Políticas de recursos humanos para la descentralización

• Froilán Barrios

Abstract

La actual descentralización en Venezuela es el proceso político de mayor dimensión de nuestra historia democrática. De hecho constituye el instrumento idóneo para lograr la Reforma del Estado que la Sociedad reclama ante la aguda crisis política que vivimos. Ello determina para el gobierno nacional, regional y local, la identificación y definición de la dirección del proceso descentralizador, de las metas y logros que se pretendan alcanzar en el tiempo y en el espacio. De no orientarse este plan político-estratégico con una visión acertada, pudiera reducirse sólo a una actividad administrativa sin la implicación de los verdaderos actores de la sociedad civil. Por otro lado, de no establecerse específicamente los canales de negociación, la interrelación entre el gobierno central, regional y local, se obstaculizan las decisiones al momento de definir las cuotas de poder distribuir. Desde 1990 hasta la presente fecha hemos vivido y conocido un sin número de experiencias en materia de transferencia de competencias concurrentes y exclusivas del Poder Nacional a los Estados, y de los Estados a los Municipios. Dichas experiencias han producido valiosas iniciativas donde la sociedad civil ha demostrado la necesaria importancia de su participación en el proceso. Así también, el desarrollo del proceso de descentralización ha indicado lo fundamental que es el recurso humano para lograr los objetivos de transformación del Estado. Es decir, para que haya un verdadero proceso de descentralización es necesaria la integración del recurso humano, del empleado público quien prestará sus servicios con una condición diferente de motivación de autoestima, de ser el representante de un Estado, un municipio obligado a servir eficazmente y eficientemente a la comunidad, al ciudadano.