Revista de Ciencias Sociales (RCS)

Vol. XXXI, Número Especial 11, enero-junio 2025. pp. 558-571

FCES - LUZ ● ISSN: 1315-9518 ● ISSN-E: 2477-9431

Como citar: Moreno, M. (2025). Gestión emocional en el Aula: Competencias socioemocionales de las maestras en educación básica. Revista De Ciencias Sociales, XXXI(Número Especial 11), 558-571.

Gestión emocional en el Aula: Competencias socioemocionales de las maestras en educación básica*

Moreno Ortiz, Magdalena*

Resumen

Los inicios de esta década se ven afectados por la pandemia que provocó cambios abruptos en la educación básica, afectando particularmente a las maestras en su desempeño. Esta investigación explora las afectaciones socioemocionales que experimentaron las docentes del nivel educativo básico en Tamaulipas, México, durante el confinamiento, centrándose en la conversión de los hogares en espacios educativos y la intensificación de las tareas de cuidado. Mediante un enfoque mixto triangulado, se aplicó un cuestionario a 814 maestras y se realizaron entrevistas semiestructuradas a 9 docentes de diferentes niveles y regiones, complementadas con cartografía social feminista. Los resultados revelan que las maestras enfrentaron una sobrecarga de responsabilidades al gestionar simultáneamente la educación virtual, la reorganización del espacio doméstico y las tareas de cuidado familiar, con diferencias según el nivel educativo, pero no según el ámbito rural o urbano. Se evidenció también el reforzamiento de roles tradicionales de género y situaciones de tensión emocional. Se concluye que la pandemia visibilizó y agudizó desigualdades estructurales preexistentes, especialmente en la distribución de los cuidados y las responsabilidades domésticas.

Palabras clave: COVID-19; maestras; educación básica; procesos socioemocionales; gestión emocional.

* Los resultados en este artículo son parciales y forman parte de un proyecto de investigación de tesis doctoral denominado: “Afectaciones de la pandemia de COVID-19 en la actividad profesional, familiar y emocional de los maestros y las maestras del sistema básico de zonas rurales y urbanas en el Estado de Tamaulipas” del Posgrado Gestión e Innovación Educativa de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades en la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) y cuenta con el apoyo del Consejo Nacional de Ciencias, Humanidades y Tecnología (CONAHCYT).

** Doctoranda en Gestión e Innovación Educativa en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, Tamaulipas, México. Magister en Ciencias con Orientación en Trabajo Social. Socióloga. Investigadora para Sudamérica de la Organización Verité Fair Labor. Miembro de la Red Internacional de Investigadores en el Estudio Sociocultural de las Emociones (RENISCE) y la Critical Gender Studies Network. E-mail: magda.moreno.or@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0009-0007-2319-8063

Recibido: 2025-01-07 • Aceptado: 2025-03-27

Emotional management in the classroom: Socio-emotional competencies of teachers in basic education

Abstract

The beginning of this decade was affected by the pandemic, which caused abrupt changes in basic education, particularly affecting teachers’ performance. This research explores the socio-emotional impacts experienced by basic education teachers in Tamaulipas, Mexico, during the lockdown, focusing on the conversion of homes into educational spaces and the intensification of caregiving tasks. Using a triangulated mixed-method approach, a questionnaire was administered to 814 teachers and semi-structured interviews were conducted with 9 teachers from different levels and regions, complemented by feminist social mapping. The results reveal that teachers faced an overload of responsibilities when simultaneously managing virtual education, the reorganization of domestic space, and family caregiving tasks, with differences depending on educational level, but not depending on whether they were rural or urban. The reinforcement of traditional gender roles and situations of emotional tension were also evident. It is concluded that the pandemic made visible and exacerbated pre-existing structural inequalities, especially in the distribution of caregiving and domestic responsibilities.

Keywords: COVID-19; female teachers; basic education; socio-emotional processes; emotional management.

Introducción

La Organización Mundial de la Salud (OMS) caracterizó la epidemia por COVID-19 como una emergencia de salud pública el 30 de enero de 2020, declarándola pandemia el 11 de marzo del mismo año. Para el caso de México, la declaración de crisis sanitaria fue emitida en el Diario Oficial de la Federación (DOF, 2020) el 31 de marzo, implementando medidas como el aislamiento social, restricción de movilidad y suspensión de actividades presenciales, incluidos los centros educativos en todos sus niveles.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU, 2020), la suspensión de la actividad presencial en los planteles educativos derivó en elevados costos sociales, subrayando las desigualdades existentes, especialmente para niños y niñas en situaciones precarias. El profesorado y personal educativo se vio obligado a responder a demandas emergentes, adaptándose a condiciones no familiares, como el uso de plataformas virtuales y diseño de metodologías de educación a distancia, además de atender solicitudes de apoyo socioemocional y estrés, de estudiantes y familias (Moreno et al., 2021; Espina-Romero, 2022; Barrientos et al., 2022; López-Ordosgoitia et al., 2023; Benavides et al., 2025).

En México, la actividad docente en educación básica tradicionalmente se asocia con acudir diariamente a un espacio físico (aula) donde se establece una interacción cara a cara entre estudiantes y profesores. Aunque existen modelos de educación a distancia, estos se han especializado principalmente en niveles medio superior y superior. Los maestros y maestras, desde antes de la aparición del COVID-19, consideraban que los planteles educativos no respondían adecuadamente a las necesidades de los estudiantes y que existía un escaso reconocimiento social hacia la figura docente (Romero, 2016).

El Informe del Instituto Nacional para la Evaluación Educativa (INEE, 2015) describía una sobrecarga laboral y administrativa entre los profesores, quienes debían enfrentar condiciones adversas de infraestructura, mobiliario y formación profesional para atender problemáticas contextuales de sus estudiantes.

En estas circunstancias se encontraba el sistema educativo mexicano en marzo de 2020. La declaración del brote del nuevo coronavirus (SARS-CoV-2) colapsó la educación mundial, obligando a replantear las condiciones laborales mediante estrategias educativas remotas de emergencia (Gil, 2022; Romero et al., 2023), sin preparación institucional ni pedagógica previa. El aislamiento social, la habilitación de hogares como aulas y la asimilación del uso tecnológico pusieron a prueba las habilidades cognitivas, emocionales y sociales del magisterio. Al respecto, Cevallos et al. (2023), evidenciaron en su investigación que:

La depresión, la ansiedad y el estrés se configuraron en efectos psicosociales, que han impactado durante la pandemia de COVID-19 en los docentes de las universidades estudiadas, debido a la presión originada por las nuevas estructuras metodológicas emergentes, la adquisición de otras competencias asociadas a la tecnología, la salud y los riesgos de contagio, muerte y por la atención pedagógica a través de la virtualidad, surgida inesperadamente en tiempos de pandemia. (p. 15)

La presente investigación explora las afectaciones que en su entorno familiar vivieron las maestras del nivel educativo básico durante el confinamiento, considerando la habilitación de hogares como aulas, la sobrecarga en tareas de cuidados y su rol como educadoras de sus propios hijos. Esto conllevó un aumento en la gestión emocional y un reacomodo de actividades domésticas (González y Cuenca, 2020), subrayando el papel central de las docentes tamaulipecas durante la contingencia.

Es relevante destacar que el cuerpo docente en América Latina está conformado principalmente por mujeres. Según informes de la Organización de los Estados Americanos (OEA, 2020): y, ONU Mujeres (2020), las maestras representan el 95,5% en nivel pre-primaria, 78,2% en primaria y 57,8% en secundaria. El Instituto de Estadística de la UNESCO (IEU, 2018); y, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, 2020) señalaban que, previo a la pandemia, las docentes enfrentaban dobles jornadas laborales, incluyendo actividad profesional, trabajo administrativo, planeaciones, preparación de materiales, además de labores de cuidado y actividad doméstica no remunerada.

López (2016), observa que el alto número de mujeres en la docencia contrasta con las escasas investigaciones que las coloquen como centro de estudio, a pesar de ser una socioprofesión evidentemente feminizada. Las cifras en México muestran porcentajes similares: 93% de mujeres en jardín de niños, 67% en primaria, y 52% en secundaria (Romero, 2020), distribución que se refleja en Tamaulipas, México, entidad objeto del presente estudio.

1. Fundamentación teórica

Tamaulipas es un Estado estratégico ubicado al noreste de México con 3.527.735 de habitantes (decimocuarto lugar entre las 32 entidades federativas), de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2022). Su posición fronteriza con Estados Unidos lo convierte en actor clave para la economía nacional, aunque enfrenta problemáticas como narcotráfico y tráfico de personas (Guerrero, 2010; Ochoa, 2020), con dinámicas diferenciadas en sus tres regiones principales.

El norte concentra el 51,51% de la población, enfrentando inestabilidad fronteriza; el sur (24,93%) mantiene relativa estabilidad gracias a su presencia industrial. Según datos del INEGI (2024), el Estado ocupa el octavo lugar nacional en cantidad de funcionarios públicos, pese a encontrarse en decimocuarto lugar en población.

1.1. La Secretaría de Educación de Tamaulipas (SET)

La Secretaría de Educación de Tamaulipas (SET) administra recursos humanos docentes y administrativos en los centros educativos públicos y privados del Estado, fungiendo como articuladora de esfuerzos organizacionales, administrativos y pedagógicos durante la pandemia. El nivel educativo básico (jardín de niños, primaria y secundaria), está conformado por 32.172 trabajadores distribuidos en 5.408 centros educativos (SET, 2020) en los 43 municipios del Estado.

La población objetivo del estudio son las 22.945 maestras del sistema educativo básico, representando el 71% del total docente (ver Tabla 1). Este trabajo busca visibilizar a las profesoras, tradicionalmente relegadas en la historia educativa mexicana, siguiendo la observación de López (2016): “La condición de ser mujer-maestra en una época determinada recupera la correlación de redes de poder, de ciertos sistemas de creencias, de tantas otras prácticas del conocimiento y de ideologías de género” (p. 244).

Tabla 1

Porcentaje de maestros y maestras por nivel educativo en el Sistema Básico en el Estado de Tamaulipas en el Periodo 2021-2022

Nivel educativo

Maestros

Maestras

Total

%Maestros

%Maestras

Jardines de niños

828

6.413

7.241

11,43

88,81

Primaria

3.784

10.895

14.679

26

74

Secundaria

4.615

5.637

10.252

45

55

Totales

9.227

22.945

32.172

29

71

Nota: Elaboración propia en base a datos oficiales del Anuario de la estadística educativa del estado de Tamaulipas, ciclo escolar 2020-2021.

Fuente: Elaboración propia, 2025.

La investigación reconoce el papel central de las mujeres como ejes del proceso educativo durante la crisis sanitaria. Las docentes debieron replantear sus condiciones laborales y organización doméstica, implementando estrategias a distancia sin preparación previa. El aislamiento social, la habilitación de hogares como aulas, la sobrecarga en tareas de cuidados y la educación de sus propios hijos, aumentaron la gestión emocional y provocaron restablecimientos en las labores domésticas.

Barbosa et al. (2023), señalan que el espacio doméstico y su utilidad fueron sometidos a prueba durante el confinamiento. En ese sentido, López (2023) propone el concepto de procesos socioemocionales entendidos como el manejo que los sujetos hacen de sus emociones según su posición social; mientras Bericat (2000), plantea el estudio de las emociones como conexión entre el “yo” y el mundo exterior, no como mera manifestación individual.

2. Metodología

Esta investigación emplea un enfoque mixto de triangulación exploratorio-descriptivo. Según Núñez (2017), un método mixto de triangulación persigue aumentar la validez mediante la corroboración de datos, buscando convergencia entre resultados desde diferentes aproximaciones. Este enfoque depende de la “imaginación metodológica”; y, Flores-Márquez y González (2021), sostienen que lo metodológico se refiere a “la instancia más plástica, creativa y adaptable del proceso de investigación” (p. 15). En este sentido, el estudio se desarrolló en dos fases:

a. Fase 1: Abordaje cuantitativo: Se diseñó un cuestionario mediante Google Forms, distribuido por correos institucionales entre el 15 y 26 de noviembre de 2021, incluyendo consentimiento informado. Para la selección muestral, se utilizó RAOSOFT considerando un universo de 22.945 maestras. Con 5% de margen de error y 95% de confianza, se propuso levantar 802 cuestionarios, alcanzando finalmente 814 participantes. Los datos fueron analizados mediante RStudio.

b. Fase 2: Abordaje cualitativo: A partir de los resultados cuantitativos, se diseñó una guía de entrevista para profundizar en dimensiones con alta prevalencia. Las entrevistas semiestructuradas se realizaron entre agosto de 2023 y febrero de 2024 (periodo post-pandemia), con consentimiento informado grabado en audio y garantía de confidencialidad. Se seleccionaron 9 docentes de ámbitos urbano y rural, representantes de las regiones geográficas de mayor concentración (norte, centro y sur), considerando el tipo de centro laboral. Las entrevistas fueron transcritas manualmente y codificadas con MAXQDA.

Se seleccionaron 9 docentes de ámbitos urbano y rural, representantes de las regiones geográficas de mayor concentración docente del Estado: Norte, centro y sur (ver Tabla 2), considerando también el tipo de centro de trabajo. Este diseño permitió obtener una perspectiva de las diferentes zonas geográficas, niveles educativos y ámbitos que componen el sistema básico de Tamaulipas en México. Las entrevistas fueron transcritas manual y posteriormente codificadas utilizando el software MAXQDA.

Tabla 2

Clasificación de maestras entrevistadas en base al orden cronológico, tipo de centro de trabajo, ámbito y región de procedencia

No. de Docente

Sexo: H/M

Tipo de centro de trabajo: Jardín de Niños (JN), Primaria (P), Secundaria (S).

Ámbito rural o urbano

Región

Nomenclatura

1

M

P

U

SUR

1MPUS

2

M

P

R

CENTRO

2MPRC

3

M

S

U

NORTE

4MSUN

4

M

JN

U

CENTRO

6MUJN

5

M

P

R

SUR

7MRJN

6

M

P

U

NORTE

8MUP

7

M

JN

U

SUR

9MJNUS

8

M

P

U

NORTE

10MPUN

9

M

P

U

NORTE

11MPUN

Fuente: Elaboración propia, 2025.

Como complemento metodológico, se incorporó la cartografía social feminista, que enriqueció la dimensión de afectaciones familiares y emocionales vinculándolas con espacios concretos de trabajo a distancia. Según Aragão (2022), esta técnica desnaturaliza el vínculo con espacios físicos (ámbito doméstico), evidenciando que las opresiones de género tienen una expresión espacial que debe reconocerse para resignificar los espacios habitados.

3. Gestión emocional en el aula

3.1. Implicaciones desde el análisis de los resultados

El cuestionario fue completado por 814 maestras, con predominio del grupo etario entre 31-45 años (55,04%). La Tabla 3, muestra la distribución por rangos de edad, estado civil y nivel educativo, con mayor participación del nivel primaria, coincidiendo con su mayor representación en el universo total, seguido por preescolar. La baja participación del nivel secundaria puede explicarse porque estas docentes suelen trabajar por horas en diferentes planteles o tener trabajos paralelos, limitando su disponibilidad para actividades adicionales.

Tabla 3

Frecuencias y números absolutos de perfil sociodemográfico y laboral-administrativo de maestras participantes en la muestra

Perfil Sociodemográfico

Porcentajes %

Número

Sexo

Mujeres

78,6

814

Edad en rangos

18-30

31-45

46-60

61.0

19,78

55,04

23,51

1,60

161

448

192

13

Estado civil

Soltera

Casada-unión libre

Divorciada-Separada

25,68

62,65

11,67

209

510

95

Variable independiente

Ámbito

Rural

Urbano

22,97

77,03

187

627

Tipo de centro de trabajo

Preescolar

Primaria

Secundaria

25,92

71,01

3,07

211

578

25

Fuente: Elaboración propia, 2025.

El 77,03% de las maestras trabajan en ámbito urbano y 22,97% en rural. Un análisis Chi-cuadrado confirmó la ausencia de diferencias significativas en las afectaciones del entorno familiar entre ambos ámbitos (X² = 1.7547; p = 0.4159), sugiriendo que las percepciones fueron similares independientemente del contexto.

Respecto a la estructura etaria, predominan docentes de 31-45 años (55,04%); seguidas por 46-60 años (23,51%); y, 18-30 años (19,78%), con solo 1,60% en el grupo de 61 años y más (ver Tabla 3), reflejando una estructura laboral madura con baja representación en extremos, probablemente por barreras de entrada y jubilaciones anticipadas.

Posterior a esto, se analizó el nivel de afectación familiar por nivel educativo a través de RStudio: La Figura I, muestra cómo las maestras percibieron el impacto en su entorno familiar durante la pandemia. En jardines de niños, “Poco” predomina (57,8%); seguido de “Mucho” (30,8%); y, “Nada” (11,4%), indicando que la mayoría reportó afectación moderada.

Fuente: Elaboración propia, 2025.

Figura I: Distribución de afectación familiar por nivel educativo

En primaria se observa en la Figura I, un patrón similar: “Poco” (53,6%); “Mucho” (30,0%); y, “Nada” (16,5%), con ligero aumento en esta última categoría comparado con preescolar, sugiriendo una afectación manejable, aunque significativa. En secundaria predomina “Poco” (56,0%); seguido de “Mucho” (36,0%); mientras “Nada” (8,0%), es notablemente menor que en otros niveles, evidenciando mayor afectación, posiblemente por las complejidades inherentes a la enseñanza adolescente virtual.

El 62,65% de las encuestadas estaban casadas o en unión libre (ver Tabla 3), compartiendo espacio doméstico con parejas durante el confinamiento, dato que orientó la exploración sobre organización doméstica (ver Figura II) en la Fase 2, considerando que, según Wagon (2021), la emergencia sanitaria no afectó neutralmente a los individuos.

Fuente: Elaboración propia, 2025.

Figura II: Modelo jerárquico de códigos

3.2. Análisis cualitativo de las entrevistas

El análisis con MAXQDA mediante MaxMaps mostró concurrencia entre “organización de los cuidados” y “reforzamiento de roles familiares tradicionales”. Según Ramacciotti (2020), “cuidar denota un componente multidimensional, dinámico y complejo” (p. 4) que requiere acciones y esfuerzos biológicos, emocionales, intelectuales y culturales. Los cuidados son fundamentales para el desarrollo social y presentan brechas de género poco reconocidas, con distribución desigual que la pandemia visibilizó.

Según la Organización de las Naciones Unidas y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (ONU y CEPAL, 2020), las mujeres latinoamericanas dedican entre 22 y 42 horas semanales a tareas de cuidado no remunerado, triplicando el tiempo que dedican los hombres. Al respecto, se evidencia lo manifestado por una de las docentes entrevistadas:

Para mí lo más difícil fue organizar el espacio con mis tres hijos, o sea ¿dónde iban a estudiar y tomar clases cada uno?, ¿!dónde iba a dar clases yo a mis alumnos!!? Mi esposo era gerente en una maquila por lo que él nunca dejó de presentarse... así que él se iba todo el día y regresaba hasta noche. La casa la organicé yo sola... me gustó mucho estar con mis hijos y al pendiente, pero en ocasiones se peleaban entre ellos por la computadora o el celular y me interrumpían mis clases y actividades de consejos técnicos. Lo más difícil fue cuando mi suegra se enfermó de COVID, y tuvo secuelas, así que nos la trajimos a la casa a cuidarla, tuvimos que reacomodar la casa de nuevo. (Docente 1MPUS, comunicación personal, 14 de agosto de 2023)

Este testimonio muestra cómo la docente reconfiguró el espacio doméstico para cumplir con expectativas sociales como madre, maestra y nuera, evidenciando el aumento de cuidados concentrados en espacio, tiempo y responsabilidad. Wagon (2021), señala: “Todas [las] tareas que se desempeñaban en lugares físicos externos al ámbito familiar, se han reubicado y llevado adelante en el espacio privado del hogar” (p. 168).

Respecto a las preguntas: ¿Cómo organizó su espacio laboral durante el periodo de contingencia para llevar a cabo su función docente?; y ¿Cómo organizó con su familia las actividades laborales?, se solicitó a las docentes plasmaran en una hoja en blanco el orden físico de su espacio laboral, lo que incentivó su memoria para recordar detalles de los acontecimientos, utilizando para su análisis la aplicación de la técnica de cartografía social feminista:

Mi esposo, mi hijo y yo vivíamos con mis suegros, y yo tenía todo mi mundo en nuestra habitación, solo íbamos a la cocina a los alimentos. La tele la colocamos frente a la cama y el escritorio lo reacomodé de tal manera que no se vieran ni mi esposo ni mi hijo acostados o ahí en piyamas (ríe), ya ves que eso pasó mucho que se veía gente en ropa interior pasando (ríe). Puse el escritorio mirando hacia el frente de nuestra cama y en mi espalda quedaba la ventana la cual cubrí con una tela verde para crear entornos virtuales para mis alumnos, yo grababa videos principalmente en la noche mientras mi esposo y mi hijo dormían y así no había ruido ambiental. Mientras yo grababa en la noche los veía ahí dormidos y eso me daba no sé... como una sensación de tranquilidad, aunque a la mañana siguiente me sentía muy agotada por el desvelo. (Docente 4MSUN, comunicación personal, 30 de septiembre de 2023)

Según Barbosa et al. (2023), el ambiente doméstico durante el aislamiento enfrentó una dinámica inusitada, debiendo responder a requerimientos funcional-laborales, de cuidado y recreación para los que no estaba diseñado. El caso de la maestra 4MSUN añade la complejidad de compartir hogar con familia extendida, restringiendo notablemente su uso de espacios: “Yo tenía todo mi mundo en mi habitación”, expone en su testimonio.

Respecto a acontecimientos emocionales intensos durante la contingencia, se obtuvieron testimonios significativos:

Un día mi hijo de tres años no quería hacer la tarea y agarraba el lápiz todo chueco y yo bien desesperada porque... ¿¿¿¡¡¡cómo era posible que no pudiera motivar a mi hijo de tres años a agarrar bien el lápiz??!! ¡No sabía agarrar bien el lápiz... y es hijo de maestra!, así que le di un manotazo y empezó a llorar desconsoladamente y yo con él (llora). Tuve que decirle a mi directora que me disculpara, pero ocupaba desconectarme del trabajo y es fecha que a mi esposo no le he podido contar lo que pasó. (Docente 4MSUN, comunicación personal, 14 de octubre de 2023)

Wagon (2021), señala que en el ámbito doméstico las tareas de cuidados se multiplicaron, sobrecargando a las mujeres, quienes tradicionalmente asumen el rol de cuidadoras dentro y fuera del hogar. Este testimonio muestra cómo la docente asume que este rol le corresponde exclusivamente, explicando por qué no compartió lo ocurrido con su esposo.

Falú (2020), subraya la persistencia de estructuras patriarcales donde el varón es proveedor y la mujer responsable del hogar y reproducción, generando sobredemanda para las mujeres durante la crisis sanitaria, especialmente cuando ellas también trabajan.

Lo más fuerte para mí fue lo que vivimos con mi suegro y mi suegra, yo no me había dado cuenta de que mi suegro maltrataba muy feo a mi suegra. Vivíamos ahí mi esposo y yo desde que nos juntamos, pero como siempre llegábamos tarde y solo a cenar y luego encerrarnos a ver la televisión pues no sabíamos el infierno que mi suegra vivía, pero pues él poco a poco fue sacando su verdadero yo, una persona muy violenta y además tenía otra familia y su coraje es que por la contingencia no podía salir a verla. (Docente 10MPUN, comunicación personal, 30 de septiembre de 2023)

Drazer (2021), manifiesta que en una entrevista realizada a Rita Segato esta explica que el estrés, ansiedad y frustración generados por el confinamiento y la imposibilidad de los hombres de ejercer su rol de proveedor o mantener su vida pública aumenta las reacciones violentas. Segato (2003), define la estructura de violencia como tensión entre el sistema de estatus (orden moral) y el sistema de contrato (ley), siendo en el primero donde se asienta la exacción del poder femenino, estableciendo sumisión y domesticidad para el dominio masculino.

El testimonio sobre “el suegro sacando su verdadero yo” o su “coraje por no poder ver a la otra familia”, refleja lo que Segato identifica como incapacidad masculina para lidiar con la frustración, a diferencia de las mujeres, culturalmente más adaptables a circunstancias nuevas y complejas.

Las narrativas obtenidas mediante entrevistas y cartografía social feminista evidencian cómo la habilitación de hogares como espacios educativos, sumada a la intensificación de tareas de cuidado, generó sobrecarga para las maestras. Estas tuvieron que reconfigurar espacios domésticos para cumplir simultáneamente roles de madres, docentes y cuidadoras, confirmando lo expuesto por Arza (2020), sobre el impacto inédito de la pandemia en la organización de cuidados.

Considerando que los desafíos sociosanitarios, medioambientales y contextos de crisis podrían ser constantes en el siglo XXI, como sugieren Davis (2006; 2020); y, Comisión Económica para América Latina y el Caribe y Organización de las Naciones Unidas para la Cultura, la Ciencia y la Educación (CEPAL y UNESCO, 2020), resulta imperativo desarrollar estrategias que aminoren sus efectos diferenciados y contemplen particularidades de grupos vulnerables, especialmente mujeres que sostienen sistemas educativos desde posiciones frecuentemente invisibilizadas.

Conclusiones

Esta investigación contribuye significativamente a los estudios sobre mujeres en el magisterio, campo identificado como escasamente explorado. El estudio documenta y analiza la experiencia de maestras tamaulipecas durante la crisis sanitaria, posicionándolas como figuras centrales del proceso educativo en un momento histórico sin precedentes.

Los resultados confirman que la pandemia actuó como catalizador que visibilizó y agudizó desigualdades estructurales preexistentes. No existieron diferencias estadísticamente significativas entre afectaciones en entornos rurales y urbanos (X² = 1.7547, p = 0.4159), sugiriendo problemáticas generalizadas en todo el territorio estatal. Sin embargo, se identificaron variaciones según nivel educativo, con maestras de secundaria reportando mayor intensidad en afectaciones, probablemente por las complejidades de la enseñanza adolescente virtual.

Las narrativas obtenidas mediante entrevistas y cartografía social evidenciaron cómo la habilitación de hogares como espacios educativos, sumada a la intensificación de tareas de cuidado, generó sobrecarga para las maestras, las cuales se vieron en la necesidad de reconfigurar los espacios domésticos con la finalidad de cumplir simultáneamente roles de madres, docentes y cuidadoras.

Particularmente revelador fue el hallazgo sobre el reforzamiento de roles tradicionales de género durante el confinamiento, donde las maestras asumieron casi exclusivamente la reorganización doméstica y tareas de cuidado, incluso compartiendo hogar con parejas. Los testimonios exponen situaciones de alta tensión emocional derivadas de esta sobrecarga, así como casos de violencia intrafamiliar emergentes o intensificados durante el aislamiento.

La metodología implementada permitió documentar estos procesos no como hechos aislados, sino como fenómeno sistémico y contextualizado que afectó particularmente a mujeres docentes. Los hallazgos subrayan la urgencia de desarrollar políticas educativas que incorporen la dimensión de cuidados y bienestar socioemocional como componentes centrales, especialmente en situaciones de crisis.

Esta investigación constituye un aporte metodológico y conceptual para comprender factores de riesgo en grupos específicos, proporcionando datos empíricos para diseñar intervenciones anticipatorias ante futuras situaciones excepcionales. Por lo tanto, observando los distintos desafíos a los cuales se enfrentan las docentes en el contexto educativo y en su vida personal, resulta imperioso desarrollar estrategias que logren minorizar tales efectos y se examinen particularidades de grupos vulnerables, especialmente mujeres que sostienen sistemas educativos desde posiciones frecuentemente invisibilizadas.

Referencias bibliográficas

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