Revista Arbitrada de la Facultad Experimental de Arte
de la Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela
NSAYO
AÑO 17 N° 30 JULIO - DICIEMBRE 2022 ~ pp. 45-52
Mayerlin Llamas Castro
Institución Universitaria de Bellas Artes
y Ciencias de Bolívar
Cartagena de Indias, Colombia
mayerlinllamas25@gmail.com
Recibido: 14-02-22
Aceptado: 02-04-22
Una mirada a la infancia: Los niños abandonados de
Danny Lyon
A look at childhood: The abandoned children of Danny
Lyon
El presente texto describe el relato de un grupo de niños en
la etapa de la infancia, en la película Los niños abandonados
(1975) del director Danny Lyon, fotógrafo y documentalista
estadounidense, realizada en la ciudad de Santa Marta
(Colombia), en la década de los setenta. Se pretende
describir la mirada que plantea la película alrededor de la
infancia en condiciones de calle y de abandono en la ciudad,
a través de elementos como las expresiones corporales,
gestuales y sonoras del lme. El análisis busca retomar la
conversación alrededor de los temas que plantea la película.
Palabras clave: Los niños abandonados, Danny Lyon,
infancia, años setenta.
This text describes the story of a group of children in the
childhood stage, in the lm The Abandoned Children (1975)
by the director Danny Lyon, American photographer
and documentary lmmaker, made in the city of Santa
Marta (Colombia), in the seventies. The purpose is to
describe the lms view of childhood in street conditions
and abandonment in the city, through elements such as
corporal, gestural and sonorous expressions in the lm. The
analysis seeks to pick up the conversation around the issues
raised by the lm.
Keywords: Abandoned children, Danny Lyon, childhood,
1970s.
Resumen Abstract
REVISTA ARBITRADA DE LA FACULTAD EXPERIMENTAL DE ARTE DE LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA. AÑO 17 Nº 30. JULIO - DICIEMBRE 2022
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SituArte
Introducción
El cine documental es parte de la historia y
la memoria individual o colectiva (Cortés, 2019) de las
sociedades posmodernas. Las entrevistas, archivos,
imágenes, sonidos y sujetos sociales que participan en
las historias, construyen la narración que opera bajo la
producción de los cineastas de no cción y sus múltiples
preguntas (Cortés, 2019).
El abanico de posibilidades narrativas que
logra exponer un documental puede ser enriquecedor
para el entendimiento de concepciones, imaginarios
y representaciones de comunidades, instituciones
o individuos de la sociedad en contextos históricos
especícos. De esta manera, problematizar grupos de
individuos como las subjetividades de los niños y niñas
pueden ser un reto para cualquier cineasta.
Si buscamos un panorama general de las variadas
concepciones sobre la infancia, entre el tiempo y el espacio,
podemos encontrar autores como Gómez y Alzate (2014),
quienes plantean un corpus documental sobre la infancia,
aquella que se comprende como una construcción social –
que no se reduce a una sola etapa de la vida, sino mucho
más que algo biológico– y al niño como un actor social y
un sujeto pleno de derecho en relación con el adulto, la
cultura de las masas, los juegos, el cuidado, la educación o
el castigo.
Desde otra concepción sobre la infancia, partimos
del cine, que se enfoca en la representación y la narrativa
cinematográca. Por ejemplo, Bácares (2018) señala que, en
las primeras décadas de la lmografía universal, los niños
solo eran vistos como seres tiernos e inocentes, promovidos
por el Child Star en Hollywood, tal como sucedía en las
películas de Shirley Temple. Pero, desde otra perspectiva,
cuando su presencia los convierte en protagonistas de
fenómenos históricos –como sucede en el Neorrealismo–,
los cineastas buscaron representar la infancia desde
sus dilemas o situaciones; tales como: vivir del trabajo,
participar en conictos bélicos, etc. (Bácares, 2018). Ejemplo
de ello son las películas: El limpiabotas, El ladrón de bicicletas
y Crónicas de un niño solo, de los directores De Sica y Favio.
Estas variadas concepciones de la infancia, la
representación y la narrativa cinematográca es importante
tenerlas en cuenta para comprender el acto de mirar en
un determinado contexto a los infantes partícipes de una
producción cinematográca, al igual que problematizar
las experiencias de la infancia que se construye según la
perspectiva de Alan Prout (2008, citado por Gómez y Alzate,
2014, p. 81): un niño individualizado por la multiplicidad de
experiencias (familias, escuela, entre otros), es actor de su
individualización, en el sentido de que él mismo es quien
en lo sucesivo da sentido y coherencia a sus experiencias”.
Ante la propuesta de problematizar la mirada
infantil desde la experiencia, observamos la obra
documental Los niños abandonados (1975) de Danny Lyon
(1942, Brooklyn, Nueva York, Estados Unidos), quien es
fotoperiodista, escritor y cineasta de documentales, que
viajó a Colombia en la década de los setenta, y hace parte
de la historia y la memoria. El documental expone el día a
día de unos niños que habitaban en las calles de la ciudad
de Santa Marta y nos presenta a unas chicas nombradas
como “Los arbolitos, en un contexto distinto al de los chicos
de calle.
Con respecto a lo anterior, para comprender
la experiencia de ser un niño de calle, es importante
conocer los aportes de la investigadora Pérez (2007), quien
señala que su análisis no solamente debería ser desde las
dinámicas sociales como la precariedad y exclusión, sino
también desde otras dimensiones como actores sociales
protagonistas de prácticas de integración distintas a las que
son admitidas y legitimadas socialmente (p. 72). Por tanto,
la importancia de las dinámicas de la vida cotidiana, como
las rutinas y las prácticas sociales especícas (en especial
con las diferencias de un niño entre vivir solo y convivir en
grupo en la calle), se convierte en una integración al sector
social de los “marginados”, con dinámicas que les van a
permitir a los infantes un arraigo en las calles para vivir a
largo plazo en ellas (Pérez, 2007).
De esta manera, con respecto a la capacidad del
niño como actor social y sus experiencias en las dinámicas
de la vida cotidiana, se trae a colación a Larrosa (2006),
quien resalta dos aspectos que nos ayudan a comprender su
presencia en el cine desde la mirada infantil con el tiempo
y el movimiento (el gesto). El primero es el tiempo del niño
con respecto al otro, al que de ningún modo accedemos.
Mientras el segundo son los gestos silenciosos del niño que
nos enfrenta y nos mira con un rostro misterioso. Asimismo,
el autor comprende que el rostro de la infancia no solo se
reere a que el cine observe y enseñe a mirar los gestos de
los niños, sino que el cine se enfrenta y nos enfrenta a una
mirada infantil. Aquí constituye “un niño que mira. Luego,
lo que ese niño está mirando. Y luego el silencio que lo dice
todo (Larrosa, 2006, p. 118).
El objetivo de este trabajo es identicar la mirada
de la infancia en la película de Danny Lyon, realizada
en la ciudad de Santa Marta (Colombia), basada en una
correlación entre la imagen, el diálogo y el componente
de la narración, como lo expresan los autores Cassetti y di
Chio (1990) un punto de partida para reexionar el universo
narrado desde los acontecimientos –“lo que sucede”–,
y los personajes –“a quien le sucede”–, producto de la
comprensión sobre la infancia en la película documental. El
cineasta retrata la imagen de los niños abandonados en un
relato cotidiano, según sus diversas características, como
son los gestos, lo corporal, las expresiones y los sonidos,
en un espacio dialéctico, de actividades y relaciones con la
sociedad en un contexto determinado.
El ensayo es una invitación a retomar la
conversación alrededor de la película de Danny Lyon y su
composición narrativa sobre la experiencia de la infancia
y el abandono, al tiempo que genera preguntas para que
el lector pueda reexionar sobre la temática y explorar
diferentes respuestas.
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Una mirada a la infancia: Los niños abandonados de Danny Lyon
Mayerlin Llamas Castro
Los niños abandonados: el
documental
El trabajo de Danny Lyon recibió un
reconocimiento por parte del Young/Whitney 2016, con
unos fondos para preservar sus películas de 16 mm,
incluyendo escaneos digitales de alta resolución a partir
de los rollos negativos originales (Bleak Beauty Blog, s.f.).
Sin embargo, en la década de los setenta el documental
Los niños abandonados no se logró exhibir en la televisión
norteamericana, ni en Latinoamérica (Semana, 2018), pero
a lo largo de los años logró mostrarse en museos, galerías,
festivales de cine, entre otros. En el 2018, después de la
restauración nalizada de la película por parte de The
Joan Hohlt and J. Roger Wich Foundation se publicó en la
plataforma Vimeo de manera gratuita.
Desde la restauración de la película, se propone
indagar el tema de la infancia, cuyo punto de partida es
cuestionar: ¿Cómo el cineasta mira el abandono en los
niños de la calle? Primero, Danny Lyon se ha caracterizado
por hacer parte del Nuevo Periodismo en los Estados
Unidos, quien con su cámara intenta acercarse al ritmo
de la cotidianidad según distintos grados de intervención
(Fernández y Roel, 2014). En 1972, el director viajó a la Ciudad
de Santa Marta y se acercó con su cámara ja a fotograar
a los niños
1
. Estos retratos fotográcos aparecen al inicio
de la película con sus respectivos nombres (Joselín, Simón,
Jorgito y el Cantor Iván Darío) y una chica adolescente con
el título de “Los arbolitos.
Para el año 1974, el director regresa a Colombia
con el propósito de realizar un documental con los niños.
En una entrevista publicada en Chicago Films Society (2017),
Danny Lyon relata que tuvo sus dudas sobre sí los niños
aún continuaban en el mismo lugar (a los alrededores de
la Catedral Basílica de Santa Marta) y, con mucha sorpresa
constató que ahí se encontraban, ya que los niños habían
regresado a la ciudad después de un tiempo de irse a otra
parte y, así empezó a grabar durante veinte días, para
completar una película de una hora: “Mientras hablábamos,
dijeron que se habían ido al interior –se subirían a los
etes y llegarían hasta Bogotá, que está muy arriba en
las montañas– y desde entonces habían regresado.
Empezamos a lmar al día siguiente (Lyon, 2017).
Este interés del director se relaciona con el
contexto colombiano de la década de los setenta. Bácares
(2018) señala que esta fue una época donde se iniciaron
los estudios acerca de los niños de calle en eventos y
seminarios, abarcando algunas discusiones sobre ellos
en la sociedad. Solo por mencionar, estos temas fueron
las razones biopolíticas, seguridad urbana, salud pública,
la asistencia escolar, el núcleo familiar y el crecimiento
1 Véase las fotografías de Danny Lyon Santa Marta, Colombia
1972, from the portfolio: Danny Lyon, 1979, Yale University
Art Gallery. (s. f.). Disponible en: https://artgallery.yale.
edu/collections/objects/29277
demográco, interés que comenzó en ese momento al ser
5.000 los niños que habitaban en las calles de Bogotá. Esta
situación no solo se dio en la capital del país, cada región
también presentó condiciones históricas singulares en
relación con los niños de calle por situaciones diversas. En
este sentido, la película reeja el retrato de una infancia
con unas dinámicas especícas en un espacio público
determinado, bajo la experiencia del abandono y las calles.
En la gura 1 se muestra a Joselín, el primer
entrevistado de la película, un niño de 12 años, quien viajó
de su lugar natal entre Barranca y Bucaramanga, hacia otras
ciudades, y llegó a Santa Marta con su amigo Iván, sin saber
cuánto tiempo se quedaría. En la secuencia, Joselín camina
en dirección hacia los otros chicos que duermen en una
esquina, detrás de la Catedral Basílica del Sagrario y San
Miguel de Santa Marta, y cruza por una tienda. La secuencia
continúa mostrándonos cómo los niños poco a poco se
levantan, mientras los adultos ahí presentes solo observan
a Joselín caminar y, de reojo, sospechan de la cámara, pero
al ser un espacio público, tal como señala el director en la
Revista Semana (2018), las personas no dicen nada.
Este es uno de los primeros fotogramas en el que
vemos a los niños reunidos, y los seguimos en diferentes
actividades. Se nos presenta su cotidianidad a través de
una cámara observacional, como un elemento en el que se
desenvuelve una duda indagatoria: ¿En qué condiciones se
encuentran y cómo terminaron en ellas?
El director participa en el documental con solo el
recurso de una voz en o, quien pregunta y conversa con el
entrevistador (este hace preguntas a los niños en español);
ambos señalan ciertas características en inglés con el
propósito de explicar la situación de los niños. Entre esas
mencionan que la policía no hace nada con ellos, ya que
piden comida, roban y duermen donde la noche los atrapa,
pero si se los llevan presos tendrán que alimentarlos, así
que los dejan en las calles.
estaba destinada a ser una película muy
perturbadora sobre niños sin hogar y, por
supuesto, el vehículo era la televisión, que hubiera
sido la televisión pública, y no la mostrarían.
Había una mujer muy importante a cargo de ello.
Ella lo vio y dijo: “No hay narrador”. (Lyon, 2017)
La película, a través de testimonios, canciones,
juegos y silencios nos enseña el tema del abandono desde la
capacidad de gestión de los niños, pero el relato no deja de
lado el lugar en el que se encuentran la mayoría del tiempo,
la Iglesia –punto institucional en que solo los niños entran a
jugar y dormir a las afueras, como una imagen en contraste–.
Por otro lado, se observa en la historia que los adultos
habitantes de la ciudad no tuvieron mucha interacción con
los niños de la calle –excepto en situaciones especícas,
donde los habitantes les entregan sobras, o se cruzan con
los niños en el cementerio, las plazas, y en la tienda–. Así, las
experiencias que relata la película muestran una cultura y
una estructura de vida urbana, social, económica y religiosa
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que se acerca a reejar una sociedad adulta, en una imagen
de contraste convertido en su otro, desde la perspectiva de
los niños con sus experiencias individualizadas y grupales,
así “transforma al adulto que lo dene, en su otro” (Donoso,
2017, p. 41).
Además, el documental no cuenta con un
narrador (aquella “voz de Dios que caracteriza a los clásicos
documentales de ese momento), que es un estilo propio
del Cinema Verité, en Francia y el Direct Cinema en Estados
Unidos de nes de la década del cincuenta a los sesenta,
con las características del uso de cámaras más ligeras, que
permitió mayor movilidad al camarógrafo, registrar el audio
de forma sincrónica a la imagen, rechazar la narración over
e intentar captar la realidad directamente, para que exista
espontaneidad (Lanza, 2013). Esta decisión de Danny Lyon
conduce al documental en una mirada infantil que nos
acerca a las vivencias de los niños y ser ellos partícipes
de la producción en proponer las actividades, incluyendo
los espacios para grabar, dicho por el director en una
entrevista: “yo traté de no interrumpir su cotidianidad, solo
quería verlos (…) Ellos mismos sugerían los lugares y las
actividades: la playa, matar pollos para comer, ir a dormir a
la iglesia o ir a jugar o a pedir comida (Semana, 2018).
La película dialogó entre los estilos
internacionales y los temas nacionales en Colombia, para
despertar el interés de la sociedad sobre los infantes en
el abandono y una mirada desde mostrar cómo niños
pequeños sobreviven, se aman y se apoyan unos a otros. Su
estilo de vida es tan poderoso (Semana, 2018).
Los niños en el abandono
En el transcurso del relato, la historia se nos
presenta con los recursos narrativos: de que sucede algo
(el abandono), y a quien le sucede (a los niños), con las
variables espacio y tiempo, en el tema de sus idas y venidas
a lugares, como su rutina cotidiana. De esta manera, las
entrevistas son el recurso que ilustra el pasado de los
niños, y nos presenta tres de ellas en primer plano, más una
canción que relata el suceso. Por tanto, entre las variables
espacio y tiempo, se nos señala que Santa Marta no es su
ciudad natal.
Figura 1
Fotograma Los niños abandonados (Danny Lyon, 1975).
Fuente: https://vimeo.com/user65587177
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Una mirada a la infancia: Los niños abandonados de Danny Lyon
Mayerlin Llamas Castro
Por ejemplo, en la gura 2 seguimos a Joselín,
quien aparece la mayor parte del tiempo, y la atención
de los distintos elementos narrados recaen sobre el niño.
El entrevistador le pregunta: ¿Hace cuánto llegaste aquí?,
¿a dónde fuiste?, ¿y aquí dónde vives?, ¿y tus padres?,
¿cuánto piensas durar aquí en Santa Marta? Las respuestas
de Joselín nos llevan a una situación que caracteriza el
documental, un niño que ha viajado mucho; –“Fui por allá
(...) y volví, fui por allá Bogotá, Barranca por allá, Barranquilla
y vine otra vez”– (00:00:57). Se trata de un niño que ha
viajado a distintas ciudades del país; se aburre de estar por
allá, y regresa a Santa Marta con Iván, a quien conoció hace
2 o 3 años en un viaje en carretera. También, la respuesta
a la pregunta de los padres como unidad de su pasado y
respuesta a las razones del abandono: –“Ya se han muerto,
no los conozco, no los conocí”– (00:01:43). Y consigo lo que
caracteriza el motor de la historia, las acciones de los niños
en viajar de un lado a otro, en la pregunta: “¿Dónde vives?”,
y Joselín contesta: “Por ahí” (00:01:22).
Otro ejemplo es Jorgito, quien responde a las
preguntas ¿Cómo viniste aquí?, ¿qué te gusta más el
colegio o estar afuera? Y el niño señala: –“En un tren de
carga (00:25:40). Y le gusta la escuela, pero se encuentra
en las calles, “Por qué no tenían con que darme unos
estudios” (00:25:55). Así mismo sucede con Simón, otro
niño entrevistado, que a las preguntas sobre su lugar
natal Barranca, responde: “Yo sí sé leer, yo sí estudié allá
(00:45:00). Pero arma que no volvería allá, porque no le
gusta la casa, e incluso expresa que le gustaría nuevamente
estudiar, si alguien le dispone.
Esta misma intención se expresa con la memoria
sonora del relato, la música a capela de Iván, El cantor, quien
con mucha nostalgia canta su experiencia de ser un niño
abandonado. Su composición señala que su vida es triste,
su madre lo ha abandonado, sus hermanos le dicen “Iván
Darío, no llores” (00:05:29). Su padre lo castigó y él se fue a
vivir a la calle, A conseguirme diez centavos pa comprarme
un pantalón (00:06:09). Aquí se resalta el vínculo familiar
roto en el pasado, y que ha llevado a Iván a un camino
distinto con el grupo de niños, cuyo carácter se maniesta
con la música –sean canciones de Nelson Ned u otros
artistas populares–, y con la corporalidad de un cantante
nos expresa su historia.
Los testimonios de los niños maniestan la propia
Figura 2
Fotograma de Joselín en Los niños abandonados (Danny Lyon, 1975).
Fuente: https://vimeo.com/user65587177
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acción de los personajes, aquellos con una trayectoria
marcada por la migración infantil, quienes dejan la escuela,
así como a sus familias, y le dan sentido y coherencia a su
experiencia, al enfrentarse a un modo de vida distinto. De
tal manera, como señala Pérez (2007) tienen un despojo
frente a su entorno, y se ven obligados a buscar un refugio,
por lo que se desplazan de un lugar a otro en búsqueda de
oportunidades, como una práctica en grupo.
El elemento narrativo del espacio temporal es
importante para adentrarnos a los distintos lugares que se
nos presentan: la ciudad y la calle. Ellos habitan distintos
espacios que transcurren en el día, por ejemplo, duermen
en las plazas o a los costados de la iglesia. La calle también
es el espacio donde consiguen alimentos, en especial, en
los restaurantes donde los adultos les entregan sobras, y
ellos las recogen en tarros. Además, también está el río –
un lugar para bañarse y jugar–, al igual que el cementerio
o el teatro, donde ven películas, para pasar el tiempo
y distraerse. Así vuelven a la rutina de ir a las tiendas y a
las casas a pedir comida. El espacio más recurrente es la
iglesia de Santa Marta, donde los niños conversan sobre
sus hechos cotidianos y discuten entre ellos, por ejemplo,
sobre conseguir dinero. Los niños se desenvuelven dentro
de estas dinámicas sociales, de tal manera que el grupo
desempeña un papel clave en el arraigo de los niños de la
calle” (Pérez, 2007, p. 74).
Esas dinámicas sociales se nos presentan en un
transcurrir no lineal de sucesos que demuestran el quehacer
de un grupo de niños de calle. Los lugares propuestos por
los niños y la mirada infantil, con una cámara observacional
que graba a la altura de sus ojos, se nos muestra con unas
actividades sociales, tal como señala Pérez (2007) los niños
van “a desarrollar dinámicas que no están únicamente
regidas por lógicas de supervivencia (p. 75). Por ejemplo,
en la gura 3 del documental vemos a los niños divertirse,
situados en el suelo en ronda, realizando una especie
de juego en el que se golpean las cabezas y se turnan,
Figura 3
Fotograma Los niños abandonados (Danny Lyon, 1975).
Fuente: https://vimeo.com/user65587177
convirtiéndose en una secuencia espontánea, llena de
risas entre ellos, para luego caminar juntos por la iglesia.
También en la gura 4 se presenta otra secuencia
de esta espontaneidad: los niños en un costado de la
entrada principal de la iglesia de Santa Marta juegan en una
tabla pequeña de madera con clavos incrustados, y mueven
en ella una canica (lo que parece ser una mesa de futbolito),
mientras, el sonido ambiente revela la diversión de la
situación, y uno de los niños narra lo que sucede, ngiendo
la voz de un presentador de radio. El grupo se convierte en
un colectivo de apoyo, acompañamiento y convivencia que
incluye actividades de tiempo libre y usar su entorno para
adquirir recursos.
Figura 4
Fotograma Los niños abandonados (Danny Lyon, 1975).
Fuente: https://vimeo.com/user65587177
Cada uno de los niños se adapta según el contexto
y las actividades que desempeñan, tales como cuidar sus
objetos personales (la cobija, la peinilla, sus tarros, etc.) y
los elementos que conservan a largo plazo en el grupo. Por
ejemplo, ellos reunidos discuten sobre el dinero y lo que
hicieron la noche anterior con una rueda que utilizan. De
tal forma, que uno de los niños con actitud seria –de quien
desconocemos el nombre– le señala a su compañero, quien
se encuentra fuera de cuadro: “Rodríguez, es que usted (…)
es que usted vino como a eso de la una de la mañana, y que
es que venía sin rueda (00:11:23). A lo que su compañero
responde: ¿Quién le dijo? Y el primer niño responde: “Una
pinta. Además lo acusa de vender la rueda, y quedarse con
el dinero. Los niños preocupados por la rueda piensan en las
acciones de sus compañeros para adquirir recursos, y cómo
seguirán los días siguientes. Así que “su comportamiento
no está únicamente regido por necesidades e intereses
inminentes, sino también por los de un “mañana (Pérez,
2007, p. 75). De esta manera, las escenas observacionales
sobre la mirada infantil señalan la experiencia de aquello
que les llama la atención, sus juegos, objetos, la manera de
buscar comida, entre otros aspectos, que incluyen risas y
silencios.
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Una mirada a la infancia: Los niños abandonados de Danny Lyon
Mayerlin Llamas Castro
Grupo de chicas: “Los arbolitos”
En el documental, la mayor parte de la historia
trata sobre los niños abandonados, pero en limitados
minutos (00:20:36-00:25:36) aparece un grupo de chicas,
cuyas experiencias y dinámicas sociales son distintas a
las mencionadas. “El cine nos ofrece siempre un pequeño
recorte del mundo, y por ello se funda en la elección de
un punto de vista (Donoso, 2017, p. 37). La elección sobre
el grupo de chicas también es parte de las decisiones del
director, y es importante que se tengan en cuenta para
problematizar la mirada infantil o juvenil, en el caso de ellas,
en la película.
De esta manera, se debe cuestionar la diferencia
de elección del director entre los niños de calle y las chicas.
Primero, a ellas no se les nombra individualmente, ni al
grupo de chicas que aparecen en planos conjuntos (g. 5),
sino que solamente se les referencia con el título de “Los
arbolitos” en las imágenes iniciales de la película, y son
vistas en unos momentos de diálogos cortos entre ellas, sin
un testimonio de entrevista expuesto en el montaje nal.
Por ejemplo, como vemos en la gura 5, el director intenta
acercarse a las chicas, quienes no viven en la calle, lo que
deja sin denir el sitio observado en la película, –en especial
la presencia de los adultos hombres– y los sucesos se nos
presentan con la muestra consensuada de los cuerpos
de ellas, que bailan con una música ambiente antes de
ducharse.
En el documental se nos muestra una escena,
donde a las chicas se les acerca un vendedor a convencerlas
sobre unas blusas que deberían comprar y que les queda
mejor por sus cuerpos, una de ellas le responde que no
está convencida por la tela y, en especial, por el precio. Esto
intenta mostrar una construcción de personajes femeninos
en un espacio del documental rodeado de estilos de ropa,
maquillaje, sexualidad, sin menciones a la familia, contrario
a las vivencias de los niños.
Por lo tanto, cuestionar la presencia de las
chicas en contraste a los niños de calle es problematizar
“la presencia o ausencia de enfoque de género en la
producción audiovisual” (Escalona y Zamora, 2018, p. 6).
Asimismo, se complejiza la mirada infantil o juvenil desde
Figura 5
Fotograma Los Arbolitos, en Los niños abandonados (Danny Lyon, 1975).
Fuente: https://vimeo.com/user65587177
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la perspectiva de las chicas y sus experiencias en la década
de los setenta, quienes en grupo ríen, cantan, compran, se
maquillan, entre otros.
Consideraciones nales
El propósito de este trabajo fue dialogar con el
documental y conocer las experiencias de los infantes, a
través de sus gestos, actividades, sonidos, entre otros que
nos permite rescatar las infancias olvidadas. La reexión
debe situarse en cuestionar el presente de los niños de
la calle, al igual que las chicas, con múltiples preguntas:
¿Cómo es el día a día de la infancia abandonada?, ¿en qué
condiciones están?, ¿cómo se expresan?, y problematizar
con las perspectivas de los infantes. Esto para mirar el
tiempo de una infancia en su cotidianidad, sus dinámicas
colectivas y las experiencias individualizadas de los niños
como actores sociales protagonistas en contextos históricos
especícos.
Por lo tanto, ¿cómo representar sus voces
infantiles?, ¿sus juegos?, ¿sus perspectivas? De reconocerlos,
no juzgar e ignorar su presencia en la sociedad. Asimismo,
cuestionar las dinámicas de la época, respondiendo
a las incertidumbres y problemáticas que ayuden a la
comprensión y valorización del abordaje de las infancias.
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