Colapso eléctrico y colapso gerencial en Venezuela

González Oquendo, Luis J.1

En la tarde del 7 de marzo de 2019, una secuencia de eventos generó una cadena de desconexión que –sin entrar en detalles técnicos- llevó a una caída del Sistema Eléctrico Interconectado Nacional, generando un mega apagón que implicó que el 90% del territorio venezolano quedó sin energía, superando al colapso eléctrico del 28 de abril de 2008, ocasión en la que se perdió el 70% de la cobertura.

El impacto de este backout no debe medirse sólo en los alcances sino en la intensidad, magnitud y consecuencias. En primer lugar, las autoridades venezolanas tardaron más 5 días en restablecer el servicio eléctrico en algunas regiones del país. Segundo, después del apagón inicial, sobrevinieron –al menos- tres apagones nacionales más, sin contar los apagones regionales y los cortes de energía no programados. En el estado Zulia, por ejemplo, el racionamiento eléctrico es superior a 12 horas diarias, aparejado con el incumplimiento del cronograma oficial establecido. Tercero, esto tuvo como consecuencia el desplome de la calidad de vida de la población. Además de pérdidas de reservas de alimentos refrigerados, llevó al cese de operaciones tanto de servicios básicos esenciales [agua potable, combustible, comunicaciones, etc.] como de actividades económicas, comenzando por la distribución de bienes y la prestaciones de servicios. A esto se ha de agregar las alteraciones de orden público en algunas regiones del país. El agregado de costos generados no ha sido posible –o no se ha querido- contabilizar.

¿Qué sucedió? La alta politización del debate público sobre el evento ha impedido la aclaratoria del suceso. El gobierno venezolano lo atribuyó a un sabotaje por parte de potencias extranjeras en connivencia con la oposición política nacional. Los detalles técnicos permanecen ocultos debido a que son considerados como de «alta seguridad del Estado». Hasta ahora, sólo se ha publicado un informe técnico que –debido a las reservas políticas- se maneja a nivel de hipótesis de trabajo (Molina Guzmán, 2019). La oposición política, por otro lado, indica que el apagón fue la consecuencia natural del deterioro institucional, organizativo y de infraestructura del sector eléctrico nacional.

¿Es posible reducir todo éste desastre sólo a los campos de lo técnico, político, seguridad o infraestructura? Por el contrario, es posible señalar algunos elementos propiamente gerenciales que bien permiten darle otra perspectiva:

Múltiples son las aristas desde las cuales se pueden analizar los sucesos que representan un cuadro general de colapso del sistema eléctrico nacional. Así como no se trata sólo del apagón, tampoco se puede reducir esto a una arista. La dimensión gerencial –dividida en dimensiones de planificación, organización, dirección y control- es fundamental para comprenderlos. Es importante considerar que tampoco debe limitarse a la gerencia operativa: las fallas de gerencia estratégica son harto evidentes.

Por ello, es atinente señalar que el colapso eléctrico nacional en Venezuela es –sin ninguna duda- un colapso gerencial. Cualquier intento de rectificación o reconstrucción exige asumir tal supuesto de partida.

Referencias

Coing, H. (2007), Historia de la regulación eléctrica en Venezuela. Mérida: Publicaciones del Vicerrectorado Académico de la Universidad de los Andes-Institut de recherche pour le développement.

Molina Guzmán, J. (2019), “Análisis de falla del sistema eléctrico nacional. Pérdida total del sistema. Día 07/03/2019”. Caracas: Escuela de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Central de Venezuela.