Universidad del Zulia (LUZ)
Revista Venezolana de Gerencia (RVG)
Año 29 No. Especial 12, 2024, 1048-1066
julio-diciembre
ISSN 1315-9984 / e-ISSN 2477-9423
Como citar: Farro, J. L., Rojas de la Puente, E. E., Bazán de Lázaro, H. P., y Lázaro, E. S. (2024). Violencia familiar y autoestima en alumnos de una institución educativa rural en Amazonas, Perú. Revista Venezolana De Gerencia, 29(Especial 12), 1048-1066. https://doi.org/10.52080/rvgluz.29.e12.11
Violencia familiar y autoestima en alumnos de una institución educativa rural en Amazonas, Perú
Farro Quesquén, José Luis*
Rojas de la Puente, Edward Enrique**
Bazán de Lázaro, Hilda Panduro***
Lázaro Bazán, Ever Salomé****
Resumen
Este estudio explora la relación entre violencia familiar y autoestima en estudiantes de una institución educativa rural en el Amazonas. La investigación, de enfoque cuantitativo y diseño descriptivo correlacional, evaluó a 120 estudiantes de secundaria: 58 varones y 62 mujeres, utilizando el test de violencia familiar VIFA y la escala de autoestima de Rosenberg. Los datos fueron analizados mediante estadística descriptiva e inferencial, aplicando pruebas de Chi-cuadrado y el coeficiente de correlación de Spearman. Además, se indica una relación inversa significativa entre violencia familiar y autoestima, con un coeficiente correlacional negativo de -0.704, lo cual implica que a mayores niveles de violencia familiar corresponde una autoestima más baja en los estudiantes. Asimismo, se observó que los varones presentaron niveles más altos de violencia familiar, especialmente en violencia física, mientras que las mujeres mostraron una autoestima más elevada en promedio. El estudio concluye que la violencia familiar tiene un impacto negativo en la autoestima de los estudiantes, afectando su desarrollo emocional y académico.
Palabras clave: Violencia familiar; autoestima; correlación; desarrollo psicosocial.
Recibido: 04.09.24 Aceptado: 20.11.24
* Doctor en Educación. Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza. Perú. Email: jose.farro@untrm.edu.pe. ORCID: https://orcid.org/0000-0001-6562-9019
** Doctor en Educación. Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza. Perú. Email: edward.rojas@untrm.edu.pe. ORCID: https://orcid.org/0000-0001-9026-1244
*** Doctora en Ciencias Ambientales. Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza. Perú. Email: hilda.panduro@untrm.edu.pe. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4304-7218
**** Doctor en Ciencias Ambientales. Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza. Perú. Email: ever.lazaro@untrm.edu.pe. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-2729-2686
Family violence and self-esteem in students of a rural educational institution in Amazonas, Peru
Abstract
This study explores the relationship between family violence and self-esteem in students from a rural educational institution in Amazonas. The research, with a quantitative approach and descriptive-correlational design, evaluated 120 secondary school students (58 males and 62 females), using the Family Violence Test (VIFA) and Rosenberg’s Self-Esteem Scale. Data were analyzed using descriptive and inferential statistics, applying Chi-square tests and the Spearman correlation coefficient. Additionally, a significant inverse relationship was found between family violence and self-esteem, with a negative correlation coefficient of -0.704, indicating that higher levels of family violence correspond to lower self-esteem among students. Likewise, it was observed that male students exhibited higher levels of family violence, particularly physical violence, while female students generally showed higher levels of self-esteem. The study concludes that family violence has a negative impact on students’ self-esteem, affecting their emotional and academic development.
Keywords: Family violence; self-esteem; correlation; rural students; psychosocial development.
1. Introducción
La violencia familiar es un problema persistente que afecta a numerosos ámbitos de la vida humana, especialmente a los niños y adolescentes en entornos vulnerables. Diversas investigaciones demuestran que el abuso dentro del hogar tiene repercusiones profundas en la salud mental y emocional de los jóvenes, afectando su autoestima y desarrollo psicosocial. En áreas rurales, la exposición a la violencia se magnifica debido a limitaciones en recursos de apoyo y educación, lo que contribuye a una percepción de normalidad y perpetuación de estas conductas (McKelvey et al, 2011).
La región de Amazonas en Perú presenta un contexto social complejo, donde la violencia intrafamiliar afecta considerablemente la vida de los estudiantes. La Organización Panamericana de la Salud señala que el 60% de los estudiantes de zonas rurales experimentan síntomas de ansiedad, depresión y otros problemas de conducta, muchos de los cuales tienen su origen en el maltrato familiar.
Estas dificultades emocionales se reflejan en la escuela, donde los estudiantes pueden replicar comportamientos violentos observados en el hogar (Kohrt et al, 2015). En este contexto, la autoestima, entendida como la valoración que un individuo tiene de sí mismo, se ve comprometida en jóvenes que crecen en entornos violentos. He et al. (2010) enfatizan que la autoestima se construye en gran medida a partir de las experiencias familiares, lo cual significa que la exposición a la violencia impacta negativamente la autopercepción de los estudiantes. Esto es particularmente relevante en el ámbito escolar, donde una autoestima baja suele ser un obstáculo para la integración social y el rendimiento académico (Goodley & Runswick, 2011).
La relación entre violencia familiar y autoestima ha sido ampliamente investigada, con resultados que muestran una relación inversa significativa. Para Shen (2009), los jóvenes que viven en un ambiente de violencia intrafamiliar tienden a desarrollar una baja autoestima, lo que a su vez afecta su capacidad para interactuar y desarrollarse en la escuela. En el contexto de la institución educativa rural de Amazonas, esta relación resulta evidente, con estudiantes que presentan actitudes de desconfianza y dificultades para establecer relaciones sanas con sus pares (Luo et al, 2020).
El nivel de autoestima en estudiantes de nivel primario en San Rafael, Amazonas, se ve significativamente influido por las dinámicas familiares y el entorno sociocultural. En contextos rurales, las limitaciones económicas y las estructuras culturales tradicionales pueden reforzar sentimientos de inseguridad y baja autovaloración entre los estudiantes. En el análisis de la relación entre violencia familiar y autoestima, se reflejan como factores externos y familiares interactuando para moldear la percepción que los estudiantes tienen de sí mismos, impactando su desarrollo emocional y su rendimiento académico (Pujupat y Kunchikui, 2021). La exposición a la violencia afecta la autopercepción y las relaciones de los estudiantes, lo cual limita su potencial académico y social. Desde esta perspectiva, encontrar la relación entre violencia familiar y autoestima de una institución de la zona rural y de esa manera comprender el desarrollo psicosocial de los estudiantes en zonas rurales, se planteó como objetivo de la investigación. En este sentido, es esencial implementar políticas y programas que promuevan un entorno escolar seguro y que fortalezcan la autoestima de los estudiantes en áreas de alta vulnerabilidad social (Campo, 2008).
Los indicadores del comportamiento psicosocial desajustado entre estudiantes con diferentes niveles de propensión al bullying, destacando que son aquellos con mayor tendencia a conductas agresivas y presentan entornos familiares más conflictivos y déficits en habilidades socioemocionales. En contextos rurales, donde las dinámicas familiares suelen influir profundamente en el desarrollo psicosocial, estas conductas agresivas también pueden estar vinculadas con bajos niveles de autoestima, lo que refuerza la necesidad de implementar programas que aborden de manera integral las interacciones familiares y escolares (Sánchez y Palacios 2023).
Los factores de riesgo familiares y las prácticas de disciplina severa contribuyen al desarrollo de conductas agresivas en niños, destacando que estas dinámicas familiares negativas no solo afectan las interacciones sociales, sino también el bienestar emocional y el desarrollo de la autoestima. Los entornos familiares con prácticas de disciplina severa tienden a normalizar la violencia como método de resolución de conflictos, perpetuando patrones de comportamiento agresivo en los niños (Jiménez et al, 2019).
2. Violencia Familiar
En comunidades rurales, la violencia familiar suele tener una dimensión cultural que afecta la percepción y la aceptación de estos comportamientos (Ghafournia, 2014). Estudios realizados sugieren que, en muchas áreas rurales, la violencia en el hogar se ve como una práctica común o incluso necesaria para la disciplina, lo que dificulta su visibilización y denuncia (Taylor et al, 2007). Esta percepción cultural también puede influir en la autoestima de los estudiantes, quienes ven la violencia como una parte normal de la vida cotidiana, afectando su identidad y autovaloración (Muslu et al, 2020).
La aceptabilidad del castigo físico en la crianza de los niños entre personas que fueron víctimas de violencia física en su niñez, tiene una tendencia a reproducir patrones violentos en la crianza debido a la normalización cultural de estas prácticas. Este fenómeno perpetúa ciclos de violencia intrafamiliar, afectando significativamente el desarrollo emocional de los menores y contribuyendo a niveles bajos de autoestima (Burela et al, 2014).
Las lesiones traumáticas recientes en casos de violencia familiar reflejan no solo la gravedad de las agresiones físicas, sino también las profundas consecuencias emocionales que estas tienen en los miembros del hogar, especialmente en adolescentes. En contextos de alta vulnerabilidad social, las víctimas tienden a experimentar un deterioro significativo en su bienestar psicológico y físico, lo cual repercute directamente en su autoestima y capacidad de interacción social (Pacheco y De la Cruz, 2012).
La teoría del aprendizaje social de Foshee (1999) sostiene que los comportamientos observados en el entorno familiar pueden ser replicados en otros contextos, como la escuela. En áreas rurales, los estudiantes que experimentan violencia en el hogar suelen replicar estos comportamientos en sus interacciones escolares, lo que afecta su adaptación y rendimiento. En estos casos, la baja autoestima se convierte en una barrera para el aprendizaje y el desarrollo de habilidades sociales.
La influencia de las prácticas parentales en la prevalencia de la violencia escolar, señalando que las dinámicas familiares disfuncionales, caracterizadas por estilos de crianza negligentes o autoritarios, incrementan la probabilidad de conductas agresivas en los estudiantes. En contextos rurales, donde las relaciones familiares están profundamente influenciadas por normas culturales tradicionales, estos resultados subrayan la necesidad de intervenciones que promuevan estilos de crianza positivos como estrategia para reducir tanto la violencia en el hogar como en las escuelas (Tapullima-Mori et al, 2023).
El maltrato familiar y la autoestima en adolescentes Awajún de la región Amazonas, destaca las dinámicas culturales propias de esta población, el cual influyen en la percepción del maltrato y en la construcción de la autoestima. Los hallazgos evidencian que el maltrato, en sus diversas manifestaciones, afecta de manera significativa la autovaloración de los adolescentes, limitando su desarrollo emocional y social (Pasesku et al, 2021).
La violencia psicológica, en particular, tiene un impacto profundo en la autoestima de los estudiantes. Estudios como el Mihalic y Elliott (1997), indican que los jóvenes que sufren violencia verbal y emocional en el hogar tienden a tener una autoimagen negativa y una baja capacidad de autoconfianza. Esto es especialmente relevante en entornos rurales, donde el acceso a recursos de salud mental es limitado y la violencia psicológica puede pasar desapercibida o ser subestimada (Lai, 1999).
El maltrato no solo afecta la autoestima y el bienestar emocional de los menores, sino que también incrementa su vulnerabilidad ante problemáticas sociales y escolares. En el contexto rural, donde las dinámicas familiares disfuncionales pueden estar normalizadas, estos efectos adquieren una dimensión crítica, evidenciando la necesidad de fortalecer los sistemas de prevención y atención temprana en comunidades vulnerables para mitigar las consecuencias de estas agresiones (Escalante et al, 2012).
La interacción entre el entorno familiar, comunitario y cultural perpetua patrones de violencia al normalizar estas conductas en ciertos contextos sociales. En comunidades rurales, como las de Amazonas, este enfoque resulta especialmente relevante, ya que las limitaciones en el acceso a recursos educativos y psicológicos, sumadas a las creencias tradicionales sobre disciplina, contribuyen a que las manifestaciones de violencia sean aceptadas o invisibilizadas (Cahui et al, 2022).
Además de los impactos emocionales, la violencia familiar afecta las relaciones sociales de los estudiantes. Según Olivera-Carhuaz y Yupanqui-Lorenzo (2020) los jóvenes expuestos a la violencia en el hogar suelen mostrar comportamientos antisociales y dificultades para integrarse en la comunidad escolar. Esta dinámica crea un círculo vicioso en el que la baja autoestima alimenta la violencia y dificulta la resolución pacífica de conflictos, afectando negativamente el clima escolar y la calidad de vida de los estudiantes (Rivera & Cuentas, 2016).
La asociación entre el uso de métodos anticonceptivos y la violencia doméstica contra mujeres en edad fértil en Perú, destacando que las dinámicas de control y poder en las relaciones de pareja suelen intensificarse en contextos de violencia doméstica. Este estudio resalta cómo las barreras culturales y sociales para la toma de decisiones autónomas sobre la salud reproductiva reflejan y perpetúan las dinámicas de violencia intrafamiliar. Aunque el enfoque principal es la violencia de género, sus hallazgos son relevantes para entender el impacto de las relaciones familiares conflictivas en el bienestar emocional de todos los miembros del hogar, incluidos los menores, quienes pueden desarrollar problemas de autoestima y adaptabilidad social al crecer en estos entornos (Quispe et al, 2020).
Los factores predictores de la violencia relacional en la adolescencia, destacan que las dinámicas familiares disfuncionales, junto con factores individuales y sociales, son determinantes clave en la perpetuación de conductas violentas (Gutiérrez-Ramos, 2021). La violencia relacional, que incluye agresiones psicológicas y emocionales, tiene un impacto directo en las relaciones interpersonales de los adolescentes, afectando su capacidad de establecer vínculos saludables y desarrollarse emocionalmente (Romero-Abrio et al, 2018).
La violencia en el hogar y la percepción de la autoridad pueden estar profundamente entrelazadas en áreas rurales. Fitzpatrick y Stephens (2014) señalan que las normas culturales y las jerarquías de poder en el hogar tienden a replicarse en el entorno escolar, lo cual afecta la manera en que los estudiantes responden a figuras de autoridad y a sus compañeros. Esto se manifiesta en comportamientos desafiantes o sumisos, lo cual impacta tanto su autoestima como su éxito académico (Xia et al, 2018).
El grado de relación entre la violencia familiar y las conexiones interpersonales en progenitores de familia en Chachapoyas, destacan que la disfuncionalidad en las relaciones familiares no solo afecta las dinámicas internas del hogar, sino que también repercute en el desarrollo emocional y social de los hijos. La violencia familiar, al deteriorar los lazos interpersonales, genera un ambiente de inseguridad y estrés constante, lo que impacta negativamente en la autoestima y las habilidades sociales de los menores (Del Águila, 2015). Las limitaciones culturales y sociales pueden intensificar estos problemas, subrayando la necesidad de fortalecer los programas de intervención orientados a mejorar las relaciones familiares y a reducir los niveles de violencia (Hinojosa-García y Vázquez-Gutiérrez, 2018).
En el caso de las adolescentes, la violencia familiar tiene efectos diferenciados debido a la presión cultural y social. Según Francis et al, (2017), las jóvenes en contextos de violencia tienden a desarrollar una autoestima baja, ya que las expectativas sociales y de género en áreas rurales suelen reforzar sentimientos de inferioridad y dependencia. Esta situación refuerza la necesidad de intervenciones que aborden las dimensiones de género en la violencia y la autoestima (Denegri et al, 2020).
Los factores de riesgo asociados a la violencia en niños y adolescentes, subrayan las dinámicas familiares disfuncionales, la falta de supervisión parental y las condiciones de vulnerabilidad social. La violencia tiene un impacto emocional profundo en la autoestima de los niños y adolescentes, debilitando su percepción de valor personal y afectando gravemente su desarrollo emocional y académico (Ramos, 2015).
Por otro lado, la influencia de los contextos familiar, social y escolar en los problemas de comportamiento académico del adolescente indican que los estilos parentales permisivos y las relaciones intrafamiliares conflictivas actúan como predictores de conductas agresivas en el ámbito escolar y social (Rodríguez et al, 2020). Además, un entorno familiar conflictivo impacta el desarrollo emocional y social del estudiante, lo que coincide con el enfoque de la investigación sobre la correlación entre violencia familiar y autoestima en estudiantes rurales. Este contexto puede reflejar patrones similares de comportamiento y percepción de autoestima afectados por la violencia familiar en el entorno estudiado.
Los efectos de la violencia familiar sobre la autoestima no solo impactan la vida escolar, sino que también limitan las oportunidades futuras de los estudiantes. una autoestima afectada por la violencia familiar impide a los jóvenes visualizar un futuro positivo y productivo, lo cual perpetúa el ciclo de pobreza y violencia en las comunidades rurales. Este fenómeno evidencia la importancia de la educación como un recurso clave para el empoderamiento y la construcción de una identidad saludable.
La violencia doméstica, influenciada por factores culturales, afecta el desarrollo social y la garantía de derechos en comunidades rurales. Además, destacan que la normalización de la violencia en entornos familiares impacta negativamente la autoestima y el rendimiento académico de los jóvenes, especialmente en áreas rurales donde las estructuras culturales tradicionales prevalecen (Castro et al, 2024).
La implementación de políticas públicas sobre violencia familiar en una provincia de la región Amazonas entre 2017 y 2020, se ha identificado las brechas existentes entre las normativas diseñadas y su aplicación efectiva. Las deficiencias estructurales tienen un impacto directo en las dinámicas familiares, perpetuando el ciclo de violencia y afectando negativamente el desarrollo emocional y la autoestima de los niños y adolescentes. Este análisis destaca la importancia de fortalecer los mecanismos de implementación y supervisión de políticas públicas para abordar de manera integral la problemática de la violencia familiar en la región (Ugaz, 2022).
La violencia familiar y sexual en el Perú, están profundamente enraizadas en las estructuras socioculturales del país. Estos impactos son particularmente evidentes en niños y adolescentes, quienes, al crecer en entornos familiares conflictivos, ven afectada su autoestima y su capacidad de desarrollo psicosocial. Este análisis es crucial para entender la necesidad de intervenciones que integren un enfoque cultural y comunitario para abordar las dinámicas de violencia en el contexto rural (Bardales y Huallpa, 2010).
En ese sentido, este estudio busca analizar la relación entre violencia familiar y autoestima en estudiantes de una institución educativa rural en Amazonas, Perú. Según la teoría del aprendizaje social de Bandura (1977), los comportamientos observados en el entorno familiar influyen directamente en el desarrollo de las percepciones y autovaloraciones de los individuos. Basándonos en esta premisa, se plantea la hipótesis nula de que no existe una relación significativa entre los niveles de violencia familiar y la autoestima de los alumnos, frente a la hipótesis alterna que propone que existe una relación significativa inversa entre estas variables, de modo que un aumento en los niveles de violencia familiar se asocia con una disminución en la autoestima.
3. Método del estudio
Con respecto a la metodología, se adoptó un enfoque cuantitativo y un diseño descriptivo correlacional para analizar la relación entre violencia familiar y autoestima en estudiantes de una institución educativa rural en Amazonas, Perú. El objetivo fue describir y analizar la correlación entre estas variables sin manipular el entorno ni las variables involucradas, en línea con metodologías recomendadas en estudios previos de similar naturaleza (Fitzpatrick & Stephens, 2014).
La población estuvo conformada por 120 estudiantes de secundaria en una institución educativa rural, incluyendo alumnos de primero a quinto grado. Se trabajó con el 100% de la población, compuesto por 58 varones y 62 mujeres, seleccionando la muestra de forma no probabilística para asegurar representatividad y precisión en los resultados. Esta técnica permitió un acceso completo a los participantes, manteniendo la rigurosidad en la representatividad de los datos (tabla 1).
Tabla 1
Lista de estudiantes de la institución
Grado |
Mujeres |
Varones |
Total |
1° |
16 |
13 |
29 |
2° |
12 |
14 |
26 |
3° |
15 |
9 |
24 |
4° |
10 |
11 |
21 |
5° |
9 |
11 |
20 |
Total |
62 |
58 |
120 |
Para la recolección de datos, se emplearon el test de violencia familiar (VIFA) y la escala de autoestima de Rosenberg, ambos en formato tipo Likert. Estos instrumentos fueron elegidos por su validez y confiabilidad en estudios previos sobre violencia y autoestima en contextos similares, asegurando que los datos reflejaran de manera precisa las experiencias de los estudiantes.
En cuanto al análisis de datos, se utilizó estadística descriptiva e inferencial para examinar la relación entre las variables. La prueba de Chi-cuadrado fue aplicada para verificar la relación estadística entre violencia familiar y autoestima, mientras que el coeficiente de correlación de Spearman permitió medir la intensidad y dirección de la correlación entre estas variables, atendiendo la naturaleza ordinal de los datos. Este análisis proporcionó una interpretación clara sobre cómo la violencia familiar impacta la autoestima de los estudiantes, lo cual es consistente con hallazgos en otras investigaciones.
Este enfoque metodológico permitió obtener un panorama sólido de la relación entre violencia familiar y autoestima en contextos rurales, brindando una base informativa para futuras intervenciones educativas y sociales en áreas de alta vulnerabilidad (Francis et al, 2017).
En este mismo sentido, se tiene como objetivo analizar la relación entre la violencia familiar y la autoestima en estudiantes de una institución educativa rural en Amazonas, Perú. El estudio busca comprender cómo la exposición a la violencia familiar afecta el desarrollo psicosocial de los estudiantes en zonas rurales, lo cual tiene implicaciones en su rendimiento académico y adaptación social. La investigación se justifica ante la necesidad de implementar políticas y programas educativos que fortalezcan la autoestima en áreas de alta vulnerabilidad social (Ramos, 2021).
4. Violencia Familiar y Autoestima en Estudiantes: Análisis de correlación
Este análisis brinda una evaluación detallada de cómo los niveles de violencia intrafamiliar inciden en la autoestima de los estudiantes en un contexto rural. Se basa en la aplicación de métodos estadísticos que permiten identificar y describir la relación entre ambas variables, proporcionando una visión integral del impacto que las dinámicas familiares adversas pueden tener en el desarrollo emocional y académico de los estudiantes.
Según Olivera-Carhuaz y Yupanqui-Lorenzo (2020), los resultados obtenidos permiten entender cómo un entorno violento puede contribuir a una disminución significativa en la autoestima, afectando tanto la integración social como el rendimiento escolar. Se aporta evidencia clara que refuerza la importancia de implementar políticas de intervención y programas de apoyo en comunidades vulnerables. El gráfico 1, muestra que el 30% presenta bajo nivel de violencia familiar; 45% medio y 25% alto.
Gráfico 1
Violencia familiar y autoestima en estudiantes de las instituciones rurales en el departamento de Amazonas
Asimismo, el 28,4% tiene autoestima baja; el 40,8% regular y el 30,8% elevada. Relacionando variables, el 28,4% tiene nivel bajo de violencia familiar y autoestima elevada. El 40%: nivel medio de violencia familiar y autoestima regular. Del 23,4%, la violencia familiar es alta, autoestima baja. Se evidencia que el nivel de significancia es menor a 0.05, lo que implica el rechazo de la hipótesis nula; en consecuencia, se acepta la hipótesis alterna. Esto señala la presencia de una conexión inversa entre variables, evidenciada por un coeficiente correlacional negativo considerable de -0.704 (tabla 2 y gráfico 3).
Tabla 2
Prueba de Rho Spearman entre la variable violencia familiar y autoestima
Correlaciones |
||||
Violencia Familiar |
Autoestima |
|||
Rho de Spearman |
Violencia Familiar |
Coeficiente de correlación |
1,000 |
-,704** |
Sig. (bilateral) |
. |
,000 |
||
N |
120 |
120 |
||
Autoestima |
Coeficiente de correlación |
-,704** |
1,000 |
|
Sig. (bilateral) |
,000 |
. |
||
N |
120 |
120 |
||
**. La correlación es significativa en el nivel 0,01 (bilateral) |
Gráfico 3
Violencia familiar y la dimensión autoestima positiva en estudiantes en Instituciones rurales
Del análisis realizado, resulta que el maltrato físico y psicológico, según los datos, se indica o muestra que el 30% presenta un nivel de violencia familiar bajo, el 45% medio y el 25% alto; y en lo referente a la autoestima, es baja para el 28.4%, es regular para el 40.8%, y es elevada para el 30.8%.
Al hacer la asociación o relación de variables, el 28,4% tiene nivel bajo de violencia familiar y su autoestima elevada. El 40% presenta violencia familiar en nivel medio y, además, la autoestima se encuentra en regular. Sin embargo, el 23,4% tiene un nivel de violencia familiar alto, pero autoestima baja. De acuerdo a la prueba de hipótesis, el nivel de significancia es menor a 0.05, por lo que se rechaza la hipótesis nula y se acepta la hipótesis alternativa.
Esto señala la presencia de una conexión inversa entre la violencia familiar y la autoestima, evidenciada por un coeficiente de correlación negativo considerable de -0.704. Comparando los hallazgos, se encuentra cierta coincidencia entre la violencia familiar y la autoestima y su asociación o relación en estudiantes de educación básica, y concluye que, cuanto más alta la violencia familiar, más baja la autoestima, y viceversa en los alumnos.
De acuerdo con la información, se evidencia que con significancia inferior a 0,05, se rechaza la hipótesis nula y, por ende, la aceptación de la hipótesis alterna o alternativa. Este resultado indica la existencia de una relación inversa media entre la violencia familiar y la autoestima positiva, destacada por un notable coeficiente de correlación negativo de -0,587, como lo refleja la tabla 3 y lo proyecta el gráfico 4.
Tabla 3
Prueba de Rho Spearman entre la variable violencia familiar y dimensión autoestima positiva
Correlaciones |
||||
Violencia familiar |
Autoestima positiva |
|||
Rho de Spearman |
Violencia Familiar |
Coeficiente de correlación |
1,000 |
-.587** |
Sig. (bilateral |
. |
,000 |
||
N |
120 |
120 |
||
Autoestima positiva |
Coeficiente de correlación |
-,587** |
1,000 |
|
Sig. (bilateral) |
,000 |
. |
||
N |
120 |
120 |
||
**. La correlación es significativa en el nivel 0,01 (bilateral) |
Gráfico 4
Violencia familiar y la dimensión autoestima negativa en estudiantes
El 30% de estudiantes tienen nivel bajo de violencia familiar; el 45% medio y 25% alto. El 21,7% tiene autoestima negativa baja; 76,7% regular y 1,6% elevada. El 26,7% de los estudiantes presentan un nivel bajo de violencia familiar, al mismo tiempo que muestran una autoestima negativa elevada. Además, el 37,5% muestra un nivel medio de violencia familiar junto con una autoestima negativa regular y un 12,5% de los estudiantes experimenta un nivel alto de violencia familiar, y tanto su autoestima negativa como regular son bajas en igual medida (Tabla 4).
Tabla 4
Pruebas de normalidad entre violencia familiar y autoestima negativa
Correlaciones |
||||
Violencia Familiar |
Autoestima negativa |
|||
Rho de Spearman |
Violencia Familiar |
Coeficiente de correlación |
1,000 |
-,735** |
Sig. (bilateral) |
. |
,000 |
||
N |
120 |
120 |
||
Autoestima Negativa |
Coeficiente de correlación |
-.735** |
1,000 |
|
Sig. (bilateral) |
,000 |
. |
||
N |
120 |
120 |
||
**. La correlación es significativa en el nivel 0,01 (bilateral) |
Según los datos presentados en la tabla, con una significancia menor a 0,05, lo cual significa que hay rechazo de hipótesis nula y, por consiguiente, la aceptación de la hipótesis alternativa. Este hallazgo dice que hay una relación inversa entre la violencia familiar y la dimensión de autoestima negativa, evidenciada por un significativo y considerable coeficiente de correlación negativo de -0,735 (Tabla 5).
Tabla 5
Violencia familiar física de los estudiantes en una institución rural por sexo
Sexo |
Violencia Física |
Violencia Familiar |
|||||||
Bajo |
Medio |
Alto |
Total |
||||||
N° |
% |
N° |
% |
N° |
% |
N° |
% |
||
Varón |
Bajo |
16 |
27,6 |
0 |
0 |
0 |
0 |
16 |
27,6 |
Medio |
0 |
0 |
24 |
41,4 |
2 |
3,4 |
26 |
44,8 |
|
Alto |
0 |
0 |
0 |
0 |
16 |
27,6 |
26 |
27,6 |
|
Total |
16 |
27,6 |
24 |
41,10 |
18 |
31 |
58 |
100 |
|
Mujer |
Bajo |
20 |
32,3 |
0 |
0 |
0 |
0 |
20 |
32,3 |
Medio |
0 |
0 |
24 |
38,7 |
1 |
1,6 |
25 |
40,3 |
|
Alto |
0 |
0 |
6 |
9,7 |
11 |
17,7 |
17 |
27,4 |
|
Total |
20 |
32,3 |
30 |
48,4 |
12 |
19,3 |
62 |
100 |
En los resultados se observa que los varones muestran actitudes más violentas que las mujeres, dado que en el nivel bajo en los varones, está el 27.6%, y en las mujeres, el 32.3%, y sumando los niveles medio y alto, en ambos sexos, en el caso específico de los varones, es alcanzado por más del 72%; mientras que en las mujeres, es alcanzado por el 67.7%, aunque en términos generales, la violencia tiene presencia en ambos sexos (Tabla 6).
Tabla 6
Violencia familiar psicológica de los estudiantes por sexo
Sexo |
Violencia Psicológica
|
Violencia Familiar |
|||||||
Bajo |
Medio |
Alto |
Total |
||||||
N° |
% |
N° |
% |
N° |
% |
N° |
% |
||
Varón |
Bajo |
16 |
27,6 |
1 |
1,7 |
0 |
0 |
17 |
29,3 |
Medio |
0 |
0 |
23 |
39,7 |
3 |
5,2 |
26 |
44,8 |
|
Alto |
0 |
0 |
0 |
0 |
15 |
25,9 |
15 |
25,9 |
|
Total |
16 |
27,6 |
24 |
41,4 |
18 |
31 |
58 |
100 |
|
Mujer |
Bajo |
20 |
32,3 |
2 |
3,2 |
0 |
0 |
22 |
35,5 |
Medio |
0 |
0 |
28 |
45,2 |
3 |
4,8 |
31 |
50 |
|
Alto |
0 |
0 |
0 |
0 |
9 |
14,5 |
9 |
14,5 |
|
Total |
20 |
32,3 |
30 |
48,4 |
12 |
19,3 |
62 |
100 |
En los resultados se observa que al igual que en el caso anterior los varones muestran actitudes más violentas que las mujeres, dado que en nivel bajo particularmente en el caso de los varones, está el 29.3% y en el caso de las mujeres, el 35.5%. y en el nivel alto, en el caso de los varones, alcanzan el 25.9%, y en el caso de las mujeres, alcanzan el 14.5%, en ese mismo nivel; concluyendo que los varones son mucho más violentos que las mujeres, de acuerdo a la dimensión de violencia psicológica.
Las dimensiones de la variable de estudio muestran que el 30% presenta un nivel de violencia familiar bajo, el 45% medio y el 25% alto. El 27,5% tiene autoestima positiva baja; 40% regular y 32,5% elevada. Según los datos de la tabla 4 para la Institución Educativa Secundaria Rural en Amazonas, se observa que el 27,5% exhibe un bajo nivel de violencia familiar; al mismo tiempo, su autoestima positiva es elevada.
En el resultado, muestra que el 35% es nivel medio de violencia familiar junto con una autoestima positiva regular. Sin embargo, un 19,2% experimenta un nivel alto de violencia familiar, siendo su autoestima positiva baja. De acuerdo a la prueba de hipótesis, se evidencia que el nivel de significancia es inferior a 0,05, lo que conlleva el rechazo de la hipótesis nula y, por ende, la aceptación de la hipótesis alternativa. Este resultado indica la existencia de una relación inversa media entre la violencia familiar y la dimensión de autoestima positiva, destacada por un notable coeficiente de correlación negativo de -0,587. Según Gora y Minaya (2021) sobre violencia y autoestima, al relacionar variables, concluye que existe una relación inversa significativa entre violencia familiar y autoestima. De acuerdo a los resultados de la violencia escolar con la autoestima negativa, se tiene que el 30% de estudiantes presenta un nivel de violencia familiar bajo; el 45% medio y el 25% alto.
El 21,7% tiene autoestima negativa baja; el 76,7% regular y el 1,6% elevada. Según la información presentada en la tabla 7 para la IES rural en Amazonas, el 26,7% de los estudiantes presenta un nivel bajo de violencia familiar, al mismo tiempo que muestra una autoestima negativa elevada. Además, el 37,5% representa un nivel medio de violencia familiar junto con una autoestima negativa regular. Sin embargo, un 12,5% experimenta un nivel alto de violencia familiar, y tanto su autoestima negativa como regular son bajas en igual medida. Según la prueba de hipótesis, se observa que el nivel de significancia es menor a 0,05, lo cual implica el rechazo de la hipótesis nula y, por consiguiente, la aceptación de la hipótesis alternativa.
Este hallazgo señala la presencia de una relación inversa entre la violencia familiar y la dimensión de autoestima negativa, evidenciada por un significativo y considerable coeficiente de correlación negativo de -0,735. Al comparar los resultados obtenidos, encontramos que existen coincidencias con el estudio realizado por Denegri et al, (2021), estudio que relaciona la violencia familiar y la autoestima. Particularmente se observa que hay una relación inversa mediana, pero significativa con la autoestima negativa; por tanto, infiere que, al estar su muestra de estudio, expuesta a escenarios de violencia, desarrollan autoestima negativa; y la autoestima positiva será fortalecida cuando no se encuentran en un entorno de violencias.
También se encuentran similitudes con el estudio de Olivera-Carhuaz y Yupanqui-Lorenzo (2020), sobre violencia y autoestima en alumnos de secundaria de Moquegua, al concluir que existe relación inversa entre violencia escolar y autoestima, lo que significa que, a mayor violencia escolar, menos autoestima en los alumnos. Asimismo, en los resultados asociados al sexo, se observa que los varones muestran actitudes más violentas físicas que las mujeres, dado que en el nivel bajo, en el caso de los varones, es del 27.6%, y en el caso de las mujeres, el 32.3%, y sumando los niveles medio y alto, en ambos sexos, en el caso específico de los varones, es alcanzado por más del 72%; mientras que en las mujeres, es alcanzado por el 67.7%.
La violencia tiene presencia en ambos sexos; asimismo, en la violencia psicológica, los varones muestran actitudes más violentas que las mujeres, dado que en el nivel bajo, en el caso de los varones, está en el 29.3%, y en el caso de las mujeres, es el 35.5% en el nivel alto. En el caso de los varones, alcanzan el 25.9%, y las mujeres alcanzan el 14.5% en ese mismo nivel; concluyendo que los varones son mucho más violentos que las mujeres, de acuerdo a la dimensión de violencia psicológica.
En la autoestima positiva por sexo, se tiene que el 36.2% de los varones tiene una autoestima baja, y el 19.4% de las mujeres se ubican en ese mismo nivel, mientras que el 27% de los varones tiene una autoestima positiva elevada; y el 37.1% de las mujeres alcanza una autoestima elevada. Esto significa que las mujeres se sienten más importantes y se valoran más que los varones. En el caso de la autoestima negativa, el 22.4% de los varones está en el nivel bajo, y en el caso de las mujeres, el 20.9; es decir, hay una ligera ventaja favorable a las mujeres, mientras que en la autoestima negativa.
Se observa que hay un empate estadístico tanto en varones como en mujeres, en la autoestima elevada; al comparar los resultados, encontramos similitudes con el estudio de Kumar (2022), sobre autoestima, apego y funcionamiento familiar, al concluir que el 51% de mujeres tiene un nivel alto de autoestima; en cuanto al funcionamiento familiar, en el 30% de familias aproximadamente está presente la violencia entre sus integrantes; y su conclusión fue que el apego es fundamental para el desarrollo de la autoestima, así como también para el buen funcionamiento familiar. Por último, también se tiene en cuenta el estudio de Muslu (2020). En su estudio de familia, escuela y violencia, concluye que es necesario trascender en la familia con charlas y orientaciones que son necesarias para entender, explicar y reducir los casos de violencia que tienen fuerte repercusión en los alumnos.
5. Conclusiones
Se resalta la relación inversa significativa entre la violencia familiar y la autoestima de los estudiantes en contextos rurales. Se evidencia que la exposición a violencia intrafamiliar impacta de manera adversa la autovaloración de los alumnos, afectando su desarrollo emocional y académico. Estos resultados sugieren que, a medida que la violencia familiar aumenta, la autoestima de los estudiantes disminuye, lo que limita sus capacidades de adaptación y rendimiento en el entorno escolar.
Esta correlación negativa permite proponer una nueva perspectiva teórica que integra las dinámicas familiares y los efectos psicosociales en estudiantes rurales. Es fundamental desarrollar intervenciones que consideren la realidad cultural y social de estas comunidades, promoviendo entornos educativos que fortalezcan la autoestima y reduzcan la incidencia de comportamientos violentos.
Los hallazgos del estudio refuerzan la importancia de considerar la violencia familiar como un factor determinante en el desarrollo emocional y académico de los estudiantes en contextos rurales. La relación inversa significativa entre violencia familiar y autoestima, con un coeficiente de correlación negativo de -0.704, evidencia que las dinámicas familiares adversas no solo afectan la percepción personal de valor y competencia de los estudiantes, sino que también limitan su capacidad de adaptación social y rendimiento escolar.
La implementación de programas educativos y de intervención psicosocial que fortalezcan la autoestima y promuevan entornos familiares positivos es crucial para romper el ciclo de violencia y mejorar las oportunidades de desarrollo integral de los estudiantes. Estos resultados coinciden con estudios previos que destacan el papel de la autoestima como un mediador crítico en el impacto de la violencia familiar en el desarrollo psicosocial.
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