De Marge a
Lisa: El nuevo paradigma de la mujer en Los
Simpson
Tovar
Lasheras, Alejandro*
Marta Lazo,
Carmen **
Ruiz
del Olmo, Francisco Javier***
Resumen
Los Simpson es la serie
de ficción televisiva que ha redibujado el término de éxito. Tras treinta años
en antena, continúa cautivando audiencias de todo el mundo, con un humor ácido y
osado, así como con unos guiones y tramas argumentales, que ironizan sobre
cualquier asunto de calado social. La presente investigación estudia, la
alusión a cuestiones de género, machismo, feminismo, igualdad y reparto de
roles, presentes en episodios emitidos entre 1989 y 1997, correspondientes a
las ocho primeras temporadas, mediante las técnicas cualitativas del análisis
de discurso y de personajes. Como resultados, se observa que Marge es una mujer
sumisa, prototipo de la ama de casa de los 60, no obstante, aplicando un modelo
de educación diferente del recibido, trata de formar a su hija Lisa en valores
y con patrones de conducta, que le permitan ser una mujer autónoma e
independiente, preparada para desarrollarse plenamente en un contexto distinto
al de la segunda década del siglo XX. Se concluye, que la relación existente
entre Marge y Lisa, madre e hija respectivamente, y el vínculo que ambas
establecen con el resto de personajes, plasma el cambio de paradigma de la
mujer del siglo XX a la del siglo XXI.
Palabras clave: Ciencias
sociales; televisión; medios de comunicación; cuestiones de género;
teleducación.
From Marge to Lisa: The new paradigm
of women in The Simpsons
Abstract
The Simpsons is the
television fiction series that has redrawn the term of success. After thirty
years on the air, he continues to captivate audiences around the world, with an
acid and daring humor, as well as with some scripts and plot lines, which
ironic about any issue of social significance. The present investigation
studies the allusion to questions of gender, machismo, feminism, equality and
distribution of roles, present in episodes broadcast between 1989 and 1997,
corresponding to the first eight seasons, using the qualitative techniques of
discourse and character analysis. As results, it is observed that Marge is a
submissive woman, prototype of the housewife of the 60s, however, applying a
different model of education from the one received, she tries to train her
daughter Lisa in values and with behavior patterns, which allow her to be an
autonomous and independent woman, prepared to develop fully in a context
different from that of the second decade of the 20th century. It is concluded
that the relationship between Marge and Lisa, mother and daughter respectively,
and the bond that both establish with the rest of the characters, reflects the
paradigm shift of women from the 20th century to that of the 21st century.
Keywords: Social sciences; television;
media; gender issues; teleducation.
Introducción
El presidente de los Estados Unidos
George H. W. Bush aseguró haber sido capaz de dilucidar el mensaje que se
oculta detrás de Los Simpson: Creía
que la serie estaba destinada a mostrar los peores valores imaginables. Ese
pensamiento motivó la frase más memorable de su discurso ante la Convención
Nacional Republicana del 27 de enero de 1992: “Vamos a seguir intentando
fortalecer a las familias americanas para que sean mucho más parecidas a Los Walton y mucho menos a Los Simpson”. Paralelamente, Barbara
Bush afirmó que nunca dedicaría un minuto a ver algo tan estúpido. La primera dama
jamás imaginó que su personaje sería parodiado tiempo después por los
guionistas de la serie y retratado como el de una mujer muy parecida a Marge
Simpson, de la que sería gran amiga en la ficción.
Estas dos frases, más allá de haber
pasado a la historia como dos anécdotas en gran medida curiosas, ponen de
relieve una realidad innegable. El hecho de que hasta los máximos adalides del
republicanismo americano aludieran a Los
Simpson en sus manifestaciones públicas, permite constatar que la familia
amarilla más famosa del mundo trascendió, hace ya dos décadas, los límites
esperados para cualquier producto de animación televisiva.
Su categoría de uno de los mejores
programas televisivos de todos los tiempos otorgado por la revista Time, lejos está todavía de perder
vigencia. Los Simpson han alcanzado
con salud una efeméride de récord el 19 de abril de 2017, día en el que han
cumplido treinta años en antena. Matt Groening, su creador, puede vanagloriarse
de haber conseguido sus pretensiones, las mismas que explicaba en el especial
emitido por la Cadena FOX con motivo
del vigésimo aniversario de la serie: “Como viñetista, siempre quise invadir la
cultura pop. Ese era mi objetivo como
dibujante ‘underground’, comprobar
hasta dónde podía llegar con esto” (Spurlok, 2010).
Desde entonces, centenares de premios y
reconocimientos. Y su logro más notable: Es la serie más longeva de todos los
tiempos, superando a la popular ficción americana Gunsmoke, que ostentaba el título hasta la fecha con 635 capítulos
emitidos en la CBS. Pero Homer,
Marge, Bart, Lisa y Maggie alcanzarán los 669, tras la decisión tomada por la
Cadena FOX de renovar su contrato
para producir, al menos, dos temporadas más, la veintinueve y la treinta.
Los
Simpson, nacen como serie autónoma a finales de los
años 80. Sus personajes se asomaron a las televisiones estadounidenses el 17 de
diciembre de 1989 con el especial Simpsons
Roasting on an Open Fire. Poco tiempo después, el New York Post se haría eco de su victoria sobre el Show de Bill Cosby y titularía: “De aquí
al programa número 1 del país”.
Con el paso del tiempo, público y
crítica continuarían postrándose a los pies del programa: El gurú cultural Kurt
Andersen afirmaría en su artículo Animation
Nation publicado en 1997 en The New Yorker que “Los Simpson es más inteligente, agudo y abusivo que cualquier otro
programa de televisión” y, dos años más tarde, The New York Times
predeciría en su edición del milenio que Los
Simpson todavía serían un programa con altos índices de audiencia en 2015,
además de afirmar que Montgomery Burns era ya un ejemplar más conocido en el
capitalismo que Ayn Rand.
No hay tema con el que Los Simpson no se atrevan. Ecología,
religión, la familia y sus modelos, tradiciones o educación, son los ejes de
muchas de sus tramas, una de las recetas de su éxito. Alberti (2004), destaca “el
uso de la iconografía, la identificación con la alta y la baja cultura y su
catalogación en el marco de la cultura pop
dominante” (p.24), como los factores determinantes para justificar su
aceptación y relevancia mundiales.
“A ojos de muchos, Los Simpson podrían parecer un entretenimiento insensato, pero la
serie ofrece comedia y sátira con el nivel de sofisticación más alto del que la
televisión estadounidense haya conocido jamás” (p.222), afirman Irwin, Conard y
Skoble (2009), que añaden:
¿Es entonces
legítimo escribir ensayos a propósito de la cultura popular? La respuesta común
consiste en subrayar que Sófocles y Shakespeare eran cultura popular en su
tiempo, y que nadie pone en cuestión la validez de las reflexiones de sus obras.
(p. 222)
Además, tal y como afirman Araújo y
Fraiz (2017), “el lenguaje audiovisual es una forma de acercarse a la realidad
de un modo encubierto ya que tanto el cine, series audiovisuales como los contenidos
de la televisión a nivel más amplio emplean todos los tipos de comunicación”
(p.11).
Por eso, el presente artículo marca como
objetivo analizar la serie desde un punto de vista no abordado específicamente
por otros autores; busca estudiar cómo uno de sus personajes protagonistas,
Marge Simpson, representa el salto generacional experimentado por las mujeres
occidentales nacidas en la década de los 50 y los 60.
En definitiva, este texto plantea como
objetivo razonar cómo Marge Simpson, personaje de la serie Los Simpson que encarna los valores tradicionales, se esfuerza por
educar a su hija Lisa con unos patrones que le permitan no incurrir en los
mismos errores que ella cometió en su infancia y juventud, para poder
desarrollarse como una mujer plena, autónoma e independiente. En ese sentido, el
texto define, detalla en su análisis y presenta las siguientes hipótesis:
1. Los creadores de Los Simpson plasman en muchos de los capítulos de la serie el
cambio de concepción y de patrones de conducta del colectivo femenino
contemporáneo.
2. Marge Simpson responde al patrón de
ama de casa de finales del siglo XX, pero educa a su hija Lisa con unos valores
que le permitirán despojarse de los roles machistas tradicionales.
3. Lisa Simpson representa el cambio de
paradigma de la mujer del siglo XXI, todavía lastrada por concepciones
anticuadas pero dispuesta a superar las barreras a las que se enfrentó la
generación anterior.
1.
Metodología
En primer término, cabe señalar que Los Simpson, a pesar de su enorme éxito
en la pantalla y su transcendencia como serie mítica de la televisión, es un
producto que apenas se ha estudiado por parte de la comunidad científica desde
el punto de vista del análisis de discurso y narratológico.
Tras una revisión de la literatura
científica, se encuentran algunas investigaciones que se centran en la serie
como objeto de consumo, sobre todo por parte de niños y adolescentes (Aguaded,
1999; Huertas y França, 2001; Ibarra y Robles, 2005; Montero,
2006; Pindado, 2006; Grandío, 2008).
También existen algunos estudios que analizan
la representación de los medios de comunicación y el periodismo en la serie (Gómez,
2013; Salazar, 2015; Marta-Lazo, Ruiz y Tovar,
2017), otros se basan en argumentar cuáles son las razones de su éxito (Gray,
2006; Marta-Lazo y Tovar, 2011), unos
se fundamentan en el análisis de la psicología y la espiritualidad en la serie
(Pinsky, 2001; Eaton y Uskul, 2004).
Sin embargo, son más numerosas las investigaciones que se han ocupado del
análisis de otros productos de ficción como South
Park o Padre de familia (Rodríguez-Virgili,
Sádaba y López-Hermida, 2010; Mollejo, 2016).
En el análisis bibliográfico, se observa
un vacío evidente en el estudio de otras perspectivas, como es la del análisis
de la representación de roles de género, los patrones machistas y sexistas, el reparto
de tareas y realidad social en función del sexo en la serie (Henry, 2007; Chacón y
Sánchez-Ruiz, 2009; Reig y
Mancinas, 2010; Doncel y Segoviano, 2014;
Analuisa, 2015), con una literatura que, apenas profundiza en el objeto de
estudio que ocupa.
Los
Simpson emiten en 2017 su temporada veintiocho en
Estados Unidos, teniendo cada una de ellas un promedio de veintidós capítulos. La
presente investigación, de los más de 600 episodios emitidos, selecciona como
muestra los primeros 178 capítulos, correspondientes a las ocho primeras
temporadas. Esta acotación muestral viene refrendada y justificada por los
argumentos de expertos televisivos. De esta forma, según críticos como Scott
(2001), la serie comenzó a perder su sello original a partir de la novena
temporada, convirtiéndose en una caricatura de sí misma y modificando las
estrategias para plasmar sus críticas y sarcasmos.
Este momento coincide con la llegada al
equipo de la factoría Simpson de Mike Scully, productor ejecutivo y
primer directivo que se sumaba a la cadena de trabajos años después de haber
iniciado esta su actividad. Este momento marca, además, el inicio de la
retirada del creador de la serie, Matt Groening, centrado en la puesta en
marcha de otro producto de ficción animada, Futurama,
estrenado en 1999. Todas estas circunstancias sirven para acotar la muestra de
análisis a los capítulos emitidos entre 1989 y 1997.
Como método de investigación, se opta
por la técnica del análisis de discurso, porque permite establecer categorías y
subcategorías fácilmente adaptables a la investigación que se lleva a cabo.
Como afirma Santander (2011), “si bien “no existe la técnica, el
análisis de discurso hace que todo sea dinámico” (p.215). Esto es evidente en
el estudio de caso que ocupa. Asimismo, se referenciarán los capítulos aludidos
con una T (temporada) y una E (número de episodio).
Paralelamente, se establecen dos pautas
de análisis de contenido, en las que se ofrece un acercamiento pormenorizado a
los dos personajes objeto de estudio. Para su elaboración, se ha basado en el
modelo establecido por Galán (2005), que emula las pautas de Egri (1946) y que
recoge los estereotipos básicos de los perfiles que se estudian, definidos como
“elementos necesarios en la narración de historias para medios audiovisuales,
pues simplifican la realidad con el objetivo de que ésta pueda ser captada y
aprehendida por el espectador” (Galán, 2005, p.77).
El esquema de ambas pautas gira
alrededor de tres ejes principales: La dimensión física, que abarca los
aspectos externos del personaje; la dimensión psicológica, que comprende su
personalidad y carácter; y la dimensión social, que hace referencia al ámbito
en el que el personaje interactúa con los demás (Tablas 1 y 2).
Tabla
1
Análisis
del personaje Marge Simpson
Nombre Edad Sexo Nacionalidad |
Marjorie Bouvier
Simpson, “Marge” |
34 años |
|
Femenino Estadounidense |
|
La dimensión psicológica |
|
Tipo de
personalidad Temperamento Objetivos/metas |
Por norma
general, extrovertida |
Intuitivo,
reflexivo, más racional que emocional. Volcada en la educación de sus hijos y
en el cuidado de su marido de forma cariñosa y comprensiva. |
|
Estabilidad y
altruismo. Es la guardiamna de la quietud y la seguridad de su núcleo y no
teme embarcarse en proyectos para construir un mejor entorno social. |
|
La dimensión social |
|
Estado civil Ámbito familiar/No.
de hijos Ámbito
profesional/laboral Ámbito
educacional Marco espacial Estabilidad en
las relaciones |
Casada |
Convive con su
marido y sus tres hijos |
|
Ama de casa.
Dependiente de los ingresos de su marido. Estudios medios,
graduada en el Instituto de Enseñanza Secundaria de Springfield. Normalmente, su
vivienda; aunque con incursiones puntuales en el mundo laboral y en
actividades públicas organizadas por el Ayuntamiento de Springfield o la
iglesia. Muy estable. Los vínculos
con familiares de primer grado (esposo, hijos, madre y hermanas) y de segundo
grado (suegro), son estrechos y, aunque no cuenta con un circulo cercano de
amigas, se relaciona siempre con las mismas personas. |
Fuente:
Elaboración propia, 2019.
Tabla
2
Análisis
del personaje Lisa Simpson
La dimensión fisica |
|
Nombre Edad Sexo Nacionalidad |
Lisa Marie Simpson |
8 años |
|
Femenino Estadounidense |
|
La dimensión psicológica |
|
Tipo de personalidad Temperamento Objetivos/metas |
Introvertida. Le cuesta hacer amigos, y las relaciones con sus
compañeros de clase son superficiales por no existir puntos en común. |
Intuitivo, perceptivo, reflexivo. Joven con grandes inquietudes
culturales, sensible a la belleza de la música, la literatura y las artes en
general. |
|
Destacar en los estudios y convertirse en una profesional de éxito,
además de configurar una sociedad más justa e igualitaria. |
|
La dimensión social |
|
Estado civil Ámbito familiar/No. de hijos Ámbito profesional/laboral Ámbito educacional Marco espacial Estabilidad en las relaciones |
Soltera |
Convive con su dos padres, su hermano mayor y su hermana menor. |
|
Estudiante de la Escuela Primaria de Springfield. Segundo Grado de la enseñanza obligatoria. Normalmente, su hogar y su escuela. Muy estable. Normalmente, se relaciona con sius familiares
dirtectos, profesores y compañeros de estudio. |
Fuente:
Elaboración propia, 2019.
De este modo, el presente artículo analizará
cómo Marge Simpson, representa el desarrollo de una generación de mujeres en
pos de la igualdad y la paridad. Con esta finalidad, en las siguientes páginas
se analizarán cuáles son las relaciones de la matriarca de los Simpson
con su marido, sus hijos y con otros habitantes de la ciudad de Springfield,
lugar de residencia de la familia. Además, se estudiarán cuáles son sus
válvulas de escape de la rutina, sus aspiraciones laborales y culturales; y se repasarán
los detalles de su vínculo con la que debe ser su sucesora en el contexto
social: Lisa Simpson.
2.
Resultados y discusión
La desigualdad y los estereotipos por
cuestiones de género, tanto en el plano doméstico como en el laboral, son,
también, un argumento recurrente en la serie. Abordado usualmente a través de
la relación del matrimonio de Marge y Homer Simpson, el vínculo de ambos con el
dinero, el trabajo y la formación de sus hijos, los guionistas representan el
reparto no equitativo de tareas y de roles desempeñados tanto en el plano
social como en el interior privado. Aunque, ¿es así realmente?, ¿no existe un
mensaje de avance y evolución en el subtexto de todas las tramas?
Sin duda, la serie bebe de la historia
estadounidense, extrapolando sus fundamentos a cualquier sociedad occidental.
Por eso, resulta necesario como paso previo al análisis del discurso de los
episodios seleccionados como muestra, atender, de forma breve, al desarrollo de
modelos que han marcado la construcción de las sociedades modernas, al menos
hasta el inicio del nuevo milenio, y que ayudarán a entender el contexto en el
que viven los Simpson.
2.1. El feminismo de los siglos XIX y XX: Hacia el cambio
de paradigma
Las teorías políticas han otorgado, a lo
largo de los siglos, un tratamiento diferenciado al espacio público y al
privado de la sociedad, soslayando el hecho de que las altas cotas de
independencia imperantes en el primero no serían factibles sin el trabajo
desarrollado en el segundo, habitualmente silenciado. Esta separación entre
ambos mundos se asentó en la sociedad tras la consolidación del estado moderno
y, más en concreto, tras la instauración del sistema de producción capitalista (Nuño, 2010).
Todas estas convenciones se engloban
bajo el término “patriarcado”, término que Amorós y De Miguel (2005),
parafraseando a Kate Millet, definen como “el sistema de dominación sobre el
que se asientan los demás y que se relaciona con la política sexual,
entendiendo por política el conjunto de estratagemas destinadas a mantener un
sistema de acuerdo con el poder” (p.42).
De este modo, las mujeres
han quedado tradicionalmente adscritas al trabajo del hogar y a la crianza de
los hijos, mientras que al hombre se le ha otorgado la misión de asumir las
labores productivas en la esfera social, desarrollando
el modelo The Male Breadwinner (Ortega, 2001). Todo ello ha traído consigo una
progresiva devaluación del trabajo doméstico, sometido a la supremacía del
trabajo público (Perona, 2012). Por eso, las teorías
feministas han marcado como fin último la ruptura de los pilares patriarcales,
que ahondan y perpetúan la diferenciación entre hombres y mujeres, además de
hacer entender a las sociedades modernas que las tareas pueden ser cambiantes,
repartidas, y que no responden a exigencias naturales (Pérez, 2012).
En este contexto se
encuentra Marge, quien se crió en una familia de clase media
americana. Su padre, emigrante francés, llegó a Estados Unidos en la década de
los 40 y contrajo matrimonio con una joven springfieldiana,
con la que tuvo tres hijas. Como se puede apreciar en este análisis, Marge libra
una constante lucha entre sus valores más arraigados, aquellos que aprendió en
su niñez, con la realidad de los años 90, década en la que las mujeres, si bien
continúan siendo en gran medida sometidas a los preceptos del patriarcado,
están cada vez más integradas en todos los planos de la sociedad.
2.2. Marge Simpson o el cambio de modelo de la mujer
actual
La investigación llevada a cabo por
Galán (2006), establece que “los estereotipos de género están tan
interiorizados en nuestra cultura que se transmiten a menudo de un modo
indirecto y precisan análisis profundos y elaborados para poder ser detectados,
corregidos y adaptados a las nuevas circunstancias sociales” (p.231). Además,
completa sus conclusiones afirmando que “las series de ficción permiten
difundir modelos de identificación que son imitados por la audiencia”.
Por su parte, Franco (2016) afirma que “los medios de comunicación
juegan un papel importante fomentando o debilitando los estereotipos sociales y
las transformaciones culturales” (p.34). Y Analuisa (2015), centra todas las
evidencias diciendo que “Los Simpson
trasmiten una imagen naturalizada de la familia tradicional. Sus personajes
tienen arquetipos y modelos a seguir; es el caso de Marge, la esposa, madre de
familia, ama de casa, y de Homer, padre, esposo, único miembro que trabaja” (p.2).
¿Perpetúan entonces Los Simpson y, más en concreto, la representación de Marge, los roles
machistas y desiguales a través de sus guiones?
Es posible
que a muchos Los Simpson les parezca
entretenimiento sin sentido, pero de hecho es una de las comedias y sátiras más
sofisticadas de la televisión norteamericana”, y añade que “lo que hace tan interesante
Los Simpson es su manera de combinar
el tradicionalismo y el anti-tradicionalismo: continuamente hace bromas sobre
la familia norteamericana tradicional pero también constantemente ofrece, en su
misma sátira, una imagen perdurable de la familia nuclear. (Cantor, 2013, p.195)
A la luz de esta conclusión, se puede
afirmar entonces que la representación de la serie de los personajes femeninos
y, más en concreto, el de Marge Simpson, no constituyen un modelo negativo. A
lo largo de las próximas líneas se comprobará cómo en el interior de la madre
de los Simpson, late un corazón moderno que se debate entre los valores
tradicionales y los avanzados e incluso transgresores. Para ello conviene, como
paso previo, atender a las características biográficas básicas del personaje.
2.3. De Marjorie Bouvier
a Marge Simpson
El personaje de Marge, es una mujer
dibujada para su familia. Tiene 34 años y ha compartido media vida con Homer
Simpson, al que conoció en el Instituto de Springfield. Por entonces, en los
años 70, Marge Bouvier (su apellido de soltera) era una alumna de matrícula de
honor, comprometida, solidaria y feminista. Participaba en foros de debate,
daba clases particulares de francés y se entregaba al servicio a la comunidad.
También dedicaba sus esfuerzos a generar
conciencia entre sus compañeras del instituto, convirtiéndose en la
protagonista de una manifestación en pos de los derechos de la mujer prendiendo
fuego a un sujetador, motivo por el que fue castigada. Es precisamente en esa
sala de castigo en la que conoce a un joven sin aspiraciones ni ambiciones,
aunque, eso sí, con una inusitada capacidad de persuasión. Marge había conocido a Homer (The Way We Was, T2. E12).
Como repasa Mancinas-Chávez (2009),
Marge fue “una estudiante brillante con habilidades para la pintura, pero
abandonó todo al casarse con Homer como consecuencia del embarazo no deseado de
su primer hijo” (p.671). Y no puede evitar tener reminiscencias del pasado
independiente y buscar salvoconductos para escapar de su rutina, como puede
comprobarse en el capítulo Brush With
Greatness (T2. E18), cuando retoma su pasión por la pintura.
No obstante, como también evidencia
Mancinas-Chávez (2009), a pesar de mostrarse harta de tanta responsabilidad,
siempre vuelve al hogar convencida de que su labor en la familia es un acto de
amor, pensamiento que queda plasmado en otra de sus frases más célebres: “La
única droga a la que soy adicta es al amor, amor a mis hijos y a mi familia” (Home Sweet Homediddly-Dum-Doodily, T7.
E3). Porque ella es, como afirma Grandío (2008), “el pilar fundamental y punto
de coherencia de las locuras de su marido, y la unidad de esta familia es la
que les imprime verdadero carácter y personalidad a Los Simpson” (p.169). Cabe preguntarse, ¿qué queda de aquella joven
idealista? Para algunos estudiosos, tan sólo su peinado:
Desde su adolescencia, ha mostrado una orientación feminista que a
través de los años se ha truncado por su papel de ama de casa tradicional con
un esposo e hijos que cuidar. De ahí que su cabello permanezca recogido y tome
la forma que presenta, pues es una protesta frente a la organización social
machista. (Marín, 2006, p.87).
Marge responde hoy, al
menos a priori, al prototipo clásico
de ama de casa de mediados del siglo XX. Sobre ella recae el cuidado emocional
y material de su familia. Su tolerancia es extrema, tanto ante los errores de
sus hijos como ante los de su marido, y su comprensión no conoce límites, como
tampoco lo hace su obsesión por la limpieza.
A pesar de todo, ella es feliz. En el
capítulo Simpson and Delilah (T2.
E2), tranquiliza a Homer diciéndole que su amor es inquebrantable y que,
“mientras pueda seguir poniendo un plato en la mesa”, ella tendrá suficiente.
Su marido es conocedor de esta realidad, y asume como exclusiva la
responsabilidad de garantizar el sustento de su familia. Por eso, en el
episodio Homer vs. Patty & Selma (T6.
E17), se disculpa de forma sincera por “haber fallado como esposo y como padre”
tras haber llevado a su familia a la ruina.
No obstante, a pesar de saber que la
responsabilidad financiera recae directamente en él, Homer no duda en poner en
peligro los ahorros familiares en cuanto se le presenta la ocasión. Es
consciente de que su mujer, dependiente emocional y económicamente, le seguirá
allá donde vaya.
Bastan unos cuantos ejemplos para caer
en la cuenta de ello: En Dancin’ Homer (T2.
E5), el patriarca embarca a toda su familia en un cambio de vida, al ser
contratado por el equipo de fútbol local como mascota y animador, obligando a
los Simpson a mudarse a Capital City,
y en You Only Move Twice (T8. E2)
repite el mismo patrón firmando un contrato, sin consultar con su mujer, con la
empresa Globex, situada en otra
ciudad. Pero Marge nunca mostrará signos de enfado. Es más, ella contestará diciendo:
“Como tú quieras, Homer. Decidas lo que decidas, nosotros lo haremos”.
En el fondo, Homer sabe que su mujer
será su sombra, y lo ha demostrado en varias ocasiones. En el episodio Dog of Death (T3. E19), Marge implementa
una serie de recortes con el fin de ahorrar dinero para sufragar la operación
quirúrgica que necesita la mascota familiar enfrentándose al disgusto de su
marido, que deberá moderar su consumo de cerveza y chuletas de cerdo, y en el
capítulo The Twisted World of Marge
Simpson (T8. E11), el padre de familia llega a espetarle: “¿Para qué
quieres tú ganar dinero? Mientras yo conserve mi poder ganancial, no hay de qué
preocuparse”.
Muchos de los patrones de conducta
imperantes en los 60, época del primer desarrollo de Marge Simpson como mujer,
siguen imperando en su día a día. El reparto de tareas domésticas es nulo,
recayendo en ella toda la responsabilidad. Ella cose, lava, plancha y limpia y,
cuando pide ayuda, suele recibir respuestas como: “¿Qué sentido tiene tanta
limpieza?, ¿tan vanidosos somos?” (Bart
Gets an Elephant, T5. E17). Por eso, está condenada a pasar “23 horas del
día dentro de casa” (Marge Be Not Proud, T7,
E11) y a soportar otras sentencias, también por boca de su marido, como la de
“hijos, vosotros tenéis que ir al cole y yo tengo que ir al tajo. La única que
vive como quiere es Marge” (Bart Gets
Famous, T5. E12).
Pero lo hace por costumbre porque, en
cierto modo, se ha rendido. Tan sólo en alguna ocasión muestra signos de
agotamiento: En Homer Alone (T3. E15)
decide, tras una crisis de ansiedad, tomarse unos días de descanso en el
balneario Rancho Relaxo, quedando demostrado que Homer no es capaz de gestionar
el hogar. Tiempo más tarde, en Simpsoncalifragilisticexpiala
(Annoyed Grount)cious (T8. E13), vuelve a sufrir ataque de estrés que le
llevará a contratar a una niñera, Shary Bobbins, recibida con escepticismo por
todos los miembros de la familia y que terminará también agotada, además de
sorprendida ante la declaración de Marge: “Me gusta todo como está”.
Marge no lucha y gestiona sus emociones
con entereza, encargándose también en exclusiva del cuidado de sus hijos. Es
ella la que los acompaña al médico y al dentista (Bart’s Dog Gets an F, T2. E16; Last
Exit to Springfield, T4. E17) y la que se encarga de su formación
espiritual, un valor muy arraigado en su corazón porque, como afirma Pinsky (2001),
“Los Simpson es una comedia de
situación sobre la vida moderna que incluye una dimensión espiritual
significativa; debido a ello, refleja con más precisión la vida de la Fe de los
estadounidenses que cualquier otro programa” (p.23).
Marge no sabe hacer otra cosa que vivir
para su familia. En el momento en el que siente que no es fundamental para
ellos, es presa del pánico y recurre al alcohol o a los juegos de azar. Por eso
muestra tanto entusiasmo cuando, en una escapada a un apartamento en la playa,
sueña con “hacer unas camas diferentes a las de casa, para variar” (Summer of 4 Ft. 2, T7. E25). Y por eso
también se rinde a los pies de su marido cuando le declara su “absoluta y total
dependencia”: En Secrets of a Successfull
Marriage (T5. E22), Homer comete el error de airear determinados secretos
de alcoba. Marge, al enterarse, decide echarle de casa y, tiempo después, se
produce esta conversación:
- Homer:
“Marge, te necesito más que nadie en este u otros planetas. Necesito que me
cuides, que me soportes y, sobre todo, necesito que me quieras como te quiero
yo. Mírame, llevamos separados un día y ya voy más sucio que un cerdo. Dentro
de unas horas habré muerto. No puedo permitirme perder tu confianza”.
- Marge:
“He de admitir que sabes hacer que una chica se sienta imprescindible”.
Sin embargo, cabe plantearse si Marge
quiere este mismo modelo para su hija. En numerosos episodios se observa cómo ambas
mujeres protagonizan arduos debates que, si bien en ocasiones velados, ahondan
en las raíces de la relación entre el machismo y el feminismo, en el reparto
equitativo de tareas, en la independencia intelectual, emocional y económica.
Porque Marge sabe que su hija no debe repetir sus mismos errores. Y sus formas
de evitarlo quedarán evidenciadas a continuación, aunque antes conviene atender
a cómo canaliza Marge Simpson sus ansias de libertad.
2.4. Las válvulas de escape de la señora Simpson
Recuerda Cantor (2013):
Marge es muy
moderna en sus tentativas de combinar ciertos impulsos feministas con el rol
tradicional de una madre. Es, sin duda, una madre y ama de casa muy delicada,
pero a menudo exhibe rasgos aventureros, particularmente en el episodio en el
que emprende una huida a lo Thelma y
Louise. (p.202)
Marge aparcó junto a su apellido de
soltera todas sus inquietudes culturales, dejando también de lado una carrera
prometedora que le hubiera permitido protagonizar su propia vida. Lo hizo por
amor y por responsabilidad, tras haber quedado embarazada fuera del matrimonio,
aunque esas aspiraciones continúan aflorando puntualmente.
Aspiraciones plasmadas en forma de
producción cultural o que la empujan a refugiarse en prácticas poco saludables.
En varios episodios, se puede comprobar cómo Marge recurre al alcohol para huir
de sus rutinas, como en There’s No
Disgrace Like Home (T1. E4), cuando bebe cantidades ingentes de ponche en
un picnic de la Central Nuclear o, de forma más evidente, en el ya
referenciado You Only Move Twice (T8.
E2).
En este capítulo, Marge se maravilla
ante las aplicaciones de domótica que asumen las actividades diarias de su
nuevo hogar en la ciudad de Cypress Creek, sede de la empresa Globex: “No me lo puedo creer. He
acabado mis tareas y sólo son las 09:30 horas. En fin, será mejor que me asegure
de que las camas siguen hechas”, comenta, minutos antes de recurrir a la
botella de vino para aliviar la tensión que le produce saberse sin tareas.
Marge también flaquea ante el juego,
llegando a desarrollar un problema de ludopatía. En el capítulo $pringfield,
Or How I Learned to Stop Worrying and Love Legalized Gambling (T5. E10),
desatiende sus ocupaciones frente a las tragaperras y no cae en la cuenta de su
debilidad hasta que Homer no le confiesa que la marcha de su hogar, sin ella,
se ha convertido en un desastre.
También siente fascinación por la acción
y las armas, para cuyo uso tiene un talento natural. En The Springfield Connection (T6. E23), decide extrapolar su
preocupación por el bienestar de los demás a toda la comunidad, comenzando a
trabajar para la policía local. Aquí se enfrenta, de nuevo, a una sociedad que
ve con recelo cómo las mujeres también están preparadas para ejercer la
autoridad sobre el resto, y a un marido que no termina de asumir que su mujer
no sólo sirve para fregar y planchar: “El hecho de que seas poli te convierte en el hombre del
matrimonio”, argumenta Homer. Estas aspiraciones sirven para comprobar cómo
algo se mueve en el interior de Marge. “Es una de las pocas mujeres de la serie
que ha logrado estar en lugares que han sido exclusivos para los personajes
masculinos”, constata Franco (2016, p.55).
Marge, de vez en cuando, también
necesita oxígeno, aunque normalmente se obceque en negárselo a sí misma. Como
argumenta Dávila (2016), “Marge guarda sus propios secretos: ha estado tentada
a abandonar a su esposo por un jugador de bolos encantador y estuvo a punto de
ser conducida a una vida de delitos por su vecina, Ruth Powers” (p.36).
También sus inquietudes culturales cuentan
todavía con un espacio en su mente, si bien queda relegado a un plano más que
secundario. Su gusto por el cine, el teatro y la pintura, afloran puntualmente
ante el estupor de su marido, la indiferencia de su hijo y la admiración de su
hija. En Brush With Greatness (T2.
E18), Lisa descubre una serie completa de retratos de Ringo Starr pintados por
su madre, a la que animará a matricularse en un instituto artístico; en A Streetcar Named Marge (T4. E2),
protagoniza una versión de la famosa obra Un
tranvía llamado deseo, y en A Star is
Burns (T6. E18), Marge vuelve a dejar patente su preocupación por la
comunidad de Springfield y su sensibilidad artística organizando un festival de
cine en la ciudad.
En todos los casos, la respuesta de su
marido resulta, no por esperada, menos alarmante: “Homer, tal vez me apunte a
una escuela de pintura”, “¿tengo yo que hacer algo?”, “no”, “entonces, ¡puedes
divertirte!” y “Homer, ¿por qué no puedes apoyarme un poco siquiera?”, “porque,
si me importa un bledo, no puedo fingir que me interesa, aunque ya soy experto
en fingir interés por tus raritas aficiones. Preparación al parto, clases de
pintura, esas cosas…”.
2.5. El vínculo de Marge y Lisa Simpson
Distinta es siempre la respuesta que
encuentra Marge en Lisa. La niña se muestra siempre presta a espolearla, a
tratar de ayudarla para que rompa las cadenas de su hogar y se convierta en un
ejemplo al que sí le gustaría emular.
Una de las frases que mejor puede
ejemplificar el salto generacional de Marge a Lisa puede ser esta: “Yo sonreiré
por las dos”. En Moaning Lisa (T1.
E6), la hija mayor de la familia atraviesa una época de profunda tristeza por
no saber cómo integrarse con sus compañeros de clase. Ninguno comparte con la
niña sus inquietudes culturales, su gusto por la música, la literatura o la
poesía.
No en vano, el personaje de Lisa
pretende representar el prototipo de americana ideal: Una joven inteligente,
despierta y culta: “Es curiosa, ambiciosa, activista, vegetariana y demuestra
ser el miembro de la familia con más capacidad intelectual”, afirma Franco (2016,
p.57). Por eso, según Marín (2006), “la
fisionomía de Lisa en su cabeza es analógica a la Estatua de la Libertad” (p.94),
uno de los símbolos norteamericanos por antonomasia.
Marge, al principio, se
ve desbordada. No sabe cómo ayudar a su hija y recurre a las enseñanzas
consejos que le dio su madre. En una conversación a la entrada del colegio,
todavía montadas en el coche, madre e hija comparten un momento de intimidad en
el que Marge, imprimiendo un gesto serio, comparte con ella un consejo y una
exigencia: “Quiero que hagas el favor de sonreír. Lo que
menos importa es cómo te sientas por dentro. Lo que cuenta de verdad es lo que
manifiestas por fuera. Coge todas tus penas y empújalas hacia abajo todo lo que
puedas y, como nunca desentonarás, te invitarán a todas las fiestas y gustarás
a todos los chicos. Eso te traerá la felicidad”.
Tras apearse Lisa, Marge comprueba
satisfecha cómo su hija aplica sus consejos de inmediato. Pero, asistiendo a
una primera charla con otros compañeros, advierte cómo dos niños están riéndose
de ella mientras esta mantiene, obediente, una actitud sumisa. Y Marge se
revela; acelerando, vuelve a meter a Lisa en el coche agarrándola de la mochila
y le espeta: “Olvida todo lo que te he dicho, te pido disculpas. Se siempre tú
misma, nosotros te apoyaremos. Desde ahora, tu madre está dispuesta a sonreír
por las dos”.
Para Marge, la educación de Lisa es su
mayor empresa; está convirtiéndose en mujer, y Marge abandona todas sus cadenas
para “convertirse en una mujer que transmite valores y cualidades importantes,
saliéndose del cliché de ‘dama en apuros’” (Chacón, 2011, p.22).
Por eso, no desaprovecha ninguna
oportunidad para mostrarle unos patrones de conducta distintos a los que ella aprendió.
Aunque en primera instancia viva un debate interno, siempre termina por apoyar
a su hija en todas sus decisiones, procurando servirle de sustento y tratando
que sus enseñanzas preponderen frente a las que inculca su marido. En Homer vs. Lisa And The 8th Commandment (T2.
E13), es Marge quien se pone del lado de su hija en su lucha contra el pirateo
de la televisión por cable del que se está beneficiando Homer, y en Separate Vocations (T3. E18), vuelve a
ser la madre quien se desvive por que su hija no siga la estela de su
profesión, la de ama de casa.
Además de estos, es amplia variedad de
ejemplos que se deducen de otros tantos episodios como Homer, the Heretic (T4. E3), cuando Marge se encarga de inculcar en
su hija los valores de la comprensión sin renunciar a rebelarse contra aquello
que se considera equivocado, o como Summer
of 4 Ft. 2 (T7. E25), cuando trata de hacerle comprender la importancia de
ser querido por lo que se es en realidad, sin adoptar personalidades ficticias.
Conclusiones
El último siglo ha sido el más convulso
en cuanto al desarrollo y discurrir del papel de las mujeres, tanto en el plano
privado como en el público. Más en concreto, a partir de los años 60 se ha
producido el fenómeno del “empoderamiento femenino”, a medida que las mujeres
se han ido integrando en el mercado laboral.
Poco a poco, el modelo familiar
compuesto por un hombre proveedor de ingresos y una mujer ama de casa, ha ido
cediendo posiciones frente a sistemas de repartos de tareas más equitativos. Y
esta tendencia tiende a consolidarse, en muchas ocasiones auspiciada y aupada
por mujeres como Marge que, si bien no pueden despojarse completamente de unas
rutinas y patrones forjados durante años, ven en sus descendientes la
oportunidad de establecer unos nuevos usos y costumbres.
Esto es, precisamente, lo que los
guionistas de Los Simpson pretenden
transmitir. Así, se puede concluir que, efectivamente, Marge
es una mujer sumisa, prototipo de la ama de casa de los 60, pero también una
abanderada de la lucha por el avance de la sociedad, con las armas de las que ésta
le provee.
También
se ha puesto de relieve cómo esta trata, mediante la aplicación de un modelo
diferente de educación del que ella recibió, formar a su hija Lisa en unos
valores y con unos patrones de conducta que le permitan ser una mujer autónoma
e independiente, preparada para desarrollarse plenamente en un contexto
distinto al de la segunda década del siglo XX.
Por último, se ha comprobado también que
la factoría Simpson centra muchas de sus tramas en los asuntos relacionados con
las cuestiones de género, el machismo y el feminismo y con los patrones
sociales relacionados con el reparto de roles en la sociedad en función del
sexo. De este modo, quedan confirmadas las hipótesis de este estudio.
Una de las futuras líneas de investigación
que se derivan de la que se ha presentado, es la forma en la que la audiencia
de Los Simpson, compuesta por
personas de todas las edades, recibe estos mensajes. Podría ser relevante
determinar si sus seguidores, y más en concreto los que tienen entre 10 y 25
años, son capaces de captar las intenciones de los creadores de la serie,
detectando el mensaje de que la nueva generación de mujeres está llamada a
romper las barreras que soportaron sus madres, con la ayuda de estas. De esta
forma, se abren ahora nuevas posibilidades de análisis que seguirán reforzando
la idea de que Los Simpson no son una
simple caravana de dibujos, sino que deben ser entendidos como el reflejo ácido
y satírico de la sociedad occidental.
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* Doctor en Comunicación. Licenciado en Periodismo. Máster de
Radio Nacional de España. Universidad de Málaga, España. E-mail: atovarlasheras@gmail.com ORCID: http://orcid.org/0000-0003-2770-8888
** Doctora en Ciencias de la Información. Periodismo.
Profesora Titular de la Universidad de Zaragoza, España. Directora de la Unidad
Predepartamental de Periodismo y Comunicación Audiovisual y Publicidad. Investigadora
Principal del Grupo en Comunicación e Información Digital (GICID). E-mail: cmarta@unizar.es ORCID:
https://orcid.org/0000-0002-0004-1094
*** Doctor en Comunicación. Profesor Titular de la Universidad
de Málaga, España. E-mail: fjruiz@uma.es
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-1953-1798
Recibido: 2019-12-03 · Aceptado: 2020-03-02