Óptica de revistas científicas
iberoamericanas sobre principales errores en la presentación de artículos
Suárez-Amaya, Wendolin*
Ganga-Contreras, Francisco**
Pedraja-Rejas, Liliana***
Para los académicos representa todo un desafío publicar en revistas
científicas, en tanto estas presentan cada vez mayores
niveles de exigencia y rechazo. El presente trabajo se propone dar a conocer
cuáles son los errores más frecuentes que se cometen en la elaboración de
artículos científicos según la opinión de los miembros de revistas científicas.
Con ese fin se aplicó un cuestionario con preguntas cerradas a una muestra
intencionada de directores, editores, integrantes de comités y árbitros de
revistas científicas en Iberoamérica. El tipo de investigación es comparativa y
la perspectiva de análisis cuantitativa. Entre los resultados más relevantes destaca
la diversidad de criterios conforme al rol que ocupan los encuestados en el
proceso editorial; siendo los miembros de comités editoriales quienes señalan
con mayor frecuencia problemas de presentación de las distintas partes de los
trabajos, en comparación a lo que argumentan editores y árbitros. Se concluye que
en la evaluación es determinante no solo atributos como originalidad,
relevancia y rigurosidad, también, el cumplimiento de las normas y la redacción,
por lo tanto, problemas de forma se conviertan en el fondo, es decir, el estilo
de comunicación es determinante en la evaluación.
Optics of
Ibero-American scientific journals on major errors in the presentation of
articles
Abstract
For
the academics it represents a challenge to publish in scientific journals, as
these present increasingly high levels of demand and rejection. The present
work intends to present what are the most frequent errors that are committed in
the elaboration of scientific articles according to the opinion of the members
of scientific journals. To this end, a questionnaire with closed questions was
applied to an intentional sample of directors, editors, committee members and
referees of scientific journals in Ibero-America. The type of research is
comparative and the perspective of quantitative analysis. Among the most relevant
results is the diversity of criteria according to the role of the respondents
in the editorial process; being the members of editorial committees who
indicate more frequently problems of presentation of the different parts of the
works, in comparison to what argued editors and arbitrators. It is concluded
that in the evaluation is not only determining attributes such as originality,
relevance and rigor, also, compliance with the rules and the wording,
therefore, problems of form become the background, that is, the style of
communication is determinant in the evaluation.
Keywords: Investigation;
academic journals; scientific publication; scientific dissemination;
Ibero-America.
Es un lugar común en la comunidad académica escuchar la expresión “lo que no se publica no existe” o “publica o perece”. De esta forma se resalta el estrecho vínculo entre producción de conocimiento y difusión de sus resultados a través de diversas vías, siendo las publicaciones en revistas científicas el medio emblemático, por otorgar mayor visibilidad en la comunidad científica, al tiempo que actualmente tiene alta valoración por parte de los entes evaluadores y promotores de la actividad científica y tecnológica.
El interés que ha suscitado la producción científica medida principalmente en publicaciones es común en la región latinoamericana, donde se observa un contexto favorable para el incremento en número y calidad de las publicaciones, soportado principalmente en inversión e implementación de políticas de estímulo desde el Estado y a su vez por las instituciones. El último informe de la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología (Ricyt) (2018), señala que la cantidad de artículos publicados en revistas científicas por parte de autores de Latinoamérica creció un 96% en la base SCOPUS entre 2007 y 2016. Este resultado se debe fundamentalmente al trabajo sostenido desde las universidades, espacios tradicionalmente privilegiados para la producción y diseminación del conocimiento, donde se encuentra radicado más del 60% de los investigadores latinoamericanos (OEI y CRES, 2018).
Como respuesta a esta realidad se ha efectuado un cambio en la cultura científica hacia la masificación de la publicación, cada vez se hace más fehaciente en las instituciones universitarias el impulso a la investigación como función y sus resultados como criterios de evaluación. No obstante, alcanzar la aceptación de un manuscrito en una revista científica arbitrada e indizada en las principales bases de datos, más aún sortear las barreras de los pares académicos que fungen como árbitros y las exigencias de la exhaustiva revisión editorial, puede parecer una tarea descomunal. Para algunos autores este tema ha sido motivo de preocupación al percibir a la investigación como una tarea difícil y con pocas probabilidades de éxito (Ribeiro et al., 2008; Cruz, 2013).
Son diversos los
aportes que en este tenor se han ofrecido en la actualidad, principalmente para
quienes inician su producción científica; destaca en la literatura divulgaciones
que resaltan: la importancia de las publicaciones (Quiroga, 2014; Fingerhut, 2017); pautas sobre cómo elaborar artículos
(Santisteban-Echarri y Núñez-Morale, 2017; Arrom et al., 2018; Falcó-Pegueroles y Rodríguez-Martín, 2018); así como los
errores en los que se incurre (Restrepo, 2012; Silva, 2018).
Los trabajos
citados, entre otros de naturaleza similar se originan principalmente desde el área
de la salud. No obstante, el presente trabajo pretende hacer un aporte al
conocimiento desde el área de las ciencias sociales. El objetivo central es dar
a conocer la opinión de los editores y árbitros de revistas científicas
arbitradas e indizadas a lo largo y ancho de Iberoamérica, respecto a cuáles
son los errores más comunes que se presentan en las colaboraciones. Para alcanzar este propósito, se aplicó un cuestionario con preguntas
cerradas a una muestra de 203 académicos que desempeñan roles de director,
editor, miembros de comité editorial y científico y árbitros. Con los
resultados, se pretende ofrecer pautas que orienten a los autores a no cometer
masivamente estos errores y con ello contribuir a reducir el rechazo del
manuscrito como dictamen.
1. Las revistas científicas
Entre los medios
destinados a comunicar los resultados de la investigación científica, la
publicación en revistas es el dispositivo por excelencia para mostrar a los
pares y a la comunidad académica en general, el producto de la labor de
investigación en diferentes áreas, permite compartir nuevos saberes y promover
una discusión libre de teorías y hallazgos en los distintos campos del
conocimiento. Se trata por lo tanto del testimonio final y el corolario del
esfuerzo de la labor realizada, marca presencia en la comunidad científica
(Ganga et al., 2016).
En cada campo disciplinar se cuenta
con revistas prestigiadas donde los académicos desean publicar aspirando a que
sus trabajos sean debidamente difundidos y alcancen el impacto correspondiente
(Olave y Arias, 2012). Por su parte, cuando en una revista prevalece la
colaboración de autores reconocidos crece la posibilidad de
que sea mucho más consultada y citada. Algunos de los criterios que determinan
su prestigio, a juicio de Fonseca-Mora y Aguaded (2014) son: la
seriedad de sus contribuciones, que estén sujetas a profundas revisiones por
expertos, que existan indexaciones en bases de datos y, que tengan la debida
accesibilidad a su contenido, entre otros factores.
Kreimer (1998), afirma que las publicaciones
científicas constituyen una verdadera moneda de cambio, en la medida en que
reflejan el capital simbólico detentado por los investigadores. En ese mismo
orden, establece que funcionan, unas más que
otras, como ventanillas abiertas a los investigadores, a los autores, donde se
proponen textos que pasan por un ritual, por un mecanismo de dictamen. Se convierten,
en un pilar muy importante en la construcción del currículo académico de los
autores al estar ligados con ciertos ratings, índices y una serie de
mediciones consideradas como criterios de evaluación del desempeño académico
(Patalano, 2005; Bartra, 2015).
A decir de Ganga et al. (2015), estos dispositivos operan
en la práctica como un verdadero sistema de aseguramiento de la calidad de la
producción científica, siendo una refrendación de la producción intelectual que
genera una universidad o centro de investigación, por medio de sus académicos. En virtud de ello
podría expresarse que las revistas académicas trascienden la concepción de
repositorio de información (Ramírez et al.,
2012), un contexto en el cual se valora el aporte del conocimiento útil para la
solución de problemáticas y en definitiva para el desarrollo, donde la
normalización, internacionalización, el uso de las tecnologías de información y
la comunicación, los rankings e
indicadores han contribuido en la configuración de las exigencias a las que se
somete hoy día la comunicación científica.
Existen pautas internacionales que
condicionan el funcionamiento de las revistas, máxime si aspiran a erigirse
sobre bases sólidas, sustentadas en criterios de calidad y de prestigio frente
a la comunidad científica. Sin embargo, dichos códigos van dirigidos más al
producto en sí, que no es más que la propia revista, y no a la manera en que se
organiza, no obstante, de una u otra forma condicionan su estructura. Por
ejemplo, una de las normas de calidad de bases de datos internacionales como
SCOPUS, SCIELO, estipula que el comité editor o científico debe tener
representantes de diversas instituciones de modo tal que se evite la endogamia.
Por consiguiente, si una revista aspira a figurar en estos clasificadores
tendrá que encauzar su estructura y procesos hacia tales lineamientos.
Uno de los puntos centrales tiene que ver
con el proceso editorial, el cual implica distintas etapas de revisiones y
verificaciones por parte de un equipo encargado de velar por la calidad de las
contribuciones.
2. Actores que intervienen en la
edición de una revista científica
Como toda organización, las revistas se rigen por una
estructura y desarrollan procesos particulares; aunque unas sean más
organizadas y normalizadas que otras. A medida que es más prestigiada recibe
mayor cantidad de colaboraciones y, por ende, requiere de estructuras amplias y
complejas.
Los actores presentes en sus relaciones de autoridad y
responsabilidad varían. En la Figura I, se intenta reproducir una estructura
genérica con los cargos principales. Las
revistas científicas cuentan con una estructura básica que incluye un director
y/o un director jefe, ambos integran el comité editor /o comité científico, un
editor jefe y uno o varios asistentes editoriales. En torno a su funcionamiento
se dan relaciones indirectas con colaboradores que asumen la diagramación y
maquetación.
Comité editor Cuerpo de Árbitros Director Editor Comité Científico
Fuente: Elaboración propia.
Figura I
Estructura básica de una revista
científica
En el denominado
proceso de revisión editorial intervienen diferentes actores, cada quien con
responsabilidades definidas y que agregan valor. Desde el momento que ingresa
el manuscrito inicia la fase de revisión en base a criterios específicos que
darán lugar a la publicación del artículo científico.
2.1. Roles del director y del editor jefe
El director debe
cultivar una visión de conjunto puesto que constituye el vaso comunicante entre
la revista y la comunidad. Igualmente, debiese mantener un enfoque estratégico
que facilite prever los caminos a seguir con vista al ingreso o garantizar la
permanencia de la revista en bases de datos nacionales y/o internacionales.
Para ello debería observar permanentemente los condicionamientos de las bases
de datos y los clasificadores, orientar y velar por la gestión editorial y
decidir junto al comité los manuscritos que se incluirán en los números
presentes y futuros, administrará los recursos humanos y financieros siguiendo
las directrices trazadas por el comité (Hernández, 2012).
2.2. El rol del comité editorial y/o comité científico
El comité científico
y el comité editorial según la estructura de la revista pueden ser los mismos
sujetos o distintos. Son los garantes del proceso editorial, deciden junto con
el director y el editor en pleno los artículos que pasan el primer filtro de
revisión editorial y verifican que las observaciones realizadas por los árbitros
hayan sido incluidas. Estos comités a su vez pueden constituirse en subcomisiones
ad hoc en función de las políticas
editoriales, ejemplo de ello sería la conformación de una subcomisión de
visibilidad con miras a que la revista aumente su factor de impacto.
De acuerdo con Aparicio et al. (2016), el comité editorial es el órgano de toma de decisiones de la revista, es el que fija sus políticas, formato y estilo, el que recibe de los autores los trabajos originales y da comienzo a su ciclo de validación previo a la publicación, es el que concentra en todos sus miembros la relación con entidades e individuos externos a él, ya sean estos autores, árbitros, la institución de la que depende y que le da financiamiento, las bases de datos de indización o resumen a las que aspira integrarse, entre otros.
2.3. El rol del árbitro
El árbitro
cumple una figura central en una revista científica, los criterios actuales de
calidad exigen contar con cuerpos de árbitros que son en definitiva expertos en
áreas del conocimiento que están insertas en las áreas temáticas de las
revistas, la modalidad actual de revisión por pares que gana cada vez mayor
aceptación es modalidad doble ciego, es decir, aquella en la que ni el autor ni
los árbitros conocen de quien se trata, hoy en día el árbitro representa una certificación
de rigor científico y de aporte al conocimiento.
En opinión de
Hernández (2015:28) las dos caras de la moneda respecto a la revisión externa
por pares ciegos representan una garantía de solvencia científica, práctica que
ha sido valorada favorablemente y en contra.
En el primer caso debido que los comentarios y sugerencias de los
árbitros conllevan a mejorar los textos, hasta tal punto que, mayoritariamente,
“afirman que vale la pena enviar sus artículos a revistas de renombre, incluso
que no sean aceptados, sólo para beneficiarse de las opiniones de calidad”.
Este autor junto
con otros como Campanario (2002), señalan las demoras por parte de los
revisores para entregar sus informes, la calidad y el posible sesgo o prejuicio
de las opiniones de éstos, y la relativa opacidad del proceso. El editorial de Loría
(2015), señala los siete pecados capitales de la revisión por pares, señalamientos
que representan un desafío para las revistas a fin de ofrecer servicios de
calidad y con tiempos de respuesta razonables.
A fin de conocer la opinión de los
miembros de revistas acerca de los errores más comunes que cometen los autores,
al enviar sus artículos, se procedió a la aplicación de un cuestionario con
preguntas cerradas, a una muestra intencionada, que permitiera la recolección
de opiniones de la máxima cantidad de expertos1 posibles, de
diversos países. La muestra quedó constituida por 203 casos, distribuidos en 14
países de Iberoamérica, las cinco principales procedencias fueron: Chile,
México, Brasil, Colombia y Venezuela, los cuales representan el 75% de la
muestra, ubicados en las áreas de ciencias
sociales, administración, educación y multidisciplinaria.
Con los datos obtenidos, se procedió a calcular las frecuencias de las preguntas e ítems de la encuesta, como primer resumen del comportamiento de las opiniones. Posteriormente, se utilizaron estadísticos, como el Chi–cuadrado (ver Tabla I), para identificar la existencia de correlaciones, entre las preguntas relacionadas con los errores más comunes (según área) y la función que cumple el encuestado, en el trabajo editorial de la revista. Para de esta manera observar si existen diferencias en la detección del problema, según la etapa editorial en la que se encuentra el experto.
Para realizar este análisis, se agruparon los cargos de los encuestados en tres grupos: a) Los Directores de revistas junto con los Editores jefes (67) 33%; b) los miembros tanto de los comités editoriales, así como los de los comités científicos de las revistas (73) 36%; y c) los profesionales que ejercen la función de árbitros (63) 31%, de los artículos enviados a las revistas.
TABLA I
RESULTADOS TEST CHI-CUADRADO
Temática |
Error
evaluado |
Resultado
Test Chi-Cuadrado |
Títulos |
No concuerdan con el objetivo del trabajo |
χ2 (6, N = 199) = 48.135, p = .000 |
Hacen referencias a espacios o cuestiones muy
específicas. |
χ2 (6, N = 198) = 15.558, p = .016 |
|
No dan cuenta del contenido del trabajo |
χ2 (6, N = 198) = 34.063, p = .000 |
|
Extensión excede el número de palabras permitidas |
χ2 (6, N = 199) = 59.611, p = .000 |
|
Resúmenes |
Incorporan abreviaturas, siglas,
acrónimos, fórmulas, códigos y símbolos |
χ2 (6, N = 198) = 17.358, p = .008 |
Se incluye información que no está en el
texto del artículo |
χ2 (6, N = 197) = 47.889, p = .000 |
|
No orientan claramente sobre el tema que
se tratará |
χ2 (6, N = 197) = 69.581, p = .000 |
|
No se precisan objetivos centrales del
trabajo |
χ2 (6, N = 198) = 50.968, p = .000 |
|
No incluye aspectos de la metodología |
χ2 (6, N = 198) = 52.323, p = .000 |
|
No se incluye una breve síntesis de las
conclusiones del trabajo |
χ2 (6, N = 198) = 18.126, p = .006 |
|
No se indican sucintamente los
principales resultados del trabajo |
χ2 (6, N = 198) = 46.354, p = .000 |
|
Palabras Clave |
No dan cuenta del contenido del trabajo |
χ2 (6, N = 199) = 45.382, p = .000 |
No se ajustan al número de palabras permitidas |
χ2 (6, N = 199) = 40.925, p = .000 |
|
Se colocan siglas, acrónimos, símbolos o fórmulas |
χ2 (6, N = 199) = 11.605, p = .071 |
|
No colocan palabras clave |
χ2 (6, N = 198) = 18.490, p = .005 |
|
Introducción |
Mencionan objetivos distintos a los planteados en el
resumen |
χ2 (6, N = 199) = 25.856, p = .000 |
No consideran el problema del conocimiento y/o la
realidad objeto de estudio |
χ2 (6, N = 198) = 52.931, p = .000 |
|
No mencionan los objetivos centrales del trabajo |
χ2 (6, N = 199) = 41.454, p = .000 |
|
No consideran un breve acercamiento a las bases
teóricas |
χ2 (6, N = 197) = 51.589, p = .000 |
|
No entregan antecedentes, que ayuden al lector a
comprender y evaluar los resultados de la investigación |
χ2 (6, N = 198) = 56.935, p = .000 |
|
No consideran la justificación de la temática, o el
problema del conocimiento y/o de la realidad objeto de estudio |
χ2 (6, N = 199) = 30.310, p = .000 |
|
No se refieren a los aspectos metodológicos que
sustentan el trabajo |
χ2 (6, N = 198) = 38.744, p = .000 |
|
Desarrollo de trabajo |
Resultados no contribuyen a elevar el estado del
conocimiento sobre el tema |
χ2 (6, N = 198) = 10.873, p = .092 |
No se evidencia dominio en el manejo de autores y
conceptos |
χ2 (6, N = 199) = 46.527, p = .000 |
|
Resultados sin claridad o difíciles de entender |
χ2 (6, N = 198) = 30.777, p = .000 |
|
No se aplica apropiadamente la metodología |
χ2 (6, N = 199) = 18.389, p = .005 |
|
Tema a investigar no planteado de forma clara,
adecuada |
χ2 (6, N = 199) = 17.838, p = .007 |
|
Hay problemas de citas en el desarrollo teórico |
χ2 (6, N = 198) = 49.188, p = .000 |
|
En el aspecto teórico, no se confrontan autores |
χ2 (6, N = 199) = 43.807, p = .000 |
|
Conclusiones |
No hay reelaboración reflexiva de los resultados con
alto nivel de abstracción |
χ2 (6, N = 198) = 39.105, p = .000 |
Tienden a ser una repetición de los resultados |
χ2 (6, N = 198) = 14.295, p = .027 |
|
Tablas, cuadros y gráficos |
No son pertinentes con el contenido del trabajo |
χ2 (6, N = 199) = 38.891, p = .000 |
Poseen títulos extensos |
χ2 (6, N = 198) = 64.304, p = .000 |
|
Son muy complicados (difíciles de entender) |
χ2 (6, N = 198) = 63.048, p = .000 |
|
El contenido es excesivo |
χ2 (6, N = 199) = 54.389, p = .000 |
|
Son poco atractivos y de diseños muy elementales |
χ2 (6, N = 199) = 38.402, p = .000 |
|
Referencias Bibliográficas |
No están actualizadas |
χ2 (6, N = 198) = 49.669, p = .000 |
Faltan referencias citadas en el texto |
χ2 (6, N = 199) = 17.689, p = .007 |
|
Son exiguas |
χ2 (6, N = 198) = 57.848, p = .000 |
|
No se ajustan a las respectivas normas |
χ2 (6, N = 199) = 63.363, p = .000 |
Fuente: Elaboración propia, basado en
las respuestas del cuestionario (2017).
4.1. Errores en el título
La génesis de la
pregunta partía de los supuestos de que el título “no concordara con el
objetivo del trabajo”, si “se hacían referencias a espacios o cuestiones muy
específicas”, si “no daba cuenta del contenido” o si “su extensión excedía el
número de palabras permitidas”. Como describe la Figura II, las cuatro
circunstancias enunciadas, en dependencia de la ocupación de los encuestados,
provocan diferentes opiniones estadísticamente significativas (ver Tabla I),
lo que indica correlación entre éstas y la función editorial; como ya se
enuncio en el apartado anterior, los miembros de los comités editoriales son
quienes convergen mayormente con estas situaciones a diferencia de los
directores y editores de las revistas.
Fuente: Diseño propio, basado en las
respuestas del cuestionario (2017).
Figura II
Errores en el titulo según opinión del encuestado en función del cargo
que ocupa
4.2. Errores en el resumen
Argumentos como, que el resumen expone el valor, la pertinencia y el interés que pudiera despertar un artículo y que constituye un referente sólido para los comités científicos, al parecer, incidieron en que las opiniones de los expertos fueran mucho más críticas. En todos los casos, los juicios emitidos respecto a los elementos que incluye el resumen del artículo (objetivo, metodología, principales resultados y conclusiones), expresan diferencias estadísticamente significativas (ver Figura III), que revelan una correlación entre las opiniones y la función editorial, en correspondencia al puesto que ocupa el experto. Los miembros de los comités evaluadores son quienes más reparan en este tipo de problema; mientras que, para los directores o editores, su presencia es menor que para los comités. Los árbitros, en algunos tópicos, se acercan a la postura de los comités.
Fuente: Diseño propio, basado en las
respuestas del cuestionario (2017).
Figura III
Errores en el resumen según opinión del encuestado en función del cargo
que ocupa
4.3. Errores en las palabras clave
Un tercer
aspecto que se les pidió evaluar a los expertos, fueron los errores que
encontraban en el uso de las palabras clave, asociadas al artículo. Pese a que,
la mala asignación de las palabras clave tiene que ver principalmente con el
formato del artículo, se solicitó evaluar su pertinencia respecto al contenido
del trabajo; el número de palabras permitidas; el uso de siglas o acrónimos; o
finalmente si se incluyen palabras clave (ver Figura IV).
Fuente: Diseño propio, basado en las
respuestas del cuestionario (2017).
Figura IV
Errores en las palabras clave según opinión del encuestado en función
del cargo que ocupa
Aunque en menor
cuantía, sí se aprecian diferencias en concordancia con la tarea que desempeña
el experto en la editorial. Solo en tres casos, la prueba de Chi-cuadrado
arroja diferencias estadísticamente significativas (ver Tabla I). En “si se
colocan siglas, acrónimos, símbolos o formulas” no fue posible recabar
suficiente información como para emitir resultados definitivos.
Los directores y
editores prácticamente no toman en cuenta los errores concernientes a las palabras clave y sus valoraciones, inferiores al 20%, dan fe de ello.
Los miembros de comités continúan encontrando este problema, a pesar de que el
porcentaje no alcance el 20%. Bien se podría afirmar que éstos cumplen el papel
de filtro para las demás funciones, al menos en temas de presentación de los
artículos.
4.4. Errores en la introducción
Se pidió a los expertos identificar los errores en la introducción de los trabajos referente a: objetivos relacionados con el resumen; consideración del problema de conocimiento; el acercamiento a las bases teóricas; antecedentes de la investigación, justificación de la temática y aspectos metodológicos. Al poner la mirada en lo que valoran los expertos de acuerdo a su ocupación, es posible advertir diferencias estadísticamente significativas, lo que denota una correlación entre las opiniones y la función editorial. En este punto la impresión de los árbitros coincide en gran medida con la de los miembros de los comités, incluso en ciertas ocasiones, reflejan porcentajes similares. Los directores y editores otorgan menor porcentaje a la presencia de estos errores (ver Figura V).
Fuente: Diseño propio, basado en las
respuestas del cuestionario (2017).
Figura V
Errores en la introducción según opinión del encuestado en función del
cargo que ocupa
4.5. Errores en el desarrollo del trabajo
En este apartado
se situó el acento en conocer la opinión de los expertos respecto a los errores
más frecuentes en el desarrollo de los trabajos que llegan a sus editoriales
relativos a: la contribución al estado de conocimiento; dominio teórico,
claridad en la exposición de resultados; aplicación adecuada de la metodología;
manejo y de citas. Las opiniones de los expertos varían según la función que
cumplen en el proceso editorial, lo que produce diferencias estadísticamente en
las respuestas (ver Figura VI). Sobre si “los resultados no contribuyen a
elevar el estado del conocimiento sobre el tema”, no se cuenta con suficiente
información como para emitir deducciones significativas.
Fuente: Diseño propio, basado en las
respuestas del cuestionario (2017).
Figura VI
Errores en el desarrollo del trabajo según opinión del encuestado en
función del cargo que ocupa
Los miembros de
los comités editoriales y científicos, son quienes contemplan el mayor
porcentaje en relación a la calidad del corpus de los artículos, situación en
la que se manifiestan extremadamente críticos y donde en algunos casos
concuerdan en el 90%.
Los
árbitros brindan opiniones parecidas a la de los comités, específicamente en lo
que atañe al uso de la teoría en el artículo. Los directores y editores
aparecen como observadores menos frecuentes, a pesar de que en ciertos tópicos,
se acercan a la posición de los miembros de los comités en cuanto a que estos
errores son mucho más normales que raros de encontrar.
4.6. Errores en las conclusiones
Otro aspecto que
se les pidió evaluar a los expertos, fueron los errores más comunes que se
pueden encontrar en las conclusiones de los artículos. A este respecto la repetición
de resultados, y, por ende, la falta de reelaboración reflexiva de los
resultados son aspectos a tomar en consideración. En
la Figura VII se puede observar como en sintonía con la ocupación del experto
hay diferencias estadísticamente significativas, lo que indica una correlación
entre las opiniones y la función editorial. Si bien todos los porcentajes
declarados son altos, los directores y editores siguen siendo quienes perciben
en menor medida tales faltas, pese a ello, la cifra nunca es inferior al 70%.
Fuente: Diseño propio, basado en las
respuestas del cuestionario (2017).
Figura VII
Errores en las conclusiones según opinión del encuestado en función del
cargo que ocupa
4.7. Errores en las tablas, cuadros y gráficos
Si las tablas,
cuadros y gráficos “no son pertinentes con el contenido del trabajo”, “poseen
títulos extensos”, “son muy complicados (difíciles de entender)”, “el contenido
es excesivo” y “son poco atractivos y de diseños muy elementales”, se usaron
como condicionantes destinadas a que los expertos valoraran la existencia de
estas dificultades en los artículos que reciben.
La prueba de
Chi-Cuadrado apunta a diferencias estadísticamente significativas (ver Tabla I),
en concordancia a la tarea
del encuestado en la editorial.
Los comités editoriales observan con mayor frecuencia estos errores. Los
editores y directores se topan menos con situaciones de esa índole, aunque si
confieren un porcentaje importante a los diseños “poco atractivos y muy elementales”
(ver Figura VIII).
Fuente: Diseño propio, basado en las
respuestas del cuestionario (2017).
Figura VIII
Errores en las tablas, cuadros y gráficos según opinión del encuestado
en función del cargo que ocupa
4.8. Errores en las referencias bibliográficas
Referencias
bibliográficas no actualizadas, el que falten referencias de las citadas en el
texto, que las mismas sean exiguas y que no se ajusten a las normas,
constituyeron elementos juzgados por los expertos, quienes los calificaron como
errores frecuentes que hallan en los artículos que reciben; lo cual pudiese ser
entendible, si se toma en cuenta que cada revista posee sus propios parámetros
de citas y normas. Además de que pudieran influir las distintas formas de uso
por parte de los autores de los referentes teóricos aplicados en sus
investigaciones. Puede que también las obras más actuales de los escritores
usados como referencia no hayan sido aún incorporadas al “ADN” de los
investigadores. Todo ello contrasta con el empleo de una bibliografía
actualizada y acorde a las normas; un requerimiento medible e incorporado con
fuerza en las evaluaciones de las editoriales de revistas hoy en día en el
instante de aceptar o rechazar un artículo.
Cuando se
examinan los resultados, con arreglo al quehacer del experto, se aprecian
diferencias estadísticamente significativas, lo que subraya una correlación
entre las opiniones y la función editorial. Los juicios vertidos por los
árbitros se asemejan al de los comités editoriales con altos porcentajes en al
menos tres de los cuatro argumentos. Los directores y editores son participes
de la opinión de los comités editoriales en aquellos temas que tienen que ver
con el estilo, como el uso de normas apropiadas y que las referencias aparezcan
en el texto del artículo (ver Figura IX).
Fuente: Diseño propio, basado en las
respuestas del cuestionario (2017).
Figura IX
Errores en las referencias bibliográficas según opinión del encuestado en función del cargo que ocupa
Conclusión
El trabajo intenta mostrar los puntos de vista de los
principales actores que participan en el proceso editorial de las revistas
científicas o académicas, respecto de
los errores que se presentan con mayor frecuencia en las colaboraciones que
reciben. Tal como pudo apreciarse existen similitudes en el juicio de los
encuestados, no obstante, resulta interesante reparar en cómo varía la óptica
cuando se observa, con detenimiento, en función del cargo que ocupan. La investigación facilitó ahondar en la labor
de directores y editores jefes, de miembros de los comités editoriales,
científicos y de los árbitros, así como conocer su perspectiva desde el centro
del quehacer editorial.
Generalmente,
salieron a la luz problemas que los editores tienden a denominar de forma y de
fondo, los primeros, referidos a las pautas de presentación y los segundos,
inherentes a cuestiones más relevantes y que afectan la calidad del artículo,
vinculados al dominio teórico, al metodológico y a la presentación de
resultados. De igual modo, se pudo ver que los criterios varían cuando se pulsa
la opinión de los actores que intervienen en el proceso, de acuerdo al puesto
en que se desempeñan.
El análisis dejó
evidencia de que los miembros de comités asignan mayor peso a los errores del
instrumento, cuestión que podría admitirse como natural si se considera que
fungen como una especie de primer filtro cuando revisan los originales,
conforme a las pautas que presuponen las revistas. Más allá de ello, se
involucran en todo el procedimiento editorial y se encargan de verificar las
observaciones realizadas por los árbitros, quienes, por su parte, tienden a
poner el acento en aspectos neurálgicos como el manejo teórico, metodológico y
en la destreza que demuestre el autor en el momento de presentar los resultados
con claridad y precisión.
El árbitro es el
sujeto que recibe el trabajo, personifica la segunda etapa del proceso
editorial y su cometido es velar por la calidad integral de la contribución,
más que detenerse a examinar el apego a las normativas. El director de revista
posee una visión de conjunto y, precisamente por ello, es probable que coincida
en ciertos aspectos y en otros no tanto con los demás actores. Finalmente, el
artículo científico es un producto que debe cumplir una serie de reglas que le
otorgan un estilo propio a la comunicación científica; pautas normalizadas por
las bases de datos y las clasificadoras de revistas que definen su impacto y
calidad.
Los autores, en
ocasiones, presionados por cumplir con las exigencias institucionales envían
sus manuscritos sin los requerimientos mínimos de las revistas, lo cual termina
siendo una pérdida de tiempo, tanto para el investigador como para el comité editorial,
pues si el trabajo no cumple con las pautas solicitadas, entonces será
rechazado. Además, que ha de ajustarse a las normativas o las reglas de cada
publicación, en el momento en que un artículo es aprobado, igualmente
intervienen otros criterios relativos a su originalidad, relevancia y
rigurosidad; lineamientos seguidos por las revistas científicas en consonancia
con lo establecido por las bases de datos y los rankings que las clasifican dada su calidad e impacto.
Los resultados
mostrados, se espera sean de utilidad a la comunidad científica en general,
pero, sobre todo, a aquellos que se inician en la faena de investigar y
publicar con el legítimo anhelo de hacerlo en revistas reconocidas y bien
posicionadas. Sin asegurar que se ofrecen criterios absolutos, una vez que, el
tema pudiese generar nuevos estudios, se aspira a que sirva de referencia a los
autores, en cuanto a los aspectos en que deben enfocarse a la hora de escribir
un artículo académico o científico con vistas a su publicación, inclusive
pudiera ser usado como guía para la autoevaluación de los manuscritos.
Notas
1 Se entiende por expertos a personas que ocupen cargos de
algún nivel editorial en alguna revista, como puede ser Directores y editores,
parte de algún comité editorial o científico, además de los árbitros de las
revistas.
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* Doctora en Ciencias Sociales Mención Gerencia. Magíster en Gerencia Pública. Magister en Administración de Empresas. Licenciada en Administración. Profesora e investigadora de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (FCES), Universidad del Zulia (LUZ), Venezuela. Investigadora de la Universidad Arturo Prat, Facultad de Ciencias Empresariales, Santiago, Chile. E-mail: wendolin.suarez@gmail.com.
** Postdoctor en Ciencias Humanas. Doctor en Administración de Empresas. Doctor en Gestión Estratégica y NI. DEA en Organización de Empresas. Magíster en Administración de Empresas. Licenciado en Administración. Administrador Público. Profesor Titular A del Departamento de Ciencias del Desarrollo de la Universidad de Los Lagos-Chile. E-mail: fganga@ulagos.cl
*** Doctora en Administración y Dirección de Empresas. Doctora en Ciencias de la Educación. Master en Dirección y Marketing. Magister en Educación. Profesora Titular, Escuela Ingeniería Industrial, Informática y de Sistemas. Universidad de Tarapacá, Chile. E-mail: lpedraja@uta.cl
Recibido: 2018-09-06 · Aceptado: 2018-12-08