QUÓRUM ACADÉMICO

Vol. 22 Nº 1, Enero-Junio 2025. Pp. 69-86

Universidad del Zulia


Integración del periodismo en salud en el currículo de medicina para fortalecer las habilidades comunicativas


Gregory Reyes Acevedo1


Resumen

El objetivo de este trabajo es evaluar las habilidades comunicativas en estudiantes de medicina con la finalidad de incluir el periodismo en salud como parte integrante del currículo de la carrera. La metodología fue mixta y la población considerada fueron los estudiantes y docentes de la carrera de medicina, que constituyeron un total de 2978 estudiantes y 210 docentes, de los cuales se seleccionó una muestra probabilística de 93 estudiantes y una muestra intencional de 15 docentes. Las técnicas utilizadas para la recolección de la información fueron la observación, encuesta y entrevista estructurada. Los resultados indicaron que los estudiantes poseen un desempeño de las habilidades comunicativas. La triangulación de la información determinó que es imperativo reestructurar los planes de estudio para promover una perspectiva interdisciplinaria en el desarrollo de las habilidades comunicativas.

Palabras clave: Periodismo en salud, habilidades comunicativas, currículo, medicina.


Recibido: Febrero 2025. Aceptado: Marzo 2025


1 Técnico Superior Universitario en Publicidad y Relaciones Públicas (UNIR). Estudiante del 7mo semestre de Comunicación Social (Universidad Cecilio Acosta). Experto en Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad del Zulia. Diplomado en Educación Superior y Componente Docente de la Universidad del Zulia. Articulista e investigador en temas inherentes al estudio de la comunicación y las relaciones públicas. Correo: <postgradodemedicinagregory@gmail.com.


Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento - NoComercial - CompartirIgual

3.0 Unported.



Integration of health journalism into the medical curriculum to strengthen communication skills

Abstract

The objective of this study was to evaluate the communication skills of medical students in order to include health journalism as an integral part of the curriculum of the career. The methodology was mixed and the population considered were the students and teachers of the medical career, which constituted a total of 2978 students and 210 teachers, from which a probabilistic sample of 93 students and a purposive sample of 15 teachers were selected. The techniques used for data collection were observation, survey and structured interview. The results indicated that students have a generally sufficient performance of communication skills; the triangulation of the information determined that it is imperative to restructure the curricula to promote an interdisciplinary perspective in the development of communication skills.


Keywords: Health journalism, communication skills, curriculum, medicine.


  1. Introducción


    Actualmente, en Venezuela, hay una progresiva inserción de la divulgación de noticias relacionadas con la salud en los medios de comunicación corporativos, pero este auge no ha ido necesariamente acompañado de una alta calidad en el tratamiento y articulación tanto de los tópicos como de los contenidos periodísticos. El país está cada vez más rodeado de epidemias, con enfermedades nacientes y antiguas, con un sistema sanitario inerte y en medio de un éxodo sin precedentes de profesionales de la salud, lo que genera necesidades de información difíciles de responder por los periodistas con formación tradicional.

    La medicina actual enfrenta una paradoja: pese a sus importantes avances tecnológicos, a medida que las herramientas de diagnóstico se han ido sofisticando, la relevancia de la semiología clínica ha disminuido. Esta circunstancia ha creado una disonancia entre el médico y el paciente


    que repercute en la calidad de la atención y en la relación médico-paciente (Vega, 2020).

    En el campo de la medicina, el periodismo de salud se revela como una valiosa herramienta de formación. La comunicación efectiva, un desafío crucial en la promoción de la salud y la prevención de enfermedades, se presenta como una competencia fundamental en la educación médica superior. A tal efecto, se presentan cambios, uno de los cuales es la incorporación formal de las habilidades interpersonales y de comunicación en los planes de estudio de la facultades de medicina (Suarez, Gross y Cubela, 2022).

    El periodismo en salud es una disciplina especializada en comunicar con claridad y precisión información sobre salud, patologías, terapias y sistemas sanitarios, por lo cual debe entenderse como el saber comunicar con precisión utilizando un lenguaje accesible. De allí que, en el área de medicina, se ha hecho notable la necesidad imperiosa de una comunicación científica como componente esencial de la difusión del conocimiento médico, es evidente que la comunicación mediante el periodismo en salud constituye una responsabilidad que repercute en cientos y miles de personas (Menéndez y otros, 2021).

    El primordial vehículo de interacción entre los seres humanos es la comunicación, en sus más diversas manifestaciones. Aunque la comunicación puede servir a fines muy variados a través de los medios de comunicación de masas (por ejemplo, pedagógicos, políticos, divulgativos, propagandísticos, de esparcimiento, de índole religiosa, etc.), el objetivo primordial suele ser incidir directamente o indirectamente en la percepción pública. En ese caso, la salud es un tema que no está ausente de las leyes generales.

    Por esas razones, durante la etapa universitaria, es fundamental poseer unas adecuadas habilidades comunicativas, dado que hay que manejar un cuantioso volumen de información y saberes, así como comunicarse e interactuar eficazmente, facilitando la comunicación de un discurso diáfano, concreto, preciso e intangible, logrando el alcance deseado de modo congruente y articulado (Espinoza y otros, 2019).

    Esta línea de pensamiento hace hincapié en la necesidad de habilidades comunicativas para el futuro profesional de la medicina, que tendrá que ser capaz de explicar de forma precisa y concreta temas de salud, lo que


    requiere conceptos, habilidades y procederes técnicos. Además, el profesor tiene que saber transmitir los conocimientos que ayudarán a los alumnos a desarrollar esas habilidades comunicativas.

    En ese sentido, el concepto de comunicación clínica se basa en la interacción entre los expertos en salud o entre ellos y sus pacientes, familiares o asociados cercanos. Esta comunicación puede ser verbal, escrita, en persona, por teléfono, electrónicamente o por videoconferencia. Desde una perspectiva multidisciplinar e interprofesional, esta idea de comunicación implica no sólo al médico y al paciente, sino también a otros interlocutores como los familiares, los asistentes, los colegas y el personal sanitario (Villegas, 2017).

    El aspecto fundamental de la interrelación entre personas que les permite el contacto, el diálogo y la participación en el conocimiento mutuo es la comunicación, concebida como un mecanismo para comprender y divulgar el sentido de las cosas. Al mismo tiempo que se considera una competencia, también es una vía para exteriorizar la identidad en una relación. Respecto a esto, la definición de competencia comunicativa es variada y no existe un único acuerdo. Aun así, se han propuesto diferentes visiones globales que intentan abarcar la totalidad del concepto. Consiste en las habilidades, conocimientos y destrezas que docentes y estudiantes ponen en juego al comunicarse (Camus y otros, 2019).

    Igualmente, Vila y otros (2024) citan a Hymes (1972), quien afirma que es la capacidad de las personas para elaborar expresiones que no sólo se ciñan a las normativas de la gramática, sino que también sean sociológicamente relevantes. Asimismo, al citar a Canale y Swain (1996), la competencia comunicativa implica la integración de las destrezas lingüísticas, discursivas y sociales que permiten participar con éxito en una comunidad lingüística determinada, para interactuar de forma efectiva y competente en cualquier entorno de comunicación.

    La importancia que tienen las competencias comunicativas en el ámbito de medicina está dada porque en su vida cotidiana, todos los miembros de la comunidad universitaria, especialmente alumnos y profesorado, deben desempeñar una gran cantidad de tareas educativas. Estas actividades implican comprender, interpretar, evaluar y reflexionar sobre una gran cantidad de información. También se espera de ellos que comuniquen


    y presenten sus ideas a los demás en diversos contextos, como charlas, conferencias, debates o seminarios. Por último, se espera que lleven a cabo investigaciones con el objetivo de resolver problemas de la comunidad. Es evidente que todas estas operaciones mentales requieren una gran dependencia de las habilidades comunicativas. En consecuencia, estas habilidades son esenciales para el trabajo académico cotidiano, por lo que su desarrollo es una parte esencial de la trayectoria educativa de cada persona (Morales-Escobar y Flórez-Parra, 2022).

    En medicina, al abordar el desenvolvimiento de una comunicación eficaz, a menudo se centra la atención en la interacción médico-paciente, ignorando la necesidad de incluir a otras partes interesadas importantes, como los familiares, el personal sanitario y la comunidad. Al mismo tiempo, se subestiman los conocimientos, competencias y actitudes esenciales que subyacen a dicha interacción, cuya ausencia impide cualquier forma de comunicación, incluida la oral, la escrita y la corporal.

    Las disciplinas básicas tienen como objetivo primordial preparar al estudiante para entablar una comunicación efectiva con el paciente, lo que requiere el desarrollo de habilidades generales de comunicación, redacción y dominio del lenguaje corporal, elementos indispensables en la práctica médica. Es imprescindible una expresión clara y comprensible, un tono de voz adecuado, un contenido emotivo pertinente y la erradicación de muletillas como “este” y otras.

    Una comunicación bien redactada incluirá contenidos específicos del tema que sigan un orden determinado (por ejemplo, introducción, cuerpo y conclusión) y que eviten divergencias inútiles. Por otro lado, la comunicación no verbal que se manifiesta por medio de gestos oculares, ademanes corporales relacionados con el interés, nerviosismo, agitación, entre otros, que serán descodificados como una conducta admisible o inaceptable por parte del interlocutor.

    Si bien algunos expertos afirman que las competencias y habilidades comunicativas son inherentes a cada individuo y no pueden enseñarse, otros sostienen que pueden desarrollarse mediante programas educativos estructurados y coherentes. A lo largo de la formación profesional, sobre todo durante las prácticas que pretenden consolidar la base teórica y la experiencia práctica del estudiante, se produce una evolución de las


    habilidades y competencias transversales a otras más especializadas y sofisticadas (Villegas, 2017).

    A la hora de elaborar planes de estudio que contemplen la comunicación en el ámbito de la medicina, hay que tener en cuenta una amplia gama de elementos internos y externos. Entre ellos se incluyen los contextos institucional, profesional y sociosanitario, así como los aspectos individuales de estudiantes, profesores y pacientes. A través de las interacciones con los compañeros y el profesorado, cada estudiante crea una experiencia única en su proceso de aprendizaje.

    Es indispensable tener en cuenta una serie de factores inherentes a cada estudiante al diseñar los planes de estudio. Estos incluyen su sexo, rasgos distintivos de carácter, entorno sociocultural, bagaje académico y vivencias precedentes. Asimismo, es crucial adoptar una perspectiva centrada en el paciente en las propuestas curriculares del área de la salud, pues esto permite hacer una valoración de las vivencias y circunstancias particulares de cada individuo, fomentando así la autonomía en el cuidado personal y el compromiso activo en el proceso de terapéutica.

    Como ya se ha dicho, la preparación de los estudiantes se ha centrado en las aptitudes y los conocimientos técnicos, que, aunque son vitales, no bastan para fomentar el pleno desarrollo humano. Es necesario superar esta visión estrecha y adoptar una perspectiva más amplia que incluya el desarrollo integral del individuo. En todos los ámbitos, pero especialmente en los relacionados con la atención de la salud, es vital esta visión holística del ser humano, que reconoce la importancia de todos sus aspectos. Lo primordial en la atención de la salud son la interacción interpersonal y la construcción de relaciones fundamentadas en la confianza.

    Los elementos relacionales y emocionales, así como los aspectos técnicos de la atención clínica (como la estructura de la entrevista), deben ser considerados en los diseños curriculares. Es fundamental que los estudiantes adquieran las habilidades necesarias para establecer relaciones terapéuticas con los pacientes y para gestionar sus propias emociones en el marco de la práctica clínica. Es necesario redefinir el papel del alumno, que debe dejar de ser visto como un destinatario de contenidos para convertirse en un sujeto activo que experimenta, siente y piensa. El alumno tiene capacidad para solucionar las dificultades y se le debe animar a reflexionar y debatir


    sobre las situaciones a las que se enfrenta para que desarrolle sus propias estrategias de resolución de problemas (Villegas, 2017).

    La enseñanza de la comunicación en el contexto médico es, por desgracia, insatisfactoria. Las universidades asignan una proporción ínfima de su plan de estudios a esta materia, y en las residencias la situación es aún más grave. La formación continuada en comunicación es esencial para el desarrollo profesional, ya que facilita la adquisición de nuevos conocimientos, la consolidación de los ya existentes y la optimización de la práctica clínica (Chaparro, 2022).

    En este contexto, la comunicación ha superado las fronteras disciplinarias y se ha establecido como una competencia primordial en todos los ámbitos, incluido el de salud. Los profesionales de la salud deben dominar un amplio conjunto de habilidades comunicativas para desempeñar eficazmente sus funciones (Petra-Micu, 2012). Los retos comunicativos en el entorno sanitario se centran, principalmente, en las interacciones con los pacientes y las dinámicas de equipo.

    Visto de esta manera, la comunicación se establece como una competencia esencial en el ámbito quirúrgico, ya que estudios como los de Anaya y otros (2011) han demostrado que las deficiencias en la comunicación entre el personal sanitario están directamente relacionadas con los errores y complicaciones durante las intervenciones. Estos errores pueden estar relacionados con la configuración del trabajo, las circunstancias particulares de cada intervención quirúrgica y la dinámica del equipo, factores que en última instancia dependen de la calidad de la comunicación y la confianza recíproca entre los miembros del equipo, así como de su capacidad para resolver problemas en un entorno tan exigente como el quirófano.

    Es por ello que, se ha enfatizado la relevancia que tienen los currículos para desarrollar la comunicación como competencia fundamental en la práctica médica, con el fin de mejorar la relación médico-paciente y complementar las habilidades clínicas técnicas (Estévez Abad y Estévez Vélez, 2021). La comunicación debe considerarse, por tanto, como una habilidad que se perfecciona con la práctica continuada, al igual que las competencias técnicas propias de la medicina, como la exploración física o la interpretación de pruebas diagnósticas.


    Este enfoque curricular pretende formar profesionales más integrales y humanizados, por medio del dominio de las dimensiones comprendidas en las habilidades comunicativas. Según Chaparro (2022) estas son:

    1. Comprensión lectora, referida a hacer hincapié en los conceptos fundamentales de la gramática, el vocabulario, los medios y códigos ortográficos, que son esenciales para comprender y transmitir el significado de las frases.

    2. Dominio sociocultural del lenguaje, consiste en la capacidad de adaptar y elaborar estrategias lingüísticas para llevar a cabo objetivos comunicativos en contextos diversos, teniendo en cuenta variables socioculturales y contextuales,

    3. Pragmática lingüística, que significa tener la habilidad de modificar el lenguaje según las necesidades comunicativas de cada circunstancia, lo que implica una manera adaptativa y creativa,

    4. Coherencia textual, entendida como el proceso creativo mediante el cual se elaboran mensajes lingüísticos consistentes y articulados, los que se adaptan a las necesidades y expectativas de la audiencia y cumplen las convenciones de los distintos géneros discursivos.

    En el caso de la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia se ha evidenciado que los estudiantes de primer curso presentan deficiencias significativas en las habilidades comunicativas fundamentales, incluyendo la expresión verbal y escrita, la comprensión lectora y la producción textual. A pesar de las intervenciones pedagógicas aplicadas, estas dificultades persisten y se intensifican en el contexto clínico, donde los estudiantes se enfrentan a problemas para interactuar con el equipo quirúrgico y los pacientes, evidenciando ansiedad y dificultades en la expresión verbal.

    Esta situación evidencia la necesidad de reforzar la formación en comunicación en los programas académicos, ya que las habilidades comunicativas son esenciales para el éxito profesional. Considerando que el periodismo en salud posee un considerable potencial para el desarrollo y mejora de las habilidades comunicativas en los futuros profesionales de la medicina, quienes tendrán la capacidad para educar, informar y empoderar a la población sobre cuestiones de salud, llevó a la realización de este artículo con el objetivo de evaluar las habilidades comunicativas en estudiantes


    de medicina con la finalidad de incluir el periodismo en salud como parte integrante del currículo de la carrera.


  2. Materiales y métodos

    Se empleó una metodología mixta, de tipo cuali-cuantitativo, en relación con el enfoque cuantitativo se trató de un estudio descriptivo, con diseño no experimental, transversal y de campo. El enfoque cualitativo se orientó a la exploración y comprensión del fenómeno o hecho y de las experiencias, percepciones y significados que los actores sociales les atribuyen a diferentes situaciones. Al respecto, “La ruta se va revelando o cimentando tomando en cuenta al contexto y los acontecimientos que suceden acorde se despliega el estudio” (Hernández y Mendoza, 2018:7).

    La población considerada en el estudio fueron los estudiantes y docentes de la carrera de medicina, que constituyeron un total de 2978 estudiantes y 210 docentes, de los cuales se seleccionó una muestra probabilística de 93 estudiantes y una muestra intencional de 15 docentes. Las técnicas utilizadas para la recolección de la información fueron la observación, encuesta y entrevista estructurada.

    La observación se aplicó sobre los aspectos contenidos en el currículo y relacionados con el tema del periodismo en salud, así como sobre los estudiantes participantes en el estudio. La encuesta utilizó como instrumento un cuestionario para recoger los datos referidos a las habilidades comunicativas desarrolladas por los estudiantes. La entrevista estructurada utilizó un formato para entrevistar a los docentes.

    Para el análisis de los datos se empleó el programa estadístico para las ciencias sociales SPSS versión 23, mediante el cual se determinó estadística descriptiva con valores de frecuencias y porcentajes. Asimismo, se aplicó la triangulación para el análisis de las categorías determinadas en las habilidades comunicativas, resultantes del análisis cualitativo del currículo de la facultad de medicina.

    Con el fin de llevar a cabo el procedimiento de investigación se realizó una reunión previa con el grupo de estudiantes que participarían en el estudio a fin de hacer de su conocimiento el propósito de la investigación y


    los pasos a seguir en su realización. Posteriormente, se efectuó la revisión del currículo para ser analizado.

    Luego se procedió a observar las habilidades comunicativas de los estudiantes mediante la aplicación del cuestionario, con el cual se evaluaron las dimensiones de las habilidades comunicativas: comprensión lectora, dominio sociocultural del lenguaje, pragmática lingüística y coherencia textual. Además, se realizaban las entrevistas a los docentes que participaron en la investigación. Finalmente, se procedió a determinar los resultados y las conclusiones.


    1. Resultados

      De los estudiantes que participaron en el estudio el 75% correspondió al sexo femenino y 25% al sexo masculino, mientras que la edad promedio fue de 21 años. Los hallazgos encontrados en las respuestas del cuestionario se muestran por dimensiones en las siguientes figuras.

      Figura 1. Comprensión lectora


      Fuente: Gregory (2025)

      En cuanto a la comprensión lectora se evidenció que el 55% de los estudiantes que formaron la muestra tienen un nivel suficiente de comprensión lectora, lo que significa que son capaces de comprender y transmitir el significado de las oraciones, mientras que en menor porcentaje el 31% alcanzó un nivel inadecuado y 14% adecuado. En ese sentido, es esencial para los estudiantes tener una buena comprensión lectora que les permita extraer información relevante y precisa de los textos médicos para


      tomar decisiones clínicas informadas y brindar atención de calidad a los pacientes.

      Asimismo, resulta primordial la comprensión lectora para poder leer y comprender la literatura científica relevante, así como para redactar informes de investigación y artículos científicos Igualmente, para tener éxito como estudiantes de medicina y convertirse en médicos cualificados y eficaces, la comprensión lectora a un nivel suficiente es fundamental. Les permite comprender textos médicos complejos, comunicarse eficazmente con pacientes y colegas, mantenerse al día de los avances médicos, participar en actividades de investigación y desarrollar habilidades de pensamiento crítico.

      En la evaluación de la dimensión dominio sociocultural del lenguaje, vista en la siguiente figura, se evidencia el uso del lenguaje adecuado por los estudiantes al interactuar en diversos escenarios.

      Figura 2. Dominio sociocultural del lenguaje



      Fuente: Gregory (2025)

      En los resultados de la dimensión dominio sociocultural del lenguaje se encontró que un alto porcentaje de estudiantes se ubicaron en el nivel adecuado y en menor proporción otros en el nivel suficiente. Al respecto, el desarrollo profesional en cualquier campo requiere un dominio adecuado del lenguaje, tanto en su dimensión lingüística como social. En el campo de la medicina, esta destreza se considera aún más importante, ya que la comunicación eficaz con pacientes, colegas y otros especialistas sanitarios es fundamental para prestar una atención de calidad.


      Tener en cuenta factores como el nivel educativo, las creencias religiosas y las costumbres culturales es esencial para adaptar el lenguaje y el estilo de comunicación a las características socioculturales de cada paciente. El establecimiento de una relación de confianza y colaboración entre médicos y pacientes se ve facilitado por la capacidad de los médicos para comprender las preocupaciones, temores y expectativas de sus pacientes, a lo que contribuye a su vez el dominio adecuado del idioma por parte de los médicos.

      Figura 3. Pragmática lingüística



      Fuente: Gregory (2025)

      Los resultados para la dimensión pragmática lingüística se observó un rendimiento suficiente en los estudiantes evaluados, y otros mostraron una ejecución inadecuada en el uso de los recursos lingüísticos. Esto implica que los estudiantes como futuros médicos pueden adaptar su lenguaje y estilo de comunicación para mejorar la comprensión y el establecimiento de una relación de confianza con los pacientes, tomando en cuenta su nivel educativo, origen cultural y estado emocional. Solución de problemas complicados debido a que Permite a los médicos ser claros, empáticos y comprensivos en situaciones delicadas como cuando se hace noticias malas o explica procedimientos complejos.


      Figura 4. Coherencia textual



      Fuente: Gregory (2025)

      Con relación a la dimensión coherencia textual se encontraron porcentajes altos de niveles suficiente e inadecuado, indicando el bajo dominio de las construcciones gramaticales y los recursos discursivos necesarios para construir textos coherentes y cohesionados. Esto implica que la capacidad de los estudiantes para comprender textos médicos, comunicarse con pacientes y colegas y participar en actividades de investigación y docencia puede verse afectada negativamente por un nivel moderado o inadecuado de coherencia textual. En su carrera profesional y para brindar atención de calidad a los pacientes, es esencial que los estudiantes adquieran esta habilidad.

      En relación con el análisis del currículo, aunque el perteneciente a la escuela de medicina incluye componentes destinados a desarrollar las habilidades comunicativas, se observó una falta de coordinación entre las cátedras, lo que limita una educación integrada en este ámbito, se evidenció la inclusión de la asignatura electiva Destrezas en la redacción de documentos científicos, destinada a la elaboración de tesis, artículos, ensayos y otros, pero no como materia orientada a fomentar habilidades comunicativas.

      Si las cátedras tratan la comunicación de manera aislada, sin relación con otros contenidos del currículo, los estudiantes pueden no comprender la relevancia de las habilidades comunicativas en el contexto de la práctica médica actual. Es posible que los alumnos no tengan tantas oportunidades de practicar sus habilidades comunicativas en situaciones reales o simuladas, como entrevistas con pacientes, presentaciones de casos clínicos o discusiones en equipo, debido a la falta de coordinación entre las cátedras.


      Es vital que la facultad de medicina establezca mecanismos de coordinación eficaces, entre las cátedras que integran el currículo, para garantizar que los estudiantes reciban una formación integral en comunicación que les permita desenvolverse con competencia y seguridad en su futura actividad profesional.

      Por otra parte, el entorno de las prácticas preprofesionales se considera un lugar privilegiado para el desarrollo de las habilidades de comunicación, esenciales para el ejercicio profesional de la medicina, en las prácticas los futuros médicos deben adquirir las habilidades comunicativas necesarias para interactuar eficazmente con pacientes y colegas, que es lo que se busca al realizar una evaluación rigurosa. Se puede apreciar en el diseño curricular la falta de un propósito por el desarrollo de las competencias comunicativas, que debe ser considerado para contemplarlo en el currículo.

      En ese sentido, la formación inadecuada en habilidades de comunicación puede deberse a la falta de un objetivo claro en el currículo de medicina. La calidad de la atención médica y la seguridad de los pacientes pueden verse afectadas si los estudiantes no tienen las habilidades necesarias para comunicarse eficazmente con pacientes, colegas y otros profesionales sanitarios. Es vital que las facultad de medicina tenga un objetivo claro para el desarrollo de las habilidades comunicativas en el plan de estudios y que adopten estrategias de enseñanza, práctica y evaluación que permitan a los estudiantes adquirir y desarrollar eficazmente estas habilidades.

      Al triangular la información, el análisis efectuado concuerda en gran medida con las opiniones de los educadores y con el contenido del currículo, infiriendo que es imperativo reestructurar los planes de estudio para promover una perspectiva interdisciplinaria en el desarrollo de las habilidades comunicativas, a pesar de las asignaturas individuales que muestran una escasa orientación metodológica, es necesaria una mayor integración de estos conocimientos, que posiblemente se lograría con la inclusión en el currículo del periodismo en salud como un medio de información que permita a los estudiantes comunicar con claridad y precisión información sobre salud.

      En el análisis realizado condujo a inferir que la muestra de estudiantes de medicina posee un desempeño de las habilidades comunicativas en general considerado suficiente, debido a que demostraron tener comprensión lectora


      al saber expresar el significado de los enunciados leídos, haciendo un uso suficiente de sus habilidades en diversos contextos socioculturales, saben expresar sus ideas y con una estructura de la conversación.

      Sin embargo, es notorio el hecho de estudiantes con un desempeño inadecuado de sus habilidades comunicativas. Este último hecho puede deberse a que los estudiantes experimentan una disonancia entre los conocimientos teóricos adquiridos y la aplicación práctica de las habilidades comunicativas en el sector salud, lo que subraya la necesidad de la inclusión de materias electivas en el currículo sobre periodismo en salud que permita mejorar las mencionadas habilidades.

      Así, en la comprensión lectora, los resultados demostraron que los estudiantes consiguen articular sus pensamientos de forma clara y coherente dependiendo del contexto comunicativo, lo cual significa que, al analizar las habilidades comunicativas desde una perspectiva de la comprensión, se entiende que los estudiantes dan sentido a lo que oyen y dicen en clase considerando sus contextos y experiencias específicos. El dominio socio,cultural del lenguaje resultó favorecido en los estudiantes, demostrando que se expresan de manera adecuada en el entorno sociocultural donde se desenvuelven. En la pragmática lingüística, los hallazgos sugieren que los alumnos han interiorizado mejor las reglas gramaticales y ortográficas, lo que les permite construir textos y oraciones coherentes y apropiados para el ámbito de la comunicación en salud. Y respecto a la coherencia textual, muestran suficientes niveles de coherencia y cohesión en sus expresiones orales. Sin embargo, se evidenciaron estudiantes con un nivel inadecuado de coherencia textual lo que disminuye la calidad de los textos escritos por ellos.

      Por lo tanto, se infiere de los resultados que es esencial que en la escuela de medicina sigan fomentando y mejorando las capacidades de lectura, escritura y expresión oral, ya que son cruciales para desarrollar competencias transversales que optimicen el trabajo en equipo y favorezcan prácticas seguras a nivel de la salud. Desarrollar habilidades cognitivas, comunicativas y socioemocionales es un objetivo principal de los currículos, además de formar a estudiantes críticos y comprometidos con la sociedad.

      Al contrastar estos hallazgos con otros investigadores se encuentran similitudes con Chaparro (2022), al determinar niveles favorables en las


      habilidades comunicativas de los estudiantes de ciencias de la salud de una universidad colombiana. Coincidiendo también con lo expresado por Villegas (2017), al revisar la comunicación en el currículo médico, afirma que, en los planes de carrera de medicina, la comunicación debe ser un pilar fundamental, siendo esencial que se incluya de forma explícita y estructurada en los currículos debido a su relevancia en la práctica médica. No obstante, a pesar de su relevancia, la enseñanza de la comunicación a menudo ocurre de manera informal, lo cual debe cambiarse. La clase de comunicación tiene que tener un propósito y basarse en objetivos claros, y el profesor desempeña un papel crucial en este proceso, actuando como modelo a seguir por los alumnos.

      Por otra parte, investigadores demostraron resultados diferentes, Suárez y otros (2022), al caracterizar habilidades comunicativas en estudiantes de medicina encontraron insuficiencias resaltantes de las mismas no permitiéndoles comunicarse de manera efectiva en el contexto de la salud.


  3. Conclusiones


    En el ámbito de la salud, la comunicación va más allá de la mera transmisión de información. Es un proceso integrado que implica el desarrollo de habilidades para el ejercicio médico, la gestión de situaciones complejas y la construcción de relaciones basadas en la empatía y el respeto. No sólo el estudiante y el paciente se benefician de este enfoque, sino que todos los individuos implicados experimentan un crecimiento personal y profesional.

    En consecuencia, la formación de los médicos se basa en la comunicación, por ello, es necesaria su inclusión expresa en el currículo para que su relevancia deje de ser un aspecto oculto o implícito. Por tanto, deben diseñarse estrategias pedagógicas claras y estructurales para que los estudiantes desarrollen habilidades comunicativas, y los docentes juegan un papel fundamental en este proceso. De manera que, la adopción de una estructura curricular unificada es esencial para la formación en comunicación de los futuros médicos. Aunque determinadas asignaturas pueden fomentar las habilidades comunicativas, no se integran de forma coherente en el plan de estudios, lo que dificulta el desarrollo integral de estas competencias.


  4. Referencias bibliográficas


Anaya, R., Medina, J. B. y Pérez, J. V. (2011). Comunicación en el equipo quirúrgico y seguridad. Cirujano General, 33 (supl. 1), 96-98. https:// www.medigraphic.com/pdfs/cirgen/cg-2011/cgs111aj.pdf

Camus, M., Iglesias, M. y Lozano, I. (2019). Un estudio cualitativo sobre la competencia didáctica comunicativa de los docentes en formación. Enseñanza & Teaching: Revista Interuniversitaria de Didáctica, 37 (1), 83-101. https://doi.org/10.14201/et201937183101

Chaparro Serrano, M. F. (2022). Competencia comunicativa, oral y escrita, en estudiantes de ciencias de la salud de una universidad de Bogotá DC, Colombia. Educar, 58 (2), 501-516. https://doi.org/10.5565/rev/ educar.1502

Espinoza, E., Rivas, H., Lema, R., Reyes, G., Calvas, M. y Velázquez, K. (2019). Formación de concursos narrativos. Carrera de educación básica. UTMACH. Revista Espacios, 40 (41), 21-34. https://www. researchgate.net/publication/337499479_Formation_of_telling_ competitions_Race_of_basic_education_Utmach_Contenido

Estévez Abad, F. y Estévez Vélez, A. (2021). Comunicación efectiva en salud: evaluación de una experiencia docente en estudiantes de medicina de Cuenca, Ecuador. Revista de Bioética y Derecho, (52), 85-104. https://doi.org/10.1344/rbd2021.52.34162

Menéndez Pérez, M., Pérez Obregón, R., Hernández León, M., Betancourt Rodríguez, I., Quirós Sánchez, I. y Rodríguez Niebla, K. (2021). Perfeccionamiento de competencias y habilidades comunicativas y lingüísticas del futuro médico general: experiencias asociadas. Edumecentro, 13 (1). http://www.revedumecentro.sld.cu/index.php/ edumc/article/view/1663

Morales-Escobar, I. y Flórez-Parra, J. (2022). Evaluación del nivel de competencia comunicativa escritora en estudiantes universitarios. Educación y Humanismo, 24 (42). https://doi.org/10.17081/ eduhum.24.42.5181


Petra-Micu, I. M. (2012). La enseñanza de la comunicación en medicina. Investigación en Educación Médica, 1(4), 218-224. https://www. scielo.org.mx/scielo.php?pid=S2007-50572012000400009

Suarez Cid, L., Gross Tur, R. y Cubela González, J. (2022). Caracterización de habilidades comunicativas en estudiantes de Medicina. Edumecentro, 14.

Vega-Hurtado, C. (2020). Importancia de las estrategias de comunicación entre médico y paciente. Revista Médica del Instituto Mexicano del Seguro Social, 58(2), 197-201. https://doi.org/10.24875/RMIMSS. M20000017

Vila, P., Velazco, J. W. y Vila, P. (2023). Desarrollo de la competencia comunicativa en educación superior. Horizontes. Revista de Investigación en Ciencias de la Educación, 7(31). https://doi. org/10.33996/revistahorizontes.v7i31.686

Villegas Stellyes, C. E. (2017). Comunicación en el currículo médico. Medicina UPB, 36(1), 59-70. https://doi.org/10.18566/medupb. v36n1.a08