Universidad del Zulia (LUZ)
Revista Venezolana de Gerencia (RVG)
Año 29 No. Especial 12, 2024, 1112-1128
julio-diciembre
ISSN 1315-9984 / e-ISSN 2477-9423
Como citar: Gámez, K., Álvarez, L., Pérez, S. I., y Pérez, J. C. (2024). Estilo de vida del jornalero agrícola: un análisis comparativo del ingreso y gasto. Revista Venezolana De Gerencia, 29(Especial 12), 1112-1128. https://doi.org/10.52080/rvgluz.29.e12.15
Estilo de vida del jornalero agrícola: un análisis comparativo del ingreso y gasto
Gámez Gámez, Karina*
Álvarez Flores, Lorena**
Pérez Chavira, Seidi Iliana***
Pérez Murillo, José Cupertino****
Resumen
Los jornaleros agrícolas en San Quintín, Baja California, enfrentan condiciones laborales precarias debido a la informalidad del empleo. La investigación caracteriza el estilo de vida de los jornaleros agrícolas como grupo vulnerable, en muchas de las ocasiones migrantes y cuyo empleo es por temporada. A nivel generacional, se analizan las distintas generaciones laborales y cómo los cambios tecnológicos y sociales influyen en sus ingresos y gastos. La investigación utilizó un enfoque cualitativo, no experimental y transversal. Se realizó una revisión de literatura sobre salud financiera, adaptando un instrumento basado en la Encuesta Nacional de Salud Financiera 2023, para evaluar el estilo de vida, los ingresos y sus gastos. Se aplicaron 439 encuestas a trabajadores eventuales del campo a través de herramientas digitales. El instrumento fue validado con un coeficiente de consistencia interna de 0.917 (alfa de Cronbach), indicando alta fiabilidad en los resultados obtenidos. Uno de los hallazgos que se identificaron es que la generación millennial es la que mayor ingreso percibe. Además, se encontraron diferencias significativas entre la generación X y la generación Z con respecto a los gastos que realizan. Se concluye que ha habido avances en el bienestar financiero de los jornaleros; sin embargo, aún falta acceso a la educación financiera.
Palabras clave: jornaleros agrícolas; ingreso; gasto; salud financiera.
Recibido: 21.06.24 Aceptado: 16.09.24
* Doctora en Ciencias Administrativas, adscrita a la Facultad de Ingeniería y Negocios, San Quintín de la Universidad Autónoma de Baja California. Correo: gamezka@uabc.edu.mx (autor de correspondencia) ORCID: https://orcid.org/0000-0002-7556-4885
** Doctora en Contaduría, adscrita a la Facultad de Ingeniería y Negocios, San Quintín de la Universidad Autónoma de Baja California. Correo: alvarez.lorena@uabc.edu.mx. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-9670-6264
*** Doctora en Contaduría, adscrita a la Facultad de Ingeniería y Negocios, San Quintín de la Universidad Autónoma de Baja California. Correo: seidi@uabc.edu.mx. ORCID: https://orcid.org/0000-0001-9707-0520
**** Maestro en Tecnologías de la Información y Comunicación, adscrito a la Facultad de Ingeniería y Negocios, San Quintín de la Universidad Autónoma de Baja California. Correo: cuper@uabc.edu.mx. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4939-654X
Lifestyle of the agricultural day laborer: a comparative analysis of income and expenditure
Abstract
Agricultural laborers in San Quintin, Baja California, face precarious working conditions due to the informality of employment. The research conceptualizes agricultural laborers as a vulnerable group, often migrants and whose employment is seasonal. At the generational level, the different working generations are analyzed and how technological and social changes influence their income and expenses. The research used a qualitative, non-experimental and transversal approach. A literature review on financial health was carried out, adapting an instrument based on the 2023 National Financial Health Survey, to evaluate lifestyle, income and expenses. 439 surveys were applied to temporary field workers through digital tools. The instrument was validated with an internal consistency coefficient of 0.917 (Cronbach’s alpha), indicating high reliability in the results obtained. One of the findings that were identified is that the millennial generation is the one that earns the highest income. In addition, significant differences were found between generation X and generation Z with respect to the expenses they make. It is concluded that there has been progress in the financial well-being of day laborers, however there is still a lack of access to financial education.
Keywords: agricultural laborers; income; expenditure; financial health.
1. Introducción
Los jornaleros agrícolas son uno de los grupos más vulnerables en el área rural, ya que enfrentan una situación económica difícil caracterizada por ingresos bajos en la mayoría de los casos y variables, asociados a trabajo por temporada y en ocasiones a la informalidad del empleo, así como a las variaciones (cambios) en la demanda de mano de obra para la producción agrícola. Este tipo de trabajo generalmente se encuentra en el sector informal debido a que las personas son migrantes de otros estados del país, por lo general de Sinaloa, Chiapas y Guerrero (Instituto Nacional de Estadística y Geografía [INEGI], 2020), quienes se trasladan sin documentación alguna, lo que impide un registro formal en las empresas que laboran y, por consecuencia, que no tengan acceso a servicios de salud, vivienda, pensiones y otras prestaciones que reciben trabajadores de otros sectores económicos.
Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2022), los jornaleros agrícolas en América Latina se enfrentan a condiciones laborales inestables debido a la informalidad, la cual impide que una gran mayoría reciba un salario digno o tenga acceso a los beneficios que otorgan los contratos formales. En algunos países como México, a pesar de que existe normatividad que protege los derechos laborales de los trabajadores del campo, la implementación de estas leyes es débil, lo que provoca que muchos jornaleros se vean obligados a aceptar condiciones de trabajo injustas.
Son varios los países de América Latina donde se han creado leyes que establecen un salario mínimo para los trabajadores agrícolas, pero la falta de aplicación efectiva de estas regulaciones, especialmente en el sector informal, contribuye a que muchos jornaleros reciban menos que el salario estipulado (Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL, 2022). Al respecto, un estudio manifiesta que los jornaleros migrantes son uno de los grupos sociales más marginados y vulnerables que trabajan en condiciones y ambientes laborales precarios.
En esa misma línea, la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2023) destaca que el ingreso promedio mensual de un trabajador agrícola en América Latina oscila entre $300 y $500 USD mensuales, dependiendo del país y la estacionalidad de las cosechas. Este salario se encuentra muy por debajo del salario promedio en otros sectores urbanos, lo que resalta las condiciones de carencia del trabajo agrícola. De acuerdo con Salgado-Viveros y Stabridis, (2024), el trabajador agrícola recibe un salario promedio de 4,257 pesos, lo que representaría en promedio un 46.4% menor que el de un trabajador no agrícola.
En el Estado de Baja California, que es una de las regiones más productivas en términos de horticultura y cultivos como tomates, fresas y pepinos, los jornaleros experimentan una variabilidad significativa en sus ingresos, presentando la misma situación que en otras regiones al enfrentarse a retos específicos relacionados con el acceso a empleo, a los altos costos de vida y a la falta de políticas laborales locales específicas o con falta de una supervisión eficiente. En general, los salarios en la agricultura suelen estar por debajo del promedio nacional debido a la informalidad laboral y la temporalidad de los contratos. Según el INEGI (2023), el ingreso promedio de los jornaleros agrícolas en México es de $350 pesos mexicanos diarios (aproximadamente $17 USD). Sin embargo, este ingreso es bajo en comparación con otras actividades laborales, lo que refleja la inestabilidad del trabajo agrícola en el país.
Conocer el estilo de vida de los jornaleros agrícolas en el municipio de San Quintín, considerando que representan en gran medida la fuerza laboral de la población económicamente activa (PEA), permitirá conocer el estado actual para el diseño de estrategias que conlleven la mejora de la calidad de vida de los trabajadores y, por consecuencia, el desarrollo de la economía local. El objetivo de la presente investigación fue caracterizar el estilo de vida de los jornaleros agrícolas con respecto al ingreso percibido y los gastos que efectúan quienes conforman la mano de obra de los campos productores en el municipio de San Quintín, Baja California.
2. Estilo de vida del jornalero agrícola
Los seres humanos, al formar parte de una comunidad, van adquiriendo un comportamiento que dictamina su actuar dentro de la misma, aunando características que ya sean sociales, ambientales, políticas y económicas. El estilo de vida conceptualizado por Dumont y Clua (2015) refiere a las experiencias y las decisiones de los sujetos y las disposiciones y los procesos de socialización regulados desde variables estructurales. A su vez, Álvarez (2012) considera los estilos de vida como una decisión racional a la vez que se indaga en las condiciones materiales, sociales y culturales de las que dispone para la adopción de unos comportamientos determinados.
Los jornaleros agrícolas se caracterizan por ser empleados del campo y migrar hacia donde inician las labores de siembra y cultivos agrícolas. Las migraciones son relevantes porque implican una reconfiguración de las relaciones económicas, sociales y culturales de sus sitios de origen y destino (Gámez, Wilson y Boncheva, 2010). La mayoría de los trabajadores agrícolas son migrantes indígenas con la finalidad de encontrar un trabajo que mejore sus condiciones de vida; estos poseen una cultura arraigada a usos y costumbres.
En el caso específico de Baja California, el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable (CEDER, 2022) reporta que los jornaleros agrícolas pueden ganar entre $150 pesos y $300 pesos diarios, dependiendo de la cosecha y las condiciones laborales. Durante la temporada alta de cosechas (principalmente entre noviembre y mayo), algunos jornaleros pueden recibir hasta $380 pesos diarios, pero estos ingresos no son constantes, ya que la demanda de mano de obra disminuye en temporada baja. En relación con la creación del salario mínimo para el jornalero agrícola por parte de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CONASAMI), se estableció que a partir del 1 de enero del 2024 el trabajador del campo recibirá un salario mínimo de $374.89 pesos diarios para los municipios ubicados en la Zona Libre de la Frontera Norte (Ensenada y San Quintín) y un salario de $281.42 pesos diarios para el resto del país como mínimo por jornada laborada, lo cual representa un 20% de incremento a los salarios antes mencionados (Asociación Mexicana de Horticultura Protegida, AC [AMHPAC], 2024).
A pesar de las contribuciones que realizan los jornaleros al sector agrícola, estos trabajadores siguen enfrentando una difícil situación económica debido a los altos gastos que deben cubrir con sus ingresos limitados. Estos gastos incluyen transporte, vivienda, alimentación y atención médica, los cuales absorben parte significativa de sus ingresos. Aunque se han realizado iniciativas para la creación de políticas que intenten mejorar las condiciones laborales, las faltas de acceso a derechos laborales continúan siendo obstáculos importantes. En consecuencia, a pesar de la importancia que tienen en la economía de las regiones, los ingresos de los jornaleros agrícolas siguen siendo bajos y su capacidad de ahorro se ve en muchas ocasiones afectada por los altos gastos que enfrentan. Esta falta de equilibrio económico se ve agravada por la falta de normas laborales efectivas que garanticen mejores condiciones laborales y sociales.
Por ejemplo, en Baja California, muchos jornaleros deben viajar desde zonas rurales hasta los campos de cultivo, lo que representa un gasto importante. En 2022, el 24.5 % de la población jornalera agrícola tenía un ingreso inferior a la Línea de Pobreza Extrema (LPEI), que representó cerca de 600 mil personas. Asimismo, el 61.4 % de la población jornalera contaba con un ingreso inferior al (LPEI), lo que equivale a 1.4 millones de personas. Con la finalidad de conocer la estructura del gasto de sus hogares, se exploró la proporción de gasto según rubro. Al respecto, se encontró que la población jornalera dedicaba una mayor proporción de su gasto en alimentos (51.8 %) que a nivel nacional (44.6 %); en contraste, la proporción de gasto en transporte, vivienda y educación y esparcimiento de las y los jornaleros fue menor que el promedio nacional, en 3.5, 2.5 y 2.2 puntos porcentuales, respectivamente (CONEVAL, 2024).
La falta de acceso a viviendas adecuadas es un problema recurrente. En muchas ocasiones, los jornaleros se ven obligados a vivir en condiciones precarias, en viviendas proporcionadas por los empleadores o en alquileres informales. Según los autores Cano y Vargas (2022), en Baja California los jornaleros destinan entre el 15% y el 25% de sus ingresos a gastos de vivienda.
Esto se intensifica más en zonas rurales, donde los jornaleros a menudo deben alquilar viviendas temporales o habitar viviendas con escasos servicios básicos proporcionados por los empleadores, gastando entre el 20% y el 30% de sus ingresos en alquileres de viviendas en las zonas agrícolas (Zepeda y González, 2022). En áreas como San Quintín, donde se concentra una gran parte de la mano de obra agrícola, los precios de la vivienda son elevados debido a la alta demanda en temporada alta, lo que ocasiona aún más problemas a los trabajadores del campo.
Asimismo, los jornaleros deben destinar una porción significativa de sus ingresos a la compra de alimentos. De acuerdo con CONEVAL (2024), los trabajadores agrícolas destinan el 51.8% de su ingreso a la adquisición de alimentos, mientras que el resto de trabajadores destina solo el 44.6% a este gasto. De lo anterior se desprende que la situación laboral de los jornaleros agrícolas en Baja California refleja una grave inestabilidad del trabajo. Muchos jornaleros no tienen acceso a contratos formales ni a beneficios sociales, como seguridad social, atención médica o pensiones, lo que contribuye a una creciente desigualdad social.
Aunque muchos jornaleros agrícolas no tienen acceso a seguros de salud ni a prestaciones sociales, en algunos países se han implementado programas de salud pública para trabajadores rurales. Según el informe de la OIT (2022) sobre el trabajo rural en América Latina, los jornaleros destinan entre 5% y 10% de sus ingresos en atención médica, ya sea para consultas o medicamentos, lo cual es un gasto significativo dado lo bajos que son sus ingresos.
En relación con la informalidad y a la falta de derechos laborales, la mayoría de los jornaleros en Baja California trabajan por día recibiendo su pago al salir de su jornada laboral (saliendo y pagando), lo que les impide acceder a beneficios como vacaciones, seguridad social o servicios médicos. De acuerdo con el Informe sobre la situación de los trabajadores agrícolas en América Latina y el Caribe de la OIT (2022), alrededor del 70% de los jornaleros en Baja California carecen de acceso a prestaciones laborales básicas, lo que los expone a riesgos de salud y accidentes sin la protección adecuada.
También diversas investigaciones han abordado el tema de la “Explotación laboral y condiciones precarias que viven los jornaleros agrícolas en Baja California”; especialmente en el municipio de San Quintín se han presentado denuncias de explotación laboral y condiciones de trabajo indignas, como jornadas laborales de hasta 12 horas bajo el sol intenso sin descansos adecuados ni protección contra pesticidas o fertilizantes. En 2015, una serie de protestas en la región evidenció la explotación de los jornaleros agrícolas, quienes exigían mejores condiciones salariales y laborales.
Según un informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL, 2022), el 60% de los jornaleros agrícolas en Baja California viven en situación de pobreza, con ingresos que no superan lo mínimo para cubrir las necesidades básicas de alimentación, vivienda y salud. Esta pobreza se ve agravada por la migración interna de trabajadores de otras regiones rurales hacia Baja California, lo que aumenta la competencia por empleos de bajo salario y genera más presión sobre los recursos limitados de la región.
Es por ello que el trabajo agrícola en México y particularmente en Baja California, presenta un panorama económico difícil para los jornaleros, quienes enfrentan ingresos bajos y altos costos de vida. La informalidad laboral y la falta de políticas públicas efectivas sobrepasan su situación, lo que prolonga la pobreza y la marginación social de este sector. Para mejorar las condiciones y la calidad de vida de los jornaleros agrícolas, es crucial implementar reformas que promuevan la formalización del empleo agrícola, el acceso a beneficios sociales y mejores salarios, así como mejorar las condiciones del trabajo en el campo.
3. Conceptualizando los datos financieros de los jornaleros agrícolas
Los jornaleros agrícolas son personas que laboran en actividades relacionadas con la obtención o producción de alimentos primarios, realizando diversas tareas agrícolas, hortícolas, ganaderas, forestales, acuícolas, avícolas, apícolas, según la descripción de la Ley Federal del Trabajo (LFT). Los trabajadores del campo son considerados un sector vulnerable debido a que la oferta de trabajo es por temporada, así como a la demanda y esfuerzo físico que requieren las labores, además de ser común que requiera migrar a otras regiones de manera continua (Flores, 2022).
Los empleados que se desempeñan en actividades agrícolas y ganaderas en 2024 fueron de 3.49 millones de personas en Baja California, las cuales laboran en promedio 37.8 horas a la semana, percibiendo un salario promedio de 7,460 pesos mexicanos, de acuerdo a las estadísticas de Gobierno de México (2024). El bajo nivel de ingresos requiere un eficiente manejo de sus recursos; la salud financiera conlleva la administración del ingreso, acceso al uso de productos y servicios financieros como el ahorro, crédito, seguros y ahorro para el retiro (CONEVAL, 2015).
La inclusión y salud financiera favorece a todos los agentes de la sociedad, está relacionada de manera directa a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre los que se encuentran la igualdad de género, el trabajo decente y crecimiento económico, la reducción de desigualdades y el acceso a la industria, innovación e infraestructura. El acceso a la salud financiera se pone en riesgo ante diversos factores subjetivos como la falta de conocimientos, la pérdida de empleo, datos sociales y culturales como el idioma, etnia, edad, creencias, situación económica, género y orientación sexual (Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente [UNEP FI], 2022).
La exclusión financiera, además de las barreras sociales, existe debido a la falta de acceso a instituciones financieras en zonas rurales, a la insuficiente regulación de protección al usuario, así como a la escasa educación financiera y las barreras requisitorias que impiden el acceso al solicitar historiales crediticios, comisiones asociadas a los servicios y/o saldos mínimos promedio. La Política Nacional de Inclusión Financiera (PNIF) de México tiene como objetivo alcanzar la salud financiera de la población, a través del desarrollo de la habilidad del manejo de liquidez, capacidad para afrontar emergencias, tener metas de planeación financiera y control financiero a largo plazo (Comité de Educación Financiera, 2020).
La PNIF surge en 2020; sin embargo, desde una década antes realizó estudios previos sobre el tema, los cuales se enlistan en el cuadro 1:
Cuadro 1
Estudios del gobierno de México sobre inclusión financiera
Período Publicación |
Tema |
Objetivo |
2010 |
Modelos de Negocios para la Inclusión Financiera |
Valorar la posibilidad de establecer redes de distribución de servicios financieros habilitando comercios independientes. |
2011 |
Redes del Estado |
Identificar el papel de las Redes del Estado para facilitar el acceso de servicios financieros a localidades rurales. |
2011 |
Corresponsales bancarios en América Latina |
Generar estrategias viables para extender los servicios financieros a sectores marginados de la población |
2018 |
Medición del impacto de los corresponsales bancarios en la inclusión financiera en México |
Busca medir la cobertura e identificar las operaciones más frecuentes. |
2019 |
Alfabetización financiera en México |
Busca promover la conciencia, los conocimientos, habilidades y comportamientos necesarios para tomar decisiones financieras sólidas que conduzcan a la salud financiera.
|
2019 |
Fomentar la inclusión financiera de las mujeres a través de datos: El caso de México |
Concientizar la importancia de servicios financieros y coordinar iniciativas de intervención. |
2020 |
Impactos de la inclusión financiera |
Identificar impactos positivos de la inclusión financiera; resiliencia financiera, aprovechamiento de oportunidades, inversiones activas, incremento del bienestar social y empoderamiento de las mujeres.
|
2021 |
El crédito en México: productos, instrumentos y evolución |
Describe las principales características del financiamiento de la población mexicana, a partir de los datos de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera de 2018, 2015 y 2012. |
2022 |
Diagnóstico de la incorporación de la perspectiva de género en el que hacer de las entidades financieras de México |
Busca incorporar la perspectiva de género, identifica oportunidades comerciales para abordar un mercado desatendido, conociendo áreas de intervención y mejora. |
2022 |
Inclusión financiera de los municipios con mayor vulnerabilidad de asentamientos humanos por inundaciones. |
Presenta 23 mapas estadísticos que señalan los lugares, retos y oportunidades en el territorio mexicano para impulsar políticas públicas de inclusión financiera. |
2023 |
Inclusión financiera de las personas con Discapacidad: Retos y condiciones |
Presenta experiencias de personas con discapacidad, dignificando su rol como personas económicamente activas, usuarias de servicios financieros con múltiples barreras de acceso a estos. |
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (2024).
Para realizar el análisis y caracterización de los jornaleros agrícolas, es necesario realizar una revisión sistemática de la educación financiera y comprender sus variables como el ingreso, el gasto, el endeudamiento y las inversiones que se realizan.
Entre los estudios previos realizados en los que se indagan las variables de la salud financiera en los trabajadores se encuentra el realizado por Aguilar, Beltrán y Gaxiola (2024), en el que analizan el efecto de la autoeficacia financiera y el bienestar financiero en la satisfacción laboral de los trabajadores de una empresa maquiladora del estado de Chihuahua, encontrando una influencia positiva estadísticamente significativa.
Otro estudio realizado, pero para medir el nivel de educación financiera de los trabajadores corporativos del sector alimentario en México, fue realizado por García (2024), aplicando un tres a 325 trabajadores, en el que se encontró que poseen conocimientos básicos de educación financiera tanto hombres como mujeres.
El nivel de educación financiera se ha medido en diversos ámbitos, el laboral como los antes mencionados, o en estudiantes universitarios como el estudio realizado por Valenzuela, López y Aguilar (2022), en el que se infiere que los estudiantes visualizan como una alternativa el obtener financiamiento. La educación financiera podría, de acuerdo al estudio realizado por Mungaray, González y Osorio (2021), incrementar el ingreso mensual promedio que perciben los mexicanos a partir del manejo eficiente de sus recursos.
4. Edades generacionales
Los cambios en la conducta de las personas han motivado a los sociólogos a realizar investigación tratando de agrupar códigos y comportamientos de acuerdo a la edad de las personas y la época que han vivido; lo anterior debido a que en épocas actuales todas estas personalidades se encuentran aún en el ámbito laboral. Cada edad generacional tiene un conjunto de características agrupadas y estudiadas, las cuales se caracterizan en los siguientes párrafos. Cada generación ha tenido diferentes opiniones en cuanto a su inicio o final; sin embargo, los rangos que se definen son los comúnmente aceptados.
En opinión de Díaz-Sarmiento, López-Lambraño y Roncallo-Lafont (2017), la generación Baby boomers es la generación nacida entre los años 1946 y 1964; los miembros de esta generación son los nacidos en una época cuya característica fueron las familias numerosas y, por lo tanto, un disparado nacimiento de niños y niñas. Se ha afirmado que nacieron en época de paz y prosperidad económica.
Esta generación ha tenido que adaptarse a los cambios tecnológicos; se caracteriza por la cultura del esfuerzo y sacrificio, es una generación preocupada por la búsqueda de estatus, la lealtad y la calidad de vida (Díaz et al, 2017). Son una generación que, aun cuando ya es escasa en el ambiente laboral, se caracteriza por la participación y el espíritu en el trabajo, en poner corazón y humanizar la vida en la oficina, así como en crear ambientes igualitarios para todos. Esta generación ya se encuentra en el proceso de retiro del mercado laboral, o inclusive algunos ya se han retirado. Esta generación no creció dependiendo de la tecnología y fue criada en una favorable época económica (Smith y Nichols, 2015).
Tomando como base el rango de 1965 a 1980, la Generación X se encuentra actualmente en las edades de 44 hasta 59 años de edad. Preceden a los Baby Boomers y son padres de los Millennials y de los Centennials. Actualmente, en cargos de mando medio y alto, los X crecieron bajo la sombra de los Baby Boomers (Zemke, Raines y Filipczak, 2013). La generación X ha sido una denominación para las personas nacidas en el periodo comprendido entre 1965 a 1980 y son considerados como una generación con gran presencia actualmente en el mundo laboral; tienen la característica de ser ambiciosos, dado que fueron criados en una época de consumismo. Los individuos de la generación “X”, según este modelo, son arquetipos nómadas. Ellos han sido independientes desde niños (Chirinos, 2009). Fueron, además, la primera generación en donde ambos padres se integraron a la vida laboral por las condiciones económicas que prevalecían en la economía del hogar. Vivieron también el aumento de la demanda de divorcio y la desintegración del núcleo familiar, lo cual los orilló a formarse como personas independientes (Smith y Nichols, 2015). A este grupo de personas tampoco se les puede llamar nativos digitales porque en su época la tecnología era limitada a las personas con alto poder adquisitivo y en ámbitos muy específicos, principalmente laborales. Sin embargo, son la generación que visualizó la llegada del Internet a la vida cotidiana.
La Generación y/o millennials es el nombre que ha recibido la generación nacida entre los años 1981 a 1996. Los millennials son los hijos de los últimos boomers y de los primeros X, y crecieron en una cultura de niños protegidos y queridos (Zemke et al, 2013). Esta generación son los llamados nativos digitales y la primera generación realmente global, dada la conexión virtual a todo el mundo gracias a la incursión masiva del internet en todos los ámbitos. Son una generación a la que le gusta aprender, cambian constantemente su forma de trabajo y no conciben la vida sin tecnología. Tienden a carecer de la independencia de la generación “X”, lo cual crea otro conflicto generacional (Chirinos, 2009). Aunque son una generación que creció con tecnología, fueron los niños cuidados por sus familias; se puede decir que son muy sofisticados técnicamente, pero suelen carecer de habilidades interpersonales (Gilburg, 2007).
Madrigal, Madrigal-Moreno y Ávila-Carreón (2019) se refieren a los Millennials, para referirse a una generación que se viste de manera informal en su trabajo, son competitivos y tienen aspiraciones elevadas respecto al salario. Sin embargo, se ha caracterizado por no permanecer más de tres años en el mismo trabajo, ya que no buscan la permanencia, sino nuevas experiencias y desafíos en el ámbito privado y profesional o un pago más elevado que el anterior. Por eso los gerentes contratan a trabajadores maduros; son más confiables y comprometidos que los millennials (Madrigal et al, 2019).
La generación Z es en la actualidad la generación de más reciente incursión en el ámbito laboral; son caracterizados por vivir en una sociedad virtual; sus costumbres se basan en formatos digitales, estudian, leen y conviven “en línea”, han convertido los tutoriales de YouTube en sus maestros, prefieren trabajar a distancia.
5. Consideraciones metodológicas de la investigación
Con la intención de lograr el objetivo de esta investigación, se llevó a cabo una investigación cualitativa, no experimental y transversal. Se realizó una revisión de la literatura que brinda un soporte a las variables de investigación. El estudio se fundamentó en la adaptación del instrumento de investigación de la Encuesta Nacional de Salud Financiera 2023 diseñado por la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) con la finalidad de que los participantes lograran la comprensión de los ítems del mismo.
La población de este estudio consideró la base de trabajadores eventuales del campo que se encuentran inscritos en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) durante el año 2024, que arroja un total de 31,261 empleados (Secretaria de Trabajo y Previsión Social, 2024). Una vez que se conoció este dato, se determinó una muestra representativa de 381 trabajadores para encuestar y conocer su estilo de vida, sus ingresos y sus gastos.
La muestra fue calculada con un nivel de confianza del 95%. Para validar la confiabilidad y consistencia del instrumento, se utilizó el alfa de Cronbach’s con un coeficiente de 0.917, indicando una alta consistencia interna. Dicho instrumento fue aplicado de manera aleatoria, recolectando información de 439 jornaleros agrícolas, mediante la respuesta a una encuesta digital a través de un formulario de Google, el cual fue asistido por otra persona para facilitar el proceso de aplicación y respuesta. Para determinar la existencia de diferencias entre los grupos generacionales con respecto a la distribución del ingreso y el gasto, se utilizó el análisis estadístico de comparación de medias (ANOVA).
5.1. Caracterización del jornalero agrícola
A partir del análisis realizado, los resultados por cohorte generacional, tomando en cuenta la muestra representativa de la población, a partir de 439 empleados encuestados, como se muestra en la tabla 1. La población que actualmente se encuentra laborando y produciendo los alimentos que se consumen está mayormente conformada por empleados que pertenecen a la generación Z, representada por 209 (47%), seguida por la generación Millenials, en la que contestaron 177 (40%), y de la generación X, 48 trabajadores que representan el 10.9%. La generación con menor representatividad es la de los Baby Boomers; solo 5 empleados que representan el 1.1% participaron.
Tabla 1
Caracterización de los jornaleros agrícolas por cohorte generacional
|
Frecuencia |
Porcentaje |
Porcentaje válido |
Porcentaje acumulado |
|
Válidos |
Baby_boomers |
5 |
1.1 |
1.1 |
1.1 |
Generación_X |
48 |
10.9 |
10.9 |
12.1 |
|
Millenials |
177 |
40.2 |
40.3 |
52.4 |
|
Generación_Z |
209 |
47.5 |
47.6 |
100.0 |
|
Total |
439 |
99.8 |
100.0 |
|
|
Perdidos |
Sistema |
1 |
.2 |
|
|
Total |
440 |
100.0 |
|
|
Con respecto al ingreso que perciben los jornaleros agrícolas, en participantes de esta investigación se encontró que la generación millenials, que representa un 40.2% de los encuestados, percibe un sueldo promedio mayor al resto de las generaciones en activo, seguido en promedio por la generación X, generación Z y baby boomers (tabla 2).
Tabla 2
Sueldo promedio semanal por cohorte generacional
|
N |
Media |
Desviación típica |
Error típico |
Intervalo de confianza para la media al 95% |
Mínimo |
Máximo |
|
Límite inferior |
Límite superior |
|||||||
Baby_boomers |
5 |
3038.0000 |
1557.39205 |
696.48690 |
1104.2424 |
4971.7576 |
650.00 |
4750.00 |
Generación_X |
48 |
3481.5833 |
1580.16473 |
228.07713 |
3022.7513 |
3940.4153 |
1500.00 |
8250.00 |
Millenials |
177 |
3688.5254 |
2052.08761 |
154.24435 |
3384.1189 |
3992.9320 |
.00 |
21050.00 |
Generación_Z |
209 |
3192.2679 |
1442.16009 |
99.75630 |
2995.6049 |
3388.9310 |
.00 |
8800.00 |
Total |
439 |
3422.2301 |
1739.49518 |
83.02158 |
3259.0599 |
3585.4002 |
.00 |
21050.00 |
Al analizar por porcentajes descriptivos los gastos y/o servicios que cubren los empleados agrícolas, se puede observar que de la generación de baby boomers, pagan y tienen acceso a luz (100%), teléfono fijo e internet (40%), agua por tubería (80%), celular o teléfono móvil (100%); solo el 20% cuenta con computadora portátil y ninguno paga servicios de televisión por cable (tabla 3).
Tabla 4
Servicios y gastos realizados por cohorte generacional
Edad_generacional |
||||||
Baby_boomers |
Generación_X |
Millenials |
Generación_Z |
|||
Luz |
No |
% del N total de fila |
0.0% |
10.4% |
6.2% |
5.7% |
Si |
% del N total de fila |
100.0% |
89.6% |
93.8% |
94.3% |
|
Teléfono fijo |
No |
% del N total de fila |
60.0% |
77.1% |
82.5% |
77.0% |
Si |
% del N total de fila |
40.0% |
22.9% |
17.5% |
23.0% |
|
Internet fijo |
No |
% del N total de fila |
60.0% |
33.3% |
44.6% |
26.8% |
Si |
% del N total de fila |
40.0% |
66.7% |
55.4% |
73.2% |
|
Agua por tubería |
No |
% del N total de fila |
20.0% |
18.8% |
43.5% |
32.5% |
Si |
% del N total de fila |
80.0% |
81.3% |
56.5% |
67.5% |
|
Televisión por cable |
No |
% del N total de fila |
100.0% |
81.3% |
69.5% |
77.0% |
Si |
% del N total de fila |
0.0% |
18.8% |
30.5% |
23.0% |
|
Celular |
No |
% del N total de fila |
0.0% |
4.2% |
4.0% |
2.9% |
Si |
% del N total de fila |
100.0% |
95.8% |
96.0% |
97.1% |
|
Computadora portátil |
No |
% del N total de fila |
80.0% |
81.3% |
83.1% |
57.4% |
Si |
% del N total de fila |
20.0% |
18.8% |
16.9% |
42.6% |
La generación X cubre los servicios básicos de luz (89.6%), agua (81.3%), internet (66.7%); el 95.8% cuenta con teléfono celular, pero no tienen computadora ni servicio de televisión por cable (81.3%). Un hallazgo interesante es que, a mayor juventud, más variantes son los porcentajes de acceso y cobertura de servicios básicos. Aun cuando se mantienen las tendencias, la generación millennials cuenta con luz (93.8%), teléfono celular (96%), agua por tubería (56.5%), el 83% no tiene computadora móvil y el 69.5% no cuenta con servicios de televisión de paga.
Con la generación Z, los cambios en servicios más relevantes se encuentran en el contar con un computador móvil, ya que el 42.6% de los jornaleros agrícolas indicó contar con al menos un equipo de este tipo. Asimismo, se muestra un incremento importante en el acceso a internet; casi las dos terceras partes (73%) cuentan con este servicio.
La tabla 4 muestra los resultados del análisis de varianza (ANOVA) realizada por cohorte generacional con la variable de gasto. Obteniendo un nivel de significancia de 0.007, al ser este valor menor que 0.05, indica que existen diferencias estadísticamente significativas entre los grupos comparados por cohorte generacional.
Tabla 4
ANOVA de variable gasto por generación
|
Suma de cuadrados |
gl |
Media cuadrática |
F |
Sig. |
Inter-grupos |
4.528 |
3 |
1.509 |
4.123 |
.007 |
Intra-grupos |
159.250 |
435 |
.366 |
|
|
Total |
163.778 |
438 |
|
|
|
Al realizar el comparativo intragrupos mediante el método de Scheffé, se detecta que existen diferencias significativas entre los grupos de la Generación X con la Generación Z (0.04) de los gastos que realizan (tabla 5).
Tabla 6
Comparaciones múltiples
(I) Edad_generacional |
(J) Edad_generacional |
Diferencia de medias (I-J) |
Error típico |
Sig. |
Intervalo de confianza al 95% |
|
Límite inferior |
Límite superior |
|||||
Baby_boomers |
Generación_X |
-.01667 |
.28433 |
1.000 |
-.8146 |
.7813 |
Millenials |
.09572 |
.27438 |
.989 |
-.6743 |
.8658 |
|
Generación_Z |
.26193 |
.27381 |
.822 |
-.5065 |
1.0304 |
|
Generación_X |
Baby_boomers |
.01667 |
.28433 |
1.000 |
-.7813 |
.8146 |
Millenials |
.11239 |
.09846 |
.729 |
-.1639 |
.3887 |
|
Generación_Z |
.27859* |
.09684 |
.042 |
.0068 |
.5504 |
|
Millenials |
Baby_boomers |
-.09572 |
.27438 |
.989 |
-.8658 |
.6743 |
Generación_X |
-.11239 |
.09846 |
.729 |
-.3887 |
.1639 |
|
Generación_Z |
.16621 |
.06181 |
.066 |
-.0073 |
.3397 |
|
Generación_Z |
Baby_boomers |
-.26193 |
.27381 |
.822 |
-1.0304 |
.5065 |
Generación_X |
-.27859* |
.09684 |
.042 |
-.5504 |
-.0068 |
|
Millenials |
-.16621 |
.06181 |
.066 |
-.3397 |
.0073 |
|
*. La diferencia de medias es significativa al nivel 0.05. |
Se observa que el grupo de jornaleros que percibe un mayor ingreso promedio es la generación millennial, seguido por la generación X y en tercera posición se encuentra la generación Z. Se esperaría que a mayor ingreso tuviesen mayores gastos o servicios; sin embargo, en el análisis de gasto por generación resulta que la generación Z, que percibe menor ingreso, realiza mayores gastos. Es importante hacer énfasis en que el análisis está previsto con la variable de gasto; no obstante, en futuras investigaciones debe incluirse la variable financiamiento y ahorro. Se podría considerar que la generación Z está recurriendo a la obtención de créditos, dado que sus gastos son mayores y son la generación de menor ingreso financiero. Asimismo, se esperaría que la generación millennial y la generación X, al tener un mayor ingreso y menores gastos, contaran con ahorro y planes futuros que podrían incidir en la mejora de su calidad de vida.
6. Conclusiones
La base laboral de los campos agrícolas se ve representada en un 87% por las generaciones millennials y generación Z, percibiendo un mayor ingreso la generación millennials comparada con la generación Z, lo cual se puede atribuir a la experiencia laboral. Al analizar los gastos que realizan, se observa que la totalidad de los participantes tiene acceso a los servicios básicos; sin embargo, se identificó que el acceso a la telefonía celular está cubierto en los jornaleros agrícolas.
Los gastos destinados al servicio de internet y adquisición de computadora portátil tuvieron un incremento gradual de manera generacional; es decir, las generaciones más jóvenes cuentan con un mayor acceso o lo han convertido en un gasto prioritario. De acuerdo a la literatura, la salud financiera considera el ingreso, el gasto, el ahorro y la inversión, así como el acceso a servicios financieros.
En este último sentido, el contar con mayor acceso a la tecnología móvil, internet y equipo de cómputo, se infiere que se han presentado avances en el bienestar financiero; sin embargo, aún existen barreras y desafíos que conllevan acciones del Estado para mejorar la calidad de vida de los jornaleros agrícolas a partir de la creación de políticas públicas.
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