REDIELUZ

ISSN 2244-7334 / Depósito legal pp201102ZU3769 Vol. 14 N° 2 • Julio - Diciembre 2024: 34 - 42


ESTADO NUTRICIONAL Y RIESGO CARDIOVASCULAR EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS

(Nutritional Status and Cardiovascular Risk in University Students)

Hendrik Rafael Márquez Luengo, Celin Ramirez Wanda Esther, Chirinos Castro Deimary Paola, González González Elimar Raquel

Universidad del Zulia, Facultad de Medicina Escuela de Nutrición y Dietética

ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4232-4471, https://orcid.org/0009-0005-1864-7472, https://orcid.org/0009- 0005-0706-0457, https://orcid.org/0009-0000-1961-1600

hmarquezl39@gmail.com, Celinwanda3@gmail.com, Deimarych.11@gmail.com, elimargonzalez96@gmail.com


RESUMEN

CIENCIAS DE LA SALUD

La exagerada oferta de productos industrializa- dos y de fácil acceso a los universitarios, la dismi- nución de forma importante de la actividad física, han generado problemas de malnutrición y seden- tarismo en la población. El objetivo de la investi- gación fue evaluar el estado nutricional y el ries- go cardiovascular de los estudiantes de la escuela de nutrición y dietética. El estudio fue descriptivo, transversal y de campo. La muestra estuvo repre- sentada por 189 estudiantes de ambos sexos, con edades comprendidas entre 18-35 años, obtenida por muestreo aleatorio. La recolección de los datos fue por observación directa mediante la encuesta, y el procesamiento de datos mediante estadística descriptiva. La evaluación nutricional se desarro- lló mediante antropometría, dietética y socioeco- nómica. El riesgo cardiovascular se valoró por la escala de Fuster- Bewat. El resultado antropomé- trico predominó el estado nutricional normal 59%. El porcentaje de adecuación de calorías y macro- nutrientes estuvo dentro de los valores muy bajo, 43% pertenecen al estrato III. El riesgo cardiovas- cular reportó una salud cardiovascular intermedia 53%. En conclusión, a pesar que los estudiantes presentaron diagnóstico antropométrico normal, se mostraron déficits en consumo de acuerdo al % de adecuación, así como múltiples factores que condi- cionan el riesgo cardiovascular, entre los que des- tacan los nutricionales.

ABSTRACT

The excessive supply of industrialized products that are easily accessible to university students, and the significant decrease in physical activity, have generated problems of malnutrition and se- dentary lifestyle in the population. The objective of the research was to evaluate the nutritional status and cardiovascular risk of students from the school of nutrition and dietetics. The study was descripti- ve, cross-sectional and field. The sample was re- presented by 189 students of both sexes, aged be- tween 18-35 years, obtained by random sampling. Data collection was by direct observation through a survey, and data processing by descriptive sta- tistics. The nutritional assessment was developed through anthropometry, dietetics and socioecono- mics. Cardiovascular risk was assessed by the Fus- ter-Bewat scale. The anthropometric result showed a predominance of normal nutritional status 59%. The percentage of adequacy of calories and ma- cronutrients was within the very low values, 43% belong to stratum III. Cardiovascular risk reported an intermediate cardiovascular health 53%. In con- clusion, although the students presented a normal anthropometric diagnosis, there were deficits in consumption according to the % of adequacy, as well as multiple factors that condition cardiovascu- lar risk, among which nutritional factors stand out.

Keywords: Nutritional status, Risk factors, Uni- versity students

Palabras Clave: Estado nutricional, Factores de                                        

riesgo, Estudiantes Universitarios.

Recibido: 09-10-2024 Aceptado: 15-10-2024


INTRODUCCIÓN

El estado nutricional se define como la relación entre las necesidades nutritivas individuales y la ingestión, absorción y utilización de los nutrientes contenidos en los alimentos. OMS (2020). En este sentido, el estado nutricional indica el nivel en el que se cubren las demandas fisiológicas de nutrien- tes. Navarro y Col (2019), refieren que, el consumo de ellos depende de la ingesta real de alimentos, que está sujeta a la influencia de múltiples facto- res tales como la situación económica y emocional, la conducta alimentaria, las influencias culturales y los efectos de diversos estados patológicos sobre el apetito y la capacidad de consumo y absorción. Por consiguiente, un estado nutricional óptimo se alcanza cuando los requerimientos fisiológicos, bio- químicos y metabólicos están adecuadamente cu- biertos por la ingestión de nutrientes a través de los alimentos, Lizca (2013).

Por otra parte, Sánchez y Col (2020) expresan, que la población universitaria es considerada una población especialmente vulnerable desde el punto de vista nutricional, ya que se caracteriza por un estilo de vida ajetreado, conllevado como conse- cuencia, a una alimentación inadecuada. Cabe de- cir que, la malnutrición es un factor de riesgo que incrementa la prevalencia de mortalidad y morbili- dad en las poblaciones, disminuyendo la capacidad productiva y en general el estilo de vida represen- tando elevados costos sociales.

Desde tiempos remotos los estilos de vida han venido cambiando progresivamente, como es el caso de la alimentación que ha sido una importante fuerza selectiva en la evolución humana. Yaguachi y Col (2021). Así mismo, estos autores mencionan que la transición nutricional que atraviesan las na- ciones alrededor del mundo, se distingue por la oc- cidentalización de la alimentación, donde se incre- menta la disponibilidad a bajo costo de alimentos procesados que contienen grandes volúmenes de grasas, azúcar y sal. Además, se reduce el consu- mo de frutas y vegetales frescos. De igual manera sugieren que, la reducción significativa de la acti- vidad física, provocada por las transformaciones en la tecnología, el ocio y el trabajo, generan un aumento en el sedentarismo de la población. De manera autónoma, cada uno de estos factores re- presenta un peligro para la salud de la persona a mediano y largo plazo.

En este sentido, la OMS y la OPS (2020) en uno de sus informes expresan que, las consecuencias de esta modificación en el modo de vida actual en

la población son la desnutrición, que causa un au- mento en enfermedades contagiosas como las in- fecciones. En cambio, hay un riesgo de desarrollar enfermedades provocadas por el consumo exce- sivo de alimentos, tales como obesidad, diabetes mellitus tipo II, hipertensión arterial, dislipidemia, esteatosis hepática y trastornos cardiovasculares.

En este orden de ideas, según el Plan Estratégi- co 2016-2018 de la Sociedad Venezolana de Car- diología, las enfermedades cardiovasculares (ECV) son un conjunto de trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos. Se trata de la principal causa de defunción en todo el mundo. Siendo éstas; las ECV, responsables de 32 millones de eventos coronarios y accidentes cerebrovasculares de los cuales entre el 40-70% son fatales en países desarrollados. Se estima que, este problema es mucho mayor en paí- ses en vía de desarrollo y se considera que millones de personas padecen los factores de riesgo que no son comúnmente diagnosticados tales como hiper- tensión arterial, tabaquismo, diabetes, hiperlipide- mias y dietas inadecuadas. Cabe mencionar, que las enfermedades cardiovasculares figuran entre las principales causas de morbi-mortalidad en la población adulta en Venezuela.

Sin embargo, en la actualidad, se reconoce que varios factores influyen en este riesgo cardiovascu- lar, entre los que sobresalen los nutricionales. Por lo tanto, es necesario identificar los factores de ries- go asociados a la salud nutricional de la población en relación con el riesgo cardiovascular. Según cifras de la Sociedad Venezolana de Cardiología (SVC), las afecciones cardiovasculares son la prin- cipal causa de fallecimiento en Venezuela. Alcivar y Col (2020).

Según, las estadísticas del Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS), (2010) el Infarto Agudo al Miocardio (IAM) produjo en el país 18. 752 muertes, es decir, el 13,54 % de la mortalidad total. Esto supone en la población de 25-84 años, una tasa cruda de mortalidad anual por IAM de 144 x

100.000 habitantes y se traduce en una muerte por IAM cada 30 minutos a nivel nacional.

De acuerdo con el organismo antes mencionado, cuatro de cada cinco fallecimientos por enferme- dades cardiovasculares ocurren por cardiopatías isquémicas. Alcivar y Col (2020). Cabe mencionar que a raíz de la aparición de la pandemia de Covid

-19, se produjo un aumento del 40% de los casos de enfermedades cardiovasculares en recuperados de covid-19 y pacientes que no se controlan la hi- pertensión o diabetes. Alcivar y Col (2020).


Por lo cual, la Federación Mundial del Corazón (FMC), en esta misma línea de tiempo, proyectó más del 75% de mortalidad con un mayor predomi- nio específicamente, en países bajos o medianos recursos y con incidencia de tabaquismo, hiperten- sión arterial, diabetes y obesidad, así como tam- bién; una proyección y aumento en el estrés psi- cológico junto a su vez, a la presencia de diversos trastornos emocionales que pudieran dar lugar y/o conllevan a una alta predisposición de originar in- fartos. Duin y Col (2020).

En relación con la fase universitaria, tanto la OMS como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) definen a los estudiantes de nivel universitario como un componente esen- cial para el avance social, económico y político de América Latina. Representan una población accesible y homogénea relativamente saluda- ble, formando un grupo de interés significativo para llevar a cabo investigaciones sobre su sa- lud. Lares y Col (2011).

Se infiere que, el individuo comienza a asu- mir roles sociales y familiares, creando un estilo de vida característico que influye directamente sobre los hábitos y seguridad alimentaria. Por lo general, este grupo vulnerable tiene un perfil de consumo de alimentos basado en aspectos como simplicidad, rapidez y comodidad en la preparación de estos, sin tomar en cuenta que una alimentación correcta beneficia la salud actual y próxima, o inclusive puede prevenir enfermedades cardiovasculares, malnutrición por déficit o por exceso, osteoporosis, diabe- tes, entre otras.

Vale destacar que, la OPS para el año 2020, registraba índice en un 60% de mortalidad a causa de enfermedades cerebro y cardiovas- culares (CCV) en Venezuela en población com- prendida en grupos de edades adolescentes y adultos jóvenes, teniendo como primer factor la afección de tipo isquémica del corazón, carac- terizada está; por daños en las arterias corona- rias. Almonacid y Col (2016)

En este sentido, Acosta y Col (2018), resal- tan que, varios autores han resaltado que los estudiantes universitarios son un grupo parti- cularmente vulnerable en términos nutriciona- les, dado que, esta población se distingue por omitir comidas frecuentemente, hacer ingestas repetitivas entre las comidas principales, falta de actividad física, consumo de tabaco, alcohol

y una dieta insuficiente y desequilibrada y nada o poco saludable. Estos factores son vistos como factores de riesgo para el surgimiento de enfermedades crónicas. En relación a la pro- blemática expuesta, se considera que millones de personas en Latinoamérica presentan fac- tores de riesgo cardiovasculares (FRCV) que no son comúnmente diagnosticados. Duin y Col (2018). Así mismo, estos autores expresan que, la identificación de los FRCV y su distri- bución en la población es de suma importan- cia dado que existen evidencias que, al tomar acciones en contra de estos, el riesgo de ECV puede disminuir significativamente. De allí, la Sociedad venezolana de Hipertensión ha planteado que la modificación de algunos es- tilos de vida constituye un aspecto clave para la prevención de las ECV. Para lograr este objetivo es fundamental reconocer cuáles son los llamados FRCV. Mientras más factores de riesgo tenga un individuo, mayor es su probabi- lidad de sufrir un infarto o una enfermedad vascular cerebral. Duin y Col (2018).

Cabe mencionar que; los factores de riesgo car- diovascular (FRCV) se dividen en dos grupos: mo- dificables y no modificables. Los factores de riesgo modificables son aquellos que pueden ser corregi- dos o eliminados al realizar cambios en el estilo de vida y/o recibir medicamentos específicos. Entre ellos; la hipertensión arterial (HTA), la dislipidemia, y el tabaquismo. No obstante, se debe considerar otros factores o enfermedades como la obesidad, el sedentarismo y la diabetes mellitus. Mientras que, los FRCV no modificables, son aquellos propios de cada persona, y no es posible revertirlos o eliminar- los (edad, sexo y la base genética, teniendo que; aproximadamente, cuatro de cada cinco personas que fallecen son mayores de 65 años. Lobos y Col (2011).. Por lo cual, la presente investigación tiene como objetivo evaluar el estado nutricional y el ries- go cardiovascular de los estudiantes de la escuela de nutrición y dietética.

METODOLOGÍA

La investigación fue de tipo cuantitativo, descrip- tivo, transversal y de campo, la muestra se selec- cionó a través de un muestreo aleatorio, es decir; que todos los estudiantes de la misma tendrán la posibilidad de ser encuestados Toledo (2016), re- sultando 189 estudiantes activos de la Escuela Nu- trición y Dietética de la Universidad del Zulia (LUZ),


donde el sexo femenino fue la población predomi- nante con 155 sujetos y el resto 34 del sexo mas- culino. Los criterios de inclusión fueron: estudiantes activos pertenecientes a la Escuela de Nutrición y Dietética de ambos sexos, en edades comprendi- das entre 18 y 35 años, pertenecientes a cualquier semestre. Aspecto ético: en todos los casos los es- tudiantes firmaron el consentimiento informado y se siguieron las normas bioéticas establecidas por la Declaración de Helsinki. WMA (2017).

La aplicación de la técnica e instrumentos para la obtención y posterior análisis de los resultados de la presente investigación se realizó a través de

entrevistas. Los instrumentos de recolección de da- tos, es cualquier recurso del cual pueda valerse el investigador para acercarse a los fenómenos y ex- traer de ellos información.

RESULTADOS

La tabla 1 muestra, las características antro- pométricas y clínicas evaluadas a los estudiantes universitarios, en la que se observa una media de 23,6% IMC, en relación a la tensión arterial predo- minó la normalidad tanto para la sistólica como la diastólica 120,92/71,5 MmHg.


Tabla. 1 Características antropométricas y clínicas de los estudiantes universitarios evaluados

Antropometría

Todos (n=189)


Femenino (n=155)

Masculino (n=34)


Media

Ds

Media

Ds

Media

Ds

Edad (años)

21

3,02

20

2,97

21

3,13

Peso (Kg)

61,03

11,80

58,99

9,7

70,31

15,4

Talla (cm)

160,67

7,88

158,4

5,99

1,71

7,15

IMC (Kg/m2)

23,6

3,73

23

3,70

24

3,9

T. Sistólica (mmHg)

120,92

77,33

122,4

85,12

114,18

14,10

T. Diastólica (mmHg)

71,5

10,80

71,41

10,56

72,70

11,96


La tabla 2 muestra la distribución de los 189 estudiantes de la escuela de nutrición y dietética evaluados, según diagnostico IMC y Sexo, donde

F.I: Celin, Chirinos, González, Márquez (2024) Resultados expresados como media ± desviación estándar (Ds).

IMC= Índice de masa corporal; T= Tensión.

un 59% representado por 111 estudiantes corres- pondieron al diagnóstico antropométrico normal y un 41% con diagnóstico de malnutrición.

TABLA 2. Diagnóstico de la población estudiada según IMC

Diagnóstico IMC

Femeninos


Masculinos

Total


n

%

n

%

n

%

Peso bajo

10

6

5

15

15

8

Normal

96

62

15

44

111

59

Sobrepeso

38

25

12

35

50

26

Obesidad tipo I

11

7

2

6

13

7

Total

155

100

34

100

189

100


La Tabla 3 refleja el porcentaje de adecuación obtenido de cada estudiante evaluado, donde un 60% de la población presentó un % de adecuación Muy Bajo en Calorías; mientras que en los macro- nutrientes se obtuvo un % de adecuación igualmen-

F.I: Celin, Chirinos, González, Márquez (2024)

te Muy bajo, proteínas un 42%, grasas un 57% y los carbohidratos 63%. En menor proporción fue representado por el % de adecuación Muy alto en calorías y macronutrientes.


TABLA 3. Porcentaje de adecuación de la población estudiada


% de adecuación


kcal


Prt



Grs


Cho



N


% N %


N %


N %


Muy alto


6


3 24 13


16


8


9 5


Normal


30


16 38 20


30


16


23 12


Bajo


40


21 47 25


35


19


37 20


Muy Bajo


113


60 80 42


108


57


120 63


Total


189


100 189 100


189


100


189 100

F.I: Celin, Chirinos, González, Márquez (2024)


En la Tabla 4, se muestra la distribución de los 189 Estudiantes evaluados, según el nivel socioe- conómico, donde un 43% correspondió a ¨clase

media¨, un 33% a ¨clase media alta¨, y un 23% ¨Cla- se obrera¨.


TABLA 4. Nivel socioeconómico de la población estudiada

Estratos




N

%

Estrato I clase alta

2

1

Estrato II clase media alta

62

33

Estrato III clase media

81

43

Estrato IV clase obrera

44

23

Estrato V pobreza extrema

0

0

Total

189

100


En la tabla 5, se expresa las variables de riesgo cardiovascular según la escala FUSTER-BEWAT el 81.49% de los estudiantes tienen una presión arte- rial ideal, mientras que el 61, 38% presentan un ín-

F.I: Celin, Chirinos, González, Márquez (2024)

dice de masa corporal ideal, un 42,85% presentan una dieta intermedia, 55.03% tienen actividad física intermedia, y un 99,47% no consumen tabaco.


Tabla. 5 Variables para medir riesgo cardiovascular


Escala

Muestra total: n189

Femeninos: n 155


Masculinos: n 34

Tabaco




Pobre: (actual)

1

( 0.53%)

1

(0,65%)


Intermedio (abandono <1 año)




Ideal (nunca )

188

(99.47%)

154

(99,35%)

34

(100%)

Presión Arterial




Pobre (PAS> 140 o PAD>90 mmg Hg)

3

(1.58%)

2

(1,29%)

1

(2.94%)

Intermedia ((PAS 120-139 o PAD 80-89 mm Hg o trata- da hasta alcanzar el objetivo)

32

(16.93%)

23

(14.83%)

9

(26.47%)

Ideal (<120/<80 mmHg)

154

(81.49%)

130

(83.88%)

24

(70.59%)

Índice de masa corporal




Pobre (≥30 kg/m 2 )

13

(6.87%)

11

(7.09%)

2

(5.88%)

Intermedio (25 a <30 kg/m 2 )

60

(31.74%)

46

(29.67%)

14

(41.17%)

Ideal (<25 kg/ m2 )

116

(61.38%)

98

(63.23%)

18

(52.84%)

Dieta




Pobre (Consume <1 o 1porción de verdura /hortaliza/ pieza de fruta al día)

31

(16.40%)

14

(9.03%)

17

(50%)

Intermedio (2 a 3 porción de verdura /hortaliza/ pieza de fruta al día)

81

(42.85%)

74

(47.74%)

7

(20.58%)

Ideal (4 >4 porción de verdura /hortaliza/ pieza de fruta al día)

77

40.75%)

67

(43.22%)

10

(29.42%)

Actividad física




Pobre (sin actividad moderada y vigorosa)

23

(12.17%)

15

(9.67%)

8

(23.52%)

Intermedio (1–74 min/semana vigoroso, 1–149 min/se- mana moderado o combinación equivalente)

104

(55.03%)

84

(54.19%)

20

(58.82%)

Ideal (≥75 min/semana vigoroso, ≥150 min/semana mo- derado o combinación equivalente)

62

(32.80%)

56

(36.13%)

6

(17.64%)


La Tabla 6 muestra la Medición del riesgo car- diovascular en la población evaluada, se evidencia con un 53% de los evaluados predominar una salud

F.I: Celin, Chirinos, González, Márquez (2024)


cardiovascular intermedia, seguido de un 44% te- ner una salud cardiovascular ideal, y solo 3% salud cardiovascular pobre.


TABLA 6. Medición de Riesgo Cardiovascular

Riesgo cardiovascular

N

%

Salud cardiovascular pobre

6

3

Salud cardiovascular intermedia

100

53

Salud cardiovascular ideal

83

44

Total

189

100


DISCUSIÓN

Para, Tomé y Col (2023) en el estudio, “Estado nutricional como factor de riesgo cardiovascular en estudiantes universitarios del último año de la ca- rrera Medicina en la facultad de la Universidad Na- cional del Nordeste” , mencionan que en los últimos años a nivel global, se ha incrementado el interés por estudiar la ingesta dietética en función de las evidencias científicas que demuestran una relación de causalidad entre el consumo de alimentos y los factores de protección o riesgo para el desarrollo de enfermedades no transmisibles (ENT), teniendo como factores de riesgo conductual más importan- tes en estas; la dieta inadecuada, la inactividad físi- ca, el consumo de tabaco y alcohol, pudiendo mani- festarse, los efectos de dichos factores de riesgo en los individuos afectados, en forma de hipertensión, hiperglucemia e hiperlipidemia, además de sobre- peso y obesidad.

Resultados presentados por otros autores ayu- dan a sustentar los datos obtenidos en esta inves- tigación en relación al diagnóstico nutricional antro- pométrico del grupo según el IMC, siendo similar a lo propuesto por Pérez y Cols (2020), donde el 62.9% de los adolescentes, tienen un Índice de Masa Corporal normal, mientras que 35.6%, pre- sentan una prevalencia combinada de obesidad y sobrepeso. Así también, el estudio realizado por Apaza y Col (2023), entre estudiantes universita- rios encontró resultados similares, donde el 76,3% tiene un índice de masa corporal normal, mientras 20,6% presentan sobrepeso y obesidad y un 3.1% bajo peso.

Según, Oviedo y Col (2015), evaluaron el con- sumo de energía y nutrientes en 740 estudiantes de la universidad de Carabobo Venezuela, donde se les aplicó un cuestionario de frecuencia de con- sumo y un registro de alimentación de 24 horas, dando como resultado 57% de las personas eva- luadas tenía un consumo por debajo de sus reque- rimientos, al comparar su ingesta calórica con las

F.I: Celin, Chirinos, González, Márquez (2024)


recomendaciones nutricionales para la población venezolana, lo cual este hallazgo tiene similitud con esta investigación ya que, la mayoría de los estu- diados presentan un porcentaje de adecuación muy bajo.

En cuanto a la tabla 4, denominada Diagnóstico psicosocial de la población estudiada, concuerda con un estudio realizado por Ledezma y Col (2016), llamado Condiciones socioeconómicas y consumo alimentario de estudiantes de la Universidad Cen- tral de Venezuela. En este estudio de validación del programa, Método Graffar, para los años 2013 y 2014, muestra una movilidad de los hogares de condiciones buenas a medias, permitiendo afirmar que los hogares analizados presentaron una leve mejoría cuando se les compara con la muestra ana- lizada en los años 2006 y 2007, en estos años, la mayoría de los hogares se encuentran ubicados en el estrato III (47%). Lo que tiene similitud con la investigación, ya que el mayor porcentaje de la población se encuentra en estrato III clase media.

Un estudio realizado por Torres y Col, llamado Concordancia entre el índice de salud cardiovas- cular ideal y el índice Fuster-BEWAT (2020) donde se evaluaron 347 individuos sanos, tuvo como re- sultado, la escasa actividad física (79,8%), la die- ta no balanceada (74,9 %) y la presión arterial no controlada fueron los peores marcadores encontra- dos. Solo un 15,3% de los hombres y mujeres ana- lizados cumplían con el estado ideal para todos los marcadores del índice de Fuster-BEWAT y 17,8% del índice de salud cardiovascular ideal. Lo que tie- ne coincidencia con esta investigación, ya que la mayoría de los evaluados tienen una salud cardio- vascular intermedia.

Paredes y Pomar (2021). En la investigación, “Comparación del nivel de riesgo cardiovascular, según, escala Fuster Bewat, en estudiantes del primer año de la Universidad Le Cordon Bleu” de Lima, Perú, se encontró presencia del nivel de riesgo cardiovascular, mayormente no ideal en la


muestra de estudiantes de sexo masculino y feme- nino, resultados que difieren con lo de la presente investigación ya que predominó la salud cardiovas- cular intermedia.

En definitiva, es importante dar a conocer y apli- car determinada evaluación en poblaciones vulne- rables a padecer algún tipo de dichos riesgos car- diovasculares y/o metabólicos, tal como es el caso de dichos estudiantes Universitarios, con el fin de lograr la prevención y/o detección temprana del de- sarrollo y/o padecimiento de dichas enfermedades de origen cardiovascular.

CONCLUSIONES

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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