Funcionalidad familiar como política de asistencia social
en México
Delfín-Ruiz,
Claudia*
Cano-Guzmán,
Rodrigo**
Peña-Valencia,
Erwin José***
Resumen
La dinámica que se vive en cada familia esta relacionada con los roles
que cada integrante desempeña, los cuales corresponden a la funcionalidad e
impacto que éstos tienen sobre cada uno de los miembros. En este sentido, el objetivo fue correlacionar funcionalidad familiar
y datos sociodemográficos, para proponer una política de asistencia social que
favorezca a las familias en México. Esta investigación se desarrolló en el
Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia de Ciudad Guzmán, Jalisco. Se realizó un diseño transversal,
correlacional-causal; con una muestra aleatoria de 43 usuarios del área de psicología.
Como técnicas de recolección de datos fueron
utilizadas, una escala tipo Likert, de funcionamiento familiar y un
cuestionario, de datos sociodemográficos. Se
analizó la correlación estadística de estas dos variables, con el programa
Statistical Package for the Social Sciences versión 20. Los resultados obtenidos
dan cuenta de una correlación estadísticamente significativa, se encontró que
las familias tienen como prioridades satisfacer sus necesidades básicas,
dejando de lado las afectivas y de funcionalidad familiar. Concluyendo que una política de asistencia social que ayude
a los padres de familia a incrementar su nivel socioeconómico, a través de educación
y mejorando sus actividades productivas, reflejará un adecuado funcionamiento
familiar.
Palabras
clave: Funcionalidad familiar; datos sociodemográficos;
política de asistencia social; sistema para el desarrollo integral de la familia;
México.
Family functionality as a social assistance politic in
Mexico.
Abstract
The dynamics that are lived in each family is
related to the roles that each member plays, which correspond to the
functionality and impact that they have on each of the members. In this sense,
the objective was to correlate family functionality and sociodemographic data,
to propose a social assistance policy that favors families in Mexico. This
research was carried out in the System for the Integral Development of the
Family of Ciudad Guzmán, Jalisco. A cross-sectional, correlational-causal
design was made; with a random sample of 43 users from the psychology area. As
data collection techniques, a Likert-type scale, of family functioning and a
questionnaire, of sociodemographic data were used. The statistical correlation
of these two variables was analyzed with the Statistical Package for the Social
Sciences version 20. The results obtained show a statistically significant
correlation, it was found that families have as priorities to satisfy their
basic needs, leaving aside the affective and family-friendly. Concluding that a
social assistance policy that helps parents increase their socioeconomic level,
through education and improving their productive activities, will reflect
adequate family functioning.
Keywords:
Family functionality; sociodemographic data; social assistance policy; system
for the integral development of the family; Mexico.
Introducción
Hablar de familias resulta complejo al momento de determinar sus
características, componentes, funciones y aún sus definiciones, puesto que pese
a la tarea por parte de distintas instituciones, organismos e investigaciones
por dar claridad en estos componentes, se presentan nuevos retos debido a los
cambios que ha venido sufriendo la familia en la postmodernidad, donde parece
ser que el bombardeo de información acerca de su concepción, no deja en claro
su tarea en relación a sus integrantes y la dinámica que exista dentro de ella.
Un elemento que se puede identificar sobre el tema, es la dinámica que
se vive en la familia relacionada a los roles que cada integrante desempeña, los
cuales se han de corresponder con la funcionalidad y el propio impacto que
éstos tienen sobre cada uno de los miembros, así como del ambiente que en ella
se presenta, lo cual plantea que los roles familiares bien definidos y
funcionales, tienen una mayor posibilidad de incidir de manera positiva en la
vida y satisfacción de las familias.
En ese sentido, una de las definiciones mayormente aceptada, es la que
considera a la familia como la primera institución donde se comparten y
gestionan las necesidades sociales de cada uno de los integrantes, se trata
también de un grupo que introyecta los roles que se espera cumplan cada uno de
los integrantes. En lo que respecta a las funciones universales identificadas
que desarrollan las familias, se encuentran la reproducción, protección,
socialización, control social, estatus y afectividad, entre otras, para las
cuales es determinante la manera en que se desempeñan cada uno de los
integrantes, según el contexto donde se desarrollen.
Aspectos como mayor apoyo, acciones motivadoras, la percepción de
relaciones afectivas, por parte de hijos, y el propio clima familiar (rasgos,
actitudes y comportamientos de los miembros), están relacionados con el éxito
académico y social de los hijos, donde la familia en su tarea como formadora de
nuevos integrantes para la sociedad, llega a presentar distintas maneras de
hacerlo, por lo que la presente investigación centra la atención en la
funcionalidad relacionada con datos sociodemográficos, para proponer una
política de asistencia social que logre impactar de manera positiva a las
familias de México.
1. Funcionalidad familiar: Una
conceptualización necesaria
En todas las familias hay funciones comunes, la mayoría tienen que ver
con cubrir necesidades biológicas, psicológicas y sociales, además las de
crianza, las económicas y el cuidado de los hijos. Dentro de las funciones
primordiales que desempeñan las familias, se considera crear un ambiente de
afecto, de igual manera, debe cuidar que esas necesidades emocionales cumplan
con una permanente calidad afectiva, con una equilibrada y continua combinación
de apoyo, respeto, tolerancia así como comprensión (Ojeda, 2013).
Asimismo, una de las funciones de la familia es la
educativa, además procurar la individualización y socialización de sus
integrantes, la primera, tiene que ver con la forma de acercarse y de percibir
el mundo, en la segunda, la familia enseña valores, normas, actitudes, así como
modos de comportarse, que tipifican luego el grupo social al que se pertenece.
La familia también tiene la función de apoyo y protección psicosocial,
ésta tiene que ver con el soporte que brinda, en situaciones de crisis o
circunstancias nuevas, donde los integrantes de la misma, tratarán en lo
posible de facilitar la adaptación, como lo es en los cambios evolutivos por
los que pasan sus miembros, las crisis del ciclo vital familiar, o por los
continuos movimientos sociales, que emergen desde el exterior y que exigen en
la familia, un proceso de continuo ajuste. Tal como lo señalan Terranova, Viteri,
Medina y Zoller (2019), “visualizar las dinámicas entre sus miembros, que
estructuran y establecen la funcionalidad familiar, como la capacidad que tiene
para mantener la congruencia y estabilidad ante la presencia de cambios”
(p.332).
Por lo anterior mencionado, es importante conocer el tipo de
funcionamiento que mantiene la dinámica familiar, puesto que ésta influye en todos
los miembros. Es decir, determinan las condiciones de vida, la comunicación
positiva y el afrontamiento de dificultades, debido a que la familia es
considerada la fuente de la cual se van a adquirir varias herramientas
emocionales para la vida (Mora y Rojas, 2005). De ahí que se deberá tener en
cuenta y hacer hincapié en la importancia que tiene la estabilidad así como el
adecuado funcionamiento del sistema familiar, para lograr un óptimo desarrollo
de cada uno de sus miembros (López, Barrera, Cortés, Guines y Jaime, 2011).
En este sentido, un funcionamiento familiar adecuado es aquel que le facilita
a la familia alcanzar los objetivos y cumplir con las funciones establecidas
por la sociedad, como son: La satisfacción de las necesidades
afecto-emocionales, la trasmisión de valores éticos y culturales, la promoción así
como facilitación del proceso de socialización de sus miembros, el
establecimiento y mantenimiento de un equilibrio, que sirva para enfrentar las
tensiones que se producen en el curso del ciclo vital, el establecimiento de
patrones para las relaciones interpersonales, la creación de condiciones
propicias para el desarrollo de la identidad como personas y la adquisición de
la identidad sexual (Zaldívar, 2004).
El conocimiento del funcionamiento familiar y su relación con los datos
sociodemográficos, permite identificar los recursos familiares que facilitan el
desarrollo de estrategias específicas para su valoración y poder tener
herramientas al igual que habilidades, que podrán dar un panorama real y
objetivo para el logro de las metas que cada miembro esté buscando alcanzar
(Medellín, Rivera, López, Kanan y Rodríguez-Orozco, 2012). Mora y Rojas (2005),
señalan que es importante saber el tipo de funcionamiento que mantiene la familia,
puesto que éste influye en todos los miembros, determinando los factores que actúan
en las condiciones de vida, comunicación positiva y afrontamiento de
dificultades.
Por su parte, Abelson, Fishburne y Cisin (2013) exponen que el
funcionamiento familiar, se explica por los distintos procesos de cambio en los
que se pueden facilitar o promover la adaptación de la familia en una situación
determinada. La familia debe ser capaz de mantener una estabilidad, puesto que
así podrá lograr un espacio familiar interno definido con reglas aceptadas, que
proporcionan a cada miembro de ésta, un marco de orientación afectivo y
cognitivo, por lo tanto, una de las funciones que deben mantener las familias
es la flexibilidad, debido a que se considera necesaria para garantizar el cambio
y el desarrollo, en una situación de crecimiento, envejecimiento y condiciones
ambientales cambiantes.
El funcionamiento familiar, ha sido definido como aquel conjunto de
atributos que caracterizan a la familia como un sistema y que explican las
regularidades encontradas en la forma como el sistema familiar opera, evalúa o
se comporta. Una de las funciones principales es la capacidad de incidir en las
fuentes del estrés o para reducir su potencial amenazante, constituyéndose como
uno de los aspectos esenciales que explican la evolución de la familia. En ese
sentido, la familia es el entorno donde el individuo encuentra los recursos para
solucionar los problemas, en forma de apoyos sociales y repertorios de
afrontamiento (Abelson, et al., 2013).
De igual forma, la familia cumple con la función del fomento de la
autoestima, que representa la percepción que cada miembro de la familia tiene
de sentirse querido y valorado, que sin duda es una sensación positiva, que
ayuda a mantener conductas que les favorece, para que reaccionen de forma
adecuada ante una situación personal o de manejo de circunstancias conflictivas
(Abelson, et al., 2013).
López, et al. (2011), hacen hincapié en la importancia que tiene la
estabilidad y adecuado funcionamiento del sistema familiar, para lograr un
óptimo desarrollo de sus miembros. Zaldívar (2004), señala que “un funcionamiento familiar saludable, es aquel que
le posibilita a la familia cumplir exitosamente con los objetivos y funciones
que le están histórica como socialmente asignados” (p.1), por ejemplo: La
satisfacción de las necesidades afecto-emocionales, la trasmisión de valores
éticos-culturales, la promoción y facilitación del proceso de socialización de
sus miembros, el establecimiento y mantenimiento de un equilibrio, que sirva
para enfrentar las tensiones que se producen en el curso del ciclo vital, así
como el establecimiento de patrones, para las relaciones interpersonales y la
creación de condiciones propicias, en el desarrollo de la identidad personal y
sexual.
De acuerdo con Zaldívar (2004), las principales funciones de la familia son:
La bio-social, económica, cultural, educativa y afectiva. Precisando que el
funcionamiento saludable se basa en la presencia o ausencia de la
adaptabilidad/ flexibilidad, la cohesión, el clima emocional y la comunicación.
En tanto que, Moreno y Chauta (2012) definen a la funcionalidad de la familia,
como aquella que promueve el desarrollo integral de sus miembros, así como un
estado de salud favorable en ellos, donde los integrantes de la misma perciben
el funcionamiento familiar, manifestando el grado de satisfacción con el
cumplimiento de parámetros básicos como son la adaptación, participación, ganancia
o crecimiento, afecto y los recursos.
Al respecto, Medellín, et al. (2012), mencionan que el conocimiento del
funcionamiento familiar y las redes de apoyo social, permiten identificar recursos
que facilitan el desarrollo de estrategias específicas, para su valoración y
poder tener indicadores, que en su caso darán un panorama que ayude a llegar a
conclusiones respecto a lo que se está buscando.
Asimismo, el funcionamiento familiar está relacionado con aspectos transaccionales
y sistémicos que, con las características intra-psíquicas de cada uno de los
individuos de la familia, da como resultado la interacción familiar, en la cual
los integrantes y la sociedad expresan la cultura, el sentido de identidad de
sus miembros y la matriz de evolución psicosocial de cada integrante (Paz-Navarro,
Rodríguez y Martínez, 2009).
Ortiz, Padilla y Padilla (2012). (2012), consideran el funcionamiento
familiar como la dinámica interactiva y sistémica que se produce entre los
miembros de la familia, se evalúa a través de las categorías de armonía,
cohesión, rol, comunicación, afecto, permeabilidad y adaptabilidad; la
disfunción familiar, puede estar en la base de los problemas de salud física y
mental, los cuales pueden proporcionar o exacerbar un adecuado o inadecuado
funcionamiento familiar. Es por ello que, Mínguez (2014) describe como función
imperante de la familia, el proporcionar a los miembros la manera positiva de
percibir la vida y hacer que mejore su calidad, darle una forma de aprender y enseñar
los valores así como la ética de la familia.
Por su parte, Gallegos-Guajardos, Ruvalcaba-Romero, Castillo-López y
Ayala-Díaz (2016) afirman que la funcionalidad familiar implica: Cohesión
familiar, estilos parentales, estilos democráticos, apego emocional y
estrategias de resolución de conflictos, esto es, la capacidad que tiene la
familia de mantener su sistema, a pesar de los eventos o amenazas que puedan
generar los cambios en alguno de sus miembros. En ese sentido, los padres de familia,
juegan un papel determinante en el proceso de construcción de identidad de sus
hijos.
Para efectos de esta investigación, se rescata la definición de Abelson,
et al. (2013), como aquel conjunto de atributos que caracterizan a la familia
como un sistema y que explican las regularidades encontradas en la forma como
el sistema familiar opera, evalúa o se comporta. La familia, es el entorno
donde el individuo encuentra los recursos para solucionar los problemas, en
forma de apoyos sociales y repertorios de afrontamiento. Asimismo, el
funcionamiento familiar está considerado por 7 categorías: 1) cohesión, 2)
roles, 3) armonía, 4) comunicación, 5) afectividad, 6) adaptabilidad y 7)
permeabilidad. Respecto de la información sociodemográfica, se consideraron la información general sobre las personas, las características
sociales como: Estrato socioeconómico, escolaridad, la situación laboral o los
ingresos, entre otros.
Lo anterior también se aplica en una empresa familiar, es decir, cuando
una familia cuenta con un negocio que es manejado solo por miembros de la
familia, se consideran como recursos intangibles, la sinergia y la coincidencia
de valores así como responsabilidades, considerados elementos imprescindibles
para el crecimiento y desarrollo, tanto de la familia como de la empresa. Los
autores rescatan la imagen del padre o madre, como líder y fundador (a), con
voluntad de continuar y transmitir sus conocimientos a la siguiente generación,
al igual que formar un legado que provea y ayude a su familia, lo que la hace
funcional (Acosta, Molina, Andino y Rodríguez, 2019).
2. Política de asistencia social en
el contexto mexicano
El
fortalecimiento de la política socioasistencial ha sido una respuesta muy extendida
en América Latina ante los elevados índices de pobreza e indigencia que
acompañaron el ingreso del continente al siglo XXI. Con distintos ritmos e
intensidades varios países atravesaron por crisis que fueron sucedidas por
etapas de crecimiento económico y, tanto en las crisis como en la “recuperación”,
los beneficios asistenciales, en su formato de transferencia de renta
condicionada, mantuvieron su alcance masivo conservando su residualidad
presupuestal. (Vecinday, 2019, p.193)
Al respecto, durante las décadas de los ochenta y noventa en México, se
realizaron reformas económicas y sociales importantes, éstas permitieron
cambios con respecto a la política social del país, donde la mayor
concentración de esta asistencia se enfocó a los más pobres, dejando atrás la
protección social de los asalariados.
La institucionalización de los programas de protección social en México,
se relacionó mínimamente con la protección de los trabajadores, es así como
surge el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) fundado en 1943, durante
el gobierno de Manuel Ávila Camacho, cubriéndoles a los trabajadores riesgos
laborales tales como: Enfermedad, maternidad, invalidez, vejez y muerte de los
asalariados del sector privado, es decir, a la sociedad industrial urbana. En
el mismo año, también se creó la Secretaría de Salubridad y Asistencia (SSA),
quien se hacía cargo de la asistencia pública y la salud preventiva de los más
pobres, que no eran derechohabientes del IMSS
(Uribe, 2011).
En este sentido, la creación de los sistemas de protección y
asistencia social en México, marcaron de manera significativa el desarrollo del
país, sin embargo, las situaciones sociopolíticas caracterizaron los acuerdos
institucionales para obtener esos beneficios, y fueron los grupos de
asalariados organizados los que dieron estabilidad a estos sistemas, como se observa
en Uribe (2011), quien sostiene que:
La protección social de este período se caracterizó por el
desarrollo de un sistema de seguridad social que trataba de imitar a los
sistemas europeos, de vocación universalista, pero limitado por su carácter
corporativo, que a la vez repercutió en que se tornara excluyente y
fragmentado. (p.68)
Con este mismo carácter asistencialista se creó en México el Sistema
Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (Sistema DIF) en 1977, como
una institución pública de asistencia social, que busca el desarrollo integral
de las familias mexicanas. Se fundó bajo la presidencia de José López Portillo.
Desde su fundación, el sistema DIF actúa en
coordinación con las Dependencias Federales, Estatales y Municipales en el
diseño de políticas públicas, operación de programas, prestación de servicios y
realización de diversas actividades en torno a la familia (Cámara de Diputados, 2004a).
Es importante hacer mención que en
estas formas de protección social, incursionaron también nuevas maneras de
visualizar a la pobreza, entendida no como un problema de redistribución de la
riqueza, sino como la incapacidad de incorporarse al mercado laboral,
provocando un incremento de la inequidad debido a la falta de recursos públicos
para la inversión social. Esta justificación dio pie a que la sociedad aceptara
como natural el enriquecimiento de pocas personas de la clase alta y la extrema
pobreza de muchas otras, pobreza tan extrema que este grupo social ni siquiera
podía garantizar su sobrevivencia. Esta situación permeaba en los discursos
políticos, los cuales trataban de legitimar estas transformaciones,
popularizando términos como: Focalización, descentralización, transferencias
condicionadas, competitividad y manejo social del riesgo.
Actualmente, en torno a la política
de asistencia social en México, se ha comenzado a utilizar el término
universalismo básico, el cual se basa en la necesidad de asegurar la protección
básica frente a riesgos sociales para todas las personas. Sin embargo, es
necesario tomar otro camino con respecto a la asistencia social en México,
dejar de lado el discurso y empezar a mostrar las estrategias efectivas, que
incluyan a aquellos que anteriormente no eran incorporados a los beneficios del
desarrollo, esto no sólo implica designaciones presupuestales, sino también,
viabilidad y voluntad política.
Es decir, la implementación de un
sistema de asistencia social que sea para todos y que esté permeado por los
valores de inclusión, justicia social y universalidad, que erradique la
corrupción y asegure que los recursos públicos se utilicen mayormente en este
sentido, enfatizando la necesidad de garantizar una ciudadanía basada en
derechos sociales exigibles.
Por otro lado, la familia es analizada
desde diferentes perspectivas, teniendo su origen en la antropología y la
sociología, la que establece que la familia es por parentesco y tiene como
función básica la crianza de los hijos. En México, el concepto de familia es
definido en la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos (Cámara de Diputados, 2019), protegiendo
los siguientes aspectos: El derecho de los pueblos y las comunidades a la
libre determinación y, en consecuencia, a la autonomía:
Artículo 2º, Inciso B VIII: “(…) apoyar con programas especiales de
educación y nutrición a niños y jóvenes de familias migrantes (…)” (p.10).
Artículo 3º, inciso II, punto c) Contribuirá a la mejor convivencia
humana, a fin de fortalecer el aprecio y respeto por la naturaleza, la
diversidad cultural, la dignidad de la persona, la integridad de las familias,
la convicción del interés general de la sociedad, los ideales de fraternidad e
igualdad de derechos de todos, evitando los privilegios de raza, de religión,
de grupos, de sexos o de individuos. (p. 16-17)
Asimismo, en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
en su última reforma, trata otros elementos importantes relacionados con la
familia como. Organización del patrimonio de familia; no
podrá restringirse ni suspenderse el ejercicio de los derechos, a la no
discriminación, al reconocimiento de la personalidad jurídica, a la vida, a la
integridad personal, a la protección de la familia, al nombre, a la nacionalidad;
los derechos de la niñez; los derechos políticos; las libertades de
pensamiento, conciencia y de profesar creencia religiosa alguna; el principio
de legalidad y retroactividad; la prohibición de la pena de muerte, de la
esclavitud y la servidumbre; la prohibición de la desaparición forzada y la
tortura; ni las garantías judiciales.
De igual manera, se han realizado estudios sobre
familias desde el punto de vista de diferentes disciplinas, tales como: La
sociología, estudios demográficos, la antropología, la psicología, la economía,
entre otras. Estudiosos y especialistas en el tema familiar, tienen una mayor
conciencia de la necesidad de tener un conocimiento más especializado y
científico acerca de la realidad de la conformación familiar, de los ciclos
vitales, como de las dinámicas familiares internas y externas. Todo ello, obliga
a identificar con precisión las mediaciones causadas por la macro, la meso y la
microsociedad. Estos elementos dan el marco para la realización de un
diagnóstico de los factores clave y el reconocimiento de las nuevas
conformaciones socio-familiares, que aportaran datos precisos sobre las
familias en México.
En torno a la problemática y sus formas de explicar, se consultaron y
revisaron profesionales especialistas familiares, consejeros familiares y otras
organizaciones civiles, además de investigadores y estudiosos que se reúnen en
encuentros, congresos y otros eventos académicos como científicos, que
permitieron contar con datos científicamente actualizados. De estas
organizaciones y especialistas, el Instituto Mexicano de Estudios Sociales, A. C.
(IMES, A.C.), realizó de 1967 a 1968 su primera investigación sobre dinámica familiar
a nivel nacional, siendo el primer antecedente del trabajo ahora analizado y
planteado por el Sistema Nacional de Desarrollo Integral de la Familia (Sistema
DIF, 2011).
La familia está sufriendo transformaciones internas difíciles de
encauzar y apoyar adecuadamente. Está siendo afectada, lo cual demanda de sus integrantes
adquirir nuevas habilidades. Se requiere
la construcción de nuevos conocimientos y destrezas, que orienten hacia la
creación de espacios de apoyo familiar, que sean terapéuticos, de contención y
ayuda, así mismo, la creación de nuevas políticas sociales, que contengan y guíen a las familias mexicanas. Donde
el conocimiento de sus necesidades, proyecciones, así como sus problemáticas,
sirva para la satisfacción de éstas, además de la reorientación y resolución de
las problemáticas detectadas, para la creación de políticas sociales adecuadas
y acordes a la familia mexicana actual.
Establecer políticas cuyo objetivo primordial sea crear familias
funcionales, a través de educar en competencias y habilidades parentales, entre
otras capacidades, que requieren ser creadas y desarrolladas desde el seno de
esas nuevas formas de familia y que llegan con el ímpetu y ganas de hacer las
cosas diferentes hoy, en México (Sistema DIF, 2011).
En este sentido, en la Ley
General de Asistencia Social, se decreta entre otros: El derecho de los
pueblos y las comunidades a la libre determinación, garantizar lo laboral,
respeto de su humanidad, a la igualdad ante la ley, a la protección, a la alimentación nutritiva, a la protección de la
salud, a un medio ambiente sano, a la disposición y
saneamiento de agua, para consumo personal y doméstico en forma suficiente,
salubre, aceptable y asequible, a disfrutar de vivienda digna y
decorosa, a la identidad, el principio del interés
superior de la niñez, al acceso a la cultura y
al disfrute de los bienes, a la cultura física y a la práctica del deporte, a
no ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o
posesiones, el patrimonio de familia, a la no discriminación, al reconocimiento de la
personalidad jurídica, a la vida, a la integridad personal, a la protección de
la familia, al nombre, a la nacionalidad (Cámara de Diputados, 2004b).
3. Metodología
Se trata de una investigación cuantitativa con diseño
transversal, correlacional-causal, de los cuales Hernández, Fernández y Baptista
(2014) explica que estos diseños “describen relaciones entre dos o más
categorías, conceptos o variables en un momento determinado. A veces,
únicamente en términos correlacionales, otras en función de la relación causa-
efecto (causales)” (p.157).
En ese sentido, se utilizaron como técnicas de recolección
de datos, una escala tipo likert (llamada FF SIL) y un cuestionario de
datos sociodemográficos. El primero, es el test de percepción del
funcionamiento familiar (FF SIL), diseñado y validado en Cuba por Louro (2004),
refiere 7 categorías o procesos que definen el funcionamiento familiar y son: Cohesión,
roles, armonía, comunicación, afectividad, adaptabilidad y
permeabilidad. Se compone de 14 ítems, con 5 opciones como alternativas
de respuesta. En el segundo, se recabaron datos sociodemográficos, tales como:
El número de integrantes de la familia, el nivel socioeconómico de ésta, la
escolaridad, el estado civil, el género, la edad y si trabaja, de quien
participó en la investigación.
La población estudiada se compuso de personas adultas con
familia, ambos sexos, usuarios que acudieron a solicitar el servicio al área de
psicología del DIF en la población urbana de Ciudad Guzmán, ubicada en el sur
del estado de Jalisco en México, quienes manifestaron tener problemas
familiares. El período comprendido fue del 7 de enero al 7 de febrero del 2019.
La muestra fue de tipo aleatoria. El tamaño de la muestra se
determinó de acuerdo a la cantidad de usuarios que acudieron durante ese mes a
solicitar atención psicológica siendo 43 usuarios adultos. Y esta muestra se
aceptó dado que lo que sugieren algunos autores para estudios
transversales-correlacionales, es que sean por lo menos 30 casos por segmento
del universo (Hernández, et al., 2014).
Asimismo, las variables a correlacionar fueron: Funcionamiento familiar y
datos sociodemográficos tales como: Estrato socioeconómico, escolaridad y si
los dos padres trabajan o solo uno. Definidas como: 1) Funcionamiento familiar:
Desarrollo de funciones básicas en la familia. 2) Datos sociodemográficos: Información
general sobre las personas, que puede incluir características sociales como
estrato socioeconómico, escolaridad, la situación laboral o los ingresos
(Fernández, 2003).
Las Técnicas de recolección de datos fueron: El FF SIL, que
es una escala de percepción del funcionamiento familiar; y el cuestionario de
datos socioeconómicos, serie de preguntas sobre: Escolaridad, trabajo y estrato
socioeconómico (Fernández, 2034).
En cuanto al procedimiento de recolección de datos: Se solicitó autorización para llevar a cabo
la investigación, al director del DIF de Ciudad Guzmán, Jalisco, México, éste autorizó
ingresar y recabar información solo durante un mes (enero-febrero 2019), con el
objetivo de no interrumpir las labores y procesos de la propia institución.
Se contactó con la coordinadora del área de psicología, siendo
ella la que proporcionará los días y las horas de los usuarios, que habían
solicitado atención psicológica por tener problemas familiares, en ese periodo
de tiempo se realizó la programación en días y horas, y se empezó a trabajar
con cada usuario, primeramente, leyendo y firmando la carta de consentimiento
informado, aceptando su participación. Se aplicaron tanto la escala, como el
cuestionario (la aplicación duró aproximadamente 20 minutos por persona). La
recolección de datos se realizó de lunes a viernes en el horario en el que el
DIF presta sus servicios: de 8:00 a 14:00 horas y, como se mencionó
anteriormente, fueron 43 los usuarios que acudieron.
Para el análisis de los datos cuantitativos, se utilizó el
coeficiente Rho de Spearman para corroborar la existencia de una correlación
estadísticamente significativa entre las variables, todos los cálculos
estadísticos se realizaron del programa estadístico Statistical Package for the
Social Science (SPSS) versión 20.
4. Resultados y discusión
A continuación, en la Tabla 1 se presentan los resultados obtenidos en
función de relacionar las categorías de funcionalidad mínima, máxima y media,
así como los estrato socioeconómico bajo, medio y alto.
Tabla 1
Estadísticas descriptivas según el estrato
socioeconómico
N |
Mínimo |
Máximo |
Media |
Desviación estándar |
||
Bajo |
Funcionamiento |
13 |
21.00 |
63.00 |
39.3077 |
13.70757 |
Satisfacción |
13 |
.00 |
20.00 |
9.6923 |
6.10989 |
|
N válido (por lista) |
13 |
|
|
|
|
|
Medio |
Funcionamiento |
24 |
17.00 |
70.00 |
47.3333 |
13.26213 |
Satisfacción |
24 |
.00 |
20.00 |
13.9000 |
5.49593 |
|
N válido (por lista) |
24 |
|
|
|
|
|
Alto |
Funcionamiento |
6 |
25.00 |
75.00 |
52.0000 |
16.43168 |
Satisfacción |
6 |
3.00 |
20.00 |
14.0667 |
7.08200 |
|
N válido (por lista) |
6 |
|
|
|
|
Fuente: Elaboración propia, 2019, con base en Carreón y Sánchez (2019).
Se obtuvo la correlación existente entre la funcionalidad y los datos
sociodemográficos de cada uno de los participantes, encontrando como lo más
significativo, que el estrato socioeconómico tiene una relación directa con el
funcionamiento familiar y por ende con la satisfacción, lo anterior asume que
entre más bajo el estrato, las prioridades de la familia se centran en la
búsqueda de satisfacer las necesidades básicas, dejando de lado las afectivas y
la satisfacción de la familia.
En la Tabla 2, se evidencia una relación directa entre el nivel de
escolaridad con el funcionamiento familiar y la satisfacción, lo cual permite
inferir que a mayor grado escolar, es mayor el grado de funcionalidad y por
ende de satisfacción.
Tabla 2
Estadísticas descriptivas según la escolaridad
Escolaridad |
N |
Mínimo |
Máximo |
Media |
Desviación estándar |
|
Primaria |
Funcionamiento |
4 |
25 |
49 |
40.75 |
10.71992 |
Satisfacción |
4 |
6 |
15 |
11.25 |
4.11299 |
|
N
válido (por lista) |
4 |
|
|
|
|
|
Secundaria |
Funcionamiento |
13 |
24 |
63 |
40.0769 |
13.16853 |
Satisfacción |
13 |
0 |
20 |
11.4154 |
6.50357 |
|
N
válido (por lista) |
13 |
|
|
|
|
|
Preparatoria |
Funcionamiento |
22 |
17 |
75 |
48 |
15.38397 |
Satisfacción |
22 |
0 |
20 |
13.2636 |
6.55247 |
|
N
válido (por lista) |
22 |
|
|
|
|
|
Licenciatura |
Funcionamiento |
3 |
45 |
60 |
54.3333 |
8.14453 |
Satisfacción |
3 |
9 |
17,2 |
14.2667 |
4.57092 |
|
N
válido (por lista) |
3 |
|
|
|
|
Fuente: Elaboración propia, 2019, con base en Carreón y Sánchez (2019).
Al estudiar a las familias de la población más vulnerables de Ciudad
Guzmán, Jalisco, se obtuvo una caracterización de las mismas, se evidenció que,
en el ámbito del funcionamiento familiar, el cual determina la calidad de las
relaciones, la expresión de la afectividad, la adaptación a los ciclos que pasa
la familia, hay una relación significativa con el grado de satisfacción que
cada uno de sus integrantes manifiesta de manera activa en sus relaciones
interpersonales, en el establecimiento de roles definidos y en el cumplimiento
de sus funciones básicas, aspectos que determinan el clima psicológico del
hogar.
De igual manera, en la Tabla 3 se evidencia que cuando uno de los padres
trabaja, el funcionamiento así como la satisfacción es superior, comparado con
la situación en la que ambos padres trabajen.
Tabla 3
Estadísticas descriptivas según si los dos padres trabajan o solo uno
Trabajan |
N |
Mínimo |
Máximo |
Media |
Desviación estándar |
|
|||||
Padre |
Funcionamiento |
20 |
23.00 |
70.00 |
48.1000 |
11.89825 |
|||||
Satisfacción |
20 |
4.00 |
20.00 |
13.8600 |
5.14428 |
||||||
N válido (por lista) |
20 |
|
|
|
|
||||||
Madre y Padre |
Funcionamiento |
19 |
17.00 |
75.00 |
42.0000 |
16.52944 |
|||||
Satisfacción |
19 |
.00 |
20.00 |
11.2211 |
7.09958 |
||||||
N válido (por lista) |
19 |
|
|
|
|
||||||
Mamá |
Funcionamiento |
4 |
34.00 |
61.00 |
49.7500 |
12.03813 |
|||||
Satisfacción |
4 |
6.80 |
18.80 |
13.4000 |
5.04381 |
||||||
N válido (por lista) |
4 |
|
|
|
|
||||||
Fuente: Elaboración propia, 2019, con base en Carreón y Sánchez (2019).
Esto corrobora lo que Martínez-Licona, Infante y Medina (2016) señalan,
sobre que la conceptualización, niveles de satisfacción y desarrollo de
funciones, que la familia tenga y haga sobre sí misma, está implicada en su
estilo parental, los valores, la manera de ver al mundo y el sistema de reglas
que tengan en el hogar. El impacto que tiene el establecimiento de los roles
familiares sobre la vida familiar, ha sido un aspecto que dota de importancia
en distintas áreas donde se desarrolla una persona, por ejemplo, en el ámbito
escolar o laboral, como lo demuestran distintas investigaciones, es por ello, que
los roles familiares y la funcionalidad de la familia, están implicadas de
manera positiva en una dinámica familiar sana.
Conclusiones
Dentro de los
resultados de esta investigación, se encuentran que el estrato socioeconómico
tiene una correlación directa con el funcionamiento familiar y por ende con la
satisfacción de los integrantes de la familia, por lo que se puede afirmar, que
entre más bajo sea el estrato económico, las prioridades de la familia se
centran más en la búsqueda de satisfacer las necesidades básicas, dejando de
lado las exigencias afectivas y satisfacción de la familia.
Este escenario, se hace más evidente cuando uno de los
padres trabaja, por cuanto el funcionamiento y la satisfacción de los
integrantes de la familia es superior, comparado con la situación en la que
ambos padres laboran, mostrándose ambas variables con un comportamiento
inferior; debido a que cuando uno de los padres se encarga de tiempo completo al
cuidado y supervisión de los hijos, crea certidumbre, mayor atención y apoyo a
los mismos, es decir, la familia se vuelve funcional.
Asimismo, se hace énfasis en que, existe una relación
directa entre el nivel de escolaridad con el funcionamiento familiar y la
satisfacción, es decir, a mayor grado escolar es mayor el grado de funcionalidad
y por ende de satisfacción, tal vez porque la escolaridad garantiza la apertura
a la utilización de estrategias y técnicas adecuadas para el manejo de la
familia.
Lo anterior se explica mejor, a partir de entender que la
carencia de ingresos es el principal factor de que existan indicadores de
pobreza en un país; acrecentando la problemática, se le agrega la condición
social deficiente, dado que al padecerla la población más vulnerable no cuenta
con la posibilidad de participar en actividades propias de la sociedad, además
de que carecen de acceso a oportunidades y recursos propios de su grupo social.
Conocido es que el Estado es el que debe promover y operar
una política asistencial y social, que gestione
principal y primordialmente, el acceso a servicios de salud y de educación, a
través de sus instituciones y programas asistenciales ya existentes.
Finalmente, se concluye que una política de asistencia
social que apoye a los padres de familia a que incrementen su nivel
socioeconómico, a través de la educación así como mejorando sus actividades
productivas, tendrá como resultado un adecuado funcionamiento familiar.
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* Doctora en Ciencias de la Familia. Maestría en Terapia
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Titular “A” de Tiempo Completo en el Centro Universitario del Sur, Universidad de Guadalajara,
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ORCID: https://orcit.org/0000-0001-7703-5322
** Doctor(c) en Derecho por Investigación. Doctor(c) en Psicología
Social. Maestría en Sociología con Especialidad en Estudios Sociales y Urbanos. Licenciatura
en Psicología. Especialidad en Evaluación Curricular a nivel medio superior. Profesor
Investigador Titular “B” de Tiempo Completo en el Centro Universitario del Sur,
Universidad de Guadalajara, México. E-mail: rcanog@cusur.udg.mx ORCID: https://orcit.org/0000-0001-6045-8919
*** Doctor(c) en Derecho
por Investigación. Maestro en Desarrollo Humano. Abogado. Profesor Investigador
Titular “A” de Tiempo Completo en el Centro Universitario del Sur, Universidad
de Guadalajara, México. E-mail: erwin.pena@cusur.udg.mx ORCID: https://orcit.org/0000-0001-9874-649X
Recibido: 2019-11-25 · Aceptado:
2020-03-01