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INTRODUCCIÓN
El consumo de sustancias psicoactivas y sus
consecuencias, se ha convertido en un tema de
preocupación y debate por varias ciencias de la sa-
lud, entre ellas se destaca en el ámbito de la salud
mental, que busca mejorar la calidad de vida no
solo de aquellas personas que por cualquier índo-
le, han llegado a ser drogodependientes, sino, tam-
bién de sus familias (De Freitas Melo et al., 2019)
que se encuentran afectadas por el impacto que
produce la adicción en cada uno de sus miembros,
pudiendo desarrollar una patología especíca de-
nominada codependencia, maniesto por vínculos
disfuncionales, siendo un aspecto poco conocido
socialmente pero que genera graves consecuen-
cias en la esfera biopsicosocial (Zielinski, M. 2019;
Biscarra, A., & Fernández, A. 2010)
Histórica y tradicionalmente las familias han te-
nido un rol secundario en el manejo de adicciones,
en donde se pone el eje de atención a las personas
que, tienen problema de adicción. Sin embargo,
las familias son un factor signicativo en el proce-
so de la rehabilitación ya que, estas se encuentran
involucradas en el seguimiento post tratamiento
(Angeles, 2018).
El término codependencia nace a partir de las
actividades propuestas por alcohólicos anónimos,
en donde se pudo apreciar que las parejas de las
personas que tenían problemas con el alcohol te-
nían ciertos factores en común, los cuales, se iban
presentando conforme transitaban por la enferme-
dad del alcoholismo por lo que se los denomino
como “Co- alcoholicos” (Patsi & Requena, 2020)
A partir de ello, este término se ha ido aplicando
no solo para las parejas o los hijos, sino hacia las
familias, que presentan las mismas disfunciones y
dicultades sin necesidad, de que haya una perso-
na con problemas de adicciones dentro del núcleo
familiar. La familia puede estar reforzado comporta-
mientos por la focalización en el otro, con conductas
de juzgamiento y/o sometimiento, auto negligencia,
afán de protagonismo y reconocimiento (Moral Ji-
ménez & Sirvent Ruiz, 2010). En la actualidad la co-
dependencia no forma parte de las patologías pro-
puestas por el DSM. Sin embargo, es considerada
como un padecimiento (Dos Santos, 2018).
Vale la pena mencionar que el codependiente,
en muchas ocasiones suele olvidarse de sí mismo,
para concentrarse en los problemas de otro, ya
sea su pareja, un familiar, un amigo, etc. Es decir,
tienden a negar la existencia de un problema re-
chazando aquellos aspectos de la realidad, que se
le consideran como desagradables y que afectan
su estabilidad emocional y el desarrollo pleno de
su autonomía, direccionando su atención a la pro-
blemática del otro (Yanza, R., Carrizo, E., Campo-
verde, 2019). De esta manera el codependiente, al
preocuparse por el otro olvida sus propias necesi-
dades y cuando la otra persona no responde como
él espera éste se frustra y se deprime (Anaya &
Fajardo, 2018).
El codependiente brinda de manera constante
ayuda buscando generar en el otro la necesidad de
su presencia y al sentirse necesitado cree que de
este modo nunca lo van a abandonar. Esta condi-
ción es grave, ya que, al no sentirse correspondido
puede hacerse daño a sí mismo e incluso a la per-
sona. Es común, que en una relación el codepen-
diente no pueda poner límites y sencillamente todo
lo perdone, a pesar que la otra persona llegue a
herirlo de manera deliberada, esto es simplemente,
porque el codependiente confunde la obsesión y la
adicción que siente por el otro con amor (Alvarado
& Frías, 2018)
La codependencia consiste en estar total o casi
totalmente centrados en una persona, en un lugar
o en una actividad, se caracteriza por una nega-
ción inconsistente de las emociones, generalmente
se origina en la niñez dentro de un ambiente fami-
liar o grupal, conictivo, en donde el sujeto adapta
las condiciones de vida para poder protegerse del
daño provocado por parte de algún familiar (Fontes,
Pizano, y Lúa, 2020).
La codependencia, también puede ser un con-
junto de conductas inadaptadas, compulsión, baja
tolerancia a la frustración y la crítica llegando en
algunos momentos a justicar y permitir conduc-
tas irracionales (Ayelén et al., 2013;Biscarra et al.,
2013), a n de sobrevivir en un ambiente, que ex-
perimenta una gran tensión y una pena emocional
causada, como es el caso del alcoholismo u otra
adicción de un miembro de la familia, abuso sexual
o una enfermedad crónica de un familiar o fuerzas
externas a la familia como la pobreza. También
existen cuadros de codependencia en situaciones
no externas (López & López, 2020).
Algunos síntomas de la codependencia son con-
ducta controlada, desconanza, perfeccionismo,
evitar hablar de los sentimientos, problemas de
intimidad, comportamiento protector, hiper-vigilan-
cia y malestar físico debido al estrés. A menudo,
la codependencia va acompañada por depresión,
ya que, el codependiente sucumbe ante los sen-