Revista de Ciencias Sociales (RCS) Vol. XXIII, No. 2, Abril-Junio 2017, pp. 99-111

FCES - LUZ ● ISSN 2477-9431


Gasto público y ciclo electoral en Venezuela. Período 1977–2012

Machado N., Gustavo E. *


Resumen


Durante el período 1977–2012, la economía venezolana experimentó un desempeño

macroeconómico precario; situación que fue acompañada por la existencia de dificultades en las finanzas públicas, que terminaron tornándose en un factor que contribuía a la continuidad de dicho desempeño. Por ello, se consideró pertinente estudiar el impacto de las motivaciones de los actores del ámbito político sobre dicho comportamiento durante el período 1977-2012. En particular, el presente artículo analiza la relación entre el ciclo electoral, específicamente los eventos de carácter presidencial, y el nivel per cápita de gasto público, utilizando para ello como marco de referencia la Teoría del Ciclo Político Económico. El estudio realizado es de carácter explicativo, y en él se utilizaron modelos econométricos basados en los aportes teóricos de Tufte (1978). El resultado principal de esta investigación, en el caso de Venezuela para el período 1977-2012, es la obtención de indicios que reflejan la carencia de vínculos entre el nivel de gasto público y el ciclo electoral, en contraposición a lo planteado por el marco teórico utilizado, a pesar del incremento de la primera variable durante los años 2000, 2004, 2006 y 2012, por lo que no se deben descartar futuras investigaciones sobre el tema.


Palabras Clave: Gasto público; teoría del ciclo político económico; economía política; Venezuela; conducta

oportunista.


* Economista, Magister en Teoría y Política Económica. Investigador Docente del Instituto de Investigaciones Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, de la Universidad del Zulia. Maracaibo, Estado Zulia, Venezuela. E-mail: gustavo_machado1974@gmail.com.


Recibido: 2016–11-04 · Aceptado: 2017-03-07


Government Spending and Electoral Cycle in Venezuela. Period 1977–2012

Abstract

From 1977 to 2012, the venezuelan economy has experienced a precarious macroeconomic per- formance, situation that was accompanied by difficulties in the public finances, that ended up becoming in a factor that contributed to the continuity of this macroeconomic performance. In light of this situation, it was considered important to study the influence of the political agents goals on this evolution, during the period 1977-2012. In particular, the present investigation analyzes the relationship between the electoral cycle, specifically presidential events, and the per capita level of government spending, using the Political Business Cycle Theory as a framework. The study has an explanatory character, using econometric models based on Tufte´s ideas. The main result of the investigation doesn´t support the prediction made by the literature on Political Business Cycle, despite the increase of the first variable during the years 2000, 2004, 2006 and 2012, so that future research on the subject should not be ruled out.


Keywords: Government spending; political business cycle theory; political economy; Venezuela;

opportunistic behavior.


Introducción

Durante el período 1977-2012, la sociedad venezolana experimentó un considerable declive de su bienestar material, caída que se refleja en una disminución del Producto Interno per cápita de 8,1% durante el período citado. Ahora bien, esta disminución del nivel de bienestar material de la sociedad venezolana, fue acompañada de un comportamiento de las finanzas públicas caracterizado por la volatilidad del gasto público causada por la influencia de shocks externos, por el carácter procíclico del mismo así como por la existencia crónica de déficit y como consecuencia de ello, el creciente proceso de endeudamiento público (García et al., 1997).

En otras palabras, tal y como lo plantean los autores anteriormente citados, la política fiscal, durante estas tres décadas, actuó como mecanismo de difusión de esos shocks externos al interior de la economía, en lugar de convertirse en un mecanismo de contención de los mismos; lo que combinado con la utilización del ajuste del tipo de cambio como fuente de financiamiento a la crónica situación de déficit fiscal, terminó generando un cuadro en el cual las vulnerabilidades fiscales no sólo no permitieron el uso de la política fiscal para

la mejora del desempeño macroeconómico anteriormente señalado, sino que se transformaron en un factor que contribuyó a la continuidad del mismo (García et al., 1997). Ante este panorama, luce adecuado determinar si dicho comportamiento de las finanzas públicas sólo fue causado por factores económicos, como por ejemplo el comportamiento del mercado petrolero internacional, o si aunado a estos factores económicos existieron factores políticos que estimularon tal desempeño, por lo que se consideró pertinente estudiar la influencia del devenir de la arena política sobre la política fiscal durante el período 1977–2012 en Venezuela; haciendo especial énfasis en el análisis de la relación del ciclo electoral y el comportamiento del gasto público en el período señalado, utilizando para tal fin, modelos econométricos basados en la vertiente oportunista de la Teoría del

Ciclo Político Económico.


  1. Bases Teóricas: ciclo político económico

    En principio es relevante señalar, tal y como lo hace Muñoz (2006: 31), que el término ciclo político económico se refiere en su concepción más amplia “a las fluctuaciones



    macroeconómicas –recurrentes- generadas por factores políticos”, destacando el citado autor que la literatura sobre el tema se concentra en el impacto de los eventos electorales sobre las principales variables macroeconómicas (tasa de crecimiento, tasa de desempleo y tasa de inflación) así como sobre instrumentos de política económicas, tales como por ejemplo, el gasto público (Muñoz, 2006).

    Ahora bien, es pertinente reseñar que el abordaje desde el punto de vista teórico de esta situación, es realizado mediante la Teoría del Ciclo Político Económico, referencia teórica general que presenta dos vertientes, una primera representada por los denominados modelos oportunistas, en los cuales las fluctuaciones de las principales variables macroeconómicas y/o de los instrumentos de política económica, tienen lugar dado el interés del grupo gobernante en mantenerse en el gobierno y una segunda representadas por los modelos partidistas, en los cuales las fluctuaciones de las principales variables macroeconómicas y/o de los instrumentos de política económica, tienen lugar dadas las diferencias ideológicas entre los partidos políticos existentes (Larraín y Assael, 1997; Drazen, 2001; Muñoz, 2006; Sieg, 2006).

    En este sentido, es pertinente señalar que enesteartículosetomarácomomarcoreferencial los denominados modelos oportunistas, cuyas características fundamentales se plasman en las próximas líneas.

    Al respecto cabe destacar, en primera instancia el aporte seminal que Downs (1957) realiza a estos modelos. En concreto este autor plantea que los partidos políticos tienen como propósito la toma del poder y su permanencia en el mismo, con el propósito de disfrutar los beneficios asociados a su ejercicio; mientras que los votantes tienen como propósito tener un gobierno que responda a sus requerimientos, haciendo uso de los partidos para tal fin.

    Ahora bien, una vez planteados los propósitos que animan la actuación de los partidos políticos y de los votantes en los modelos oportunistas, es pertinente destacar la existencia de dos generaciones de modelos, tradicionales y racionales (Alesina et al.,


    1999), plasmándose en las próximas líneas las características de los primeros. En efecto, los modelos de la primera generación están representados por los trabajos de Nordhaus (1989) y McRae (1977), quienes plantean modelos que combinan partidos oportunistas con votantes miopes (Nordhaus, 1989).

    En concreto, esto implica que los votantes se caracterizan por tomar en cuenta el desempeño de los gobernantes de forma retrospectiva, dándole mayor peso a la actuación, a los hechos que ocurren cercanos a la cita electoral, que a los acaecidos al inicio del mandato, sin considerar las consecuencias futuras de dichas actuaciones, por lo que pueden ser sistemáticamente engañados por los gobernantes, mientras que los gobernantes se caracterizan por escoger políticas económicas que les permitan maximizar su votación en la siguiente elección (Nordhaus, 1989).

    La previsión fundamental de los modelos oportunistas tradicionales, dado el panorama anteriormente descrito, es que el grupo gobernante con el propósito de maximizar el número de votos adoptará políticas expansivas, que permiten incrementar la producción y reducir la tasa de desempleo en el momento previo a la cita electoral, que luego son seguidas, una vez que ocurre el evento electoral, por políticas recesivas para combatir la inflación resultante, causando una disminución en la producción y un aumento en la tasa de desempleo (Nordhaus, 1989).

    Al respecto, es menester destacar que el supuesto de comportamiento miope por parte de los votantes, es una de las críticas más usuales a los modelos tradicionales y que adicionalmente, la evidencia econométrica en relación al comportamiento de la producción y de la tasa de desempleo ha sido desfavorable (Alesina y Roubini 1992; Drazen, 2001), lo que ha dado lugar al uso con mayor frecuencia de los modelos oportunistas racionales, pasándose en las próximas líneas a plasmar las características fundamentales de los mismos.

    En este sentido, cabe mencionar que esta segunda generación de modelos oportunistas está representada, entre otros, por los trabajos de Rogoff (1987) y de Rogoff y Sibert (1988),



    quienes plantean modelos que combinan partidos oportunistas con votantes racionales (Alesina y Roubini, 1992).

    En concreto, esto implica que los votantes entienden los incentivos de los gobernantes, el comportamiento de la economía y que utilizan toda la información disponible con el propósito de realizar sus proyecciones, es decir, que se comportan de forma racional (Larraín y Assael, 1997); sin embargo, los votantes no poseen información perfecta sobre el nivel de competencia del grupo gobernante en el manejo de economía, lo que genera una situación de asimetría de información de los votantes en relación al grupo gobernante (Rogoff y Sibert 1988; Muñoz, 2006).

    La previsión fundamental de estos modelos, dado el panorama anteriormente descrito, es que el grupo gobernante con el propósito de ser percibido como competente por parte del electorado, realiza manipulaciones durante un tiempo relativamente breve de los instrumentos de política fiscal y de política monetaria, que no necesariamente se reflejan en el nivel de producción, tal y como planteaban los modelos oportunistas tradicionales (Alesina y Roubini, 1992).

    En este sentido, es menester destacar la relevancia del aporte primigenio, en la formulación de estos modelos, de la obra de Tufte denominada “Political Control of the Economy”, escrita en el año 1978, en la cual enfatiza la importancia del uso de los instrumentos de política económica, para reflejar los intentos de manipulación de la economía por parte de los gobernantes, con el propósito de maximizar sus posibilidades de victoria (Rogoff y Sibert, 1988).

    En concreto, Tufte (1980) afirma que para que los gobernantes incrementen sus posibilidades de victoria electoral, deben utilizar instrumentos de política económica que rindan beneficios claros e inmediatos - como por ejemplo, un aumento del ingreso real disponible - a un número elevado de votantes o al menos a grupos de ellos de tamaño considerable, por lo que el aumento de las transferencias, los recortes impositivos y la postergación de los incrementos de impuestos, se convierten en medidas adecuadas para tal propósito.


    En otras palabras, el planteamiento de Tufte (1980) permite la diversificación de las variables a estudiar para verificar o descartar la ocurrencia de manipulaciones de la economía con propósitos electorales; enfatizando en el uso de la política económica y en particular de la política fiscal con el fin de lograr tales manipulaciones, por lo que resulta esencial para efectos del presente artículo.

    De igual forma cabe destacar la existencia de investigaciones previas en relación al caso venezolano, las cuales arrojan evidencias mixtas, tal y como se comenta a continuación. En efecto, en cuanto a la evidencia favorable es importante señalar que Astorga (1997) plantea que durante el período 1968-1988, el comportamiento de variables tales como el empleo público y el resultado fiscal del sector público consolidado sugieren la existencia de ciclos políticos económicos de conformidad con los planteamientos de los modelos oportunistas. Asimismo, Méndez (2001), plantea que durante el período 1958–1998, no existe una relación estadísticamente significativa entre el ciclo electoral y las políticas fiscales y monetarias; y que el comportamiento oportunista de los gobernantes venezolanos se puede apreciar a través de la política cambiaria.

    Por su parte, Muñoz (2006) sugiere la existencia de ciclos políticos-económicos oportunistas en Venezuela, mediante la presentación de evidencia estadística no econométrica, referida a diversas variables macroeconómicas tales como, el déficit fiscal ordinario global, la base monetaria promedio, la liquidez monetaria promedio, el tipo de cambio promedio, el tipo de cambio real, el índice de precios al consumidor promedio, el índice de precios al por mayor promedio y la tasa de desempleo. Con este propósito utiliza, dada la información disponible para cada una de las variables mencionadas, períodos de cobertura distintos, comprendidos entre los años 1957 y 2001.

    En este mismo orden de ideas, en la investigación elaborada por Puente et al. (2006), se revela evidencia según la cual el resultado fiscal como proporción del



    producto interno bruto, se deteriora como consecuencia de la realización de eventos electorales de carácter presidencial durante el período 1973–2004.

    En cuanto a la evidencia desfavorable destaca el trabajo de Agénor y Montiel (1999), quienes utilizando como variable dependiente la tasa de crecimiento del gasto público y como período de estudio el lapso 1970–1990, obtuvieron resultados, según los cuales la realización de elecciones presidenciales no influye sobre el comportamiento de la tasa de crecimiento del gasto público en Venezuela, Costa Rica y Colombia.

    Por último, Machado (2006) utilizando como variables dependientes el nivel de gasto público per cápita, el nivel de ingresos de los trabajadores del sector público y el gasto público de consumo per cápita; y como período de estudio el lapso 1969–2002, obtuvo resultados según los cuales la realización de las elecciones presidenciales no influyen sobre el comportamiento de las variables anteriormente señaladas.

    Ahora bien, considerando los planteamientos previos en torno a la evidencia empírica y el argumento planteado por Drazen (2000), quien señala que la evidencia econométrica más contundente que respalda la existencia de ciclos político – económicos, está asociada al análisis del comportamiento de la política fiscal, esta investigación tendrá como propósito examinar la relación entre el ciclo electoral y el nivel per cápita de gasto público real acordado durante el período 1977–2012, análisis que se presenta en las próximas líneas.


  2. Relación empírica entre el gasto público y el ciclo electoral

La formulación de un modelo econométrico tiene como finalidad obtener evidencia empírica que permita analizar el comportamiento del gasto público en Venezuela durante el período 1977–2012, utilizando como referencia teórica el aporte realizado por Tufte (1980). Al respecto, es importante señalar que la información recopilada en los modelos econométricos


es de carácter anual y proviene de fuentes oficiales como el Banco Central de Venezuela, el Ministerio de Finanzas, el Ministerio de Hacienda, el Ministerio del Poder Popular de Economía y Finanzas, el Ministerio del Poder Popular de Economía, Finanzas y Banca Pública, el Ministerio del Poder Popular de Finanzas, la Oficina Central de Presupuesto y la Oficina Central de Estadística e Informática. En este sentido, se destaca que para efectos del presente artículo se utilizará como variable para representar el comportamiento del gasto público, el nivel de gasto público acordado per cápita, indicador que surge al dividir el total del conjunto de erogaciones pautado en la Ley de Presupuesto de un determinado año, sumado a las modificaciones presupuestarias que se realizan durante el transcurso de dicho año entre la población del

país del referido año.

Asimismo, cabe destacar que todos los modelos a utilizar serán de carácter uniecuacional, representando desde el punto de vista teórico una adaptación del modelo de Ames (1987) al caso venezolano, siendo menester reconocer la influencia para la selección de las variables independientes, los modelos econométricos elaborados por Moreno (2000). La formulación de este modelo tiene como propósito obtener evidencia que permita corroborar la pertinencia del planteamiento de Tufte (1980) según el cual la realización de eventos electorales incrementa el nivel de gasto público y que se plantea en los siguientes términos:


G = α + β1CE + β2IP + β3INP + ε (1)

Ecuación en la cual G (variable dependiente) es el gasto público acordado per cápita, medido a precios constantes, utilizando para ello el deflactor implícito del producto, tomando como año base 1997, con lo cual se sigue la metodología utilizada en la publicación del Banco Central de Venezuela denominada “Estadísticas Socio-Laborales de Venezuela. Series Estadísticas 1936 – 1990” para el cálculo del gasto social per cápita (BCV, 1993: 244). Por su parte, el



ciclo electoral estará representado por una variable dummy, simbolizada por las siglas CE, la cual se espera, dado el planteamiento teórico realizado, tenga un coeficiente positivo y además un valor de 1 para el año en que se realizan los eventos electorales de carácter presidencial y de cero para los restantes años.

Por otra parte, se incorporan dos variables vinculadas al nivel de ingresos fiscales, con el propósito de separar la influencia tanto del sector petrolero como del resto de la economía sobre el nivel de gasto público. Por ello, se


añaden al modelo tanto los ingresos ordinarios petroleros, medidos en términos reales per cápita (IP); así como los ingresos ordinarios no petroleros (INP), medidos a precios constantes utilizando para ello el deflactor implícito del producto y como año base 1997. Por último, cabe señalar que ε representa el término de error o la perturbación estocástica.

A continuación, en la Tabla I se presenta la información relativa a las variables previamente señaladas durante el período 1977-2012.

Tabla I

Gasto público per cápita, Ingresos ordinario petroleros per cápita e Ingresos ordinarios no petroleros per cápita. Período 1977 – 2012.

AÑO

G (Bs)

IP (Bs)

INP (Bs)

1977

629,19

365,17

137,18

1978

577,37

290,44

161,71

1979

458,24

300,14

149,98

1980

508,96

316,62

121,30

1981

570,75

427,92

131,53

1982

504,05

285,56

168,38

1983

424,52

217,22

167,51

1984

446,54

261,10

166,67

1985

431,55

236,46

174,23

1986

466,15

161,16

217,86

1987

483,65

176,21

224,44

1988

416,81

200,24

150,23

1989

359,91

254,07

769,84

1990

447,44

330,23

680,33

1991

499,51

347,25

861,46

1992

476,02

230,48

110,49

1993

388,13

189,96

125,72

1994

410,68

157,23

142,73

1995

383,51

135,40

167,37

1996

399,64

183,63

151,58

1997

468,34

208,91

174,59

1998

428,66

794,27

179,19

1999

409,30

111,32

150,86

2000

501,76

174,59

125,24

2001

543,90

165,49

130,93

2002

453,11

161,91

114,85

2003

433,05

161,80

109,97

2004

461,59

181,37

154,82

2005

498,78

235,30

207,18

2006

618,65

302,53

233,16

2007

588,78

294,78

240,06

2008

598,33

256,12

215,12

2009

554,91

150,92

237,76

2010

456,67

116,25

199,80

2011

549,04

119,74

225,29

2012

621,22

108,09

246,11

Fuente: Elaboración propia. Con base a: Banco Central de Venezuela, Ministerio de Finanzas, Ministerio de Hacienda, Ministerio del Poder Popular de Economía y Finanzas, Ministerio del Poder Popular de Economía, Finanzas y Banca Pública, Ministerio del Poder Popular de Finanzas, Oficina Central de Presupuesto y Oficina Central de Estadística e Informática.



En este orden de ideas, resulta relevante destacar que el programa Eviews sirve como soporte para la realización de los resultados que se presentarán en las próximas líneas.

En este sentido, en primera instancia resulta pertinente establecer el orden de integración de las series que serán utilizadas en los modelos econométricos, utilizándose para tal fin la prueba de Dickey – Fuller aumentada con un nivel de significancia de 1%, obteniéndose que las series gasto público


acordado per cápita, ingresos ordinarios petroleros per cápita e ingresos ordinarios no petroleros per cápita son series integradas de orden uno. Una vez determinado el orden de integración de las series que se utilizarán para la formulación del modelo se procede a realizar la regresión, con el propósito de determinar la influencia de cada una de las variables independientes sobre la dependiente, obteniéndose los siguientes resultados (Ver Cuadro I):

Cuadro I Regresión 1


Dependent Variable: G





Method: Least Squares





Date: 04/20/15 Time: 07:45





Sample: 1977 2012





Included observations: 36





Variable

Coefficient

Std. Error

t-Statistic

Prob.

C

207.7034

48.73408

4.261974

0.0002

CE

16.40589

21.01606

0.780636

0.4408

IP

0.521794

0.117549

4.438959

0.0001

INP

0.979323

0.201275

4.865585

0.0000


R-squared


0.511991


Mean dependent var



485.2414

Adjusted R-squared

0.466240

S.D. dependent var


73.36355

S.E. of regression

53.59858

Akaike info criterion


10.90536

Sum squared resid

91929.86

Schwarz criterion


11.08131

Log likelihood

-192.2965

Hannan-Quinn criter.


10.96677

F-statistic

11.19085

Durbin-Watson stat


0.765224

Prob(F-statistic)

0.000035




Fuente: Elaboración propia


Con respecto a los resultados obtenidos en esta ecuación es pertinente señalar que al analizar los resultados de la prueba t, se concluye que la variable ciclo electoral, desde el punto de vista estadístico, no presenta un coeficiente significativamente distinto de cero; lo que sugiere que la realización de eventos electorales de carácter presidencial no influye sobre el nivel de gasto público acordado per cápita, durante el período de estudio analizado. De igual forma, con el propósito de ampliar la exploración sobre la existencia de las relaciones en el largo plazo entre las


variables estudiadas, se procede a transformar las mismas en logaritmos, así como a realizar la determinación del orden de integración de las diversas series y la respectiva regresión.

Al respecto, cabe decir que al igual que en el caso anterior, las series gasto fiscal acordado real per cápita, ingreso petrolero ordinario real per cápita e ingreso no petrolero ordinario real per cápita, al ser convertidas a logaritmos son series integradas de orden uno. En relación a la regresión, se obtienen los resultados que se presentan a continuación en el Cuadro II:



Cuadro II Regresión 2


Dependent Variable: LG





Method: Least Squares





Date: 04/21/15 Time: 16:20





Sample: 1977 2012





Included observations: 36






Variable


Coefficient


Std. Error


t-Statistic


Prob.


C


3.738644


0.522567


7.154377


0.0000


CE


0.022388


0.047228


0.474045


0.6387


LIP


0.196978


0.055811


3.529401


0.0013


LINP


0.273958


0.068090


4.023461


0.0003


R-squared


0.405805


Mean dependent var



6.173767


Adjusted R-squared


0.350099


S.D. dependent var



0.148971


S.E. of regression


0.120095


Akaike info criterion



-1.296633


Sum squared resid


0.461528


Schwarz criterion



-1.120686


Log likelihood


27.33939


Hannan-Quinn criter.



-1.235222


F-statistic


7.284782


Durbin-Watson stat



0.787635

Prob(F-statistic)

0.000740





Fuente: Elaboración propia

Con respecto a los resultados obtenidos en esta ecuación es pertinente señalar que al igual que el caso anterior, la variable ciclo electoral, desde el punto de vista estadístico, no presenta un coeficiente significativamente distinto de cero; lo que sugiere que la realización de eventos electorales de carácter presidencial no influye sobre el nivel de gasto público acordado per cápita, durante el período de estudio analizado.


Ahora bien, aunque las especificaciones anteriores arrojan una evidencia econométrica que sugiere que la realización de eventos electorales de carácter presidencial no influye sobre el comportamiento del gasto fiscal acordado, en el largo plazo se procede a realizar un modelo que considera la dinámica de corto plazo. Para ello, se procede a obtener las primeras diferencias de todas las variables del modelo susceptibles a dicho procedimiento, obteniéndose los siguientes resultados, en el cuadro III:



Cuadro III Regresión 3


Dependent Variable: DG






Method: Least Squares






Date: 04/22/15 Time: 20:42






Sample (adjusted): 1978 2012






Included observations: 35 after adjustments


Variable


Coefficient


Std. Error


t-Statistic


Prob.


C


-0.042805


9.265934


-0.004620


0.9963


CE


5.850363


18.27719


0.320091


0.7510


DIP


0.680824


0.141222


4.820951


0.0000

DINP

1.063934

0.287434

3.701485

0.0008


R-squared


0.482392


Mean dependent var



-0.227842


Adjusted R-squared


0.432301


S.D. dependent var



62.44472


S.E. of regression


47.04950


Akaike info criterion



10.64749


Sum squared resid


68623.31


Schwarz criterion



10.82524

Log likelihood

-182.3310

Hannan-Quinn criter.


10.70885

F-statistic

9.630281

Durbin-Watson stat


2.256960


Prob(F-statistic)


0.000120





Fuente: Elaboración propia


Estos resultados revelan que al igual que en los casos anteriores la variable ciclo electoral, centro del análisis del presente artículo, no presenta un coeficiente significativamente distinto de cero, lo que al igual que en el caso anterior sugiere que la realización de eventos electorales de carácter presidencial, no influye sobre el nivel de gasto público per cápita acordado.


De igual forma, al expresar las variables susceptibles a ello, en términos de tasa de crecimiento, utilizando para ello las primeras diferencias de sus logaritmos, se obtienen los siguientes resultados en el Cuadro IV:



Cuadro IV Regresión 4


Dependent Variable: DLG





Method: Least Squares





Date: 04/23/15 Time: 10:50





Sample (adjusted): 1978 2012





Included observations: 35 after adjustments


Variable


Coefficient


Std. Error


t-Statistic


Prob.


C


0.003655


0.021011


0.173963


0.8630

CE

0.001193

0.041645

0.028638

0.9773

DLIP

0.261672

0.067354

3.885036

0.0005

DLINP

0.285956

0.095498

2.994365

0.0054


R-squared


0.375966


Mean dependent var



-0.000364

Adjusted R-squared

0.315575

S.D. dependent var


0.129267

S.E. of regression

0.106942

Akaike info criterion


-1.525841

Sum squared resid

0.354537

Schwarz criterion


-1.348087

Log likelihood

30.70222

Hannan-Quinn criter.


-1.464481

F-statistic

6.225585

Durbin-Watson stat


2.143414

Prob(F-statistic)

0.001957





Fuente: Elaboración propia

Estos resultados revelan que en esta regresión la variable ciclo electoral no presenta un coeficiente significativamente distinto de cero, tal y como ocurrió en los casos anteriores, lo que sugiere que la realización de eventos electorales de carácter presidencial no influye sobre el nivel de gasto público per cápita acordado.

En resumen, de los planteamientos anteriores se desprende que la evidencia econométrica considerada, sugiere la carencia de influencia del ciclo electoral sobre el nivel de gasto público en Venezuela, durante el período 1977–2012.


Conclusiones

El hallazgo esencial de esta investigación es la obtención de evidencia, que sugiere la carencia de influencia del ciclo electoral sobre el nivel per cápita del gasto público en Venezuela durante el período 1977- 2012; resultado que es contrario al previsto por la Teoría del Ciclo Político-Económico, y en particular por los argumentos expuestos por Tufte (1980), tal y como se detallará en las próximas líneas.



En efecto, cabe destacar que la consideración del planteamiento de Tufte (1980), implica adoptar como punto de partida el argumento según el cual los gobernantes durante los años en que tienen lugar los eventos electorales, estimulan el incremento del nivel de gasto público, con el propósito de aumentar sus posibilidades de triunfo; siendo los resultados obtenidos, para el caso venezolano durante el período 1977-2012, contrarios a este argumento.

Ahora bien, estos resultados pudieran ser explicados por la considerable influencia de los ingresos petroleros cuyo comportamiento es determinado en buena medida por factores ajenos al control de las autoridades económicas locales; es decir, que sería plausible interpretar que las eventuales motivaciones oportunistas por parte de los grupos gobernantes durante el período de estudio, estuvieron subordinadas a la existencia de restricciones fiscales.

Asimismo, resulta necesario destacar, a pesar de los resultados obtenidos en las regresiones, que durante los cuatro últimos años del período analizado en donde tuvo lugar un evento electoral de carácter presidencial (2000, 2004, 2006 y 2012) se registró un incremento del gasto público acordado per cápita.

Por último, la evidencia econométrica obtenida en esta investigación no debe resultar óbice para la realización de futuros estudios que incorporen indicadores distintos de política fiscal, como por ejemplo el gasto primario, así como de otras partidas presupuestarias específicas, lo que pudiera derivar en la obtención de conclusiones distintas a las aquí planteadas.


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