ISSN 2244-7334 / Depósito legal pp201102ZU3769 Vol. 13 N° 1 • Enero - Junio 2023: 91 - 100
Prevalence of malnutrition at the time of admission to the internal medicine service.
1Escuela de Nutrición y Dietética. Universidad del Zulia,
2Docente Titular de la Escuela de Nutrición y Dietética, Coordinadora Académica de la Especialidad en Nutrición Clínica, Coordinadora del Programa de Educación Continua de la División de Estudios para Graduados de la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia, Venezuela
ORCID: http://orcid.org/0000-0001-8780-4332 http://orcid.org/0000-0003-1653-6566 https:// orcid.org/0000-0002-7224-8326.
RESUMEN
La desnutrición hospitalaria es un problema de salud pública, determinada por factores socioe- conómicos y políticos, la patología asociada, los procesos digestivos alterados y los factores am- bientales incluyendo los patrones alimentarios. El presente trabajo de investigación observacional, descriptivo, transversal, tuvo como objetivo deter- minar la prevalencia de desnutrición al momento de admisión al Servicio de Medicina Interna, se reali- zó con 262 sujetos (164 hombres y 98 mujeres) a quienes se les aplicó la valoración Global subjetiva en las primeras 24-48 horas de la hospitalización, encontrándose 170 pacientes desnutridos (65%)
distribuidos: 94 (36%) desnutrición moderada y 76 (29%) desnutrición severa; En cuanto al género masculino: desnutrición moderada (38%) y desnu- trición grave (26%); y en el género femenino desnu- trición moderada (32%) y desnutrición grave (34%). La desnutrición moderada predominó en el grupo de 50 – 64 años (48%); mientras que la desnutri- ción severa tuvo la mayor frecuencia en el grupo de 65-80 años (52%) (p<0,018). La patología más frecuente= neumonía con 106 casos (41%) y mayor prevalencia en mujeres (52%), el resto de las pato- logías en los hombres predominando el HIV (33%) (p<0,000).Se concluye, que la prevalencia de des- nutrición en esta población es alta, con predominio de la severidad en los adultos mayores.
Hospital malnutrition is a public health problem, determined by socioeconomic and political factors, associated pathology, altered digestive processes and environmental factors including eating patter- ns. The objective of this observational, descriptive, cross-sectional research work was to determine the prevalence of malnutrition at the time of admission to the Internal Medicine Service, it was carried out with 262 subjects (164 men and 98 women) to whom the Subjective Global assessment was applied. in the first 24-48 hours of hospitalization, finding 170 malnourished patients (65%) distributed: 94 (36%) moderate malnutrition and 76 (29%) severe malnu- trition; As for the male gender: moderate malnutri- tion (38%) and severe malnutrition (26%); and in the female gender moderate malnutrition (32%) and severe malnutrition (34%). Moderate malnutrition prevailed in the group of 50-64 years (48%); while severe malnutrition had the highest frequency in the group of 65-80 years (52%) (p<0.018). The most frequent pathology = pneumonia with 106 cases (41%) and a higher prevalence in women (52%), the rest of the pathologies in men, predominantly HIV (33%) (p<0.000). It is concluded that the preva- lence of malnutrition in this population is high, with a predominance of severity in older adults.
ción, valoración global subjetiva, neumonía, grupos
de edad, sexo , hospital
Prevalence of malnutrition at the time of admis- sion to the internal medicine service.
La desnutrición del paciente hospitalizado se ha definido como un estado de enfermedad secunda- rio a una deficiencia relativa o absoluta de calorías y nutrientes que se manifiesta clínicamente, es de- tectado a través de diferentes indicadores clínicos, bioquímicos, dietéticos y antropométricos (Burgos, 2013; Xu & Vincent, 2020) y se basa en los efec- tos deletéreos que ocurren en los órganos y tejidos en todos los sistemas, tanto a nivel gastrointesti- nal, endocrino-metabólico, inmune, renal y cardio- rrespiratorio, que trae consigo un desequilibrio que puede traer consecuencias adversas al organismo favoreciendo una mayor morbilidad (García de Lo- renzo, Álvarez, Planas, Burgos & Araujo, 2011), por lo que es necesario identificarla para minimi- zar sus efectos sobre el paciente, principalmente las complicaciones ya que aumentan la estancia hospitalaria y la mortalidad. (Waitzberg, Ravacci & Raslan, 2011; Pérez-Flores et al, 2016).
Todo paciente debe ser evaluado a su ingreso al hospital para determinar su riesgo y/o estado nu- tricional (Villamayor et al, 2006). En esta sentido, Detsky et al en 1987 publicaron la Valoraciòn Glo- bal subjetiva (VGS), La VGS es un método clínico de valoración del riesgo y estado nutricional, reco- mendado por la Sociedad Americana de Nutrición Enteral y Parenteral (ASPEN) que tiene como ob- jetivo identificar pacientes con riesgo y signos de desnutrición, presenta una sensibilidad del 96-98% y una especificidad del 82-83% (Ravasco, Ander- son & Mardones, 2010). Es una prueba simple, váli- da, no invasiva, aplicable a todo tipo de pacientes y situaciones clínicas. Se considera como “gold stan- dard” para validar nuevos métodos de valoración nutricional (Peralta, 2015).
La VGS es un método de valoración nutricional de un paciente a través de la evaluación clínica que incluye 5 antecedentes: pérdida reciente de peso, cambios en la ingesta de alimentos, presencia de síntomas gastrointestinales, capacidad funcional, demandas metabólicas de la enfermedad subya- cente y cuatro características del examen físico (grasa subcutánea, desgaste muscular, edema y ascitis); clasifica al paciente en tres grupos: (A) bien nutrido, (B) con desnutrición moderada o ries- go de desnutrición y (C) con desnutrición severa (Detsky et al., 1989).
En cuanto a su aplicación, en 1995, a través del IBANUTRI ( (Inquérito Brasileiro de Avaliacao Nu- tricional Hospitalaria), se evaluaron en Brasil 4.000 pacientes hospitalizados utilizando este método,
la prevalencia de desnutrición encontrada fue de 48,1%; de los cuales 12,5% eran desnutridos gra- ves (Waitzberg, Caiaffa & Correia, 2001). Asimis- mo, En el Estudio Latinoamericano de Desnutrición (ELAN) que involucró a 13 países con un total de 9346 pacientes, al aplicar la VGS se encontrò un 50,2% de desnutrición, de los cuales 39% eran des- nutridos moderados y 11,2% desnutridos graves (Correia et al, 2003).
Por otra parte, en cuanto a su aplicación según las patologías, (Fernández-López et al, 2013) estu- diaron 997 pacientes oncológicos con un rango de edad de 20-90 años encontraron una prevalencia de desnutrición con la valoración global subjetiva del 72,9% (29,9% desnutrición moderada y 43% desnutrición severa), de los cuales 69% de los pa- cientes habían perdido más de un 5% de su peso habitual en los 3 meses previos, siendo esto más frecuente entre los portadores de tumores digesti- vos. El 81,2% de los pacientes tenían dificultades para alimentarse (53,3%).Mientras que Oreggioni et al (2013) estudiaron 81 pacientes mayores de 18 años, de ambos sexos con diagnóstico de cán- cer de cabeza y cuello en el periodo 2014 – 2015, reportaron desnutrición de los cuales 32,1% eran moderada y severas respectivamente, con predo- minio del sexo masculino, de edades avanzadas, en estadios III/IV de la neoplasia.
En la presente investigación se seleccionaron patologías tales como: neumonía, el virus de la de- ficiencia humana (HIV), hemorragia digestiva su- perior, cáncer y hepatopatías. La neumonía es una enfermedad infecciosa que inflama los alvéolos pulmonares; entre los patógenos causantes tene- mos: las bacterias, los virus y los hongos. Es una enfermedad aguda y potencialmente grave con el rápido desarrollo de una serie de síntomas y com- plicaciones, por lo que representa una causa impor- tante de morbilidad y mortalidad, especialmente en personas mayores con enfermedades crónicas, por lo que la desnutrición juega un papel fundamental (Yeo et al., 2019).
La segunda nosología más frecuente inclu- yó las personas con VIH ya que su estado nutri- cional es un factor pronóstico importante para el progreso de la enfermedad, la supervivencia y los niveles de funcionamiento en el curso de la enfer- medad. La infección por el VIH provoca un aumento de la necesidad de nutrientes pero, al mismo tiem- po, exacerba la reducción de la ingesta de alimen- tos lo que conduce a la desnutrición (Hamzeh, Pas- da, Darbandi, Parsa & Reza, 2017).
En cuanto a la hemorragia digestiva, se define como la extravasación de sangre a cualquier ni- vel del aparato digestivo, que alcanza la luz esó- fago-gástrica, intestinal o colónica, aparece como complicación de múltiples enfermedades digestivas y sistémicas, el paciente puede ser sometido a pe- ríodos de ayuno prolongados lo cual repercute en el estado nutricional (Páez, 2006)
Entre las hepatopatías, la cirrosis representa la fase final de cualquier enfermedad crónica del híga- do, que resulta en la destrucción de la arquitectura normal de hígado. . La malnutrición es uno de los factores pronóstico más importantes en la cirrosis hepática. La desnutrición relacionada con la enfer- medad se asocia con un incremento sustancial de complicaciones, peor calidad de vida e incremento de la estancia hospitalaria (European Association for the Study of the Liver, 2019).
Finalmente en el paciente oncológico, la des- nutrición puede originarse como consecuencia de disminución del aporte de energía y de nutrientes, hipermetabolismo asociado a las infecciones, la anorexia, la depresión, la terapia citotóxica). Estos sujetos presentan desnutrición tanto al inicio de la enfermedad (15 % - 20 %) como en los estadios avanzados (80 % - 90 %) (Valenzuela-Landaeta, Rojas & Basfiferk, 2012).
En otro orden de ideas, es importante considerar los aspectos extrínsecos de la nutrición, ya que el proceso de alimentación es muy complejo e incluye aspectos psico-sociales y económicos que garanti- cen su efectividad. Es significativo considerar que Venezuela vive la crisis económica más severa que haya enfrentado país latinoamericano alguno en la historia moderna; el cual ha afectado directamente el estado nutricional de la población (Sánchez Urri- barrí, 2016). En este sentido, La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida de la Población Venezola- na (Landaeta-Jiménez, Herrera Cuenca, Vásquez & Ramírez, 2015) evaluó las siguientes dimensio- nes: características de los hogares, pobreza, ali- mentación y nutrición, salud y otros.
En cuanto a la alimentación, indican que hay un importante desabastecimiento y encarecimien- to de alimentos, debido a la hiperinflación y la pér- dida del poder adquisitivo con una tendencia a la mono dieta. La dieta tradicional ha perdido calidad y cantidad, ya que se redujo el aporte de proteínas de alto valor biológico y aumentó el porcentaje de carbohidratos, bajo en fuentes de hierro, zinc, vita- mina A, complejo B y otros micronutrientes (Lan-
daeta-Jiménez, Sifontes & Herrera Cuenca, 2018). Esto asociado a la desmejora de los servicios de nutrición de los hospitales públicos que para el año 2017, 64% de los servicios de nutrición se encon- traban inoperativos y sólo 13% contaba con el ser- vicio adecuado (Tejeda Diaz, 2017).
De acuerdo con lo anteriormente planteado la presente investigación tiene como objetivo determi- nar la prevalencia de desnutrición en pacientes al momento de su admisión al servicio de Medicina interna con la finalidad de obtener información para el diseño de estrategias dietéticas dentro de la tera- péutica de estos pacientes.
La presente investigación fue descriptiva, obser- vacional y de diseño transversal, se llevó a cabo en el Servicio de Medicina Interna del Hospital Uni- versitario de Maracaibo en el periodo Marzo a Di- ciembre de 2018 donde se realizó la evaluación del estado nutricional mediante el método de la Valora- ción global subjetiva (VGS) a los pacientes adultos en las primeras 24 horas posterior al ingreso al ser- vicio de hospitalización. Todos los procedimientos de investigación se realizaron de acuerdo con la Declaración de Helsinki
Se consideraron como criterios de inclusión: a) Pacientes de ambos géneros entre 18-80 años de edad. b) Pacientes ingresados al Servicio de Medi- cina Interna del Hospital Universitario de Maracaibo
c) Que firmaran el consentimiento informado.
Para la recolección de los datos, se utilizó la his- toria Clínica y el Formulario de la Valoración global subjetiva de Detsky et al (1989). Este formulario está estructurado de la siguiente manera: edad, sexo, diagnóstico de ingreso, pérdida de peso, cambios en la ingesta oral, síntomas gastrointes- tinales y capacidad funcional. También incluyó una exploración física en la que se examinó la pérdida de masa muscular y de masa grasa, edema maleo- lar y sacro y ascitis.
Para realizar el diagnóstico nutricional se consi- deró que aquel paciente que presentó pérdida de peso y de masa muscular pero recibió una ingesta adecuada o se encontraba recuperando su peso, se clasificó como A = Bien nutrido. Un paciente con
perdida moderada de peso de patrón continuo, disminución persistente de su ingesta, incapaci- dad funcional progresiva y con una enfermedad de estrés moderado, se clasificó como B = Desnutri- ción moderada. Un paciente con perdida severa de peso, ingesta disminuida, incapacidad funcional progresiva y pérdida de masa muscular, se clasificó como C = Desnutrición severa independientemente de su proceso patológico.
Para el análisis estadístico se utilizó el progra- ma estadístico SPSS versión 20.0 para Windows, las variables cualitativas se expresaron en forma de frecuencias absolutas y/o relativas y se presen- taron en forma de tablas. Para contrastar la nor- malidad de la distribución de las variables se utili- zó el test de Kolmogorov-Smirnov. Variables como el sexo y la edad se emplearon como factores de agrupación. Para la asociación de las variables de las patologías y el estado nutricional o la edad se utilizó Chi cuadrado de Pearson. Las diferencias se consideraron significativas al nivel de p< 0,05.
Se aplicó la VGS a 262 sujetos quienes acepta- ron participar en el estudio. En la tabla 1 se repre- senta las características de los sujetos de acuerdo a la edad y el género: 164 hombres y 98 mujeres evaluados, se observa que la mayor frecuencia en los hombres fue en el grupo de 18 a 34 años de edad, mientras que en las mujeres fue en el grupo de 50 a 64 años. En el género masculino se encon- tró una mayor heterogeneidad en cuanto a la edad (p<0,007). Con respecto a las patologías distribui- das según el género (Tabla 2) se observa que la patología más frecuente fue la neumonía con 106 casos (41%), con mayor prevalencia en el género femenino (52%) mientras que en los hombres la mayor prevalencia fue de HIV (33%); igualmente que con excepción de las neumonías, la demás pa- tologías tuvieron un mayor predominio en los hom- bres, (p<0,000) (Tabla 2).
La tabla 3, muestra el estado nutricional determi- nado por la VGS un total de 170 pacientes desnutri- dos (65%), de los cuales 94 (36%) presentó desnu- trición moderada y 76 pacientes (29%) desnutrición severa., al ser distribuidos por género, el 38% del género masculino presentó desnutrición moderada y el 26% desnutrición grave; mientras que en las mujeres fue 32% y 34% respectivamente.
Con respecto al estado nutricional determinado por la VGS de acuerdo a los grupos de edad (Tabla
4) se mantiene la tendencia de 36% malnutrición moderada y 29% desnutrición grave para el grupo estudiado. Al analizar por grupos de edad, la pre- valencia de la desnutrición moderada fue mayor en el grupo de 50 – 54 años (48%); mientras que la desnutrición severa tuvo la mayor prevalencia en el grupo de 65-80 años (52%), con una distribución de la severidad en proporción directa con la edad (Tabla 4).
La tabla 5, representa la asociación entre las patologías, los grupos de edad y el género, se ob- serva que predominó el grupo de 18-34 años, las patologías màs frecuentes en los hombres fue el HIV y en las mujeres la neumonía, manteniéndose la tendencia hasta llegar al grupo de 65-80 años, donde el mayor predominio fueron las neumonías, no se reportaron HIV, hepatopatías ni patologías oncológicas. La hemorragia digestiva superior fue más frecuente en el grupo de 50-64 años y las he- patopatías u oncología en el grupo de 18-34 años. En el grupo de edad la mayor diferencia ocurrió en el grupo de 18-34 años de edad (P=0,001) que incluyó el mayor número de hombres, y se reflejó porcentualmente en una mayor frecuencia de HIV; situación diferente se observa en el grupo de 50-64 años de edad (P=0,021) donde la mayor frecuencia fue de mujeres con neumonía pero no se reporta- ron patologías oncológicas.
La tabla 6, señala la asociación entre el estado nutricional con el género y los grupos de edad. Se observa que en el grupo bien nutrido predominó en el género masculino (52%) en el grupo de 18 – 34 años (adulto joven), mientras que en las mujeres la mayor frecuencia de bien nutridas se encontró en el grupo de 50-64 años de edad; en ambos géne- ros la prevalencia de bien nutridos fue más baja en el grupo de 65-80 años (5 y 3% respectivamente) (p<0,003). En la misma tabla 5, se observa que el grupo de malnutrición moderada predominó en el género masculino (38%) mientras que en las mu- jeres comprendió desde los 35-64 años, en ambos géneros. La prevalencia de malnutrición moderada fue más baja en el grupo de 65-80 años (8 y 16% respectivamente). Finalmente la desnutrición grave predominó en el grupo de 18-34 años de edad en ambos géneros (40% y 32% respectivamente).
Al analizar la tabla 6, se observa la asociación entre el estado nutricional, las patologías y el gé- nero, con respecto al total de sujetos estudiados, la patología más frecuente fue la neumonía, en cuan-
to al predominio según los géneros, en el masculino predominó el HIV y en el femenino la neumonía. En el resto de las patologías la oncológica, fue casi en un 97% predominio en los hombres, seguidas de las hepatopatías; mientras que la hemorragia di- gestiva superior tuvo una frecuencia homogénea, con excepción del grupo desnutrido grave donde predominó el género masculino.
Por otra parte en la misma tabla 6, se observa que en la escala bien nutrido, para el género mas-
culino la patología más frecuente fue el HIV (37%), seguida de la neumonía (22%), mientras que en el género femenino la patología más frecuente fue la neumonía (57%), seguido de la hemorragia diges- tiva superior. En la escala de malnutrición modera- da en ambos géneros fue la neumonía la patología más prevalente. En la desnutrición grave en el gé- nero masculino las más frecuentes fueron la neu- monía y el HIV y en las mujeres la neumonía y no se observaron casos de hepatopatías en la escala desnutrición grave.
Género | |||||
Grupos de edad | Total | Masculino | Femenino | P<0,05 | |
18-34 | 98 (37) | 72 (44) | 26 (26) | ||
35-49 | 71 (27) | 45 (28) | 25 (26) | 0,007 | |
50-64 | 60 (23) | 30 (18) | 30 (31) | ||
65-80 | 33 (13) | 16 (10) | 17 (17) | ||
Total | 262 (100) | 164 (100) | 98(100) |
Fuente: Andersón et al (2022)
Los valores se expresan: n (%) Se considera significativo cuando es p˂0,05. p: determinado
por Prueba de Chi cuadrado de <Pearson.
Género | |||||
Patologìas | Total | Masculino | Femenino | P<0,05 | |
Neumonia | 106 (41) | 46 (28) | 60 (52) | ||
HIV | 66 (25) | 54 (33) | 12 (12) | 0,000 | |
Hemorragia digestiva superior | 43 (16) | 28 (17) | 15 (15) | ||
Hepatopatías | 26 (10) | 19 (12) | 7 (7) | ||
Oncología | 21 (8) | 17 (10) | 4 (4) | ||
Total | 262 (100) | 164 (100) | 98(100) |
Fuente: Andersón et al (2022)
Datos expresados como n (%).Se considera significativo: p˂0,05. Prueba de chi cuadrado de <Pearson
VGS | Sexo | ||||
Estado nutricional | Total | Masculino | Femenino | P<0,05 | |
Bien nutrido | 92 (35) | 59 (36) | 33 (34) | ||
Malnutrición moderada o riesgo de malnutrición | 94 (36) | 63 (38) | 31 (32) | 0,259 | |
Desnutrición grave | 76 (29) | 42 (26) | 34 (34) | ||
Total | 262 (100) | 164 (100) | 98(100) |
Fuente: Andersón et al (2022)
Los valores se representan= n (%) Se considera significativo cuando es p˂0,05.
p: determinado por chi cuadrado
Grupos de edad (años)
VGS | Total | 18-34 | 35-49 | 50-64 | 65-80 | P<0,05 |
(n=262) | (n=98) | (n=71) | (n=60) | (n=33) | ||
Bien nutrido | 92 (35) | 40(41) | 28(39) | 18(30) | 6(18) | |
desnutrición moderada | 94 (36) | 30(32) | 25(26) | 29(31) | 10(11) | 0,018 |
Desnutrición grave | 76(20) | 28(30) | 18(26) | 13(22) | 17(52) | |
Total | 262 (100) | 98(100) | 71(100) | 60 (100) | 33(100) |
Fuente: Andersón et al (2022)
Datos expresados como n (%).Se considera significativo: p˂0,05. Prueba de chi cuadrado de <Pearson
Grupos de edad
18-34 | 35-49 | 50-64 | 65-80 |
(n=98) | (n=71) | (n=60) | (n=33) |
Patolo- gias | Total (n=262) | P<0,05 | M | F | P<0,05 | M | F | P<0,05 | M | F | P<0,05 | M | F | P<0,05 |
(n=72) | (n=26) | (n=46) | (n=25) | (n=30) | (n=30) | (n=16) | (n=17) | |||||||
Neumo- | 106 (40) | 0,000c,d | 16(22) | 16(62) | 0,001d | 16(35) | 13(52) | 0,496 | 7(24) a | 17(56) | 0,021 d | 7(44) a | 14(82) | 0,061 |
nía | a | b | a | b | d | b | b | d | ||||||
HIV | 66 (25) | 35(49) a | 2(8) b | 14(31) a | 8(32) b | 4(13) a | 2(7) b | 1(6) a | 0(0) | |||||
Hemo- rragia digestiva superior | 43(16) | 4(6) a | 1(4),b | 7(15) a | 2(8) b | 9(30) a | 9(30) b | 8(50) a | 3(18)b | |||||
Hepato- patías | 26(8) | 9(12) a | 4(15) b | 6(13) a | 1(4) b | 4(13) a | 2(7) b | 0(0) | 0(0) | |||||
Oncolo- gía | 21(8) | 8(11) a | 3(11) b | 3(6) a | 1(4) b | 6(20) a | 0(0) | 0(0) | 0(0) |
Fuente: Andersón et al (2022)
Datos expresados como n (%).M=Masculino. F= Femenino. Prueba Chi cuadrado de Pearson(X2) Se considera significativo: p˂0,05.
a=masculino (p=0,000) b=femenino (p=0,003) c=sexo d=edad
Bien nutrido (n=92) | Malnutrición moderada o riesgo de malnutrición | Desnutrición grave (n=76) | |||||
(n=94) | |||||||
Grupos de edad (años) | Total (n=262) | Masculino Femenino (n=59) (n=33) | P<0,05 | Masculino Femenino (n=63) (n=31) | P<0,05 | Mascu- Femeni- lino no (n=42) (n=34) | P<0,05 |
18-34 | 98 (37) | 31(52) 9(27) | 0,003a | 24(38) 6(20) | 0,242a | 17(40) 11(32) | 0,551a |
35-49 | 71 (27) | 20(33) 8(24) | 15(24) 10(32) | 11(26) 7(20) | |||
50-64 | 60 (23) | 6(10) 12(36) | 19(30) 10(32) | 5(12) 8(24) | |||
65-80 | 33 (13) | 2(5) 4 (3) | 5(8) 5(16) | 9(22) 8(24) |
Fuente: Andersón et al (2022)
Datos expresados como n (%).Se considera significativo: p˂0,05. Prueba de chi cuadrado de <Pearson a=asociación del estado nutricional,
sexo y edad
Estado nuricional Malnutrición modera-
Bien nutrido
(n=92)
da o riesgo de malnu-
trición (n=94)
Desnutrición grave
(n=76)
Patologias | Total | P<0,05 | Masculino | Femenino | P<0,05 | Masculino | Femenino | P<0,05 | Masculino | Femenino | P<0,05 |
(n=262) | (n=59) | (n=33) | (n=63) | (n=31) | (n=42) | (n=34) | |||||
Neumonía | 106 (40) | 0,000a | 13(22) | 19(57) | 0,000a | 20(31) | 18(59) | 0,090a | 13(31) | 23(67) | 0,007a |
HIV | 66 (25) | 22(37) | 1(3) | 19(30) | 5(16) | 13(31) | 6(18) | ||||
Hemorragia digestiva superior | 43(16) | 8(14) | 8(25) | 8(13) | 5(16) | 12(28) | 2(6) | ||||
Hepatopa- tías | 26(8) | 9(15) | 5(15) | 8(13) | 2(6) | 2(5) | 0(0) | ||||
Oncología | 21(8) | 7(12) | 0(0) | 8(13) | 1(3) | 2(5) | 3(9) |
Fuente: Andersón et al (2022)
Datos expresados como n (%). Prueba Chi cuadrado de Pearson(X2) Se considera significativo: p˂0,05. a=asociación de la patología, estado
nutricional y sexo
La desnutrición relacionada con la enfermedad es un problema de salud pública de alto impacto en todo el mundo, particularmente en Latinoamérica, en este caso en Venezuela. Se ha reportado que al momento del ingreso del paciente a la institución hospitalaria la prevalencia se encuentra entre el 40% y 60%, principalmente en adultos mayores en estado crítico o en cirugía. La presente investiga- ción tuvo como objetivo determinar la prevalencia de desnutrición en el Servicio de Medicina Interna en un hospital universitario, observándose un 65% de desnutrición, valores más elevados que los re- portados en el estudio sobre la malnutrición hospi- talaria en Latinoamérica, donde Venezuela en un estudio de 188 pacientes publicó un 45% de des- nutrición hospitalaria (Correia et al., 2017) .
Sin embargo, los resultados del presente estudio son más bajos a los valores reportados por Padi- lla-Romo y cols (2015) quienes en su estudio con 100 sujetos evaluados por la VGS con una edad promedio de 49 años, (51 hombres y 49 mujeres); conformados 62% del servicio de medicina interna y 38% de nefrología; mostraron que el 30% presen- taron sospecha de desnutrición y 42% estaban se- veramente desnutridos. Asimismo, difieren de los valores publicados por Baccaro y cols (2007), quie- nes evaluaron 152 pacientes con edad promedio de
63.4 años (rango de 17 a 92 años), encontrando que 78 pacientes estaban bien nutridos (51.3%), mientras que 74 estaban malnutridos (48.7%). De ellos, 52 estaban moderadamente desnutridos (34.2%) y 22 gravemente desnutridos (14.5%).
La elevada prevalencia de desnutrición observa- da en el presente estudio pone de manifiesto la im- portancia de su detección al ingreso del paciente al centro hospitalario, ya que ella incrementa el ries- go de complicaciones tales como problemas res- piratorios, gastrointestinales y cardiacos, trombosis venosa profunda, ulceras de presión, mortalidad perioperatoria, déficit inmunológico mediado por la disminución de los linfocitos T CD4, falla multiorgá- nica, incremento de costos y de tiempo de hospita- lización (Correia et al., 2017) .
Según (Hernández-Escalante et al., 2014), el envejecimiento poblacional constituye el cambio demográfico más trascendente en el nuevo milenio y es indudable que la población mayor de 65 años continuará incrementándose en los próximos años; aunque en el adulto mayor, el estado de desnutri- ción está asociado a múltiples factores, incluyendo declinación funcional cognoscitiva, enfermedades crónicas, medicamentos, problemas de dentición, aislamiento y pobreza. Estos autores evaluaron aplicando la VGS a 80 pacientes mayores de 60 años, (51% sexo masculino, 49% sexo femeni- no), en el Servicio de Medicina Interna del Hospi-
tal Regional “Mérida” del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (México) reportaron 49% de casos de desnutrición, valores que difieren de la elevada prevalencia en el grupo de 65 a 80 años de edad observada en la presente investigación.
Entre las patologías estudiadas en la neumonía es muy importante el diagnóstico del riesgo nutri- cional, ya que la desnutrición favorece su desarro- llo y debilita la actividad física y el sistema inmuni- tario (Gea, Sancho & Chalela, 2018). Por lo tanto, el papel principal de la nutrición en el tratamiento de la neumonía, es reducir la desnutrición que indu- ce una alta mortalidad y morbilidad y favorece una contractilidad muscular respiratoria deteriorada. Por lo tanto, la intervención nutricional es vital en pacientes con neumonía (Rodriguez et al., 2010).
En el estudio de Correia y cols (2003) sobre la malnutrición hospitalaria en Latinoamèrica reporta- ron que los resultados de malnutrición en pacien- tes con patologías como VIH, cáncer, hepatopatías fueron similares al resto de la población hospita- lizada. En este sentido en el caso del VIH (Freijo & Mengoni, 2018) la desnutrición puede afectar, en diferentes grados de severidad, al 50-90% de seropositivos y se trata de uno de los primeros sig- nos clínicos que aparecen en la evolución del cur- so de la enfermedad (Thuppal, Shinyoung, Regan & Bailey, 2017). Martínez Iturriaga y cols ( 2014 ) evaluaron 50 pacientes por la VGS encontró que el 78% de los pacientes presentó un estado nutri- cional adecuado, 14% de los entrevistados fueron categorizados como moderadamente desnutridos o con riesgo de desnutrición y una minoría (8%) tenía desnutrición severa.
Por otra parte, en las patologías gastrointestina- les, la prevalencia de la desnutrición tiene un rango más alto debido a las dificultades de la ingesta de alimentos, la función alterada de la digestión y la absorción causada por enfermedades gastrointes- tinales (Rodríguez, 2011), en este caso la hemorra- gia digestiva superior dependiendo de su etiología. No se encontró literatura para comparar por hemo- rragia digestiva superior; pero dado que la mayoría de estos pacientes presentaron desnutrición grave, se consideraron los estudios en servicios de gas- troenterología o de enfermedades digestivas dado que las enfermedades gastrointestinales a menudo conducen a una disminución de la ingesta de ali- mentos y al deterioro de la función de la digestión y la absorción (Onishi et al., 2018).
Con respecto al paciente oncológico, Lanche- ros-Páezel (2014) publicaron que presenta múl- tiples factores de riesgo que de manera directa o indirecta pueden afectar su estado nutricional y la respuesta al tratamiento antineoplásico instaurado. Es de vital importancia que siempre se realice la evaluación nutricional al ingreso hospitalario,
Múltiples factores contribuyen a la malnutrición, como los socioeconómicos, la edad avanzada y el tipo de patología. En el caso de Venezuela la si- tuación empeora, debido a la situación actual de inseguridad alimentaria determinada por la esca- sez, desabastecimiento de alimentos e inflación lo cual repercute, ya que se ha observado desde el año 2012 una reducción del consumo de alimentos. Para obtener información al respecto se realizó la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2014 (Landaeta-Jiménez et al, 2015), quienes reportaron que la dieta del venezolano es de baja calidad, ya que en la cesta básica no aparecen algunos ali- mentos fundamentales para la alimentación salu- dable, determinado por un alto consumo de harinas refinadas y un bajo consumo de proteínas, vege- tales y frutas dado que sus ingresos no lo permi- ten, factores éstos que se infiere, pueden favorecer el desarrollo de la desnutrición en esta población (Landaeta-Jiménez et al, 2018).
Este trabajo presentó limitaciones asociadas con la dificultad determinada por las condiciones físicas y ambientales del ámbito hospitalario; así como también por las condiciones del paciente.
Se concluye que la prevalencia de desnutrición en estos pacientes es alta al momento de la admi- sión al servicio de hospitalización y su severidad afecta principalmente a la tercera edad. Se eviden- ció la importancia de identificar y diagnosticar la desnutrición al ingreso hospitalario, como un fac- tor de riesgo para el desarrollo de complicaciones y mortalidad, ya que se ha reportado que puede incrementar en los desnutridos el riesgo de mor- talidad hasta en 2,64 veces, al ser comparados con los sujetos con estado nutricional normal (Pé- rez-Flores et al, 2016).
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