de la película sobre la angustia y el sufrimiento.
Los efectos sonoros son otro componente crucial. Se emplean ruidos sutiles, como el susurro del viento o el crujir de la casa, que refuerzan la sensación de aislamiento y vulnerabilidad de los personajes. Estos sonidos, a menudo presentes en el fondo, contribuyen a una atmósfera angustiosa, sugiriendo que algo oscuro está siempre presente, incluso cuando no se muestra explícitamente.
Los silencios también juegan un papel esencial en la película. En momentos de gran tensión, la ausencia de sonido puede ser tan impactante como la música misma. El silencio no sólo permite al espectador asimilar la angustia emocional de los personajes, sino que también crea anticipación, lo que aumenta el impacto de los momentos de ruptura sonora, como gritos o estallidos de violencia.
Los diálogos son cuidadosamente diseñados para reflejar la dinámica familiar y los traumas subyacentes. Las voces de los personajes, a menudo llenas de desesperación, añaden una capa emocional que se ve amplificada por el contexto sonoro. De igual manera, las interacciones familiares se ven influenciadas por el entorno sonoro, lo que enfatiza el conflicto interno y la desesperación.
El estilo de narración en «Hereditary» (2018) es del tipo fuerte, presentando la siguiente estructura en tres actos:
PRIMER ACTO | Comienza desde la invitación al sepelio de la abuela de la familia Graham y culmina en la fiesta a la que va Peter con Charlie. |
SEGUNDO ACTO | Comienza cuando Peter debe salir de emergencia de la fiesta con Charlie en brazos debido a que ella sufre un choque anafiláctico y termina cuando Peter es poseído por Paimon en la escuela secundaria. En esta parte ocurren los dos puntos giros de la trama: la muerte de Charlie y el descubrimiento por parte de Annie del ritual que hizo su madre para atraer a Paimon. |
TERCER ACTO | Comienza cuando Steve recibe el email por parte de la funeraria con imágenes de la profanación de la tumba de la madre de Annie y termina cuando Peter es coronado como la reencarnación de Paimon. |
Fuente: Pineda (2024)
Desde la semiótica cinematográfica, los personajes de «Hereditary» (2018) son construidos a través de signos y códigos que revelan tanto sus características físicas como sus dimensiones psicológicas. En la película se emplean múltiples estrategias visuales y narrativas para transmitir la carga emocional y el destino trágico de cada personaje.
Annie:
Características físicas: Annie se presenta con una apariencia que refleja una mujer madura, algo descuidada en su aspecto, lo cual enfatiza la carga emocional que lleva. Su rostro suele mostrar expresiones de ansiedad, agotamiento y frustración. Los encuadres que la muestran tienden a usar
planos cerrados, que subrayan su estado mental encerrado y la creciente claustrofobia que siente ante su propia vida.
Características psicológicas: Annie es un personaje marcado por un profundo trauma familiar. Como artista, intenta drenar sus emociones a través de sus maquetas, una manifestación visual de su intento de control en un entorno caótico. El filme utiliza el espacio doméstico como símbolo de su mente, donde lo abyecto y lo cotidiano se mezclan. Sus emociones son complejas: una mezcla de amor y resentimiento hacia su familia, especialmente hacia su hijo Peter. Se subraya su sensación de pérdida y la creciente paranoia que la consume, enmarcándola en situaciones de aislamiento tanto emocional como físico.
Charlie:
Características físicas: Charlie es retratada con una apariencia que acentúa su «otredad». Su rostro, sus gestos y sus expresiones son extrañas y algo inquietantes. La cinematografía hace uso de la luz y la sombra para acentuar su diferencia respecto a los demás personajes, destacando sus movimientos torpes y su desconexión con el mundo.
Características psicológicas: Psicológicamente, Charlie se siente fuera de lugar en el mundo que la rodea, como si no perteneciera a él, y esta sensación es amplificada por su relación asimétrica con su madre. A nivel semiótico, sus creaciones con objetos inusuales (como los juguetes que fabrica) son indicativos de su visión distorsionada del mundo. Hay un simbolismo de lo primitivo y lo oculto en su comportamiento, que anticipa la revelación final sobre su papel dentro de la trama sobrenatural.
Peter:
Características físicas: Peter es representado como un adolescente que físicamente parece más vulnerable de lo que su comportamiento superficial sugiere. Su postura, su mirada perdida en ciertos momentos, y su interacción con el entorno escolar evidencian un joven que está abrumado por el peso de su vida familiar y la expectativa social. Se presenta frecuentemente en encuadres que lo muestran descentrado, lo que semióticamente puede interpretarse como la desintegración de su psique.
Características psicológicas: Peter es el receptor de la culpa familiar, no sólo por el accidente de Charlie, sino por ser el depositario involuntario de
las expectativas de su madre. Psicológicamente, su arco es el de una víctima, pero también el de alguien que busca desesperadamente la liberación de una familia disfuncional. A lo largo de la película, sus gritos, su sufrimiento físico y emocional, así como su progresiva desorientación, construyen un signo claro de alguien que está siendo conducido a un destino que no puede controlar.
Steve:
Características físicas: Steve se presenta físicamente como un hombre racional, moderado, pero algo cansado. Su postura corporal refleja agotamiento emocional, pero también una necesidad de mantenerse como el pilar de estabilidad dentro del caos familiar. Las imágenes que lo muestran con ropa casual y de tonos azules refuerzan esta imagen de alguien que intenta imponer calma y orden.
Características psicológicas: A nivel semiótico, Steve representa la negación del irracionalismo que devora a su familia. En muchas escenas, es el personaje que busca soluciones prácticas, como llamar a la policía a causa del cadáver mutilado en su ático. Psicológicamente, es una figura pasiva que, aunque intenta proteger a su familia, se encuentra impotente ante las fuerzas sobrenaturales que amenazan su hogar. Esto lo convierte en un símbolo de la lógica y la razón frente al abismo de lo inexplicable.
Joan:
Características físicas: Joan aparece como una mujer mayor que, en la superficie, parece comprensiva y acogedora, con un semblante tranquilo. Su aspecto físico de baja estatura y obesidad la hace parecer frágil, empalmando perfectamente con su trato maternal y amistoso. Sin embargo, esta imagen física contrasta con su verdadera naturaleza, y este contraste es clave en la construcción de su personaje como figura manipuladora.
Características psicológicas: Joan es el puente entre lo cotidiano y lo sobrenatural. Al principio, parece ser una amiga bienintencionada que ayuda a Annie a lidiar con su duelo, pero su verdadero papel es el de facilitadora del mal. Semióticamente, encarna la traición y la manipulación emocional, ya que utiliza las vulnerabilidades de Annie para sus propios fines. Joan es un agente del caos disfrazado de estabilidad, y su papel como guía dentro de la secta la convierte en una figura de poder y peligro.
Un leit motiv se refiere a un motivo o elemento recurrente, ya sea visual, auditivo o temático, que adquiere un significado simbólico y contribuye a la coherencia temática y emocional de una obra fílmica (Piñeiro Otero, 2015). Estos elementos se repiten a lo largo de la película para enfatizar conceptos clave, personajes o emociones, brindando un hilo conductor que coadyuva a la comprensión y la experiencia del espectador. En «Hereditary» (2018), los leit motiv desempeñan un papel crucial en la creación de su atmósfera oscura y en la articulación de los temas subyacentes:
Las maquetas como reflejo del destino y el control: Uno de los principales leit motiv de «Hereditary» (2018) es la presencia de las miniaturas y maquetas que Annie, la protagonista, construye. Estas miniaturas representan una reflexión semiótica sobre el control y el destino. El mundo en miniatura es una metáfora visual del universo determinista en el que los personajes parecen estar atrapados. Al igual que las figuras en las maquetas de Annie, los personajes en la película están siendo manipulados por fuerzas superiores, simbolizadas por el culto y la influencia demoníaca. La miniatura funciona como un comentario sobre la incapacidad de los personajes de controlar sus propias vidas, subrayando el tema del destino ineludible.
El sonido del «clic» de la lengua: Este sonido característico, que emite el personaje de Charlie, aparece repetidamente en la película, incluso después de su muerte. Este leit motiv sonoro se convierte en un símbolo de la presencia persistente de lo sobrenatural. En semiótica, un sonido repetido como este puede adquirir un valor icónico, cargado de significado más allá de su función inicial (Eco, 1986). El «clic» llega a ser asociado no sólo con Charlie, sino con la influencia de fuerzas más oscuras que operan a través de ella. Este sonido señala un tránsito entre lo mundano y lo espiritual, prefigurando eventos sobrenaturales y reforzando la atmósfera siniestra.
El motivo de las cabezas: Las decapitaciones recurrentes a lo largo de la película son otro leit motiv central, que señala un vínculo con temas mitológicos y rituales. En la semiótica, la decapitación puede entenderse como un signo que sugiere una separación entre el cuerpo
y el alma, lo material y lo espiritual (Miranda, 1997). Esta dicotomía está presente en la narrativa de la película, donde el sacrificio físico está íntimamente ligado a los rituales demoníacos y al control espiritual. La decapitación se convierte en un signo visual de la destrucción de la integridad personal y familiar, acentuando el terror corporal y existencial que la película explora.
El análisis del conflicto, según Greimas (1983) consiste en la interacción entre dos sistemas de valores opuestos, representados por oposiciones semánticas. Estos conflictos generan la dinámica de una narrativa, impulsando la transformación de los sujetos y su búsqueda de equilibrio, lo que proporciona profundidad y significado a las historias, permitiendo a los analistas desentrañar las estructuras subyacentes en los textos y discursos.
El reparto de «Hereditary» (2013) es numeroso, conllevando a la diversificación de los conflictos. Por ello, esta investigación sólo analiza el conflicto principal, debido a que este es el que conecta y sustenta los conflictos del resto de los actantes en el filme. Sin embargo, es imperativo reconocer que, aunque uno de los actantes de este conflicto no es un personaje activo dentro de la trama, es gracias a él que ocurre el conflicto principal. Considerando esto, los roles se representan de la siguiente manera:
Fuente: Pineda (2024)
Paimon es el Sujeto debido a que es el actante que hace posible el desarrollo de la narrativa. Tiene la función de alcanzar al Objeto, en este caso, una situación y es reencarnar en Peter.
El Destinador está representado por la abuela y Annie, porque son ellas quienes motivan a Paimon a reencarnar en Peter: la abuela lo hizo a través de un rito mientras vivió y Annie al invocar de manera involuntaria a Paimon durante el rito en su casa para «contactar» a Charlie. El Destinatario es representando por la Peter, en virtud que es el ser escogido para «recibir» a Paimon.
El Ayudante está representado por Charlie, por ser el primer «recipiente» de Paimon; Annie es quién lo «invoca» y posteriormente lo «contiene» transitoriamente; Joan, al ser una sacerdotisa, se encarga de que el ritual sea completado; y la secta, porque son los que coadyuvan a Joan a ejecutar su tarea. El Oponente también es representado por Annie, debido a que ella,
al descubrir las intenciones que tuvo su madre (la abuela) evita a toda costa que el ritual se ejecute.
Según Greimas (1983), la premisa es el nivel más abstracto de un discurso, donde se establecen las categorías semánticas fundamentales que son la base del texto. El tema, por otro lado, es el nivel intermedio que define las relaciones y oposiciones entre estas categorías, proporcionando el significado específico de un discurso. Juntos, la premisa y el tema son esenciales para desvelar la estructura profunda de un mensaje y su significado subyacente en el análisis semiótico.
De lo anterior, se desprende que la premisa de «Hereditary» (2018) es:
«no puedes librarte de la herencia maligna». Los temas representados en el filme son los siguientes:
«libre albedrio», donde los personajes creen estar tomando decisiones libres, cuando en realidad parecen ser peones de un plan más amplio y maléfico.
Estos temas son rasgos recurrentes de lo siniestro en el cine de terror, debido a que contribuyen a crear una experiencia emocionante y aterradora para el espectador (Acevedo, 2021). Estos elementos se combinan para generar tensión, suspenso y un sentido de inquietud que define el atractivo del género del terror.
El análisis conjunto de los códigos cinematográficos y fílmicos, con lo siniestro, permite una comprensión más profunda de cómo estos elementos se articulan para generar una experiencia emocionalmente impactante. En
«Hereditary» (2018), la iluminación, los encuadres y el uso del color no solo establecen una atmósfera de terror, sino que también reflejan las luchas internas de los personajes y su conexión con fuerzas sobrenaturales. La manipulación de estos códigos genera una narrativa visual que explora temas como el trauma generacional, el destino y la impotencia, estableciendo un vínculo entre la estructura fílmica y el impacto siniestro en la percepción del espectador.
Los códigos cinematográficos y fílmicos se entrelazan para crear una experiencia narrativa rica y compleja en el cine. La caracterización de los personajes implica una dualidad de rasgos físicos y psicológicos, y sus evoluciones reflejan conflictos centrales que guían el relato. Los leit motivs y el análisis del conflicto ayudan a entender la interacción de los actantes y el porqué de su comportamiento.
Todo lo anterior contribuye en la construcción de lo siniestro, trasformando lo familiar en inquietante, creando una atmósfera que desafía la percepción del espectador. En este sentido, lo siniestro se manifiesta a través de la disonancia entre lo cotidiano y lo amenazante, donde los personajes enfrentan versiones perturbadoras de sí mismos, un doppelgänger que refleja sus luchas internas.
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