Revista de Ciencias Sociales (RCS)
Vol. XXXI, Número Especial 11, enero-junio 2025. pp.
47-66
FCES - LUZ ● ISSN: 1315-9518 ● ISSN-E: 2477-9431
Como citar: Rodríguez, A. R.,
García, H. D., Arias, G. P., y Sánchez, I. E. (2025). Relación de intercambio y
actividad industrial en Perú: Contraste de la enfermedad holandesa. Revista De
Ciencias Sociales, XXXI(Número Especial 11), 47-66.
Relación de intercambio y actividad industrial en Perú: Contraste de la enfermedad holandesa
Rodríguez Abraham, Antonio Rafael*
García Juárez, Hugo Daniel**
Arias Pereyra, Guillermo Paris***
Sánchez García, Ingrid Estefani****
Resumen
Los
países de América Latina son economías cuyos ingresos por exportaciones
dependen en gran medida de la venta de productos primarios de bajo valor
agregado, como el petróleo y los metales. El objetivo de este estudio es
determinar la respuesta de la actividad industrial (medida por el Índice del
PIB industrial) ante el comportamiento de la relación de intercambio (medida
por el Índice de la relación de intercambio) en el Perú, durante el período
2013-2023. La investigación tiene un enfoque cuantitativo, de tipo aplicada,
con diseño no experimental de corte longitudinal, utilizando el análisis de
regresión por mínimos cuadrados ordinarios. Los resultados sugieren que existe
una relación negativa significativa entre la actividad industrial y la relación
de intercambio, lo que permitió determinar que el país sufre de la enfermedad
holandesa. Se concluye que este mal provoca una distribución desigual de la
riqueza, favoreciendo a los sectores vinculados a los recursos naturales;
mientras que otros, como el industrial, quedan rezagados, aumentando así la
desigualdad económica y social. Ante ello, tanto Perú como los países de la
región, necesitan implementar estrategias para estabilizar la economía,
diversificarla, reducir la dependencia de recursos naturales, así como promover
el bienestar social de sus ciudadanos.
Palabras clave: Enfermedad holandesa; relación de intercambio;
producción industrial; Producto Interno Bruto; diversificación económica.
* Doctor
en Contabilidad y Finanzas. M.A. en Comercio Internacional y Cooperación para
el Desarrollo. Docente de la Facultad de Ciencias Empresariales en la
Universidad César Vallejo, Trujillo, Perú. E-mail: arodriguez@ucv.edu.pe ORCID: https://orcid.org/0000-0002-3956-9937
** Doctor en Ingeniería Industrial. Magister en Ingeniería Industrial mención
Gestión de Operaciones. Docente de la Facultad de Ingeniería en la Universidad
César Vallejo, Chepén, Perú. E-mail: hgarcia@ucv.edu.pe ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4862-1397
*** Magister. en Gestión Pública. Contador Público. Docente de la Facultad de
Ciencias Empresariales en la Universidad César Vallejo, Trujillo, Perú. E-mail: gariasp@ucv.edu.pe ORCID: https://orcid.org/0000-0002-2450-7311
**** Magister en Administración de Negocios. Ingeniero Agroindustrial y
Comercio Exterior. Docente de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura en la
Universidad Cesar Vallejo, Piura, Perú. E-mail: iesanchezg@ucvvirtual.edu.pe ORCID: https://orcid.org/0000-0001-7112-3823
Recibido: 2024-12-20 • Aceptado: 2025-03-09
Terms
of trade and industrial activity in Peru: A contrast of the Dutch disease
Abstract
Latin
American countries are economies whose export revenues depend largely on the
sale of low-value-added primary products, such as oil and metals. The objective
of this study is to determine the response of industrial activity (measured by
the Industrial GDP Index) to the behavior of the terms of trade (measured by
the Terms of Trade Index) in Peru during the period 2013-2023. The research has
a quantitative, applied approach, with a longitudinal, non-experimental design
using ordinary least squares regression analysis. The results suggest a
significant negative relationship between industrial activity and the terms of
trade, which allowed us to determine that the country suffers from Dutch
disease. It is concluded that this disease causes an unequal distribution of
wealth, favoring sectors linked to natural resources; while others, such as the
industrial sector, lag behind, thus increasing economic and social inequality.
In light of this, both Peru and the countries in the region need to implement
strategies to stabilize the economy, diversify it, reduce dependence on natural
resources, and promote the social well-being of its citizens.
Keywords: Dutch disease; terms of trade; industrial
production; Gross Domestic Product; economic diversification.
Introducción
Una de
las variables más relevantes que permite monitorear el progreso de un país es,
sin lugar a duda, el crecimiento económico, el cual se mide por la variación
del Producto Interno Bruto (PIB). Este indicador es calculado en forma global y
por sectores, como el agropecuario y pesca; minería e hidrocarburos;
manufactura; electricidad y agua; construcción; comercio y otros servicios.
Esta división de la economía permite un análisis por sectores y actividades,
siendo relevante porque no todos los países poseen la misma estructura
económica.
Aquellos
países cuya economía se basa, principalmente, en la extracción de recursos
naturales o productos primarios (con bajo valor agregado) normalmente se ven
relegados en sus estándares de vida en comparación con aquellos, cuyas
economías presentan un mayor desarrollo industrial. Así, la actividad
industrial es clave para la generación de riqueza en un país, la cual, si es
adecuadamente distribuida, puede mejorar el bienestar económico y social de sus
ciudadanos.
El
desarrollo de la industria, y de la economía en general, depende de varios
factores como el incremento de capital e inversiones (Coronado, 2022) y el
desarrollo del capital humano (Luna et al., 2024) a través de la educación y
capacitación. La innovación tecnológica también juega un rol crítico al
aumentar la eficiencia y productividad de la economía (Krugman y Wells, 2007;
Rodríguez-Burgos y Miranda-Medina, 2023). A esto se debe sumar la existencia de
un entorno empresarial favorable, respaldado por políticas gubernamentales
adecuadas, que son vitales para estimular la inversión y fomentar el
crecimiento, mejorando el nivel de vida de la población al proporcionar mayores
ingresos, empleo y acceso a bienes y servicios (Mankiw, 2018).
Sin
embargo, la complejidad del análisis va más allá de las fronteras nacionales,
pues al estar integrada en un mundo globalizado, la economía de un país también
recibe la influencia de factores externos como el crecimiento de otras
economías, la política fiscal y monetaria de otros países, la variación de los
precios del petróleo y de otras materias primas, los tipos de cambio, entre
otros, de la relación de intercambio (en adelante RI) cuyo análisis es crucial
en el desarrollo del presente estudio.
La RI,
entendida como la proporción entre los precios de exportación y los de
importación, tiene una influencia directa en el poder adquisitivo de un país.
Cuando la RI es favorable, se incrementan los ingresos provenientes de
exportaciones, estimulando la inversión y promoviendo el crecimiento económico
y social. No obstante, una RI desfavorable, es decir, cuando los precios de
importación aumentan en comparación con los de exportación, reduce los ingresos
disponibles de un país, limitando su capacidad de inversión y obstaculizando el
crecimiento económico y el bienestar social (Krugman y Obstfeld, 2006).
Ahora,
cuando se trata de investigar el impacto de la RI en el crecimiento de la
economía, el análisis se realiza de manera general como en los estudios de
Idrisov (2016); Basnet et al. (2020); Avom et al. (2021); y, Singh (2023), y no
se suele prestar demasiada atención en el análisis al impacto generado en forma
sectorial y específicamente en la industria, pese a la importancia que tiene
para el progreso de una nación según lo explicado anteriormente.
El
Perú, como otros países de la región de Latinoamérica, tiene una economía
sustentada en la exportación de materias primas y no posee un desarrollo
industrial destacado (Seclén, 2015; Carrasco et al., 2021). Al respecto, la
teoría económica señala que los países cuyas economías se basan en la
exportación de productos primarios son más vulnerables a los shocks de la RI (Krugman y Obstfeld, 2006), los
cuales son a su vez recurrentes debido a la volatilidad que suele presentarse
en los precios de las materias primas (Molero, 2022).
De
hecho, Kweka (2023) encontró fuerte evidencia de que la volatilidad de la RI
tiende a obstaculizar el crecimiento económico en países del África
subsahariana cuyas economías dependen de productos primarios. Esto se confirma
con el estudio de Mashhadizade et al. (2022), quienes destacan que esta
problemática es especialmente severa en economías dependientes de exportaciones
de materias primas, que son más vulnerables a las fluctuaciones de precios en
el mercado internacional. Asimismo, considerando estas fluctuaciones, el hecho
de ofrecer básicamente productos primarios al exterior impide la obtención de
ingresos más estables que permitan garantizar un adecuado nivel de vida para la
población, poniendo en riesgo la estabilidad social (Bibi, 2024).
Sin
embargo, instituciones como el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP, 2021)
han declarado que el país se ha beneficiado en las últimas décadas de una mayor
RI, la que se explica por el incremento en la exportación de minerales; pero,
por otra parte, los economistas vienen advirtiendo que el país puede verse
afectado por la enfermedad holandesa.
La
enfermedad holandesa es un término que describe la situación en la que un auge
en la exportación de recursos naturales provoca un debilitamiento del sector
industrial (Branstetter y Laverde-Cubillos, 2024). En el caso de Perú, un
exportador significativo de materias primas, la abundancia de recursos
naturales podría llevar a una apreciación del tipo de cambio, como hallaron
Mironov y Petronevich (2015) para el caso de Rusia, encareciendo las
exportaciones no relacionadas con recursos naturales y perjudicando al sector
industrial.
Datos
del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI, 2024) muestran que,
a principios del siglo XXI, Perú se benefició de una RI favorable gracias al
auge de precios de las materias primas, acumulando reservas internacionales y
reduciendo la pobreza. Sin embargo, la dependencia del sector extractivo
presentó riesgos a largo plazo para la economía, especialmente para el sector industrial,
que no logró una fuerte integración en la economía global.
La
crisis financiera de 2008 y la posterior volatilidad en los mercados de commodities evidenciaron la vulnerabilidad de Perú
ante las fluctuaciones de la RI. Aunque el país mostró resiliencia, el impacto
en el sector industrial fue notable, destacando la necesidad de una mayor
diversificación y desarrollo de industrias con mayor valor agregado (Ocampo,
2009).
Adicionalmente,
Lee (2023) explica que la volatilidad de la RI, relativa a los commodities, causa pérdidas significativas en
sectores manufactureros que enfrentan restricciones crediticias. Los efectos
negativos en el crecimiento se manifiestan, por un lado, en una reducción de la
productividad total de los factores en las industrias que dependen en gran
medida del financiamiento externo para realizar inversiones a largo plazo; y,
por otro lado, en una menor acumulación de capital en aquellas industrias que
requieren mucha liquidez para cubrir sus necesidades de capital de trabajo a corto
plazo.
En el
contexto de la presente investigación es relevante determinar si hay una
respuesta positiva de la actividad industrial ante las variaciones de la
relación de intercambio, o si esta respuesta es negativa, pues indicaría si
Perú sufre de la enfermedad holandesa tal como lo sugirió Krugman en Conexión
Esan (2014), ante lo cual los políticos deberían poner énfasis en las
estrategias de desarrollo de los sectores económicos vulnerados, que
generalmente es el sector industrial, que comprende la manufactura; agua y
electricidad; y, construcción.
1.
Fundamentación teórica
En
términos generales, el crecimiento económico de un país depende de la
disponibilidad de capital físico, la abundancia y variedad de materias primas
naturales, la existencia de una fuerza laboral relativamente joven en
comparación con otros continentes, un sistema educativo que ha asegurado un
nivel básico de educación para el trabajo, y una gestión económica que, tanto
en la política económica como en las empresas, no solo genera beneficios, sino
también un uso productivo de los recursos (Labarca y Panchana, 2022).
Sin
embargo, la lista de factores que inciden en el crecimiento de un país y de sus
respectivos sectores económicos (dentro de ellos el industrial) es extensa.
Algunos son factores internos, como los nombrados anteriormente, y otros son
factores externos como, por ejemplo, los términos de intercambio o la relación
de intercambio (RI), nomenclatura acuñada por Krugman y Obstfeld (2006).
La RI
es el cociente entre los precios de los productos de exportación y los precios
de los productos de importación, es decir, el precio relativo de las
exportaciones en términos de las importaciones. El índice de la RI se obtiene
dividiendo el índice de precios de las exportaciones (IPX) por el índice de
precios de las importaciones (IPM) y multiplicando el resultado por 100: RI =
(IPX / IPM) × 100. Un incremento (o disminución) de la RI en un determinado
periodo significa que los precios de las exportaciones aumentan (o disminuyen)
más, o disminuyen (o aumentan) menos que los precios de las importaciones en
ese mismo periodo. Esto implica que, con la misma cantidad física de
exportaciones, el país puede importar una mayor (o menor) cantidad de bienes
(Tovar y Chuy, 2000).
Respecto
al efecto de la RI en la actividad económica se tiene que la primera, al
influir en los ingresos generados por el comercio internacional, es
determinante en la capacidad de una nación para crecer económicamente. Un país
con una RI favorable puede obtener más recursos de sus exportaciones,
traduciéndose en mayores ingresos nacionales y una mejor capacidad de inversión
(Chirinos, 2007). Este incremento de ingresos puede impulsar el crecimiento
económico al financiar inversiones en infraestructura, tecnología y desarrollo
de las capacidades para el trabajo, aumentando la productividad y la
competitividad internacional (Krugman y Obstfeld, 2006).
Sin
embargo, una dependencia excesiva de productos básicos o de un número limitado
de exportaciones puede hacer que un país sea vulnerable a las fluctuaciones de
precios internacionales (Oviedo y Sierra, 2019). Esta vulnerabilidad puede
causar inestabilidad económica, donde una RI desfavorable afecta negativamente
la capacidad de crecimiento económico. Reducciones en los precios de
exportación disminuyen los ingresos y limitan la capacidad de financiar
proyectos de desarrollo e infraestructura, agravando las desigualdades sociales
y obstaculizando el progreso económico (Zhylinska et al., 2020; Vianna y
Mollick, 2021; Oulton, 2023; Di Pace et al., 2025).
Además,
la problemática en estos países puede ser mayor porque un período de auge en
los sectores exportadores de recursos naturales como petróleo, metales o
productos agrícolas, puede ser perjudicial para el sector industrial, por la
posibilidad de ocurrencia de la denominada enfermedad holandesa (Bjørnland et
al., 2019). Para comprender esto, se hace una distinción entre bienes
transables (los que el país puede exportar) y los no transables (los que los
países no exportan). Cuando la RI favorece a los bienes transables el sector
económico relacionado a ellos se ve fuertemente beneficiado; mientras que los
sectores que producen bienes no transables se ven severamente perjudicados,
como es el caso de los sectores que conforman la actividad industrial de un
país.
A
juicio de Schuldt (1994), en economías que experimentan un auge en la
exportación de materias primas, el fenómeno de la enfermedad holandesa se
explica por dos efectos. El primero es el “efecto gasto”, que ocurre ante el
incremento del ingreso nacional disponible ante el boom
exportador. Como quiera que se incrementan los ingresos por la exportación de
los bienes transables (en el caso peruano básicamente productos mineros), se
aprecia el tipo de cambio real y los consumidores demandan más bienes no
transables. Al demandar más de estos bienes sube su precio porque la oferta es
rígida en el corto plazo produciendo un incremento en sus precios, por lo que
los agentes económicos prefieren importar productos del extranjero que están
relativamente más baratos y dejan de lado el producto nacional, afectando el
crecimiento de sectores productores de productos no transables.
El
segundo es el “efecto de asignación de recursos”, que tiene relación con el
anterior. Cuando los precios internacionales favorecen al sector exportador de
minerales o de un producto específico como el petróleo, el efecto se transmite
por un canal que es el aumento de salarios y la reasignación del trabajo. En
cuanto al aumento de salarios, cuando un país recibe ingresos adicionales (por
ejemplo, de la venta de minerales), los salarios en la economía tienden a
aumentar. Se produce una reasignación de trabajo hacia el sector transable
beneficiado (Calzada, 2024); es decir, los trabajadores se trasladan hacia el
sector que recibe la ganancia extraordinaria (en el caso peruano sería el
sector minero) en perjuicio de otros sectores transables (como el sector
manufacturero) y que no pueden aumentar sus precios para cubrir los salarios
más altos.
Así,
los sectores afectados no pueden compensar los costos salariales crecientes,
reduciendo sus márgenes de ganancia y con menores ganancias, reducen su
producción, demanda de trabajo e inversiones provocando una
desindustrialización (Corden y Neary, 1982). En cuanto a la reasignación de
trabajo, este migra hacia el sector transable en auge (sector exportador de
minerales u otros productos primarios) y el resto del trabajo se desplaza hacia
sectores no transables (como la construcción, el gobierno y la mayoría de los
servicios).
Estudios
recientes, como el de García (2024), aportan evidencia que este fenómeno se
está presentando en América Latina, produciendo una reespecialización de la
economía, alejándose de las manufacturas y orientándose hacia actividades
extractivas o de servicios. Lo mismo es confirmado por Goda y Torres (2015); y,
Haraguchi, et al. (2017), quienes sostienen que la desindustrialización de
América Latina, se asocia frecuentemente con la creciente importancia de las
actividades extractivas en su economía, cuyas exportaciones se dirigen
principalmente a Asia emergente.
Por
tanto, a diferencia de las economías desarrolladas, América Latina no está
transitando categóricamente de industrias hacia servicios; más bien, está
retrocediendo hacia actividades primarias, buscando beneficiarse de los altos
precios temporales de los productos básicos. Esta tendencia tiene consecuencias
de gran alcance para la actividad económica agregada de la región, que depende
significativamente de los precios de las materias primas (García, 2024),
situación que no es ajena para la realidad peruana, pero que es muy diferente
para el caso de Estados Unidos, en donde los booms
de materias primas parecen no afectar al sector industrial (Allcott y Keniston,
2018).
2.
Metodología
El enfoque
de la presente investigación es cuantitativo puesto que recurre al análisis
econométrico y, utilizando la información estadística de series de tiempo
disponible en bases de datos institucionales del gobierno peruano, mide la
respuesta de la actividad industrial ante las variaciones de la RI. Los
resultados pueden servir a los diseñadores de la política económica para tomar
decisiones con miras a desarrollar el sector industrial, en un país cuyas
exportaciones son muy dependientes de productos primarios.
Además,
este estudio tiene un diseño no experimental y de corte longitudinal, porque no
se manipula una variable para observar cuál es la reacción de otra, sino que
las variables ya han sido medidas previamente y se determina su relación para
corroborar lo establecido por la teoría económica. El método de análisis es
econométrico y se construyó un modelo de Mínimos Cuadrados Ordinarios (MCO)
para estimar los coeficientes de las variables explicativas.
La
población está constituida por series de tiempo de la RI y del PIB del sector
industrial, conformado por el PIB del sector manufacturero, el PIB del sector
electricidad y agua; y el PIB del sector construcción. Esta información se
obtuvo de las bases de datos del BCRP. La muestra estuvo constituida por 132
observaciones a frecuencia mensual de cada una de estas variables, así como de
otras variables explicativas que se incorporaron como la balanza comercial, la
inflación y la importación de bienes de capital; para el período de estudio
2013-2023.
Siendo
que las condiciones actuales señalan que Perú padecería de enfermedad holandesa
como lo sugirió Krugman en Conexión Esan (2014), se hace necesario desarrollar
un modelo para determinar con rigor científico si esta es la realidad del país,
la cual se asemejaría a la de otros países de la región de Latinoamérica como
Chile, Colombia, Ecuador y México. Con la finalidad de construir un modelo que
explique el nexo entre la actividad industrial y la relación de intercambio, se
recurrió a la teoría económica, según la cual la RI tiene impacto en la
economía total de un país. En algunas ocasiones este impacto puede ser positivo
y en otras es negativo, por lo que el tema siempre ha sido de permanente
controversia (Singh, 2023).
Ahora
si la relación de intercambio puede impactar positiva o negativamente en el PIB
y éste está conformado por los sectores económicos ya mencionados, es natural
que cada uno de estos reciba parte de este impacto de manera individual, el
cual también puede ser positivo o negativo. También es posible que el PBI del
país experimente un crecimiento; mientras que sus sectores económicos pueden
presentar una evolución más lenta.
Asimismo,
como Perú es un país primario exportador, es probable que sufra del mal
holandés, como ya se ha indicado anteriormente. Esto implicaría que la RI
podría afectar negativamente al PIB del sector industrial, limite su
crecimiento, afecte el nivel de empleo y bienestar social para la población que
trabaja en este sector e incluso en otros sectores que tampoco tienen una
participación importante en la exportación como por ejemplo los sectores
manufacturero y construcción.
Así,
para representar la actividad del sector industrial se extrajo, de las bases de
datos del BCRP, lo siguiente: El índice del PIB del sector manufacturero, del
sector electricidad y agua, y del sector construcción. Con base en ellos, se
elaboró un índice ponderado único para medir la actividad industrial y que
viene a ser la variable dependiente (representada por el término Ind). Se
obtuvo también el índice de la relación de intercambio (del sitio web del BCRP) que es la variable independiente
(representada por el término RI). Considerando que los agentes económicos
suelen tomar decisiones con algún tiempo de retraso se considera que la
relación de intercambio debe tener cierta demora en impactar sobre el PIB, en
este caso específico el industrial, por ello se introdujo en el modelo a la
variable RI con retardo de un período.
Así
también, siguiendo el criterio de Chirinos (2007), se consideraron otras
variables que son explicativas del crecimiento económico, como la Balanza
Comercial (BC), la Inflación (INF) y las Importaciones de Bienes de Capital
(MBK). Las series estadísticas con frecuencia mensual también fueron obtenidas
del sitio web del BCRP. Las referidas
variables actúan en el modelo de regresión como variables de control, son
independientes y su inclusión es necesaria puesto que, tal como se argumentó
desde el principio, el crecimiento económico a nivel global y sectorial depende
también de otros factores.
Asimismo,
es oportuno señalar que en la construcción de modelos econométricos es usual
incluir variables de control cuando la variable dependiente pueda tener otras variables
explicativas. Esta es una acción necesaria por realizar, de lo contrario los
modelos no ajustarían y las estimaciones podrían ser inconsistentes.
Adicionalmente, se ha incluido a la actividad industrial como variable con un
rezago. Según Wooldridge (2013), el PIB es una variable que depende de su
pasado. Esto puede ocurrir debido a la inercia económica u otros factores como
la política económica y las expectativas y comportamiento de los agentes
económicos. A continuación, en el Cuadro 1, se presenta un resumen de las
variables que forman parte del modelo y se consigna su respectivo indicador y
escala de medición.
Cuadro
1
Variables
para la formulación del modelo econométrico
Descripción |
Tipo |
Indicador / Escala de medición |
Relación de intercambio (con un rezago) |
Variable independiente |
Índice de la relación de intercambio rezagada en un período (Esc. de Razón). |
Actividad industrial |
Variable dependiente |
Índice de la actividad industrial (Esc. de Razón). |
Balanza comercial |
Variable de control |
Diferencia de las exportaciones menos las importaciones (Esc. de Razón). |
Inflación |
Variable de control |
Índice de precios al consumidor (Esc. de Razón). |
Importación de bienes de capital |
Variable de control |
Índice de la importación de bienes de capital (Esc. de Razón). |
Actividad industrial (con un rezago) |
Variable de control |
Índice de la actividad industrial rezagada en un período (Esc. de Razón). |
Fuente: Elaboración propia, 2024
en base a Chirinos (2007); y, Wooldridge (2013).
Asimismo,
es necesario precisar la relación teórica existente entre la actividad del
sector industrial y las variables explicativas para poder plantear el modelo de
regresión. En primer lugar, en lo referido al nexo entre la RI y la actividad
económica, debería existir una relación positiva, pero, según Singh (2023), no
existe consenso general de que esto sea necesariamente así. De hecho, en
economías que dependen de las exportaciones de materias primas podría
presentarse el mal holandés, de modo que un incremento en RI podría tener un
efecto negativo o cuando menos podrían no tener un efecto significativo, tal
como lo señalan Di Pace et al. (2025). Por ello en el modelo se considera que
la relación de la actividad industrial y la RI podría resultar positiva o
negativa (±).
Respecto
a la inclusión de la balanza comercial como variable explicativa del
crecimiento del sector industrial, se considera que ésta, teóricamente, tiene
una relación positiva puesto que un superávit comercial positivo puede también
fortalecer la moneda nacional, reduciendo el costo de importación de insumos y
bienes de capital, favoreciendo la producción industrial, lo contrario ocurre
con una balanza comercial negativa (Krugman y Obstfeld, 2006). En lo referido a
la inflación, se considera una relación negativa con la actividad económica y
en particular del sector industrial. Según Mankiw (2018), la inflación afecta
los costos de producción, el poder adquisitivo y las decisiones de inversión.
Asimismo, el estudio prevé una relación positiva entre la actividad industrial
y la importación de bienes de capital.
De
acuerdo con Krugman y Wells (2007), los bienes de capital importados, como
maquinaria y equipos, son cruciales para la expansión y modernización de la
capacidad productiva industrial. La inversión en bienes de capital mejora la
productividad y la eficiencia, conduciendo a un mayor output industrial. Finalmente, se prevé una
relación positiva entre la actividad del sector industrial y la misma con un
rezago. Para Wooldridge (2013), el PIB es una variable que puede explicarse por
su comportamiento pasado. La inclusión del PIB industrial rezagado captura los
efectos de inercia y persistencia en el crecimiento económico. Las dinámicas de
ajuste y los efectos de las decisiones de inversión pasadas suelen tener un
impacto prolongado en la producción industrial.
Dadas
estas precisiones, a continuación, se especifica el modelo econométrico de la
siguiente manera:
=
β0 ± β1RIt-1 + β2BCt - β3INFt + β4MBKt + β5Indt-1 + ϵt
Ecuación
(1)
Donde:
Indt es el PIB del sector industrial en el tiempo t; RIt-1 es la relación de
intercambio con un rezago de un período; BCt es la balanza comercial en el
tiempo t; INFt es la inflación en el tiempo t; MBKt es la importación de bienes
de capital en el tiempo t; Indt-1 es el PIB del sector industrial en el tiempo
t-1 (rezago); β0 es el intercepto (captura el impacto de otros factores no
considerados en el modelo); β1, β2, β3, β4, β5, son los coeficientes de las
variables independientes; y, ϵt es el término de error.
El uso
del método de MCO se justifica por la simplicidad para interpretar los
parámetros, puesto que ello puede realizarse de manera muy intuitiva de modo
que el diseñador de la política económica pueda tener una idea más precisa
sobre el efecto de las variables independientes sobre la variable dependiente.
Sin embargo, cuando se trata con modelos de series de tiempo es importante
verificar que se cumplan con los supuestos básicos del método de MCO.
Así,
una vez que se corre la regresión se presta atención a las pruebas de
multicolinealidad (FIV), heterocedasticidad (Breusch-Pagan)
y autocorrelación (Breusch-Godfrey).
Asimismo, se realiza el test de normalidad
de los residuos (Doornik-Hansen) y,
adicionalmente, se recurre la prueba de Cusum
para verificar la estabilidad de los parámetros. Se recurrió a la prueba de Doornik-Hansen porque es más robusta ante la
presencia de outliers; es decir, se suele
recurrir a esta cuando los residuos tienen algunos valores atípicos, pero estos
no afectan significativamente los parámetros del modelo (Hamilton, 1994), lo
que se comprobó posteriormente con los resultados. Sin embargo, pueden
utilizarse otras pruebas como Jarque-Bera o Shapiro Wilk (en muestras pequeñas), las que
proporcionan resultados similares.
Para
correr el modelo de regresión se utilizaron dos softwares:
SPSS 27.0 y GRETL. Esto se hizo con la finalidad aprovechar características
distintas que se complementan. Por ejemplo, la prueba de multicolinealidad en
SPSS 27.0 es más detallada porque muestra el FIV para cada variable. Asimismo,
fue más práctico realizar en GRETL las pruebas de normalidad de los residuos,
la prueba de estabilidad de los parámetros y los test
de heterocedasticidad y autocorrelación.
Es
necesario tener en cuenta que los investigadores aun discrepan sobre el sentido
de la relación entre la RI y el desempeño económico en general (Singh, 2023),
que puede ser positivo o negativo; y como, existe además la posibilidad que
Perú sea afectado por la enfermedad holandesa, se plantea la prueba de
hipótesis de la siguiente manera:
H0: La
relación de intercambio afectó positivamente a la actividad del sector
industrial en el Perú en el período 2013-2023, lo que indica que el país no
sufre de la enfermedad holandesa.
H1: La
relación de intercambio afectó negativamente a la actividad del sector
industrial en el Perú en el período 2013-2023, lo que indica que el país sufre
de la enfermedad holandesa.
3.
Resultados y discusión
En
primer lugar, se ofrece de manera gráfica una comparación del comportamiento de
las dos variables de estudio principales: La relación de intercambio (RI), dada
por el Índice de la Relación de intercambio; y, la actividad del sector
industrial (IND), dada por el Índice del PIB del referido sector. En el Gráfico
I, se representa la tendencia de ambas variables entre enero de 2013 y
septiembre de 2023, aunque la tendencia continúa hasta diciembre de 2023 cuyo
rótulo no aparece en el gráfico.
Fuente: Elaboración propia, 2024
con datos tomados del BCRP (2024).
Gráfico I: Índice de la actividad industrial (IND) Vs.
Índice de la relación de intercambio (RI) en el Perú (2013-2023)
El
índice de la actividad del sector industrial está representado por la línea
azul y el índice de la relación de intercambio está representado por la línea
naranja. Como se puede observar, ambas variables parecen no compartir la misma
tendencia estocástica. En primer lugar, el índice de la actividad industrial se
muestra más errática y presenta picos superiores a 160 puntos entre septiembre
de 2013 y enero de 2014, luego este comportamiento se repite entre septiembre
de 2014 y enero de 2015, tendiendo a un promedio de 150 puntos hasta marzo de
2020 en que se produce la pandemia del COVID-19 e IND sufre una drástica caída
a niveles de valores cercanos a los 53 puntos. Posteriormente, la IND se
recupera y comienza a registrar picos que superan los 200 puntos, con mínimos
alrededor de los 150 puntos.
En el
caso de RI, su comportamiento parece más suavizado que la IND y sus períodos de
declive no coinciden necesariamente con el comportamiento de la IND sino todo
lo contrario, como lo ocurrido entre enero de 2014 y septiembre del mismo año.
Fenómeno similar ocurre entre enero de 2015 y diciembre del mismo año. En este
período la RI baja de 93 puntos a 85 puntos; mientras que la IND subía de 131
puntos a 177 puntos. A simple vista se puede observar que en algunos intervalos
de tiempo ambos índices tienen una relación opuesta, pareciera que una caída en
la RI favorece al sector industrial y que un incremento de esta última durante
un período termina en caídas drásticas de la IND, tal como lo documentó Schuldt
(1994).
Sin
embargo; esta primera visión de lo que podría ser una relación inversa entre
las variables de estudio merece una determinación más formal, de allí que se
haya planteado desde el inicio la necesidad de ejecutar un análisis de
regresión, el cual permitirá determinar, en promedio, cuál es la relación entre
las variables de estudio y en qué medida la RI puede afectar el comportamiento
de la IND.
Es
oportuno agregar que aparentemente la variable IND presenta estacionalidad, lo
que sugeriría la necesidad de una previa desestacionalización. Sin embargo,
ello no se hizo porque llevaría a la pérdida de datos y lo que se pretendía era
tener una muestra con la mayor cantidad posible de observaciones para lograr
una mayor representatividad, reducir el tamaño de los valores atípicos y para
facilitar la inclusión de más variables explicativas. Además, en modelos
econométricos con variables de control, estas mitigan el efecto de la
estacionalidad sin necesidad de desestacionalizar la serie, es decir que las
variables explicativas pueden capturar variaciones estacionales.
En
otros términos, si el modelo contiene las variables de control apropiadas,
incluyendo variables con retardos, las fluctuaciones estacionarias pueden ser
absorbidas por esas variables sin necesidad de desestacionalizar la data de
manera explícita. Así, los estimadores no se verían afectados tal como se
comprobó más adelante cuando se encontró que el modelo cumplía con todos los
supuestos de MCO.
De
igual manera, es necesario indicar que teniendo en cuenta que existen algunos outliers que se produjeron durante la pandemia del
COVID-19 se trabajó con una muestra grande con datos mensuales para hacer que
la estimación de los parámetros no se vea afectada y se verificó el
cumplimiento de los supuestos los modelos de regresión lineal por MCO,
principalmente, en este caso, homocedasticidad y normalidad de los residuos.
Esta decisión se refuerza con base en la idea de que las variables de control
contribuyen a absorber alguna posible distorsión por la presencia de datos
anómalos, puesto que en presencia de eventos extremos (como una crisis o shock económico), las variables de control
adecuadas pueden mitigar los efectos sin necesidad de un cambio estructural.
Además,
es ampliamente conocido que los choques temporales (como una crisis económica)
no necesariamente implican un quiebre estructural, por lo que no siempre se
requiere un cambio en el modelo si los parámetros de regresión siguen siendo
consistentes, lo cual se verificó con los resultados. Incluso, se hicieron
pruebas preliminares incluyendo en el modelo una variable dummy para absorber un posible quiebre estructural
producido por el evento del COVID-19, pero se generaban desajustes en el
modelo, lo que indicaba que no era necesaria la inclusión de una dummy que represente el efecto del COVID-19.
Ahora
bien, teniendo en cuenta estas precisiones se procedió al análisis de regresión
de acuerdo con el modelo de la Ecuación 1. En la Tabla 1, se muestran los
resultados de la regresión ejecutada en el software
GRETL y corroborada con SPSS 27.0. Como se puede observar existe una
relación negativa entre Indt y RIt-1. El coeficiente β1 = -0,920181 indica que,
en promedio, cuando se produce un incremento en 1% de la RIt-1 el sector
industrial decrece en -0,920181%; mientras que una caída de 1% de la RIt-1
genera un incremento de 0,920181% en la actividad industrial. El p-valor de 1%
para β1 indica que este coeficiente es estadísticamente significativo.
Tabla 1
Resultados de la regresión: MCO usando observaciones 2013:02-2023:12 (t
= 131). Variable dependiente: Indt
Variable |
Coeficiente |
Desv. Típica |
Estadístico t |
valor p |
Const |
146,327 |
19,6899 |
7,432 |
<0,0001 *** |
RIt-1 |
−0,920181 |
0,179986 |
−5,113 |
<0.0001 *** |
BCt |
0,0234054 |
0,00266195 |
8,793 |
<0,0001 *** |
INFt |
−0,480125 |
0,153756 |
−3,123 |
0,0022 *** |
MBKt |
0,944405 |
0,0976068 |
9,676 |
<0,0001 *** |
Indt-1 |
0,137635 |
0,0646485 |
2,129 |
0,0352 ** |
Nota: Regresión ejecutada en
SPSS 27 y GRETL.
Fuente: Elaboración propia, 2024
con datos del BCRP.
Asimismo,
la actividad industrial responde positivamente a la balanza comercial, aunque
de manera muy modesta. Como se puede apreciar, el coeficiente β2 = 0,0234054
indica que cuando BCt se incrementa (reduce) en 1%, el índice del sector
industrial se incrementa (reduce) en 0,0234054%. El p-valor de 1% para β2
indica que este coeficiente es estadísticamente significativo. En cuanto al
impacto de la inflación en la actividad industrial, el estimador β3 = -0,480125
indica que cuando INFt se incrementa (reduce) en 1%, la actividad industrial
Indt se reduce (incrementa) en 0,480125%. El p-valor de 1% para β1 indica que
este coeficiente es también estadísticamente significativo.
Adicionalmente,
se puede verificar que Indt responde positivamente a la importación de bienes
de capital. De hecho, β4 = 0,944405 indica que si MBKt se incrementa (reduce)
en 1%, entonces Indt se incrementa (reduce) en 0,944405%. El p-valor de 1% para
β4 indica que este coeficiente es estadísticamente significativo. Finalmente,
se puede comprobar que la actividad industrial se ve explicada también por su
comportamiento pasado. El coeficiente β5 = 0,137635 de Indt-1 indica que Indt
se incrementa (reduce) si en un periodo anterior Indt-1 se ha incrementado
(reducido). El p-valor de 5% para β1 indica que este coeficiente es
estadísticamente significativo.
Asimismo,
es importante notar que la constante β0 es positiva; además, el p-valor de 1%
de este coeficiente indica que es estadísticamente significativo. Este
resultado es relevante porque la constante refleja la influencia de otros
factores que no han sido considerados en el modelo pero que inciden en el
crecimiento de la actividad industrial. De hecho, el signo positivo es un
resultado coherente con la realidad puesto que la actividad industrial (al
igual que el PIB total de la economía peruana) ha mostrado una tendencia
creciente en el período de estudio 2013-2023.
Una
consideración adicional para aceptar la validez de los parámetros obtenidos es
la observación de los valores del estadístico t.
Como regla general se considera que para que los parámetros sean significativos
el valor del referido estadístico debe ser mayor a 2 en términos absolutos.
Así, como se puede apreciar, todos los valores del estadístico t son superiores a 2, en términos absolutos,
siendo el más alto, el valor de t = 9,676
para la importación de bienes de capital; y el más bajo, pero igualmente válido
el valor de t = 2,129 para la variable
rezagada Indt-1. Además, se procedió a verificar la significancia y robustez
del modelo.
Tal
como se puede observar en la Tabla 2, un R2 = 0,697503 indica que
aproximadamente el 69,75% de la variabilidad en la variable dependiente
(actividad del sector industrial) es explicada por las variables
independientes: Relación de intercambio, balanza comercial, inflación,
importaciones de bienes de capital, y el PIB industrial rezagado. Asimismo, el
R2 ajustado = 0,685403 indica que, después de ajustar el número de variables
independientes en el modelo, aproximadamente el 68,54% de la variabilidad de la
actividad industrial es explicada por el modelo. Este valor es ligeramente
menor que el de R2, lo que indica que la penalización por la inclusión de
múltiples variables es pequeña y que la mayoría de las variables en el modelo
tienen un impacto significativo en Indt.
Tabla 2
Pruebas de consistencia del modelo: MCO usando observaciones
2013:02-2023:12 (t = 131). Variable dependiente: Indt
R-cuadrado |
0,697503 |
R-cuadrado corregido |
0,685403 |
|
F(5, 125) |
57,64546 |
Valor p (de F) |
7,90e-31 |
|
Breusch-Godfrey LMF |
3,08323 |
p-valor Breusch-Godfrey |
0,0815724 |
|
Breusch-Pagan LM |
4,03858 |
p-valor Breusch-Pagan |
0,543874 |
|
Doornik-Hansen |
3,56568 |
p-valor Doornik-Hansen |
0,16816 |
|
Contraste CUSUM |
-0,40876 |
p-valor Contraste CUSUM |
0,683415 |
|
Factor de inflación de la varianza (FIV) |
FIV para RIt-1 |
2,287 |
||
FIV para BCt |
2,962 |
|||
FIV para INFt |
2,172 |
|||
FIV para MBKt |
1,964 |
|||
FIV para Indt-1 |
1,668 |
Nota: Contrastes ejecutados en
SPSS 27.0 y GRETL.
Fuente: Elaboración propia, 2024
con datos del BCRP.
Por
otra parte, respecto a la significancia global del modelo, se obtuvo un valor
de F= 57,64546 con un p-valor de 7,90e-31, ello indica que el modelo en su
conjunto es significativo, con un 99% de confianza. En otros términos, esto
quiere decir que el error de predicción del modelo en forma global es muy bajo.
También se puede apreciar que el estadístico LMF de la prueba de
autocorrelación de Breusch-Godfrey es igual
a 3,08323 y no es significativo puesto que el nivel de significancia, dado por
el p-valor, es superior al 5%, por lo que no se rechaza la hipótesis nula de
que no hay autocorrelación en los residuos del modelo o que no hay
autocorrelación significativa en los residuos.
Asimismo,
se puede verificar que el estadístico LM de la prueba de heterocedasticidad de Breusch-Pagan es igual a 4,03858 y que no es
significativo puesto que el nivel de significancia es superior al 5%, por lo
que no se rechaza la hipótesis nula de que no hay heterocedasticidad en los
residuos del modelo. Del mismo modo, el estadístico de prueba de Doornik-Hansen de normalidad de los residuos es
igual a 3,56568 con un nivel de significancia mayor al 5%. Este resultado
indica que no hay suficiente evidencia para concluir que los residuos no siguen
una distribución normal; es decir tienen una distribución normal.
Así
también se tiene que el estadístico del contraste de Cusum (de estabilidad de
los parámetros) fue de -0,40876 con un nivel de significancia mayor a 5%, por
lo que no se puede rechazar la hipótesis nula de que no hay cambio en los
parámetros; es decir que si existe estabilidad en los parámetros que se han
obtenido al ejecutar el modelo de regresión. Finalmente, la Tabla 2 contiene
los valores del FIV correspondientes a la prueba de multicolinealidad de las
variables. Interpretando los resultados, según Gujarati y Porter (2010), se
puede verificar que en ningún caso el valor de FIV es mayor que 10, por lo que
no existe multicolinealidad.
Finalmente,
con base en estos hallazgos, se rechaza la hipótesis nula H0 de que la relación
de intercambio afectó positivamente a la actividad del sector industrial en el
Perú en el período 2013-2023, y que el país no experimentaba la enfermedad
holandesa. En cambio, se acepta la hipótesis alternativa H1, que indica que la
relación de intercambio afectó negativamente a la actividad del sector
industrial en el Perú en el período 2013-2023, demostrando que el país sufre de
la enfermedad holandesa.
A
juzgar por los resultados y la evidencia empírica, se observó que, a lo largo
de las últimas dos décadas, la RI experimentó una notable mejora en el Perú,
alcanzando un nivel récord de 115,4 en 2021, según BCRP (2021). Durante este
período, casi se duplicaron debido al aumento del valor de productos exportados
y a la aparición de nuevos productos con mayor valor agregado, lo que
contribuyó a mejorar la economía y reducir la pobreza.
Sin
embargo, el sector industrial parece no haberse visto beneficiado de la misma manera
y los resultados sugieren más bien que éste se ha visto afectado por la
enfermedad holandesa. El hallazgo coincide con lo mencionado por Krugman en
Conexión Esan (2014), quien sugirió que la economía peruana podría verse
afectada por la enfermedad holandesa, caracterizada por la dominancia de los
recursos naturales, una moneda fuerte y una industria manufacturera poco
competitiva, situación similar a la encontrada por Huo et al. (2023) en un
grupo de países emergentes.
De
manera similar, Dionisio (2022) en un estudio sobre los efectos de los shocks positivos de los precios de las materias
primas en las economías de países de la Alianza del Pacífico, encontró que las
economías de México y Colombia, ricas en recursos energéticos, sufren de la
enfermedad holandesa, pero no pudo obtener resultados claros para Chile y Perú,
que son países ricos en recursos mineros. No obstante, Schuldt (1994); y, Juipa
et al. (2023), confirman el hallazgo de que Perú padece de la enfermedad
holandesa y afirman que ésta tiene su origen en el predominio de la actividad
minera.
Asimismo,
se puede observar que, a pesar de la existencia de la enfermedad holandesa, el
incremento de la RI trae efectos combinados en la economía y la presencia de
dicha enfermedad no implica necesariamente un declive en el PIB total. Esto se
encontró, por ejemplo, en la investigación de Asiamah et al. (2022), quienes
demostraron que países del África subsahariana experimentaron un crecimiento
económico inferior al 3% entre 2005 y 2019, a pesar de poseer recursos
naturales y de ser afectados por la enfermedad holandesa.
En el
caso de esta investigación, según datos del Instituto Nacional de Estadística e
Informática (INEI, 2014), en el Perú, se pudo observar un incremento del PIB
real de 456.435 a 566.903 millones de soles entre 2013 y 2022 y la tendencia
fue creciente con excepción del bache generado por el COVID-19 en 2020, año en
que el PIB real fue de 486.843 millones de soles.
Sin
embargo, en términos porcentuales, entre 2013 y 2022 las actividades del sector
extractivo estuvieron en el rango de 17,7% a 17,2% del PIB, siendo el valor
máximo el alcanzado en 2016 con 18,5%; tal como se puede observar en la Tabla
3. Mientras que, entre 2013 y 2022, el porcentaje de participación del sector
transformación cayó de 21,8% a 19,7% del PIB, siendo la mayor participación la
registrada en 2013. Asimismo, para el período 2013-2022 el sector servicios
experimentó un crecimiento de 60,6% a 63,2% del PIB. Esto último coincide con
lo argumentado por Schuldt (1994), en el sentido que parte del beneficio del boom exportador puede trasladarse al sector
terciario.
Tabla
3
Perú:
Producto Bruto Interno por Sectores Económicos, 2013-2022
Valores
a precios constantes de 2007 (Millones de soles)
Año |
Producto
|
Extractivo |
Transformación |
Servicios |
Extractivo %PBI |
Transformación %PBI |
Servicios %PBI |
2013 |
456.435 |
80.646 |
99.383 |
276.406 |
17,7 |
21,8 |
60,6 |
2014 |
467.308 |
79.509 |
99.194 |
288.605 |
17,0 |
21,2 |
61,8 |
2015 |
482.506 |
85.033 |
96.907 |
300.566 |
17,6 |
20,1 |
62,3 |
2016 |
501.581 |
92.651 |
96.073 |
312.857 |
18,5 |
19,2 |
62,4 |
2017 |
514.215 |
95.813 |
97.156 |
321.246 |
18,6 |
18,9 |
62,5 |
2018 |
534.626 |
97.536 |
102.673 |
334.417 |
18,2 |
19,2 |
62,6 |
2019 |
546.605 |
97.845 |
102.297 |
346.463 |
17,9 |
18,7 |
63,4 |
2020 |
486.843 |
89.116 |
88.756 |
308.971 |
18,3 |
18,2 |
63,5 |
2021 |
551.862 |
95.801 |
109.634 |
346.427 |
17,4 |
19,9 |
62,8 |
2022 |
566.903 |
97.355 |
111.491 |
358.057 |
17,2 |
19,7 |
63,2 |
Fuente: Instituto Nacional de
Estadística e Informática (INEI, 2024).
Entonces,
a simple vista, se podría asumir que la fuerte dependencia de la exportación de
productos primarios no sería importante siempre que el PIB real tenga una
tendencia creciente. Pero, el problema de fondo es que el auge exportador de
materias primas conlleva a una “desindustrialización” debido a que el sector
industrial se enfrenta a mayores costos, menor disponibilidad de mano de obra y
se torna menos competitivo en los mercados internacionales. De esta manera, la
dependencia de exportaciones primarias se perpetúa y el país que padece de la
enfermedad holandesa no tiene la oportunidad de desarrollar un sector
industrial competitivo capaz de producir productos de mayor valor, que, por lo
general son menos vulnerables a las fluctuaciones de los precios
internacionales.
Esta
situación, además de privar al país de una mayor oferta de bienes de
manufacturados de procedencia nacional, la carencia de ellos tendrá que ser
cubierta con productos importados sometiendo al producto nacional a una dura
competencia ante un tipo de cambio más fuerte. De aquí surge la crítica en el
sentido que los políticos suelen evaluar los beneficios a nivel macroeconómico,
pero -al parecer-, no consideran si la mayoría de la población se beneficia de
ellos de manera equitativa.
Hasta
aquí, se han discutido los hallazgos sobre el nexo entre la actividad
industrial y la RI en Perú, pero es necesario ofrecer algunas apreciaciones
sobre los demás resultados obtenidos en el modelo. Así, se confirma la relación
positiva entre BC y relación de intercambio (Krugman y Obstfeld, 2006). Según
lo previsto por la teoría existe una relación positiva entre BC y crecimiento
económico. Al respecto, hay que tener en cuenta que en este caso se mantiene la
relación positiva, pero para el sector industrial el impacto es muy modesto,
incluso Schuldt (1994) afirma que el impacto podría llegar a ser negativo.
Esta
relación se explicaría porque el superávit comercial puede atraer inversiones
extranjeras al sector industrial debido a la percepción de un entorno económico
estable y competitivo; además la balanza comercial favorable puede permitir a
las industrias reinvertir sus ganancias en investigación y desarrollo (I+D),
mejorando la tecnología y la eficiencia. El lado negativo es que un superávit
en la balanza comercial en general (más exportaciones que importaciones) puede
llevar a la apreciación de la moneda local. Una moneda más fuerte puede hacer
que los productos industriales del país sean más caros y menos competitivos en
el mercado internacional. Esto indica que ambos efectos podrían estar
ocurriendo en la economía peruana y que, por lo tanto, estos se contrarrestan
como resultado en una contribución muy modesta de la BC al crecimiento del
sector industrial peruano.
Respecto
al impacto de la inflación en la actividad industrial, se ha encontrado que el
resultado es previsible desde el punto de vista teórico. Según Mankiw (2018),
la inflación puede afectar al crecimiento económico, y por deducción al
crecimiento de los sectores económicos como la industria. Esto ocurre porque la
inflación eleva los costos de producción por el incremento de salarios e
insumos. Así, las empresas se ven obligadas a subir el precio de sus productos
lo que causa un efecto negativo en la demanda y en su competitividad. Además,
la inflación genera incertidumbre económica, conlleva a la aplicación de
políticas fiscales y monetarias contractivas e impacta sobre la demanda
agregada reduciendo el poder adquisitivo de los consumidores.
En la
relación de la actividad industrial con la importación de bienes capital, el
modelo permite cuantificar un impacto importante, en comparación con las demás
variables de estudio. Los resultados permiten corroborar lo establecido por
Krugman (2011); y, Mankiw (2018), en el sentido que la MBK mejora la
productividad, puesto que la maquinaria y equipo avanzado importado permite a
las industrias producir más eficientemente y con mayor calidad, traen
innovación y tecnología que impulsa la innovación y mejora los procesos
productivos.
Además,
permite reducir costos porque la modernización de las plantas industriales con
equipos más eficientes reduce los costos operativos y de mantenimiento; se
incrementa la competitividad al mejorar la eficiencia y calidad de los
productos. Asimismo, se produce una expansión de capacidades porque la
adquisición de nuevos equipos permite a las industrias expandir su capacidad de
producción. De allí que el crecimiento de la actividad industrial peruana se
deba en gran medida a la importación de bienes de capital.
Finalmente,
se logra comprobar lo establecido por Wooldridge (2013), en el sentido de que
el PIB es una variable que puede recibir la influencia de su pasado. Al
respecto, se puede afirmar -en base al conocimiento del funcionamiento del
sistema económico- que, si la actividad económica actual depende en parte de su
comportamiento pasado, los efectos antes citados se transmiten a los diversos
sectores económicos en mayor o menor medida y ello es lo que ocurre
precisamente con el sector industrial.
Adicionalmente,
desde el punto de vista metodológico, al plantear un modelo autorregresivo se
incluyen los valores pasados de la variable dependiente como predictores. El
modelo autorregresivo captura la estructura temporal inherente en los datos.
Esto reduce la autocorrelación en los residuos porque los patrones dependientes
del tiempo se explican dentro del modelo. Además, esta decisión permite mejorar
las estimaciones de coeficientes, al considerar la dependencia temporal,
mejorando la precisión de las predicciones y la inferencia estadística
(Hamilton, 1994; Gujarati y Porter, 2010). Esto último ha sido fundamental
puesto que permite ofrecer resultados confiables para la comunidad científica.
De
igual manera, la estacionalidad de la variable IND y algunas observaciones
anómalas de la misma debido al COVID-19 no alteraron la consistencia del modelo
puesto que, como se ha podido verificar, se cumplen estrictamente todos los
supuestos de MCO, por lo que los parámetros son los Mínimos Estimadores
Lineales Insesgados (MELI).
Conclusiones
La
presente investigación ha permitido cubrir un importante vacío en el
conocimiento sobre la incidencia de la relación de intercambio en la actividad
industrial en Perú. Se pudo determinar que existe una relación negativa
estadísticamente significativa entre estas variables, lo que sugiere que la
economía peruana es afectada por la enfermedad holandesa puesto que, al estar
dominada por los recursos naturales, se beneficia de las épocas de auges, pero
la industria manufacturera, que es poco competitiva, cae posiblemente debido al
“efecto gasto” y al “efecto asignación de recursos”.
Los
resultados muestran que la enfermedad holandesa y el crecimiento total de la
economía incluso pueden coexistir. Según la teoría económica, el PIB total se
incrementa cuando la RI se incrementa, pero la dependencia de los recursos
naturales, impide que el sector industrial reciba los beneficios esperados. Por
el contrario, los sectores ligados a los bienes transables se benefician de un
incremento de RI especialmente cuando se produce un boom exportador de los productos primarios.
Por
otra parte, los hallazgos permiten afirmar que la balanza comercial tiene un
efecto positivo muy modesto en la actividad industrial debido -probablemente- a
que las ventajas de tener un superávit comercial se contrarrestan con las
desventajas. Es decir, mientras que, por un lado, se puede atraer inversiones
extranjeras al sector industrial debido a la percepción de un entorno económico
estable y competitivo, y que además las industrias reinvierten sus ganancias en
investigación y desarrollo (I+D); por otro lado, una moneda más fuerte puede
hacer que los productos industriales del país sean más caros y menos
competitivos en el mercado internacional.
Asimismo,
el impacto negativo de la inflación en la actividad industrial es acorde con lo
establecido por la teoría económica. Además, la importación de bienes de
capital tiene un impacto positivo sobre el crecimiento del sector industrial
peruano, lo cual también está alineado con la teoría. Desde el punto de vista
metodológico, fue necesario construir un modelo autorregresivo con la finalidad
de manejar el problema de la autocorrelación. La elección fue acertada porque
incluir la actividad del sector industrial, no solamente está justificada
teóricamente; sino que también permitió mejorar las estimaciones de los
coeficientes al considerar la dependencia temporal, mejorando las predicciones
y la inferencia estadística.
Estos
resultados tienen significativas repercusiones económicas y sociales para el
Perú. Desde la perspectiva económica, implican que el sector industrial es
vulnerable a las oscilaciones de la RI. La presencia de la enfermedad holandesa
resalta la necesidad de implementar políticas económicas que impulsen la
diversificación, reduciendo la excesiva dependencia de los recursos naturales,
puesto que el auge en la exportación de estos no beneficia suficientemente al
sector industrial. Además, es esencial diseñar estrategias de inversión y
políticas monetarias que apoyen al referido sector económico, sin causar una
apreciación excesiva de la moneda nacional, dado que un tipo de cambio fuerte
disminuye la competitividad de los productos nacionales en el mercado global.
En el
aspecto social, la vulnerabilidad del sector industrial podría impactar
negativamente en el empleo, particularmente en regiones que dependen de la
manufactura, construcción, y servicios de electricidad y agua. Esto destaca la
urgencia de políticas que promuevan el desarrollo regional y la generación de
empleo en sectores ajenos a los recursos naturales.
La
enfermedad holandesa también puede resultar en una distribución desigual de la
riqueza, favoreciendo a los sectores vinculados a los recursos naturales;
mientras que otros, como el industrial, quedan rezagados, aumentando así la
desigualdad económica y social. Además, es necesario fomentar la educación y
formación en sectores industriales y tecnológicos para ayudar a contrarrestar
los efectos adversos de la enfermedad holandesa, capacitando a la fuerza
laboral para trabajos en industrias diversificadas y competitivas. Un sector
industrial robusto y diversificado podría aportar a una mayor estabilidad
económica y mejorar la calidad de vida, ofreciendo mejores salarios,
condiciones laborales y oportunidades de desarrollo para la población.
Finalmente,
el modelo aplicado puede ser extendido a otros países para conocer si existe
evidencia o síntomas de la enfermedad holandesa en Latinoamérica, dado que la
mayoría no ha alcanzado un notable desarrollo del sector industrial (en
comparación a lo que han logrado las economías más grandes del mundo como
China, Estados Unidos, y la Unión Europea). Los primeros países, al tener una
fuerte dependencia de la exportación de bienes primarios y ver obstaculizados
los esfuerzos por desarrollar otros sectores económicos como la industria,
podrían diseñar estrategias de desarrollo conjuntas en base a esta problemática
compartida, allanando el terreno para una mayor integración y cooperación
económica, la cual podría traducirse en un mayor bienestar social para sus
ciudadanos.
La
agenda de trabajo para Latinoamérica podría consistir en adoptar un enfoque
multifacético que incluya la diversificación económica, la promoción de la
innovación y el emprendimiento, la inversión en capital humano a través de
programas educativos y de capacitación, así como en infraestructura que
promueva el crecimiento de diversos sectores. Asimismo, deberán vigilar la
estabilidad macroeconómica, con políticas fiscales prudentes y control de la
inflación, lo cual creará un entorno predecible y favorable. Además, deberán
implementar políticas sociales, como programas de protección social y
reconversión laboral, para ayudar a mitigar los efectos negativos en las
comunidades afectadas. Estas estrategias integradas no solo estabilizarán la
economía, sino que también mejorarán el bienestar social y reducirán la
dependencia de los recursos naturales.
Referencias
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