Estimación de corto y largo plazo de la
función consumo keynesiana para Ecuador: Período 1950-2014*
Ruperti Cañarte, Jenni Sonia**
Zambrano Ruperti, Cesar Alberto***
Molero Oliva, Leobaldo Enrique****
Resumen
Las teorías macroeconómicas sobre el consumo
privado parten de la propuesta de Keynes, según la cual el gasto de consumo
depende del ingreso disponible corriente. El objetivo de este artículo es
analizar la relación entre el gasto de consumo privado y el ingreso disponible,
en términos per cápita, para Ecuador en el período 1950-2014. La investigación
es de tipo descriptiva correlacional, y los datos usados provienen de fuentes
secundarias. Se ajustaron modelos lineales de la función consumo keynesiana para
la respuesta a corto y largo plazo del gasto de consumo privado per cápita ante
cambios en el ingreso personal per cápita. Los resultados muestran un efecto significativo
del ingreso personal per cápita sobre el consumo privado per cápita, en
concreto un 1% de crecimiento del ingreso se encuentra asociado con una
variación esperada en el consumo de entre 0,46% y 0,52%, mientras que en un
modelo de corrección del error los desequilibrios de largo plazo entre las
variables se corrigen a una velocidad significativa desde el punto de vista estadístico,
pero no tan rápida en cuanto a su magnitud. La conclusión principal es que
según la evidencia existe una relación a corto y largo plazo robusta entre
consumo e ingreso disponible según el marco keynesiano, que influiría en
cualquier medida de política fiscal empleada para estabilizar el ciclo.
Palabras clave: Gasto de consumo privado;
ingreso disponible; función consumo; Keynes; modelo de corrección del error.
Short and long term estimate of the Keynesian consumption function for
Ecuador: Period 1950-2014
Abstract
Macroeconomic theories about private consumption are based on Keynes'
proposal, according to which consumer spending depends on current disposable
income. The objective of this article is to analyze the relationship between
private consumption expenditure and disposable income, in per capita terms, for
Ecuador in the period 1950-2014. The investigation is of descriptive
correlational type, and the data used come from secondary sources. Linear
models of the Keynesian consumption function were adjusted for the short and
long term response of private consumption expenditure per capita to changes in
per capita personal income. The results show a significant effect of per capita
personal income on private consumption per capita, in particular 1% of income
growth is associated with an expected variation in consumption of between 0,46%
and 0,52%, while that in an error correction model the long-term imbalances
between the variables are corrected at a statistically significant speed, but
not as fast in terms of their magnitude. The main conclusion is that according
to the evidence there is a robust short and long term relationship between
consumption and disposable income according to the Keynesian framework, which
would influence any fiscal policy measure used to stabilize the cycle.
Keywords: Private consumption expenditure;
disposable income; consumption function; Keynes; error correction model.
Introducción
De acuerdo con los datos
disponibles, el consumo privado representó, en promedio, un 62% del PIB real de
Ecuador entre 1950-2014 (Feenstra,
Inklaar y Timmer, 2015). Esto no es una particularidad de la
economía ecuatoriana, sino más bien una condición que comparte con el mundo, pues
el consumo en bienes y servicios finales es el principal componente de la demanda
agregada en la mayor parte de las economías, aproximadamente alrededor de dos
tercios del producto (De Gregorio, 2007; Fernández, 2009; Ocando, 2016).
Siendo esta variable tan
relevante para el desempeño macroeconómico de los países y, en consecuencia,
para los diseñadores de las políticas económicas (Fernández, 2009), entonces es
importante comprender ¿De qué depende el consumo de los hogares? Al igual que
en el resto de campos de la Economía, en la teoría del consumo existen varios enfoques
explicativos.
La teoría de Keynes supone
que el consumo depende del nivel de ingreso corriente (presente) del individuo
(Keynes, 1976). Esta hipótesis conocida como hipótesis del ingreso absoluto
expone que cuando aumenta el ingreso corriente, los consumidores responden
gastando más en la adquisición de bienes y servicios. Por lo tanto, el gasto en
consumo agregado depende del ingreso corriente agregado. A pesar de la simpleza
de esta función de consumo, las estimaciones obtenidas parecen ser adecuadas y
buenas, por lo que, en promedio, son capaces de seguir adecuadamente el
comportamiento del consumo (De Gregorio, 2007), y se ha hallado con ella un efecto
estadísticamente fuerte del ingreso corriente disponible sobre el gasto de consumo
privado (Casas y Gil, 2011; Pozo, 2013; Márquez y Contreras, 2013; Betancourt,
2013).
Lo antes expuesto guarda
concordancia con el Ecuador, pues los datos sobre el consumo privado y el
ingreso disponible, en términos per cápita, dan cuenta de una asociación
positiva. En efecto, según revela el Gráfico I (panel A), existe una fuerte
asociación positiva entre ambas variables, y también entre sus tasas de
crecimiento interanual (panel B), lo que en conjunto sugiere que el consumo y
el ingreso se mueven en igual sentido.
Nota: La notación en los
gráficos es: GCPPC es el gasto de consumo privado per cápita, IPPC es el
ingreso personal per cápita (en dólares de 2011). DLGCPPC es la diferencia del
logaritmo de GCPPC y DLIPPC es la diferencia del logaritmo de IPPC, como
aproximaciones a sus tasas de crecimiento.
Fuente: PWT
9.0 (PWT, 2017) y cálculos propios a partir de Eviews 7.
Gráfico
I. Relación
entre el consumo privado y el ingreso personal per cápita en Ecuador. Período
1950-2014
Dada la discusión teórica y
empírica, lo que este artículo propone es analizar la relación entre el consumo
privado y la renta o ingreso disponible, ambas en términos per cápita, en el
caso del Ecuador, durante el período 1950-2014, a partir de la información
estadística disponible. En otros términos, la hipótesis principal de este
trabajo es indagar el efecto del ingreso personal sobre el consumo privado,
esto es analizar si los cambios en el ingreso personal ayudan a predecir el
comportamiento del consumo privado en la economía ecuatoriana durante el período
señalado, y estimar la proporción en que una variación del ingreso afecta al
consumo, según la función consumo keynesiana.
La metodología econométrica
a la que se recurre incluye dos tipos de perspectiva de análisis, por un lado,
un modelo uniecuacional donde se analiza la dinámica a corto plazo entre las
variables y, en segundo lugar, una especificación de cointegración y de
mecanismo de corrección del error a largo plazo. Las estimaciones muestran un
efecto entre 0,46 y 0,52 del ingreso personal per cápita hacia el gasto de
consumo privado per cápita.
El presente trabajo se organiza
del siguiente modo. Luego de esta introducción, la primera parte expone el
marco teórico de referencia, de naturaleza keynesiana donde se muestra la relación
entre consumo e ingreso disponible. En la segunda parte se describen los
aspectos metodológicos, el análisis estadístico previo de las series a emplear
en la estimación y unas observaciones acerca de la estrategia econométrica. En
la tercera parte del trabajo se describen las especificaciones de los modelos
junto a sus estimaciones y resultados hallados, los cuales derivaron en unas
conclusiones.
1. Bases
teóricas y revisión de la literatura
El consumo es una de las
variables macroeconómicas más relevantes para estudiar el desempeño de un
sistema económico. Por consumo se entiende el gasto de consumo final, que es el
total de dinero dedicado por los hogares o por un individuo a la adquisición de
bienes y servicios de uso final para la satisfacción de necesidades y deseos (De
Gregorio, 2007; Ocando, 2016). El consumo de los hogares incluye: La compra de
bienes o servicios de consumo final, el valor estimado de las transacciones de
trueque, los bienes y servicios recibidos en especie, y los producidos y consumidos
dentro del mismo hogar (Ocando, 2016).
Se ha señalado que por lo
común “se piensa que la investigación macroeconómica sobre la función del
consumo agregado comenzó con la publicación del principio de Keynes” (Fernández,
2009, p.2), de hecho, para algunos autores fue Keynes “el primero en realizar
un intento formal para desarrollar un modelo de consumo presente basado en el
ingreso familiar, y ese solo hecho es un aporte extraordinario” (Larraín y
Sachs, 2002, p.412).
La principal preocupación de
Keynes era brindar una respuesta a la situación de estancamiento y desempleo
que presentaron los países durante la Gran Depresión de los años treinta. Para
Keynes (1976), una economía podía permanecer en una situación de equilibrio con
subocupación de los factores productivos, especialmente el trabajo, y las
fuerzas del mercado por sí mismas no garantizan que la economía converja hacia
una situación de equilibrio con pleno empleo.
En otras palabras, existe un
margen por el lado de la demanda agregada en el que las autoridades, con el manejo
de políticas económicas, pueden estimular a la economía, con un mayor gasto
agregado, y con ello alcanzar la situación de pleno empleo, donde el producto
efectivo es aproximadamente igual o cercano al producto potencial, es decir, la
autoridad tiene la capacidad de influir en las fluctuaciones de la producción,
estabilizando el ciclo económico. En la insuficiencia de la demanda radica el
motivo o la causa del desempleo y del estancamiento económico a corto plazo
(Prebisch, 1980).
De este modo, para Keynes (1976)
la cuestión fundamental consistía en indagar en las causas determinantes del
gasto agregado, para conocer por qué a veces éste es insuficiente para mantener
a la economía en pleno empleo. Keynes identificó los componentes más significativos
de la demanda agregada: El consumo y la inversión (Casas y Gil, 2011). De este
modo, la explicación de la demanda (global) requiere un análisis de la función
consumo (gastos del individuo o del hogar) y de la función de inversión
(Hansen, 1983).
El consumo, para Keynes (1976),
termina entonces siendo una variable clave en la determinación del gasto y del
producto (ingreso) de la economía. Cuando hay insuficiencia de la demanda se
debe probablemente a un menor nivel de gasto de consumo o un menor nivel de
gasto de inversión, o una combinación de ambos.
El modelo de la síntesis
neoclásica, conocido como modelo ISLM, que plasmó las ideas de Keynes junto a
la teoría clásica en un modelo de determinación del gasto y del ingreso a corto
plazo, resume la interpretación de Keynes sobre el gasto de consumo como una
función del ingreso disponible, es decir
La
cual, según Keynes (1976), es una función estable y no necesariamente lineal.
Como muy bien se ha señalado, permaneciendo otros factores inalterados, la
función muestra qué cambios presentará o pueden esperarse en el consumo como consecuencias
de cambios dados en el monto total de ingreso (Hansen, 1983). En la función de
consumo recogida por el modelo matemático (1)
Se puede expresar también la
función en términos per cápita simplemente dividiendo las variables agregadas
entre el tamaño de la población en un país determinado. El ingreso disponible
es el ingreso que disponen los individuos o el hogar una vez pagado los
impuestos netos (impuestos menos transferencias recibidas), en las economías
modernas la fuente principal de ingreso de los hogares e individuos lo constituye
el pago que reciben en forma de salario por el alquiler del factor trabajo a
las empresas.
El término
Una
posibilidad que un individuo ejecute un gasto de consumo en ausencia de ingreso
es que éste reciba una transferencia de otro agente, como por ejemplo, cuando
los padres les dan dinero a sus hijos para los alimentos o la escuela cuando
estos no tienen ingresos (Ocando, 2016), o porque el individuo gasta ahorros
previos o liquida algún tipo de riqueza acumulada en períodos previos.
Por
su parte, el parámetro
En
el marco keynesiano, el nivel efectivo de producto está determinado por el
volumen de inversión y de consumo, y este último depende de la ocupación, el
ingreso y la propensión marginal al consumo. Esta última, capta el resultado de
una ley psicológica fundamental. De acuerdo con ésta, cuando aumentan sus
ingresos, las personas están dispuestas a aumentar sus gastos en consumo, pero
no tanto como tal aumento del ingreso (Prebisch, 1980).
La
parte del ingreso adicional que no gasta el individuo es el ahorro. Si el
consumo aumenta en menor intensidad respecto a un incremento dado en el ingreso,
entonces una de las implicaciones de la teoría keynesiana del consumo es que el
consumo medio, la razón consumo a ingreso, cae a medida que el ingreso aumenta.
La
propensión a consumir depende de diversos factores, objetivos y subjetivos según
Keynes (1976). Entre los factores objetivos el
más importante es probablemente la variación del salario nominal o, en el
sentido de Keynes, la variación del salario por unidad de trabajo. La política
fiscal también constituye otro de los factores objetivos relevantes, pues ésta
puede modificar el ingreso disponible y la distribución social del ingreso, por
ejemplo, con una reforma tributaria. Como la propensión marginal al consumo es
más alta entre los estratos de ingresos bajos, una reforma fiscal que redistribuya
el ingreso a favor de los individuos de menores ingresos puede aumentar el
consumo a corto plazo.
La
forma en la que el gobierno maneja su déficit fiscal también es relevante e
influyente sobre la magnitud de la propensión marginal al consumo, las decisiones
de financiar déficit con cargo a aumentos de impuestos y rebajas de gasto
público, contra la opción de monetización, pueden generar una contracción del
consumo y, por lo tanto, de la demanda. Por su parte, Keynes (1976) consideró
que, entre los factores objetivos, la tasa de interés juega un papel secundario
en la determinación del consumo, siendo más influyente en la determinación del
volumen de inversión.
Por
otro lado, entre los factores subjetivos, que son el resultado de
características psicológicas e institucionales, se tienen aquellos
que conciernen al individuo, como la previsión, el orgullo y la avaricia; y
aquellos ligados a los gobiernos y a las empresas, como el deseo de conseguir
recursos para realizar inversiones y gastos sin incurrir en deudas o acudir al
mercado financiero (Prebisch, 1980), lo que implicaría que la empresa decide no
distribuir utilidades para financiar ampliación o reposición de capital.
La fuerza de estos factores
subjetivos se halla relacionada con las instituciones de la sociedad, con los
hábitos que determinan la conducta de los individuos (raza, educación,
religión), los convencionalismos y la moral dominante, las esperanzas respecto
al futuro y las experiencias pasadas, entre otros, que en todo caso son
variaciones lentas, consiguientemente, es poco probable que estos experimenten
cambios importantes en períodos cortos de tiempo, salvo, según Keynes (1976),
en circunstancias anormales o revolucionarias.
Finalmente, dice Keynes, debido
a que la base principal de los alicientes subjetivos y sociales cambia
lentamente, y la influencia a corto plazo de las modificaciones en la tasa de
interés y otros factores objetivos son con frecuencia de importancia
secundaria, entonces la conclusión es que los cambios a corto plazo en el consumo
dependen en mayor medida de las modificaciones en el ingreso (Keynes, 1976; Prebisch,
1980).
Las
implicaciones de política económica derivadas de la teoría del consumo
keynesiana son obvias. Un incremento en el ingreso disponible da lugar a un
aumento en el gasto de consumo (Fernández, 2009), por lo que las medidas de
políticas que impulsan el ingreso disponible corriente, como una rebaja de
impuestos o en general una política de déficit fiscales, generan un impacto
positivo en el ingreso y, por tanto, en el gasto de consumo, influyendo en la
demanda agregada a corto plazo. La mayor parte de la literatura empírica en
este campo se ha dedicado a estimar la propensión marginal al consumo, para
conocer la magnitud del efecto de las variaciones del ingreso disponible sobre éste.
De
esta manera, se han hallado resultados que sugieren un buen comportamiento de
la teoría del consumo keynesiana a los datos disponibles en ciertos horizontes
temporales. Para De Gregorio (2007), la principal falla de la función de
consumo de Keynes, es que puede contener errores de predicción a corto plazo. Otras
investigaciones teóricas y empíricas plantean que el ingreso corriente o
presente del individuo no es el determinante de sus niveles de gasto de consumo,
sino que existen otros determinantes más importantes (Kuznets, 1946(1);
Friedman, 1957(2); Ando y Modigliani, 1963(3); Hall, 1978(4)).
Evidencia
favorable a la hipótesis del ingreso permanente de Friedman (Friedman, 1957) se
encuentra en Núñez (2010), donde entre “la revisión del consumo y la revisión
de la renta permanente, motivadas ambas por una innovación en la renta, existe
una relación positiva” (p.108). No obstante, en ciertas condiciones existe
evidencia que sugiere que para muchos hogares sí se cumple el fuerte vínculo
que señalaba Keynes entre consumo e ingreso corriente(5).
2. Metodología:
Datos y estrategia econométrica
Esta investigación emplea
datos de series de tiempo que recogen el desempeño de las variables objeto de
estudio para el período 1950-2014. Para ello, se utilizan
fuentes de datos secundarias, en concreto, la base de datos Penn World Tables 9.0 (PWT 9.0) que
cubre, en el caso de Ecuador, el período 1950-2014 para las variables consumo e
ingreso, un total de 65 observaciones de periodicidad anual. En ese sentido, la
variable consumo está representada por el gasto de consumo privado (de los hogares)
per cápita, mientras que el ingreso disponible viene representado por el
ingreso personal per cápita. Los indicadores de las variables se construyeron del
siguiente modo.
En el caso del gasto de
consumo privado per cápita, el estudio utilizó los datos disponibles en PWT 9.0
de: 1) Producto Interno Bruto (por el lado de la producción) ajustado por la
PPA (Paridad del Poder Adquisitivo) (in mil. 2011 US$) (cgdpo), 2) Participación (%) del consumo de los hogares ajustado
por la PPA (csh_c), 3) Población Total
de Ecuador (pop), todas las series
para el período 1950-2014. La serie del gasto de consumo privado per cápita (gcppc) fue construida multiplicando la participación
porcentual del consumo por el PIB en cada año para obtener un aproximado del
gasto de consumo privado total (gcpto),
y luego dividiendo esta última serie entre la población total en cada año para
obtener una medida per cápita.
El ingreso personal per
cápita (ippc) se construyó a partir
de las siguientes series: 1) Producto Interno Bruto (por el lado del gasto)
ajustado por la PPA (in mil. 2011 US$) (cgdpe),
2) Población Total de Ecuador (pop),
todas las series para el período 1950-2014 y la fuente también es PWT 9.0.
Luego, dividiendo para cada año la observación del PIB sobre la población total,
se obtiene una medida del producto per cápita (ippc) que, a los fines propuestos, se empleó como una variable proxy del ingreso personal per cápita, y
ésta sería la medida del ingreso disponible.
Por supuesto que existen
diferencias, derivadas de la contabilidad nacional, entre el producto y el
ingreso disponible, pero se puede esperar que a largo plazo ambas mediciones
sean aproximadamente iguales, por tanto, en este trabajo se asume que el
producto per cápita es una buena medida del ingreso per cápita, de hecho, los
estudios sobre crecimiento económico a largo plazo adoptan esta aproximación
para obtener una medida de los niveles de ingreso de las economías.
Para la estimación de los diferentes modelos planteados
se utilizó el software Eviews 7, y las
regresiones se realizaron por Mínimos Cuadrados Ordinarios (MCO). El Cuadro 1,
presenta un resumen de las principales estadísticas descriptivas de las variables
de interés. Al mismo tiempo, el Gráfico II muestra el comportamiento de las series
de tiempo durante todo el período.
Cuadro 1
Resumen de las estadísticas
descriptivas. Período 1950-2014
gcppc |
Ippc |
lngcppc |
dlngcppc |
lnippc |
dlnippc |
|
Media |
2980.168 |
4862.515 |
7.908606 |
0.024714 |
8.392115 |
0.026241 |
Máximo |
6709.069 |
10871.06 |
8.811215 |
0.102518 |
9.293860 |
0.203890 |
Mínimo |
1431.926 |
2041.836 |
7.266776 |
-0.057612 |
7.621604 |
-0.071841 |
Desviación Estándar |
1400.461 |
2225.627 |
0.415359 |
0.035453 |
0.443187 |
0.046874 |
Observaciones |
64 |
64 |
64 |
64 |
64 |
64 |
Fuente: PWT 9.0 (PWT, 2017) y cálculos
propios a partir de Eviews 7.
Fuente: PWT
9.0 (PWT, 2017). Cálculos y elaboración propia a partir de Eviews 7.
Gráfico II. Comportamiento de las series en el
período 1950-2014
Pruebas
de raíces unitarias. Período 1950-2014
Fuente: Cálculos y
elaboración propia (2018) a partir de Eviews 7.
2.1. Contraste de estacionariedad
Por su parte, el Cuadro 2 presenta los resultados del
análisis de raíces unitarias en cada una de las variables (series) empleadas en
los modelos de este trabajo, alcanzados con las pruebas Dickey-Fuller Aumentado (ADF) y Phillips-Perron
(PP), dada la naturaleza de la metodología econométrica en este trabajo. Los
resultados contenidos en el cuadro permiten visualizar el grado de integración de
las variables y, en efecto, se refleja que el gasto de consumo privado per
cápita y el ingreso personal per cápita (en logaritmo) son no estacionarias, más
sus primeras diferencias si lo son, es decir
2.2.
Estimación de un conjunto de modelos uniecuacionales para la función consumo
keynesiana
La metodología econométrica
elegida y aplicada en este trabajo se describe a continuación. En primer lugar,
se presentan y estiman algunas regresiones básicas, en niveles y en primeras
diferencias de las variables, todas a corto plazo. La especificación básica
presenta al consumo privado per cápita en función del ingreso personal per
cápita y otras variables exógenas, todas de forma lineal, siguiendo el
comportamiento de las variables de acuerdo con el Gráfico I, donde es claro que
existe una forma lineal en la asociación entre consumo per cápita e ingreso per
cápita.
En segundo lugar, dado el
orden de integración de las variables, se recurrió al enfoque de cointegración
de Engle-Granger junto a un Modelo de Corrección de Error (MCE) para analizar,
en conjunto, la dinámica de corto y de largo plazo entre consumo e ingreso,
considerando que ambas variables tienen raíces unitarias, en relación con las
pruebas de raíces unitarias para contraste de estacionariedad.
3. Resultados:
Especificación y regresión de los modelos
En esta sección se presentan
los resultados obtenidos mediante un conjunto de modelos uniecuacionales que
relacionan el consumo privado con el ingreso personal disponible, ambas en
términos per cápita. Las regresiones se efectuaron por Mínimos Cuadrados Ordinarios
(MCO), e incluyen al menos dos metodologías econométricas, tal como se mencionó
anteriormente.
3.1.
Regresión en niveles y en diferencias a corto plazo y estimación de la
propensión marginal a consumir
La función consumo básica
plantea que el consumo presente de los individuos o de los hogares (consumo
privado) es una función del ingreso disponible en el período en cuestión. Acorde
con Keynes (1976), en un período
Donde el parámetro
3.1.1. Estimación en niveles
La estimación en niveles de una ecuación con variables no
estacionarias puede arrojar resultados espurios (Granger y Newbold, 1976). Por
lo general, si se estiman regresiones a partir de los niveles de las variables
se obtienen valores de bondad de ajuste más alto, y si están acompañados de un
estadístico Durbin-Watson
El parámetro que relaciona
el ingreso con el consumo privado es positivo y menor a la unidad, tal como se
espera a priori, así como significativo individualmente. Su valor indica una
propensión a consumir de 0,62 en promedio durante el período de estudio en el
caso ecuatoriano, o lo que es lo mismo, cada incremento de un dólar en el nivel
de ingreso personal per cápita, se encuentra asociado con un incremento en 0,62
dólares en el consumo. El término constante resultó no significativo y con
signo contrario al esperado a priori. Así mismo, el estadístico
3.1.2. Estimación en primeras
diferencias
Considerando
lo expuesto en la sección anterior, se estimó el siguiente modelo uniecuacional
a partir de las primeras diferencias de las variables (modelo 3), como se
recomienda cuando
Donde se relaciona las
primeras diferencias de las variables en logaritmo, que vienen a representar
una aproximación a las tasas de crecimiento (interanual) del consumo y del ingreso
personal. En la ecuación anterior,
Los resultados reflejan una
buena significatividad individual y conjunta, desde el punto de vista
estadístico. En efecto, los coeficientes estimados
En
cuanto al término constante estimado indica que, en ausencia de variaciones del
ingreso personal, el gasto de consumo privado per cápita autónomo crecerá 1,1%
aproximadamente año tras año. Por su parte, cuando el ingreso per cápita crece
un 1% adicional, de acuerdo con la regresión, se espera que el consumo crezca
0,52% en un período respecto al anterior, en el caso ecuatoriano durante el
período de estudio.
El
estadístico Durbin-Watson
El
problema más preocupante del modelo estimado es el de autocorrelación. En
presencia de autocorrelación, los estimadores MCO dejan de ser linealmente
insesgado (Wooldridge, 2010) de mínima varianza (Novales, 1993), y los estadísticos
usuales dejan de ser válidos. Por tanto, es relevante corregir la
autocorrelación en el modelo en primeras diferencias de la función consumo. La
presencia de autocorrelación puede que sea por un sesgo de especificación, en
concreto, por la omisión de variables relevantes.
Alternativamente,
para la corrección de la autocorrelación, se presenta un modelo incluyendo
variables dummys, para los años 1973,
1982 y 1996. El criterio económico adoptado es el impacto del shock petrolero mundial
de los años 1972-1973, que se prolongó, en el caso de Ecuador como economía
petrolera, incluso durante los dos años siguiente, en el año inicial del choque
positivo el Ecuador experimentó una contracción del consumo, mientras que entre
1973 y 1975 el crecimiento del consumo fue alto; la crisis económica del año
1982, ocasionada por deficiencias de la política fiscal y por choques externos
que perjudicaron los términos de intercambio (Albornoz, 1999); y los efectos de
la crisis del año 1995 (debido a una serie de eventos políticos, militares,
ambientales y por choques externos como el contagio de la crisis mexicana) que
se prolongaron hasta el año 1996.
La
variable
También
se incorporó una variable dummy con
el objetivo de recoger los efectos sobre el consumo no explicados por el
ingreso sino por cambios estructurales, presentados por la economía
ecuatoriana, de carácter permanente, con motivo del conflicto político, la
inestabilidad macroeconómica y el proceso de dolarización iniciado en marzo del
2000, y la posterior etapa de estabilización y crecimiento experimentada por el
Ecuador desde entonces. Esta variable denotada como
En
relación con esta regresión se observa, en primer lugar, que todas las
variables son significativas, incluida la constante. En concreto, todos los
coeficientes estimados son significativos al 1%, y el término constante y el
coeficiente que acompaña a la dummy
del año 2000 lo son al 5%, y en forma general se rechaza la hipótesis nula de
no significancia conjunta. El estadístico
El modelo presenta un
aceptable
Los
coeficientes estimados que acompañan a las variables dummys de los años 1973, 1982 y 1996 arrojaron signos negativos, lo
que estaría recogiendo el efecto negativo sobre el gasto de consumo privado per
cápita, promovido por choques de diferentes índole que la economía ecuatoriana
experimentó en esos años, dado un mismo nivel de ingreso per cápita, aunque en
el caso del choque de 1973 se esperaba un efecto positivo como consecuencia del
incremento en los ingresos petroleros tras el alza del precio del petróleo en
el mercado mundial.
Así,
los coeficientes estimados negativos para 1973, 1982 y 1996 indican que, dado
un mismo nivel de ingreso personal per cápita, el consumo en esos años
disminuyó respecto a los anteriores en mayor proporción. Al mismo tiempo, el
coeficiente estimado de la dummy del
2000 presenta un signo positivo, que podría estar reflejando la estabilidad y
el efecto positivo sobre el consumo per cápita que causó el proceso de
estabilización y dolarización de Ecuador después del 2000.
3.2.
Relación a largo plazo entre consumo e ingreso disponible per cápita
A
pesar que el modelo en primeras diferencias (4) es significativo a nivel
teórico y estadístico, cabe subrayar que la estimación de la relación entre
consumo e ingreso per cápita a partir de sus primeras diferencias o tasas de
crecimiento sólo recoge el efecto o relación a corto plazo (contemporáneo) entre
las variables. Es decir, el modelo no arroja evidencia respecto a si las
variables tienen una relación de equilibrio estable a largo plazo en el caso
estudiado para el Ecuador. Afortunadamente es posible estimar un
modelo con variables
La
teoría de la cointegración presupone que existe al menos una relación de largo
plazo entre dos o más variables involucradas en un modelo. Según
la literatura de cointegración, dos series con igual orden de integración
Según la información arrojada
por las pruebas de raíces unitarias, las variables consumo per cápita e ingreso
per cápita (en logaritmo natural) poseen una raíz unitaria, es decir no son estacionarios.
Como ambas tienen similar orden de integración
Donde
Se puede apreciar, según la
evidencia disponible, que el nivel de gasto de consumo privado per cápita (en
logaritmo) tiene una relación directa (positiva) y estadísticamente
significativa con respecto al ingreso personal per cápita (en logaritmo). Los
residuos estimados (resid_coint) de
esta regresión son estacionarios de acuerdo con los test ADF y PP, según todas las especificaciones al 1% (Cuadro 2),
de manera que la evidencia sugiere una relación de cointegración estable a
largo plazo entre el gasto de consumo privado per cápita y el ingreso personal
per cápita para el Ecuador en el lapso 1950-2014. Según el enfoque de
Engle-Granger de dos etapas, si existe una relación de cointegración entonces
se puede representar y estimar un modelo de corrección del error (MCE) para
analizar la dinámica de corto plazo y el ajuste del desequilibrio a largo plazo
(Teorema de Representación de Granger).
3.2.1.
Modelo de Corrección del Error (MCE) en la relación consumo-ingreso
Según la teoría
econométrica, si los residuos estimados del modelo de cointegración son estacionarios,
entonces es posible formular un MCE, con la forma:
Donde
Donde
se tienen las primeras diferencias de las variables consumo e ingreso per
cápita, la relación indicaría el efecto a corto plazo de las variaciones en el
ingreso sobre el consumo que recoge el parámetro
Los
resultados hallados develan la conservación de los signos esperados a priori, y
en términos de la significancia individual de cada estimado (el coeficiente que
acompaña a la dummy del año 73 es
apenas significativo al 11%, el término que acompaña al primer rezago de la
variable dependiente lo es al 8%, y el término constante al 5%). La bondad de
ajuste refleja una muy buena capacidad explicativa del modelo.
El
coeficiente de la corrección del error es negativo y muy significativo (al 1%),
y revela que si
Finalmente,
el modelo es robusto a posible autocorrelación y no normalidad de los residuos,
según los principales test para
contraste de las hipótesis del modelo clásico, los residuos (resid_mce) son estacionarios al 1% según
las pruebas de raíces unitarias ADF y PP (ver Cuadro 2), y no se existe evidencia
para rechazar la hipótesis nula de correcta especificación de acuerdo con Ramsey-RESET.
Los valores hallados en las estimaciones de este trabajo son ligeramente
superiores a los coeficientes estimados en otros trabajos empíricos para
economías de ingreso mediano como China, Perú, Túnez y Venezuela (Khan, Shaikh y Hayat, 2018). Los valores estimados para México por Márquez y
Contreras (2013) son superiores a los del Ecuador.
Conclusiones
La teoría del consumo de
Keynes se cumple en el caso del Ecuador en el período estudiado en este
artículo, según lo arrojado en diferentes especificaciones econométricas estimadas
para analizar la relación entre consumo e ingreso.
En efecto, los resultados
hallados sugieren una relación estadística significativa entre el consumo
privado per cápita y el ingreso personal per cápita durante el período de
estudio para el Ecuador. La estimación arrojó un efecto positivo en todas las
especificaciones, tal como se esperaba de acuerdo con la teoría, si bien es
cierto que, en cuanto a magnitud, el efecto es medianamente moderado. En
concreto, ante una variación del ingreso personal per cápita de un 1% se espera
una respuesta contemporánea ubicada entre 0,46% y 0,52% en el consumo privado
per cápita.
Se estimó así mismo una
ecuación de cointegración, la cual arrojó evidencia de cointegración a largo
plazo entre consumo per cápita e ingreso per cápita, procediéndose a estimar el
correspondiente MCE, donde se halló de nuevo un coeficiente significativo que
relaciona las variaciones del consumo ante cambios en el ingreso a corto plazo,
y una velocidad de ajuste desde el desequilibrio de tamaño moderado, pero
significativa estadísticamente. De nuevo, el coeficiente estimado de la tasa de
crecimiento del ingreso corriente se encuentra asociado con una variación, de
igual signo, de 0,5 en el consumo privado en el período analizado.
A pesar de las limitaciones
que conlleva todo análisis, y que la evidencia en cierta forma es solo parcial,
el trabajo contribuye al debate académico y a la discusión sobre las implicaciones
de políticas en el Ecuador, considerando que, a pesar de referirse a decisiones
individuales, la determinación del consumo tiene consecuencias macroeconómicas
(Mankiw, 1997), pues es el principal componente de la demanda agregada e influye
en las fluctuaciones de la actividad económica.
La importancia de los
resultados de este trabajo para el Ecuador radica en que, siendo la fuente
principal del ingreso familiar lo captado en forma de sueldos y salarios, y
dado que el ingreso repercute en el consumo en una magnitud moderada, existen
implicaciones económicas importantes en una política que impulse la
productividad y los salarios reales, para estimular el ingreso y el consumo,
garantizando la estabilidad de la demanda agregada a corto plazo. A largo plazo,
parece más conveniente una política de promoción de la productividad en lugar
del control de las fluctuaciones a través de la política fiscal, pues ésta
última se encuentra atada a las condiciones monetarias y al balance de deuda
del país, limitando su capacidad para apuntalar el ingreso y, por ende, el consumo
agregado.
Dada la magnitud de la
respuesta del consumo privado ante variaciones del ingreso, la política fiscal
expansiva tiene efectos importantes aunque limitados a corto plazo, y su
utilización constante como mecanismo de estabilización macroeconómica puede
repercutir en el balance de deuda y presupuestario del gobierno consolidado a
mediano plazo, por lo que una estrategia correcta para mantener la conexión ingreso-consumo,
y que el consumo se mantenga en niveles compatibles con el pleno empleo y sin
menoscabo del balance externo, debe estar basada en la productividad y los salarios
reales a largo plazo.
Notas
[1] Kuznets (1946) halló evidencia que la tasa
de ahorro no había crecido en EE UU a largo plazo, tal como se esperaba según
la teoría del consumo keynesiana. Si la propensión media al consumo disminuye
conforme aumenta el ingreso, entonces al individuo promedio le queda más dinero
disponible para el ahorro, por lo que la tasa de ahorro aumentará en el tiempo,
de acuerdo con los primeros keynesianos, cuestión que se deriva de una
propensión marginal al consumo menor a la unidad. Para Kuznets, el consumo
medio mostraba un comportamiento completamente estable, a pesar que la renta o
ingreso había aumentado considerablemente (Mankiw, 1997), esto iba en contra de
la conjetura de la teoría del consumo keynesiana respecto al comportamiento
decreciente del consumo medio (cociente entre consumo e ingreso) cuando el ingreso
aumenta.
2 Friedman (1957) plantea la hipótesis de la renta
permanente, la cual postula que los hogares basan sus decisiones de consumo
presente, no en la renta recibida en el período, sino en el valor descontado de
los flujos de ingreso que espera derivar de su capital humano y no humano (Núñez,
2010). “Existen un conjunto de investigaciones
empíricas en contra de la hipótesis de Friedman” (Núñez,
2010, p.93).
3 La hipótesis del ciclo de vida de Ando y Modigliani expresa que el consumo
depende de las expectativas que tengan los individuos respecto a sus ingresos
futuros más que su ingreso presente, en la línea con lo estipulado por Friedman.
Estos autores parten de un problema de maximización de la utilidad del
consumidor, y agregan que estos maximizan su utilidad a lo largo de su vida
teniendo en cuenta su visión sobre el futuro.
4 Robert Hall brindó la hipótesis el ingreso permanente con
expectativas racionales. Hall agregó al modelo de hipótesis permanente el
supuesto de expectativas racionales, para incorporar a las expectativas de los
consumidores (Casas y Gil, 2011), y expuso que, en presencia de expectativas
racionales, el consumo sigue una caminata aleatoria, de modo que intentar
predecir el consumo es irrelevante pues sus variaciones son impredecibles.
5 Por ejemplo, cuando el hogar no tiene acceso al
crédito, su consumo se encontrará fuertemente ligado a su ingreso actual, y no
a su ingreso futuro o esperado (Larraín y Sachs, 2002). Esto se conoce como restricción de liquidez, cuando las
familias no pueden endeudarse y no cuentan con un stock de activos financieros,
en consecuencia, no pueden gastar más que el ingreso que perciben en el período
actual (Larraín
y Sachs, 2002). La restricción
de liquidez puede expresarse de la forma
6 Una inspección visual de los correlogramas de los
residuos arrojó evidencia que permiten rechazar la hipótesis nula de no
autocorrelación, pues las probabilidades asociadas al primer, tercer y cuarto
rezago son menores que 0,05. Por su parte, la Prueba LM de Breusch-Godfrey
arrojó evidencia que descarta la presencia de autocorrelación, pues con una
selección de uno y dos rezagos la probabilidad asociada al estadístico de
prueba es mayor a 0,05, lo que significa que no se puede rechazar la hipótesis
nula de no autocorrelación. En la estimación se presenta la probabilidad de la
Prueba LM con dos rezagos. Se puede afirmar que, en conjunto, las pruebas no
son concluyentes.
7 Cabe destacar que la elección de estos años, desde el
punto de vista estadístico, se debe a la posibilidad de quiebre estructural en
la regresión del modelo (3) en dichos años, según la evidencia derivada de las
pruebas de quiebre estructural. Se aplicó el test de Chow para los años en
cuestión, y los resultados del p-valor
de la F y de la razón de
verosimilitud son menores a 0,05, lo que indica que se debe aceptar la existencia
de quiebre estructural en los años 1982, 1996 y en 2000. El año 1973 se eligió
atendiendo la evidencia arrojada por los gráficos de los coeficientes
recursivos del modelo indicado.
8 Un grupo de variables económicas se encuentran en equilibrio
a largo plazo cuando
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*
Los hallazgos, interpretaciones y conclusiones pertenecen a los autores y no
representan los puntos de vistas de las instituciones en las cuales participan
como profesores y estudiantes. Finalmente, como es usual los errores restantes
y omisiones son de responsabilidad exclusiva de los autores.
**
Doctora(c) en Ciencias Económicas. MBA. en Gestión en Recursos Humano. Magister
en Gerencia Turística y Hotelera. Ingeniera Comercial. Contadora Pública. Profesora
Principal a Tiempo Completo en la Escuela de Comercio Exterior, Facultad de
Economía de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (ULEAM), Ecuador. E-mail:
jenni.ruperti@uleam.edu.ec ORCID:
https://orcid.org/0000-0002-2759-2718
*** Ingeniero Comercial.
Investigador. E-mail: zamperti@gmail.com
**** Doctor(c) en Ciencias Económicas
(Universidad del Zulia (LUZ), Venezuela). Magíster Scientarium en Economía,
mención Macroeconomía y Política Económica (LUZ). Economista (LUZ). Profesor
Asistente a Tiempo Completo, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de LUZ
(Maracaibo, Venezuela). E-mail: lmolerooliva@gmail.com
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4024-7441
Recibido: 2019-03-03 · Aceptado: 2019-06-20