Rev. Téc. Ing. Univ.
Zulia. Vol. 44, Nº 2, Mayo-Agosto,
2021, 75-82
Eficiencia
de Uso del Agua en Riego por Goteo Superficial y Subsuperficial
en Zea mays L.
José Lauro
Conde-Solano1, Adriana Beatriz Sánchez-Urdaneta2, Ciolys Beatriz Colmenares de Ortega2*, Jorge
Ortega-Alcalá2 y Edison Ramiro Vásquez3
1Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad Técnica
de Machala. Machala,
Ecuador.
2Departamentos de Botánica
y Estadística, Facultad de Agronomía, Universidad del Zulia. Maracaibo,
Venezuela.
3Universidad Nacional
de Loja. Loja, Ecuador
*Autor de
correspondencia: ciolysc@gmail.com
https://doi.org/10.22209/rt.v44n2a02
Recepción: 08 de septiembre de 2020 | Aceptación: 12 de febrero
de 2021 | Publicación: 01 de abril de 2021
Resumen
En la
producción de alimentos el agua constituye un factor limitante; por ello, es
preciso alcanzar la máxima eficiencia del uso de este recurso en los sistemas
agrícolas. Se evaluó la eficiencia del uso de agua del riego por goteo
superficial y subsuperficial en el cultivo de Zea mays
L. Se cultivaron 1.600 m2 de maíz híbrido duro, con cuatro tratamientos:
riego por goteo superficial (T1, testigo) y subsuperficial a 10 (T2), 20 (T3) y
30 (T4) cm de profundidad, con cuatro repeticiones. En un diseño en bloques al
azar, cada unidad experimental tuvo 100 m2 (10 x 10 m). Se realizó
un análisis de varianza y comparación de medias mediante la prueba de Tukey. Se
evaluó el rendimiento, eficiencia del uso del agua (EUA), frecuencia, tiempo y lámina
de riego, y diámetro del bulbo humedecido. Hubo
diferencias estadísticas para todas las variables evaluadas (p<0,01), excepto para la lámina de
agua por riego por efecto de los tratamientos. El rendimiento
(10.263 kg/ha), EUA (7,92 kg/m3) y diámetro (0,145 m) del bulbo
húmedo fueron mayores en T3 y T4; la frecuencia de riego (3,6 días) y la lámina
total de agua fue menor en T3 y T4 (129 mm); el tiempo total de riego fue menor
en T4 (34,08 h). El riego por goteo subsuperficial a 20 y 30 cm de profundidad
presentó la mayor eficiencia.
Palabras
clave:
escasez de agua; maíz; sistemas agrícolas; rendimiento; tiempo de riego.
Water use Efficiency in Surface and Subsurface Drip Irrigation in Zea mays L.
Abstract
In food production, water is a limiting factor;
therefore, it is necessary to achieve maximum efficiency in the use of this
resource in agricultural, systems. The efficiency of the water use of surface
and subsurface drip irrigation in the Zea
mays L. crop was evaluated. 1,600 m2 of hard hybrid corn were
cultivated, with four treatments: superficial drip irrigation (T1, control) and
subsurface at 10 (T2), 20 (T3) and 30 (T4) cm deep and four repetitions. In a
randomized block design, each experimental unit was 100 m2 (10 x 10
m). The yield, water use efficiency (WUE), frequency, time and irrigation
sheet, diameter of the wetted bulb were measured. There were statistical
differences for all the variables evaluated (p<0.01), except for the sheet of water per irrigation due to the
effect of the treatments. Yield (10,263 kg/ha), WUE (7.92 kg/m3),
diameter wet bulb (0.145 m) were higher in T3 and T4; the frequency of
irrigation (3.6 days) and the total sheet of water was lower in T3 and T4 (129
mm); the total irrigation time was shorter in T4 (34.08 h). Subsurface drip
irrigation at 20 and 30 cm depth showed the highest efficiency.
Keywords: agricultural systems; maize;
water scarcity; yield; irrigation time.
Introducción
La demanda mundial de agua se ha
incrementado anualmente 1 % con relación al acrecentamiento de la población, el
desarrollo económico y los cambios en los patrones de consumo, entre otros
factores (WWAP, 2018). De acuerdo con de Miguel y Tavares (2015), el desafío
ambiental acerca de la gestión del agua, requiere alcanzar un equilibrio,
priorizando entre el crecimiento económico, la disminución de la pobreza, la
conservación del agua y el cambio climático; no obstante, se sigue manejando independientemente
de la gestión de los ecosistemas; por lo cual, se requiere un abordaje integral,
destacando la importancia del agua en los ecosistemas y la relación de su
gestión y manejo, con una perspectiva integral.
La escasez del recurso hídrico en muchas
regiones del mundo, especialmente en las zonas áridas y semiáridas, el alto costo
de utilización y la demanda de productos alimenticios agrícolas, requeridos por
una creciente población, hace que se busquen alternativas para mejorar la
eficiencia de uso o productividad del agua, especialmente en la agricultura, debido
a que este sector consume grandes volúmenes de este líquido, con el agravante
de que un alto porcentaje de este recurso representa uso consuntivo para la
planta (escorrentía, percolación profunda, evaporación
directa del suelo y evapotranspiración, entre otros) (Gomes et al.,
2011; Nieto et al., 2018; Papanatsiou et al., 2019).
Por lo que, Sánchez y Rivera (2018) indicaron que se hace necesario utilizar y
poner en práctica nuevas formas de aplicación en el riego, que se conocen son
eficientes, con lo cual se optimice el recurso hídrico y se obtenga una mayor
productividad y rendimiento de los cultivos.
Según la Organización
de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, 2019), la causa de la escasez de este preciado líquido está
dada principalmente por la agricultura; esencial para la seguridad
alimentaria, lo cual representa el 70 % de la
extracción de este recurso, alcanzando hasta 95 % en algunos países en vías de
desarrollo. El incremento de su escasez representa un desafío para el
desarrollo sostenible. Los recursos de agua dulce disminuyen de manera alarmante,
esto sugiere que dos tercios de la población mundial para el 2025 podrían estar
viviendo en países con estrés hídrico, de continuar los patrones de consumo
actuales.
En Ecuador, y en particular en la región
sur del país, existen zonas donde las precipitaciones oscilan entre 200 y 600
mm/año (Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial de la Provincia de El
Oro, 2015), siendo evidente la escasez de agua; convirtiéndose su disponibilidad
en la principal limitante para la producción agrícola.
La evaluación de las diferentes
alternativas o métodos de riego, es necesaria para lograr una máxima eficiencia
en el uso del agua. Todas las alternativas de riego clásicas aplican grandes
cantidades de agua para suplir las necesidades de esta en los cultivos, debido
a su alto consumo, especialmente por evaporación. El riego por goteo
subsuperficial puede evitar el consumo excesivo de agua al reducir las pérdidas
de aplicación (evaporación) (Ayars et al.,
2015; Eranki et al., 2017; Sinha
et al., 2017; Bringas-Burgos et al., 2020), ya que es
suministrado a la profundidad donde se desarrolla el sistema radical del
cultivo, formándose el bulbo húmedo en la parte subsuperficial del suelo,
evitando estar en contacto directo con la radiación solar (Lucero-Vega et al.,
2017). Al-Ghobari y Dewidar
(2018) indicaron que con este sistema de riego fueron reducidos entre 20 y 40 %
los requerimientos hídricos de las plantas, y las aplicaciones de agua fueron
uniformes.
En el riego por goteo subsuperficial la
principal ventaja es que se conserva el contenido de humedad en el suelo,
utilizando bajos volúmenes con altas frecuencias, con lo que se permite el
óptimo crecimiento de las plantas, aspecto relevante porque la mayor limitante
para la producción agrícola en zonas semiáridas y áridas es la disponibilidad
de agua (Montemayor et al., 2006).
El
maíz como grano y forraje constituye uno de los cereales más importantes para
el consumo humano, animal, en la farmacéutica y en la producción industrial. En
Ecuador, el maíz corresponde a uno de los principales cultivos de ciclo corto, se
desarrolla en diferentes pisos altitudinales, por lo que se adapta a diversos
ambientes. El Instituto Nacional
de Estadística y Censos (INEC, 2019), señaló
que la superficie sembrada de maíz duro seco
a nivel nacional en el 2018 fue de 383.399 ha; la producción se concentró en la
provincia de los Ríos (45,4 %) con 602.000 t.
Debido
a que el maíz es un cultivo C4, su eficiencia en el uso del agua es elevada;
esto producto de la alta tasa de fotosíntesis, con un aporte mínimo de la tasa
de transpiración ligeramente restringida (Steduto et
al., 2007). También destaca que bajo condiciones de riego y alta fertilidad
alcanzó rendimientos entre 11.000 y 14.000 kg/ha (Hsiao
y Fereres, 2012).
Es claro que el agua es un factor de
desarrollo productivo, en donde deberían confluir los intereses de los expertos
en planificación y manejo de los recursos hídricos con fines de riego, usuarios
del agua para riego, gobernantes, administradores del agua, sociedad en general,
y encontrar los medios para que este recurso genere el mayor beneficio económico
y social.
El uso del agua en la agricultura se debe realizar de manera eficiente, productiva, equitativa y respetuosa del ambiente. Se trata de producir más alimentos utilizando menos agua, aumentar la resiliencia de las comunidades agrícolas para hacer frente a las inundaciones y las sequías, y la aplicación de tecnologías limpias que protejan el ambiente. El problema de la escasez de agua es un aspecto fundamental del desarrollo sostenible.
Howell (2001) señaló que las pérdidas por evaporación, escurrimiento y percolación fueron minimizadas a través de la microirrigación; además, de hacer más eficiente el riego realizando aplicaciones cortas y frecuentes; aprovechando la fertirrigación para proveer los nutrientes que el cultivo requiere y aumentar la producción.
Con base en estos fundamentos anteriores, el presente trabajo tuvo como objetivo evaluar la eficiencia del uso del agua aplicada a través de riego por goteo superficial y subsuperficial en el cultivo de maíz híbrido duro.
Materiales y Métodos
El
ensayo se desarrolló en el área experimental de la hacienda Santa Inés, Facultad de Ciencias
Agropecuarias, Universidad Técnica de Machala, ubicada en el km 5 1/2 vía
Pasaje, provincia de El Oro, zona de planificación 7, Ecuador; entre las
coordenadas 620000 O y 9638000 S y 620200 O y 9637800 S,
zona geográfica 17 S, proyección universal transversa de Mercator, donde
termina la planicie aluvial de la cuenca del río Jubones.
El clima es tropical megatérmico
semihúmedo, con una altitud de 5 msnm, temperatura media de 25 °C, mientras que la precipitación media
registra 600 mm con dos períodos pluviométricos bien marcados, el lluvioso que inicia
generalmente en enero y termina en abril y el seco que va de mayo a diciembre.
La evapotranspiración de referencia en esta zona es de 1300 a 1500 mm, el
déficit hídrico anual oscila entre 225 y 925 mm (Plan
de Desarrollo y Ordenamiento Territorial de la Provincia de El Oro, 2015). El suelo es franco-limoso en los primeros 30 cm
de profundidad.
El material vegetal utilizado fue el maíz híbrido
duro (híbrido PIONEER® 30K75), sembrado a una
distancia de 80 cm entre surcos y 40 cm entre plantas, con dos semillas por
punto. En cuanto a las características vegetativas de la clase híbrido simple, presenta
hojas semi-erectas, alcanza una altura media de 2,50
m, periodo vegetativo semi-tardío de 125-135 días,
inserción de la mazorca a 1,30 m, relación grano/mazorca desgranada 85/15.
El diseño del experimento fue de bloques completos
al azar, con cuatro tratamientos y cuatro repeticiones. El experimento se
estableció en una superficie total cultivada de maíz de 1.600 m2,
conteniendo 16 unidades experimentales de 100 m2 (10 m de largo x 10
m de ancho). Los tratamientos utilizados fueron: riego por goteo superficial
(T1, testigo), riego por goteo subsuperficial a 10 (T2), 20 (T3) y a 30 (T4) cm
de profundidad. Las zanjas para la instalación del sistema de riego se
realizaron en forma manual.
La programación del riego se realizó con la
finalidad de responder adecuadamente cuándo regar y qué cantidad de agua
aportar. El sistema de riego fue independiente para cada tratamiento,
controlado por una válvula de compuerta. La lámina suministrada fue registrada
a través de válvulas volumétricas de precisión, las frecuencias y tiempos de
riego se realizaron en función de las lecturas de los tensiómetros instalados
para cada tratamiento, los tensiómetros fueron calibrados antes de ser
instalados.
El caudal
nominal de los goteros fue de 1,65 l/h, con una
variación ±5 %, dado por la casa fabricante (Hydrodrip Super Flat Integral Dripline,
PLASTRO), cuya presión de trabajo fue de 10 mca. Fueron
instalados a 80 cm entre laterales de riego y 50 cm entre goteros, para humedecer una franja horizontal continua. Los
laterales de riego fueron de polietileno de 16 mm de diámetro, la tubería
secundaria de polietileno de 32 mm de diámetro, la tubería principal de PVC de
40 mm de diámetro, la energía o presión suministrada al
sistema fue de 12 mca a la salida del cabezal de riego a través de un equipo
motobomba, abastecido por un pozo subterráneo.
Se determinó el rendimiento del cultivo
al registrar la biomasa del grano seco de 40 plantas por tratamiento, con un
total de 160 plantas por tratamiento; la eficiencia de uso del agua para riego
o también denominada productividad del agua, fue definida en función del
rendimiento en kg de producto de maíz en grano seco por m3 de agua
utilizada. Se utilizó la siguiente ecuación:
Para
determinar el contenido de humedad óptimo para la planta, se instalaron 16
tensiómetros (Irrometer®) en
cada uno de los bloques y tratamientos, calibrados previamente en el sitio del
ensayo. Para este proceso se instaló el tensiómetro en suelo cuyo contenido de
humedad estuvo a capacidad de campo, para cada lectura del tensiómetro se
determinó el contenido de humedad del suelo con base a su peso a través del
método gravimétrico (Figura 1). Cuando la curva se tornaba horizontal, la
lectura del tensiómetro (cbar) indicó que la planta necesitaba riego;
principio que se utilizó para su aplicación, cuyas lecturas indicaron el
potencial matricial del suelo o la tensión con la que el suelo retuvo las
partículas de agua; este dispositivo, según Ferreyra et al. (2006) y
Girona et al. (2006), permitió controlar la magnitud del estrés hídrico,
ya sea por exceso o déficit de agua.
Los tensiómetros se instalaron a 20 cm de
profundidad dentro del bulbo húmedo del gotero debido a
que a esa profundidad se encuentra el mayor porcentaje de raíces del sistema
radical. El riego fue suministrado cuando la lectura del manómetro indicó
45 cbar,
y cuando este marcó 10 cbar el suministro de riego se
interrumpió, lo que indicó que el contenido de humedad estaba a capacidad de
campo.
Figura 1. Curva de retención de humedad del suelo, granja
experimental UTMACH.
Para determinar el diámetro del bulbo húmedo de los
emisores instalados en forma superficial y subsuperficial (10, 20 y 30 cm de
profundidad), se excavó, y para medir se utilizó un flexómetro. Las medidas se
tomaron a partir del eje central, partiendo de este, se midió en diferentes
profundidades hacia los extremos, y se obtuvieron las medias de los diferentes
diámetros humedecidos obtenidos, proceso que se realizó una vez terminado el
ciclo del cultivo, con el fin de no interferir en el desarrollo radical y
foliar normal de la planta.
A cada variable se le realizó un análisis de
varianza mediante la prueba de F, para identificar diferencias estadísticamente
significativas en los efectos de los tratamientos. Para determinar el mejor
tratamiento (o los mejores), se compararon las medias de los tratamientos
mediante la prueba de rango múltiple de medias de Tukey (p≤0,05). Los análisis estadísticos se realizaron utilizando
el paquete estadístico SAS®,
versión 15.1 (Statistical Analysis System, 2020).
Resultados y Discusión
Se encontraron diferencias estadísticas significativas
en los efectos de los tratamientos para la variable rendimiento (kg/ha; p<0,024) y para la eficiencia en el
uso del agua (kg/m3; p<0,002).
Con respecto a la respuesta en el rendimiento
del cultivo al efecto de los tratamientos, se generaron dos grupos de
tratamientos sin diferencias estadísticas significativas al interior de cada
grupo (p>0,05), pero con diferencias estadísticamente significativas
entre los grupos (p<0,01). Uno de los grupos estuvo conformado por
los tratamientos de riego por goteo subsuperficial a los 20 y 30 cm de
profundidad, el otro grupo se constituyó con los tratamientos de sistemas de
riego por goteo superficial y subsuperficial a 10 cm de profundidad (Tabla 1).
Tabla 1.
Rendimiento en grano seco del maíz (Z. mays L.)
en kg/ha y uso eficiente del agua en kg/m3 por efecto de la
aplicación de riego superficial y subsuperficial a 10, 20 y 30 cm de
profundidad.
Tratamientos |
Rendimiento (kg/ha) |
Eficiencia de uso del agua (kg/m3) |
Riego
por goteo subsuperficial a 20 cm de profundidad (T3) |
10.337,5a |
7,95a |
Riego
por goteo subsuperficial a 30 cm de profundidad (T4) |
10.189,1a |
7,89a |
Riego
por goteo superficial (T1) |
9.259,4b |
6,10b |
Riego
por goteo subsuperficial a 10 cm de profundidad (T2) |
9.232,8b |
6,63b |
Medias con
letras iguales en la misma columna, no presentan diferencias estadísticas (p£0,05), según la prueba de Tukey por efecto de los tratamientos
aplicados.
El mayor rendimiento lo presentaron los
tratamientos de riego por goteo subsuperficial a 20 y 30 cm de profundidad, con
una media entre ambos de 10.263,3 kg/ha, seguido de los tratamientos por goteo
superficial y subsuperficial a 10 cm de profundidad (9.246,1 kg/ha), siendo
superior el primer grupo con un poco más de 1.000 kg de diferencia; esto es,
1,11 veces mayor en el grupo 1 con respecto al grupo 2 (Tabla 1). Con respecto
a esta variable, se cotejó el rendimiento experimental de los mejores
tratamientos con los rendimientos regionales, tomando como referencia los
rendimientos oficiales reportados para la provincia de El Oro en 2019, que
fueron de 5.207,57 kg/ha (INEC, 2020). Los rendimientos estimados en esta
investigación correspondieron casi al doble, de los obtenidos para la media regional.
Esto equivalió a 1,77 y 1,99 veces mayor para los tratamientos de riego por
goteo subsuperficial a 10 y 20 cm de profundidad, respectivamente.
De acuerdo con Zamora-Salgado et al.
(2011), se ha considerado que bajo condiciones de riego un rendimiento medio
entre 6 y 9 t/ha, podría ser aceptable como producción comercial, con un
contenido de humedad del grano entre 10 a 13 %, lo cual coincidió con los
resultados obtenidos en esta investigación, donde el contenido de humedad del
grano fue de 13 %.
La eficiencia de uso del agua o
productividad del agua suministrada a través del riego por goteo superficial y
subsuperficial (10, 20 y 30 cm de profundidad), fueron de 6,10; 6,63; 7,95 y
7,89 kg/m3; respectivamente (Tabla 1). Los tratamientos de riego por
goteo subsuperficial a 20 y 30 cm de profundidad no presentaron diferencias
estadísticas entre ellos (p>0,05), pero fueron diferentes al
compararlos con el riego por goteo a 10 cm de profundidad y el superficial, sin
diferencias entre estos dos últimos (p>0,05; Tabla 1). No obstante,
el riego por goteo subsuperficial a 20 cm de profundidad, mostró los mayores
valores de eficiencia en el uso del agua y rendimiento en el cultivo de maíz.
En esta investigación el rendimiento en el
riego subsuperficial a 20 cm de profundidad fue 1,43 veces mayor que el riego
subsuperficial a 30 cm de profundidad; 10,43 % mayor que el riego por goteo
superficial y 10,69 % con respecto al riego subsuperficial a 10 cm de profundidad,
que fue el que presentó la menor producción. Igualmente, la productividad
máxima del agua fue de 7,95 kg/m3 en el riego subsuperficial a 20 cm
de profundidad, lo cual correspondió a 0,75; 16,60 y 23,27 % de un mayor ahorro
de agua al compararlo con riego por goteo subsuperficial a 30 y 10 cm de
profundidad, y riego por goteo superficial.
Zamora et al. (2007) y
Zamora-Salgado et al. (2011) reportaron una media de eficiencia del uso
del agua aplicada por goteo en el cultivo de maíz híbrido de 2,53 kg/m3,
mientras que Salomó et al. (2019)
obtuvieron una eficiencia media de uso del agua en tres años de evaluación de
2,81 y 2,5 de kg/m3 para goteo subsuperficial a 25 y 35 cm de
profundidad; respectivamente, en tanto que para riego por inundación fue de
2,45 kg/m3; contrastando ampliamente con los resultados obtenidos en
esta investigación, donde los valores obtenidos fueron superiores 2,76 veces.
No hubo diferencias estadísticas significativas
(p>0,05) para la lámina de agua
aplicada por riego (mm) por efecto de los tratamientos, mientras que para las
variables frecuencia de riego (días), tiempo medio por riego (horas), tiempo
total de riego (horas), lámina de agua total aplicado (mm) y diámetro del bulbo
humedecido (m), se presentaron diferencias significativas por efecto de los
tratamientos (p<0,05). La frecuencia de riego conformó dos grupos, uno constituido
por el riego por goteo subsuperficial a 20 y 30 cm de profundidad, sin
diferencias entre ellos, pero diferentes estadísticamente al riego por goteo
superficial y subsuperficial a 10 cm de profundidad. Allí se destacó que la
frecuencia de riego fue entre 3,0 días (riego por goteo superficial y
subsuperficial a 10 cm de profundidad) y 3,6 días (riego por goteo a 20 y 30 cm
de profundidad, Tabla 2).
Tabla 2. Frecuencia, tiempo, lámina de riego y diámetro del
bulbo humedecido por efecto de la aplicación de riego superficial y
subsuperficial a 10, 20 y 30 cm de profundidad.
|
Riego
por goteo |
|||
Profundidad |
Superficial |
Subsuperficial
|
||
|
0 cm |
10 cm |
20 cm |
30 cm |
Frecuencia
de riego (días) |
3,00b |
3,00b |
3,60a |
3,60a |
Tiempo
medio por riego (horas) |
1,20a |
1,11b |
1,24ª |
1,21a |
Tiempo
total de riego (horas) |
40,20a |
36,48ab |
34,78ab |
34,08b |
Lámina
de agua aplicada por riego (mm) |
4,6a |
4,2a |
4,7a |
4,6a |
Lámina
de agua total aplicada (mm) |
152a |
139ab |
130b |
129b |
Diámetro
del bulbo humedecido (m) |
0,412b |
0,420b |
0,442a |
0,447a |
Las letras diferentes dentro de cada fila indican
que hubo diferencias estadísticas, de acuerdo a la prueba múltiple de medias de
Tukey (p<0,05) por efecto de los
tratamientos aplicados.
El agua aplicada se encuentra relacionada con la
etapa fenológica y la respuesta fisiológica del cultivo a la producción y
calidad de la cosecha obtenida. Esto implica, menor cantidad de agua en algunos
periodos de desarrollo de la planta, lo cual permite predecir cuándo y cuánto
regar. En general, las plantas responden al potencial de agua en el suelo y no
directamente a la frecuencia de riego, lo que hace cada vez más importante la
determinación del contenido del agua en el suelo, el estado hídrico de la
planta y el balance hídrico del continuo suelo-planta-atmósfera.
El tiempo
medio por riego fue entre 1,1 y 1,24 h; donde el riego por goteo subsuperficial
a 20 y 30 cm de profundidad y el riego por goteo superficial, no presentaron
diferencias significativas (p>0,05) entre ellos, pero al compararlos
con el riego por goteo subsuperficial a 10 cm de profundidad, fueron
estadísticamente diferentes (p<0,01). En este sentido, el tiempo de
riego en el riego por goteo subsuperficial a 20 cm de profundidad fue 2,42;
3,23 y 10,48 % mayor que el riego por goteos subsuperficial a 30 cm de
profundidad, el riego por goteo superficial y el riego por goteo subsuperficial
a 10 cm de profundidad, respectivamente (Tabla 2).
Hubo
diferencias estadísticas significativas (p<0,01) para el tiempo total
de riego entre el riego por goteo subsuperficial a 30 cm de profundidad y el
riego por goteo superficial, mientras que el riego por goteo subsuperficial a
10 y 20 cm de profundidad, fueron similares entre sí y sin diferencias
estadísticas entre los dos tratamientos anteriores, el tiempo total de riego
estuvo entre 40,2 y 34,08 h (Tabla 2). Destaca que el riego por goteo
superficial requirió 9,25; 13,48 y 15,22 % más tiempo de riego, lo cual
representó 3,72; 5,42 y 6,12 h con respecto al riego por goteo subsuperficial a
10, 20 y 30 cm de profundidad en ese orden. Esto sugiere un menor tiempo de uso
de los equipos de bombeo, de consumo de agua y electricidad, para cumplir con
esta labor en el cultivo al utilizar riego subsuperficial.
La lámina
de agua aplicada por riego estuvo entre 4,2 y 4,7 mm. No obstante, las
láminas totales aplicadas al cultivo de maíz hasta los 100 días después de la
siembra a través del riego por goteo superficial y subsuperficial a 10, 20, y
30 cm de profundidad, fueron de 152, 139, 130 y 129 mm, correspondientemente
(Tabla 2), lo cual correspondió a una diferencia de 8,55; 14,47 y 15,13 % al compararlo
con el riego por goteo superficial, que presentó la mayor lámina de agua
aplicada con el riego por goteo subsuperficial a 10, 20 y 30 cm de profundidad,
respectivamente. Esto representó una diferencia de 13, 22 y 23 mm de agua al
mantener la misma comparación entre el riego por goteo superficial, con
respecto al riego por goteo subsuperficial a 10, 20 y 30 cm de profundidad, en
el orden dado.
Se ha señalado que, al comparar el riego
por goteo subterráneo con el riego tradicional (gravedad), el agua de riego
destinado para el cultivo del maíz se redujo de 35 a 55 % (Lamm
y Trooienm, 2003), mientras que Montemayor et al. (2007)
indicaron que en maíz forrajero, al comparar el riego por goteo sub-superficial
con el riego superficial, hubo un ahorro de agua de 27,4 %; coincidiendo estos
autores que en el riego por gravedad se presentó una mayor pérdida de agua.
También destaca que con la
implementación del sistema de riego superficial y subsuperficial a 10 cm de
profundidad, se mantuvo la superficie del suelo relativamente seca, mientras
que a 20 y 30 cm de profundidad, se observó totalmente seca. Al respecto,
Thompson et al. (2009) indicaron que hubo un control significativo de
los arvenses, se disminuyó la lixiviación de NO3- y los rendimientos
fueron mayores al compararlos con el riego superficial; atribuyéndolo a que el
agua y los nutrientes alcanzaron la parte más activa de las raíces.
Con respecto al diámetro del bulbo
humedecido, este varió entre 0,412 y 0,447 m; en esta variable los valores
indicados correspondieron al riego por goteo superficial y el riego por goteo
subsuperficial a 30 cm de profundidad, respectivamente. Sobre la superficie del
suelo donde estaban ubicados los tratamientos de riego por goteo superficial y
subsuperficial a 10 cm de profundidad, se observó el humedecimiento del bulbo, mientras que con el
riego subsuperficial a mayor profundidad (20 y 30 cm), esto no fue posible, lo
que guardó relación con lo indicado por Bonachela (2001), quien
señaló que mientras el bulbo húmedo estuvo en contacto con la radiación solar
directa, la evaporación fue mayor, existiendo un consumo no demandado por las
plantas, considerado hasta en un 43 % para cultivos jóvenes.
Conclusiones
Al evaluar los sistemas de riego
superficial y subsuperficial los resultados indican que el riego por goteo
subsuperficial instalado a 20 cm de profundidad resulta en una importante
reducción de uso del recurso hídrico, con efecto positivo en todas las
variables evaluadas, además de ser el más eficiente en el uso de agua de riego.
Referencias Bibliográficas
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